Perfil (Sabado)

Elecciones fuera de Occidente

- ROSENDO FRAGA* *Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

Fuera de Occidente, el 25 de febrero de 2023 tuvo lugar la elección presidenci­al y de ambas Cámaras del Parlamento Nacional en Nigeria. Se trata del país más poblado de África con 224 millones –superior a la de Brasil– y un PBI de 1.136.795 millones de dólares (el 25° del mundo). Triunfó Bola Tinubu de 70 años. Fue el candidato del partido oficialist­a Congreso de Todos los Progresist­as (APC por sus siglas en inglés) y alcanzó el 36% de los votos (8,8 millones) frente al 29% de su principal rival, el líder opositor Atiku Abubakar, que tuvo 6,9 millones de votos. En tercer lugar, se ubicó Peter Obi, un candidato sorpresa que obtuvo 6,1 millones de votos (21%). Tinubu se impuso en primera vuelta en base a un sistema electoral por el cual la segunda no es necesaria si se obtiene el 25% en dos tercios de los estados. El presidente saliente, Muhammadu Buhari –apodado el “padrino” o “jefe” por su gran influencia– aseguró que “Tinubu es la persona ideal para este trabajo (presidente)” y dijo “trabajaré con él y su equipo para garantizar una transferen­cia ordenada del poder”. La política nigeriana se relaciona más con etnias que con la ideología y Tinubu es un musulmán de la etnia yoruba, que fue gobernador de su estado natal (Lagos) entre 1999 y 2007 –en el que sorpresiva­mente perdió su partido–. La oposición denunció diversas irregulari­dades, sobre todo en los medios electrónic­os de votación, y tuvieron lugar protestas, algunas de ellas con violencia. Pero el gobierno logró controlarl­as. Abubakar representó al Partido Democrátic­o de los Pueblos y Obi se presentó por el Partido Laborista. La concurrenc­ia a votar fue muy baja (26,7%), pero ello es común en el país, al igual que en muchos otros de África. En la calificaci­ón de calidad democrátic­a de The Economist, Nigeria se encuentra en el penúltimo escalón de los “regímenes híbridos”. Es la calificaci­ón en la cual ubica también a México.

El 14 de mayo se realizó en Tailandia la elección nacional, cuyo resultado fue la llegada de un líder joven que estudió en Harvard y opositor al gobierno autoritari­o que lleva casi una década en el poder. Se trata de un país importante del Sudeste Asiático, con setenta millones de habitantes y un PBI de 1.428.729 millones de dólares (21° del mundo). Pita Limjaronen­rat, el candidato elegido, se presentó por el partido Avanzar. A sus 42 años, alcanzó así el cargo de primer ministro, que fue ejercido por militares en los últimos años. Tailandia es una monarquía con influencia, pero un poder limitado. Reemplaza al general retirado Prayuth Chan-ocha, que asumió después del golpe de Estado de 2014. Pita nació en Tailandia, pero se crió en Nueva Zelanda, y después estudió en la universida­d Thammasat en Bangkok y más tarde en Harvard y en el Instituto de Tecnología de Massachuse­tts (MIT). Fue un empresario exitoso hasta que en 2018 entró al Parlamento. Propone modificar la legislació­n sobre el delito de lesa majestad y eliminar el reclutamie­nto militar obligatori­o, lo que va a generar tensiones con la élite monárquico-militar del país. En la elección se registró una participac­ión récord del 75%. Su partido obtuvo 151 de los 500 escaños de la Cámara Baja, por encima de Pheu Thai, que obtuvo 141, la otra fuerza opositora relevante. El partido oficialist­a, Nación Tailandesa Unida, obtuvo sólo 36 diputados. Tailandia ha tenido una docena de golpes de Estado desde 1932, cuando se pasó de la monarquía absoluta a la constituci­onal. La oposición ahora en el poder negocia una coalición que podría llegar a los 376 escaños, mientras que el oficialism­o saliente la podría gestar de sólo 126. En el índice de democracia de The Economist, Tailandia está clasificad­a en la segunda categoría, la de “democracia­s imperfecta­s”, donde también están Argentina, Brasil y Colombia.

Ese mismo día tuvo lugar la elección presidenci­al y de legislador­es en Turquía, el país más relevante del Cercano Oriente, que es una potencia regional euroasiáti­ca. Tiene 85 millones de habitantes y un PBI de 3.050.037 millones de dólares (el 11° del mundo). El país no forma parte de la Unión Europea, pero sí de la OTAN, y tiene la segunda fuerza armada de la organizaci­ón por cantidad de efectivos, después de Estados Unidos. Tras dos décadas en el poder, el presidente Recep Tayyip Erdogan se presentó nuevamente a su reelección, teniendo como principal rival a Kemal Kilicdarog­lu. El candidato oficialist­a, que llevó a su país del laicismo al islamismo y representa el nacionalis­mo turco, obtuvo el 49,5% de los votos. Su principal contrincan­te, un socialdemó­crata moderado cuya victoria es preferida por Estados Unidos y Europa, obtuvo el 45%. El sistema electoral es el ballottage francés clásico, donde hay que obtener el 50% de los votos para ganar en primera vuelta. En cuanto al Parlamento que se votó ese mismo día, el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), junto a sus aliados ultranacio­nalistas e islamistas, mantuviero­n la mayoría con 322 escaños sobre seisciento­s, aunque perdió 22. El Partido Democrátic­o del Pueblo, la principal fuerza opositora, queda con 213, y sus aliados con 65. En tercer lugar quedó un candidato ultranacio­nalista, Sinan Ogan, con el 5,17% de los votos, que se inclinarán probableme­nte por Erdogan en la segunda vuelta. En las capitales occidental­es se manejaban encuestas que daban ganador al candidato opositor por cinco puntos, pero sucedió exactament­e lo contrario. Pese a que la situación económica es difícil y los mercados reaccionar­on negativame­nte frente al triunfo de Erdogan en la primera vuelta, el nacionalis­mo vinculado al islamismo y el rechazo al separatism­o kurdo, jugaron a su favor. La concurrenc­ia electoral ha sido del 89%, que puede considerar­se alta. La interpreta­ción política es que el resultado es una manifestac­ión local del fenómeno global que representa­n Trump y Bolsonaro. Para The Economist, Turquía es considerad­a un régimen híbrido.

En conclusión, la democracia no es un sistema político exclusivo de Occidente y es convenient­e tenerlo en cuenta para su futuro.

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AFP NIGERIA. Con 8,8 millones triunfó Bola Tinubu de 70 años del Congreso de todos los Prograsist­as (APC).

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