“Me siento protegido por mi querido abuelo”
Desde el jueves 4 hasta el 10 de abril, se lleva a cabo en Cinépolis Recoleta la décima edición del famoso evento. Uno de sus invitados, Brando De Sica, es el nieto del famoso Vittorio.
Brando de Sica es uno de los grandes invitados de la nueva edición de la Semana de Cine Italiano, que tiene lugar hasta el 10 de abril en el Complejo Cinépolis Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires. El evento organizado por Cinecittà en colaboración con la Embajada de Italia en Buenos Aires, el Istituto Italiano di Cultura de Buenos Aires y la Agencia Italiana para el Comercio Exterior ha creado un ciclo con doce películas, con nombres gigantes como Nanni Moretti, Alice Rohrwacher, Simone Massi, e invitados de lujo. De Sica, nieto del famoso Vittorio, llega con Mimì, il principe delle tenebre, un film fantástico, de modos góticos que confirman la mirada personal del autor: “El elemento que más importa en términos técnicos es siempre la historia y los actores, si hablamos desde otro lugar: el corazón, la pasión, el alma de una película”. Y suma, feliz de su paso por Buenos Aires: “El corazón de la película tiene que ver con la fuga de la realidad, la importancia de los sueños, y la búsqueda de una identidad. De parte mía, la pasión por la literatura gótica, por lo gótico, por el cine de terror desde sus comienzos, desde Murnau, hasta fines de la década de los años 60”.
—Hay una tradición muy grande del horror en Italia ¿cómo habla con su obra?
—Seguramente con el trabajo de Mario Bava, con quien me siento cerca estéticamente, muy fundacional para mí, su fotografía expresionista, y es imposible ignorar a Dario Argento, sus juegos de colores, su potencia para la escena, estéticamente el terror no ha tenido una influencia tan grande como
Argento. El trabajo en la Hammer de Terence Fisher, los roles de Christopher Lee, las maravillas de Tod Browning, o incluso el cine de vampiros en general, y el cine de George Romero en particular.
—¿Qué apareció en la película que no pensaste que iba a estar ahí y te sorprendió?
—Es mi primer film, entonces todo era sorprendente, cada segundo. La pasión, el corazón de todos. La relación con la gente de la película, sobre todo los dos actores principales, se convirtió directamente en hermandad. También esa sensación se expandió, como decía, a mucha gente en escena, detrás de escenas. Ellos también dieron sus primeros pasos conmigo, y lo hicieron en un set muy complicado, un set de covid-19. Siempre me sentí protegido por ellos, y también sentí una suerte de protección del cielo, de mi querido abuelo, Vittorio de Sica.
—¿Qué te fascina del fantástico y sus posibilidades?
—La ilusión es más verdadera que lo real, o sea, cuando te perdés, te encontras eventualmente. Uno logra descubrir cosas diferentes y nuevas cuando aplica el género a rincones de siempre. Y uno logra ver cosas de uno desde lo fantástico, que yo siento no se podrían descubrir de ninguna otra manera.
—¿Cuál es el primer recuerdo de cine en su vida?
—Dos películas, que vi de recorrida, de placer muy primitivo. Yo he descubierto el cine desde el horror en un doble programa donde daban Drácula de Terence Fisher y La noche de los muertos vivos de George Romero. Me han hecho notar una cosa muy interesante de mi cine: el barroco, lo teatral, lo expresionista de Fisher, y en otra parte de mi cine, hay un vínculo con lo real y con lo político, muy de Romero. Esa experiencia fue crucial para el resto de mi vida. Un crítico en Sitges me ha hecho ver algo importante: mi cine es formalista y realista, como esas dos películas, tiene esas dos cosas en su estilo.