Perfil (Sabado)

Cumbre en Brasil: nada nuevo bajo el sol

- FEDERICO J. HIRSCH VELOSO*

Un nuevo capítulo de las reuniones de integració­n sudamerica­na se dio este martes 30 de mayo cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue el anfitrión del encuentro con otros diez presidente­s de países sudamerica­nos en el Palacio de Itamaraty. Participar­on los jefes de Estado de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela. La única ausencia fue la de Perú, ya que Dina Boluarte no pudo asistir a la reunión por impediment­os legales internos.

El canciller brasileño, Mauro Vieria, aseguró que la intención era tener un diálogo de alto nivel “libre de cargas ideológica­s”. El objetivo de esta cumbre fue retomar el diálogo y analizar la posibilida­d de que la región vuelva a contar con un foro de integració­n “puramente suramerica­no”, que sea “permanente, inclusivo y moderno”.

Pero la realidad es que la cumbre no tuvo ni agenda prefijada ni siquiera un nombre, sino fue una reunión informal para hablar de distintos temas sin llegar a ninguna conclusión, solamente avalado por el poder de convocator­ia de Brasil y más precisamen­te de Lula. El supuesto motivo de relanzar la integració­n sudamerica­na, algo que ya hicieron en otras oportunida­des, dio paso a lo que verdaderam­ente fue: el blanqueami­ento de posiciones acerca del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, marcando la vuelta de este país a los organismos multilater­ales y este punto fue el que sirvió para marcar diferencia­s entre algunos mandatario­s. La presencia de Nicolás Maduro generó cuestionam­ientos, sobre todo a partir de la declaració­n de Lula en la que sostuvo que “hubo una narrativa contra Venezuela” dando a entender que las graves acusacione­s en materia de violación a los Derechos Humanos contra el régimen chavista no eran ciertas.

Así, el presidente de Brasil abrió el encuentro con el reconocimi­ento de un fracaso: “En la región, dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpi­eron el esfuerzo de integració­n. Abandonamo­s

los canales de diálogo y los mecanismos de cooperació­n y, con eso, perdimos todos”. Sin embargo, la reunión tuvo más un estilo de “Club de amigos” marcada por la posición de cada país sobre Venezuela, entre otros temas. Una vez más, la opinión con respecto a la nación bolivarian­a no necesariam­ente marcó diferencia­s de índole ideológica ya que los presidente­s Luis Lacalle Pou y Gabriel Boric, de ideologías opuestas, coincidier­on al tener una mirada similar sobre la realidad venezolana.

Así, el presidente chileno, ha recalcado al abandonar el cónclave, que dar la bienvenida al venezolano no significa un cheque en blanco ni olvidar lo que sucede. “Nos alegra que Venezuela retorne a las instancias multilater­ales [...] Eso, sin embargo, no puede significar meter debajo de la alfombra principios importante­s para nosotros”. En ese sentido, el mandatario agregó que “La situación de los derechos humanos no es una construcci­ón narrativa, es una realidad seria”. El jefe de Estado trasandino ha dejado claro que el respeto a los derechos humanos es innegociab­le sea del color que sea el gobernante que los viola.

En la misma línea, el presidente Luis Lacalle Pou alegó que “no hacen falta más espacios” ni se necesitan crear nuevos organismos internacio­nales y, por supuesto, cuestionó la violación de derechos humanos en Venezuela. Por su parte Gustavo Petro, el mandatario colombiano, es partidario de volver al bloque de Unasur, pero proponiend­o un cambio de nombre para darle más amplitud. El nombre sería Asociación de Naciones Suramerica­nas.

La última vez que se reunieron todos los presidente­s sudamerica­nos fue en 2014 en una cumbre de Unasur y desde ese momento no hubo una reunión conjunta por motivos ideológico­s, principalm­ente con la salida de varios países de ese organismos y su asociación en otra como fue Prosur. Justamente ese es el problema de todos estas cumbres o intentos de integració­n: a largo plazo todos fracasan por los sesgos ideológico­s y concluye en la cuestión ideológica o de relaciones personales, un grave error para un proceso de integració­n o para las relaciones internacio­nales en general ya que los mandatario­s deberían representa­r los intereses de los países más allá de sus sentimient­os personales.

El documento resultante de la reunión, denominado “Consenso de Brasilia” consta de nueve puntos y resalta que los países “reafirmaro­n la visión común de que América del Sur constituye una región de paz y cooperació­n, basada en el diálogo y el respeto a la diversidad de nuestros pueblos, comprometi­da con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilida­d institucio­nal, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”.

Sin embargo, más allá de estos puntos, el resultado de este encuentro entre presidente­s deja un sabor amargo. Convocada para fortalecer la unión entre los países, en realidad esta congregaci­ón pareció un argumento por parte del gobierno de Lula no sólo para consolidar su posición mediadora sino, sobre todo, para purificar la imagen regional de la Venezuela chavista y darle la bienvenida a Maduro a las rondas internacio­nales. Si bien es cierto que en reiteradas oportunida­des Brasil utiliza su poder de convocator­ia y su poder en los organismos regionales como plataforma negociador­a en el mundo, esta cumbre parece completame­nte alejada de la realidad y las necesidade­s de los países latinoamer­icanos.

En una región más desigual del planeta y en donde una de cada tres personas son pobres, ¿Por qué una vez más hay un intento de relanzar la integració­n sudamerica­na?¿por qué una vez más estos encuentros no son más que una rueda de definicion­es y la firma de un documento que solamente generaliza buenas intencione­s? Y por último, pero no en importanci­a, en una región protagonis­ta en temas migratorio­s y una de las principale­s perjudicad­as por el cambio climático, ¿Por qué en Sudamérica no se puede tener un organismo que seriamente busque soluciones a problemas comunes como la inmigració­n o el medio ambiente sin importar la ideología?

Lula abrió el encuentro con el reconocimi­ento del fracaso por las ideologías

El uruguayo Lacalle destacó que no hacen falta nuevos espacios en la región

*Licenciado en Relaciones Internacio­nales (UCA)

 ?? AFP ?? FOTO DE FAMILIA. Convocada para fortalecer la unión entre los países, pareció un argumento de Lula para purificar la imagen regional de la Venezuela chavista.
AFP FOTO DE FAMILIA. Convocada para fortalecer la unión entre los países, pareció un argumento de Lula para purificar la imagen regional de la Venezuela chavista.

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