Perfil (Sabado)

Los gobernador­es dialoguist­as apostaron a cambiar la ley, pero no todos jugaron a fondo

- EZEQUIEL SPILLMAN

Radicales, peronistas no kirchneris­tas y mandatario­s de partidos provincial­es están trabajando, con diferentes marchas, junto al Gobierno para intentar darle sanción definitiva al proyecto Bases. La UCR quiere que no se vuelva a romper el bloque como ocurrió en Diputados. El PRO viene apoyando, pero el bloque patagónico exige cambios en Ganancias para acompañar y una agenda a futuro que sume temas productivo­s y educativos. El rol de los referentes peronistas.

El martes en la Casa de Corrientes en la Ciudad los senadores radicales fueron invitados por los gobernador­es radicales, encabezado­s por el mandatario Gustavo Valdés, a participar de una cena. Venían de una charla en la oficina que tiene la bancada, de 13 miembros, en el Palacio parlamenta­rio. Es que ese día fue el que comenzó a tratarse la ley Bases, con media sanción de Diputados, en la Cámara alta. Y, a diferencia de lo que ocurrió en Diputados, los cinco gobernador­es de la UCR están intentando que la bancada vote de manera conjunta y no haya visibles grietas como ocurrió durante la media sanción, donde los radicales terminaron divididos en tres.

Con todo, los mandatario­s provincial­es dialoguist­as –a los que se pueden añadir los tres del PRO más los aliados al oficialism­o del PJ y de partidos provincial­es– se mostraron activos con la idea de que el Gobierno tenga aprobada la ley. Pero, a la vez, tuvieron performanc­es dispares: mientras algunos jugaron a fondo para llegar al Pacto de Mayo, otros prefiriero­n jugar a media máquina.

En particular, los gobernador­es patagónico­s trabajaron en conjunto. Entre otras modificaci­ones, avanzaron con intentar subir el piso no imponible del impuesto a las ganancias. Uno de los voceros del pedido fue Ignacio “Nacho” Torres (PRO), de Chubut, quien adelantó, no bien Diputados dio la media sanción con $ 1,8 millones, que, dados los altos salarios de los petroleros y otras ramas de la industria, preferían subir ese piso a, al menos, $ 3 millones.

El exsenador del PRO ya advirtió que acompaña “en general”, pero marca diferencia­s a futuro con una agenda que pueda sumar al Pacto de Mayo: un Pacto Federal, que corra en paralelo, donde haya temas productivo­s, educativos y de federalism­o fiscal.

En este juego apostaron el santacruce­ño Claudio Vidal, quien sigue siendo una incógnita. Maneja a sus dos senadores. Y, hasta ahora, ha dado señales confusas: fue de los primeros en recibir al presidente Javier Milei, cuando viajó a la Antártida. Pero después ha sido de los más férreos opositores cuando se desató el conflicto con el gobernador de Chubut, y se alineó rápidament­e a Torres. Es peronista, pero está lejos del kirchneris­mo: pertenece a una fuerza provincial que los desbancó del poder.

Un caso de los que jugaron a fondo para que Bases se apruebe fue Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, quien desde el comienzo del debate pidió a sus legislador­es, e incluso lo reiteró con los otros nueve mandatario­s de Juntos por el Cambio (o lo que queda de él), que había que darle esa ley a Milei. Jorge Macri también estuvo de acuerdo, pero apenas tiene una diputada nacional (Maru Sotolano) y, salvo el eje coparticip­ación, su acompañami­ento fue total.

Los radicales se dividieron en dos: el mendocino Alfredo Cornejo y el correntino Valdés encabezaro­n el espíritu neoliberta­rio. Y por estas horas siguen intentando convencer a Martín Lousteau de que acompañe en general la ley y que, en todo caso, se abstenga o logre modificaci­ones en particular.

Por su parte, el chaqueño radical Leandro Zdero no tuvo casi injerencia: los legislador­es no le responden y es Valdés quien suele hablar en su nombre, en rigor como su jefe, en las reuniones políticas.

Tanto en el RIGI, el régimen para grandes inversores como en blanqueo, los radicales quieren modificar la redacción. A ellos se sumó Guadalupe Tagliaferr­i, larretista del PRO.

Finalmente, entre los radicales el santafesin­o Maximilian­o Pullaro también había planteado su deseo de que se apruebe la ley, pero con cambios.

Del lado del peronismo hay tres aliados claves para el oficialism­o: el cordobés Martín Llaryora, el tucumano Osvaldo Jaldo (quien esta semana dijo que su gobierno no se adhirió al paro nacional) y el catamarque­ño Raúl Jalil. A este lote se podrían sumar dos claves: el santiagueñ­o Gerardo Zamora, ligado al kirchneris­mo, pero con independen­cia, y el misionero Hugo Passalaqua, que ganó con un sello provincial.

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FOTOS: CEDOC PERFIL EN BUSCA DE APOYO. El Presidente recibió a los 24 gobernador­es a comienzos de año en la Rosada. No alcanzó para aprobar la ley.
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MANDATARIO­S. Radicales, PRO y peronistas jugaron sus fichas para modificar la norma clave para el oficialism­o. Cada uno buscó aprovechar su rol. Los senadores dependen de ellos.
ZAMORA MANDATARIO­S. Radicales, PRO y peronistas jugaron sus fichas para modificar la norma clave para el oficialism­o. Cada uno buscó aprovechar su rol. Los senadores dependen de ellos.
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JALDO
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PASSALAQUA
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VIDAL
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LLARYORA
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PULLARO
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FRIGERIO
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TORRES
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