Israel bombardea Rafah pese a la advertencia de Biden
El ejército continúa con su “operación antiterrorista limitada”
A pesar del anuncio del presidente de Estados Unidos de que suspenderá el envío de determinadas armas si Israel finalmente decide la invasión de la ciudad en el sur de la Franja, el gabinete de guerra del gobierno de Benjamin Netanyahu aprobó continuar con las operaciones militares en la zona donde, según la inteligencia israelí, permanecen varios batallones de Hamas. En tanto, los mediadores, Estados Unidos, Qatar y Egipto, tratan de reavivar las negociaciones luego del retiro de las delegaciones de ambas partes de El Cairo, donde no hubo acuerdo en torno a la última propuesta para llegar a un cese del fuego.
Israel bombardeó ayer numerosos puntos de la Franja de Gaza, en particular en la ciudad de Rafah, donde las operaciones militares contra Hamas hicieron huir ya a más de 100 mil personas.
El jueves concluyó sin acuerdo en El Cairo una ronda de negociaciones indirectas que buscaban una tregua entre Israel y la facción islamista palestina tras siete meses de guerra.
El presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con suspender las entregas de ciertos tipos de armas a Israel si Netanyahu lanza una gran ofensiva contra Rafah.
“Si tenemos que quedarnos solos, nos quedaremos solos. Como ya he dicho, si hace falta, combatiremos con uñas y dientes”, respondió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Según la ONU, más de 100 mil personas han huido de esta ciudad en el extremo sur de Gaza para refugiarse en otras zonas del territorio desde el lunes, cuando Israel llamó a evacuar el este de la localidad.
“Unas 30 mil personas huyen de la ciudad cada día”, indicó el director de la oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) para Gaza, Georgios Petropoulos.
Petropoulos señaló que “la mayoría de estas personas tuvieron ya que desplazarse cinco o seis veces” desde que empezó en octubre el conflicto entre Israel y Hamas, que gobierna en Gaza desde 2007.
Algunos se dirigen a Khan Younis, una ciudad en ruinas ubicada unos kilómetros más al norte, mientras que otros no saben adónde ir. Testigos reportaron también bombardeos y combates en ciudad de Gaza, en el norte de este territorio palestino.
Acciones humanitarias paralizadas. El primer ministro israelí considera necesaria una ofensiva terrestre sobre Rafah, donde, según él, se encuentran los últimos batallones de Hamas. La ciudad acoge a unos 1,4 millones de palestinos, en su mayoría desplazados por la guerra de otras partes de la Franja, lo que hace temer a la ONU un “baño de sangre”.
Israel despliega desde el martes incursiones en el este de Rafah y tomó el control de su paso fronterizo con Egipto, clave para la entrada de la ayuda humanitaria. El ejército israelí informó ayer que continúa con su “operación antiterrorista limitada” en algunas zonas de Rafah.
Agencias de la ONU han advertido de las consecuencias del cierre del paso fronterizo de Rafah, por donde entraba el combustible a Gaza, y del cruce de Kerem Shalom, reabierto el miércoles tras tres días cerrado.
La falta de carburante “paraliza por completo las operaciones humanitarias”, dijo Andrea de Domenico, que dirige la Oficina de la OCHA en los Territorios Palestinos. Si no llegan suministros de combustible, “las consecuencias se notarán casi inmediatamente”, alertó la directora de Unicef, Catherine Russell.
“Las incubadoras para los bebés prematuros no tendrán electricidad, niños y familias se deshidratarán o consumirán agua no potable y las alcantarillas se desbordarán, propagando enfermedades”, proyectó.
La “pelota”, en las manos de Israel. Durante los últimos dos días, los mediadores entre Israel y Hamas, Qatar, Egipto y Estados Unidos, intentaron forjar un pacto que permita la liberación de rehenes israelíes y evite un asalto contra Rafah. Sin embargo, Hamas, que había aceptado el lunes la propuesta presentada por los mediadores, dijo en una carta a otras facciones palestinas que Israel la había rechazado. “La pelota está ahora completamente” en las manos de “la ocupación”, afirmó la facción palestina considerada terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
El medio egipcio Al Qahera News, cercano a los servicios de inteligencia del país, señaló que los mediadores continuaban sus esfuerzos “para acercar los puntos de vista de ambas partes” tras la marcha de ambas delegaciones.
Fuentes israelíes dijeron a la prensa de su país que Hamas había exigido un cese del fuego inicial de doce semanas, en lugar de las seis que preveía la propuesta original de los mediadores y que había sido aceptada por Israel.
Por su parte, fuentes de Hamas dijeron que la última propuesta establecía una tregua de tres fases, cada una de 42 días de duración. También incluía la retirada de Israel de Gaza y un intercambio de rehenes por presos palestinos con el objetivo de “un alto el fuego permanente”. Pero Israel replicó que la oferta quedaba “lejos de sus exigencias” y reiteró su oposición a un alto el fuego permanente hasta vencer al grupo islamista.