“El texto es como una partitura de acción”
Los coreógrafos presentan un programa de dos obras, junto al Ballet Contemporáneo del legendario Teatro San Martín: Los gestos de la sal y El eco de las manos.
El Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín presenta actualmente, de jueves a domingo en el Teatro Regio (Av. Córdoba 6056), un programa doble, integrado por dos obras de sendos coreógrafos argentinos: “Los gestos de la sal”, de Teresa Duggan; y “El eco de las manos”, de Nicolás Berrueta. Ella, de larga trayectoria, aplica su capacidad para crear imágenes límpidas combinando cuerpos ensamblados, luces y objetos; el lirismo habitual de sus creaciones se aplica en este caso a la traslación coreográfica de un cuento de Alejandra Kamiya, que narra una historia de amor, que nace en la aridez de una salina, imaginariamente ubicada en el Noroeste de nuestro país. Por su parte, él, que fuera bailarín de la compañía, está de regreso luego de más de una década de vida en Chile; la experiencia en proyectos como coreógrafo lo trae ahora al lugar donde se había desarrollado primero como intérprete.
—¿Cómo surgió cada una de sus obras?
—NICOLÁS BERRUETA: La obra surge de la convocatoria de Andrea Chinetti cuando se enteró de que yo iba a regresar al país. Hacía diez años que estaba fuera y ésta era una manera de regresar al país y a lo que siento como mi casa, el Teatro San Martín: yo me formé en el Taller de Danza y bailé diez años en la compañía. El disparador para esta obra son las emociones, a partir de la música de Claudio Martini, que no da un relato o historia, sino que sirve para hacer el guión que muestra cómo el cuerpo sufre modificaciones dependiendo del entorno. Se relaja si hay un contacto cariñoso; se cierra y se tensa la musculatura, cuando no sentimos seguridad suficiente y por instinto, el cuerpo actúa en defensa propia.
—TERESA DUGGAN: Los cuentos de Alejandra Kamiya me conectan con el movimiento; las imágenes son escenas. La textura del texto es como una partitura de acción. Me centré en la historia de amor, la inmensidad y el despojo del paisaje; lo simple, lo bello. Las características de los personajes se traducen en la calidad del movimiento y en la dinámica. Por ejemplo, la rutina de los hombres trabajando en las salinas da cierta monotonía, que genera una atmósfera muy opuesta a cuando los protagonistas, Petra y Atanasio, se encuentran. O cuando se reciben las flores en el pueblo como una revolución. Cada escena, la trabajamos con sus características, pero no con pasos establecidos. —¿Qué relación se produce al poner estas dos obras juntas en el escenario?
—B: En este programa compartido con Teresa, su obra tiene imágenes y escenografía. A mí, en contraposición, Andrea Chinetti y Diego Poblete me pidieron lo opuesto, como para generar un equilibrio en el programa: una obra muy bailada y con poca escenografía. Me estoy volviendo a vincular con la compañía y estoy proponiéndole mi lenguaje de movimiento. —¿Cómo describirían a esta compañía y cuál es su situación actual frente a los diversos recortes en el área de la cultura?
—B: La compañía del Teatro San Martín siempre fue muy sólida, con mucho carácter y mucho talento entre sus artistas. Creo que eso se sigue manteniendo. Pero recién llego y sería muy injusto dar cuenta de su situación actual, por el poco tiempo que pasé en esta creación.
—D: El tiempo de ensayo fue muy breve, fue todo muy acelerado, a contrarreloj. Cuando monté “Dos pétalos” [en 2017], era otro el ambiente de trabajo: más distendido y con más tiempo a favor. Ahora, hubo muchas reuniones todo el tiempo para reclamar y lograr ciertas cosas. De cualquier manera, me siento una privilegiada y agradecida de estar trabajando con la compañía en este momento.
“Lo que me marcó es la convicción, la dedicación y la búsqueda” Teresa Duggan