Dólar planchado, menos gasto y recesión: las claves de la desaceleración inflacionaria
El Fondo Monetario estimó una inflación del 45% para el año próximo
La inflación se desacelera y varias consultoras privadas ya estiman una cifra de un dígito para abril. Mantener el nivel del tipo de cambio, de baja en la actividad económica y en el consumo parecen ser claves para continuar con esta tendencia. El aumento de las tarifas de los servicios, en cambio, podría complicar los números para Economía en los próximos meses. Para este año el Fondo Monetario Internacional consideró que la inflación podría ser del 149,4%.
Si las proyecciones de la mayoría de las consultoras para abril son acertadas, la inflación volvería a los niveles más altos de 2023. Es que los estudios privados estiman un incremento de entre el 9% y el 10%, una cifra más parecida a los peores meses del año pasado (agosto –12,4%–, septiembre –12,7%– y noviembre –12,8%–) que al primer trimestre de 2023, que tuvo un promedio de 6,7%.
Según economistas consultados por PERFIL, la desaceleración de los próximos meses dependerá del tipo de cambio, el nivel de actividad, la baja emisión monetaria, el superávit y la caída del consumo. Por otro lado, la suba de tarifas puede impulsar algunos precios, demorando la caída esperada.
“Nuestra medición preliminar muestra que continúa la desaceleración en el precio de alimentos y bebidas que relevamos en supermercados. El principal interrogante respecto a la sostenibilidad de esa difundación námica es cuánto más puede sostener el Banco Central el atraso en el tipo de cambio”, explicó a PERFIL Claudio Caprarulo, economista y director de la consultora Analytica. “De todas formas, el ajuste de las tarifas de servicios públicos va a seguir siendo uno de los factores que traccionen hacia arriba el índice de precios, en particular este mes”, continuó.
“Por algo el Gobierno en materia de comunicación se enfoca en la inflación núcleo, aquella que no considera ni precios con estacionalidad ni los regulados”.
En su más reciente evaluación sobre la situación del país, el FMI estimó que la inflación anual será del 149,4%; 60 puntos por debajo de la registrada en 2023. Además, estimaron un 45% para el próximo año.
Algunos factores podrían ser claves para que estas proyecciones se cumplan. “Lo más importante es la tendencia y la evolución del tipo de cambio. Estos meses la liquidación del agro va a ser una señal determinante respecto a si la inflación de un dígito mensual puede ser una constante en la segunda mitad del año”, explicó Caprarulo.
Para Hernán Letcher, más que mirar los factores por los cuales la inflación podría seguir desacelerándose, primero hay que entender por qué se está desacelerando. “Porque tenés el dólar oficial casi planchado, pero, sobre todo, por la caída brutal del consumo”.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) las ventas minoristas bajaron 12,6% en marzo. Pero la caída fue más fuerte en productos básicos como la carne (-17,6% respecto al primer trimestre de 2023), la leche (-17,3% en el primer bimestre del año) y el pan (-15% interanual en marzo).
Respecto a la desaceleración de la inflación, Letcher señaló que “este Gobierno lo que hizo, con la devaluación de casi 120%, fue pegar un salto fenomenal en el régimen de inflación. Lo que ha hecho hasta ahora es solamente volver al régimen previo, al régimen del final del mandato del gobierno anterior”, explicó.
“De hecho lo planteó en estos términos el propio Carlos Rodríguez, que dijo: ‘subieron la inflación al 25% para bajarla a los niveles que estaba antes de que la hubiesen subido al 25%’. Ni más ni menos que eso”.
Por el lado de las tarifas, el economista consideró que también tendrán un impacto en la inflación. “La del gas es realmente muy significativa, así que va a tener efecto sobre la inflación”.
Con respecto a abril, la Libertad y Progreso estima que la inflación se sitúe en torno al 9%. “La desaceleración se hizo más evidente en rubros como alimentos y bebidas no alcohólicas, así como también en todos los componentes de la inflación núcleo. Por el contrario, el aumento de los precios regulados continúa presionando al alza”, afirmó a este medio el economista Lautaro Moschet.
Según argumentó, la inflación seguirá a la baja en los próximos meses. “Esta continua desaceleración se debe a la política monetaria fuertemente contractiva, acompañada de un equilibrio fiscal que le otorga durabilidad y credibilidad al mismo”, agregó.
“Estamos en proceso de corrección de precios relativos, una parte ya se hizo, otros están por hacerse, como lo son las tarifas de gas y electricidad”, señaló por su parte Salvador Vitelli.
Los próximos meses dependerán “del apretón monetario, de que el fisco siga en esa disciplina superavitaria, y también va a comenzar a depender de otras cuestiones de desindexación de la economía, en un posible plan de estabilización que hagan desde el Gobierno. Es decir, tratar de sincronizar precios, como para que la inflación sea sostenida y consistentemente a la baja”, detalló el economista.
El principal desafío para los próximos meses será evitar que la suba de precios de tarifas y combustibles impacten sobre otros, como los bienes de primera necesidad. “Van a quedar precios que van a comenzar también a ejercer cierta presión en la matriz productiva y en la matriz laboral, que eso pone cierto piso de inflación, por eso me parece crucial empezar a pensar en algún escenario de desindexación”, argumentó Vitelli. “Primero de coordinación de precios, ahora que ya estamos corrigiendo los precios relativos, y empezar a coordinarlos para de cierta manera lograr algún ángulo consistente que nos permita parar esta pelota que aún, de cierta manera, sigue”.
La consultora de Orlando Ferreres estima un porcentaje de inflación del 10% para abril. “Sería similar a la del mes pasado, aunque la inflación núcleo de abril nos da alrededor del 5%”, explicó el economista a PERFIL.
“El aumento de precios desmedido de algunos sectores productivos ha generado una recesión muy fuerte que está obligando a frenar los aumentos de precios”. Para el economista, el impacto del aumento de las tarifas puede verse menguado por estas bajas.
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, anunció la reducción de impuestos y aranceles para el sector automotriz.
“Con el objeto de mejorar la competitividad e impulsar el crecimiento del sector automotriz, lanzaremos una rebaja de aranceles e impuestos que beneficiará a este sector, que actualmente tiene el 10% de la producción total industrial y genera más de 75 mil empleos”, expresó el funcionario en sus redes sociales.
“Estas medidas permitirán que los proveedores vendan partes a las terminales con una rebaja de aranceles e impuestos y que se genere una caída en el costo de las autopartes nacionales con destino a exportación”, añadió el titular del Palacio de Hacienda.
En primer lugar, habrá una reducción de los aranceles de moldes de metal usados por la industria automotriz que pasarán del 35% al 12,6%, mientras que los moldes de inyección plástica pasarán del 24% al 12,6%”.
Por otra parte, a partir de junio también se homologarán los ensayos de Licencias para la Configuración de Modelos (LCM) con Brasil para que no sea necesario duplicar aquellos ensayos que ya están reconocidos por el país vecino y viceversa.
En cuanto a esta medida, según Comercio, “se simplifica y se aceleran los tiempos de evaluación de nuevos modelos de vehículos, lo que permitirá a las empresas acelerar el lanzamiento de nuevos modelos. A la vez, permitirá homologar modelos más rápidamente en el país vecino, por lo que se incrementarán la exportaciones”.
“Es un sector que tiene un fuerte componente de insumos importados, en donde la competencia en el mundo es muy ajustada. Pequeños márgenes pueden dejar al país afuera de grandes proyectos de inversión. Buscamos darle mayor competitividad al sector en Argentina para mejorar la producción y la creación de empleo”, señaló la subsecretaria de Política Industrial, Daniela Ramos.
A su vez, se mantendrá además, la exención de derechos de exportación para las exportaciones incrementales que estaba vigente desde 2021 y se digitalizará el régimen de Reposición de Existencias (Repostock).
“La medida permite, por caso, que los proveedores de las terminales les vendan partes a las terminales sin aranceles e impuestos, lo que mejora la competitividad exportadora del sector automotriz. De esta manera, cae el costo de las autopartes nacionales con destino a exportación”, indicaron desde Comercio.
Esto se da en un contexto donde según datos de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), en el primer trimestre se produjeron un total de 103.293 vehículos, que representa una caída de 23,2% con respecto al mismo período del 2023.
En el acumulado enero-marzo, las terminales exportaron 62.370 unidades; 7,9% menos en comparación con los envíos registrados en el mismo período del año pasado.
“De cara a los desafíos que se presentan para este 2024, y mientras aguardamos que las medidas económicas tomadas contribuyan a la recuperación de la actividad, el comportamiento de las principales variables dan cuenta que tenemos que redoblar los esfuerzos y el trabajo en conjunto con la cadena de valor para contar con las herramientas que nos permitan tener un buen nivel de actividad”, señaló Martín Zuppi, presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).
La industria automotriz es una de las ramas principales dentro de la industria manufacturera, y donde podría empezar a repuntar la actividad económica, que viene en una enorme recesión que todavía no toca piso, y que el Gobierno utiliza para bajar la inflación.
En ese sentido, de acuerdo con estimaciones de Ecolatina, “los indicadores adelantados de actividad económica muestran que la recesión continuó en marzo”.
Y agregó el informe: “la gran mayoría de las estadísticas sectoriales relevadas están mostrando una contracción, a excepción de las vinculadas al sector primario, reflejando incluso, caídas de dos dígitos para los rubros vinculados al comercio minorista, la construcción y la industria manufacturera”.
Caber ecordar que en febrero la economía cayó 3,2% interanual.
La actividad económica este año estará caracterizada por un desempeño heterogéneo: por un lado, el sector primario crecerá cercano al 10%; y por otro, las ramas vinculadas al consumo interno mostrarán una caída.