Las joyas del Mundial Sub 20: juveniles futuro que ya firmaron contratos millonarios
Efekele, a quien en definen como “el nuevo Mbappé”, ya firmó una cláusula con el Mónaco
La mayoría de las selecciones tiene a sus figuras jugando fuera de sus países. Los brasileños Andrey Santos, comprado por el Chelsea, y Matheus Martins, al que ya fichó Udinese, son la regla de un torneo que sintetiza el negocio del fútbol global. El colombiano Gustavo Puerta, del Núremberg; el ecuatoriano Kendry Páez, de Independiente del Valle, pero con el horizonte en el
Chelsea; el uruguayo Álvaro Rodríguez (Real Madrid) y el dominicano Derek Cuevas (Barcelona) se suman a los ejemplos argentinos como Buonanotte o Perrone. Las apuestas europeas.
Así como en 2001 asomaron internacionalmente Derek Boateng, Djibril Cissé, Maxi Rodríguez o Javier Saviola, 22 años después, el Mundial Sub 20 que el presidente de la AFA, Claudio Tapia, le manoteó a la FIFA sobre la hora, también tendrá a cracks o promesas de cracks de varios países del mundo que jugarán en los estadios argentinos.
Es difícil vaticinar las carreras de los futbolistas porque no depende de un solo factor, sino de múltiples. Sin embargo, hay algunos indicios promisorios desde que debutan en Primera o dan sus primeros saltos en el profesionalismo: ya sea en los países donde nacieron y se formaron, o en los países a los que emigraron.
América Latina, de hecho, se especializa en esto: formar y exportar. Lo saben perfectamente las selecciones de Argentina, Brasil y Uruguay, y también la de República Dominicana, que tiene entre los convocados a Derek Cuevas, un extremo izquierdo veloz y gambeteador que en julio de 2022 fue contratado por el Barcelona.
Cuevas es candidato a ser una de las figuras, aunque por delante de él –por el peso específico los equipos– tiene a dos brasileños: Andrey Santos –el nuevo Casemiro de Brasil, mediocampista con buen remate, ya comprado por el Chelsea– y Matheus Martins, un delantero exquisito al que ya fichó Udinese, de Italia, y cedió hasta el final de la temporada al Watford, de Inglaterra. También a un uruguayo como Álvaro Rodríguez, que optó por vestir la Celeste y no la camiseta española. Como pasa con tantos argentinos, Rodríguez se crió en España y ya debutó en el Real Madrid. De hecho, con 18 años y 226 días, se convirtió este año en el jugador más joven en marcar un gol en un derbi entre Real y Atlético de Madrid. Otras jóvenes promesas sudamericanas son el colombiano Gustavo Puerta, del Núremberg de segunda alemana, y el ecuatoriano Kendry Páez, de Independiente del Valle, pero con el horizonte en el Chelsea.
Facundo Buonanotte, surgido en Rosario Central y ahora en el Brighton de Inglaterra; y Máximo Perrone, vendido de Vélez al Manchester City, son los argentinos que más atención concentran entre quienes verán a la Selección de Mascherano, a la que le fue muy mal en el Sudamericano, pero que finalmente entró por la audacia de Tapia cuando la FIFA le quitó la organización a Indonesia.
África y Asia viven un proceso similar al de América Latina. Y la prueba más elocuente de eso está en Taichi Fukui, de Japón, a quien al Bayern Munich “le llamó la atención en todo momento”, y por eso lo contrató a sus 18 años. O el nigeriano Victor Eletu, la figura de su selección y quien viajó de su ciudad natal, Lagos, para jugar en el Milan.
Europa no solo compra. También pondrá la lupa en dos de las posibles figuras de este Mundial: el desequilibrante italiano Simone Pafundi y el francés Malamine Efekele, a quien en su país definen como “el nuevo Kylian Mbappé” y que ya firmó una altísima cláusula de salida con el Mónaco por un sondeo del Real Madrid.
El seleccionado Sub 20 de fútbol de la Argentina, dirigido por Javier Mascherano, debuta hoy en el Mundial frente a Uzbekistán, por el Grupo A, con la ilusión renovada, sed de revancha y una enorme expectativa por su condición de local.
El equipo de Mascherano dará rienda suelta a una “segunda oportunidad” tras la eliminación en el Sudamericano de Colombia (finalizó séptimo sobre diez equipos) que motivó la renuncia del excapitán del seleccionado argentino.
Si la Argentina hoy es sede de la 23ª edición de la Copa del Mundo Sub 20 es porque la FIFA le quitó el rol de organizador a Indonesia por conflictos políticos con Israel. La gestión del presidente de la AFA, Claudio Tapia, en un acto de hábil reflejo político, más el interés de Conmebol, con vistas a la candidatura por el Mundial 2030 en conjunto con Uruguay, Chile y Paraguay, inclinaron la balanza para la designación de emergencia.
La continuidad de Mascherano también contó con la incidencia de Lionel Scaloni. Los dos entrenadores tuvieron un encuentro que resultó clave para revertir la postura del ex-river y Barcelona de España.
Una charla con Scaloni fue clave para que Masche siguiera como técnico.
Buena base. De movida, Mascherano no pudo contar con Alejandro Garnacho (Manchester United), Facundo Buonanotte (Brighton And Hove) y Nicolás Paz (Real Madrid), quienes no fueron cedidos por sus clubes, amparados por la decisión de la FIFA que a partir de esta edición le quitó el carácter de “obligatorio” a la cesión de jugadores.
La preparación de Argentina se produjo en el predio Lionel Andrés Me-ssi de Ezeiza con amistosos ante República Dominicana y Japón. Los triunfos 4-0 y 2-1, respectivamente, dejaron entrever la base titular para el estreno en Santiago del Estero. Más allá de la ausencia de tres “Europibes”, la Argentina tendrá a futbolistas destacados como Máximo Perrone (Manchester City), Valentín Carboni (Inter), Luka Romero (Lazio), Matías Soulé (Juventus) y Mateo Tanlongo (Sporting de Lisboa).