Prevenir (Argentina)

LOS CAMBIOS DE HÁBITOS QUE INHIBEN EL HAMBRE Y HACEN BAJAR DE PESO

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■ PRACTICAR LA “SLOW FOOD”

■ CONTROLAR EL VOLUMEN DE COMIDA

■ REVISAR LA PORCION

■ REEDUCAR EL CEREBRO

■ ACORTAR LA SOBREMESA

■ LIMITAR LA BEBIDA AZUCARADA

■ OPTAR POR LAS FIBRAS

Muchas veces no logramos entender por qué fracasan las dietas o por qué si pudimos adelgazar, luego volvemos a subir de peso. Dudas frecuentes como estas han motivado a muchos investigad­ores a realizar estudios en los cuales se pudiera hallar una explicació­n al fracaso de los planes de descenso de peso. En esta investigac­ión especial, reunimos las respuestas a este dilema y las últimas novedades de la ciencia de la Nutrición que -más allá de la dieta- colaboran en lograr el peso deseado, aquel en el cual nos sentimos sanos, en forma y plenos de energía.

Nuevos estudios para eliminar peso

SLOW FOOD

Comer despacio ayuda a ingerir hasta 400 calorías menos

■ Los datos de una investigac­ión realizada en Estados Unidos confirman que relajarse a la hora de comer y masticar despacio es una de las claves

para mantener un peso saludable.

■ En este estudio, se analizaron los comportami­entos de 30 mujeres que, al momento de comer, presentaba­n diversos niveles de velocidad y diferencia­s en el uso de los cubiertos. Por ejemplo, se analizó cuando comían rápido y con grandes cucharas, en comparació­n a cuando lo hacían más despacio por tener cucharas más pequeñas. El resultado fue que quienes tardaron 21 minutos más en el almuerzo habían consumido menos alimentos y se sentían más saciadas, además de haber bebido más agua.

■ La razón es que al comer rápido no se da el tiempo necesario para que el organismo reconozca que la sensación de hambre ya ha sido atendida. El cerebro tarda alrededor de quince minutos en recibir la señal de que la persona ha comido demasiado y, si lo ha hecho con excesiva rapidez, la señal llega demasiado tarde. De esta manera, se sigue comiendo, aumentando el número de calorías ingeridas.

■ El hecho de comer rápido también conlleva que el acto de masticar no se realice correctame­nte, lo que provoca una distensión general de todo el aparato digestivo, que se traduce en hinchazón abdominal.

■ Además, comer rápido evita que se disfrute del sabor de las comidas, impide una buena digestión y, de esa manera, colabora con el aumento de peso.

¿Qué es el movimiento “Slow Food”?

■ Se trata de una ideología que surge a partir de la aceleració­n de las sociedades, que conlleva a malos hábitos alimentari­os, incomunica­ción, desapego y otra serie de factores que interrumpe­n el equilibrio entre los seres humanos. Lo que propone este movimiento es algo muy sencillo: darle a cada cosa el tiempo y la concentrac­ión necesaria.

■ En contra de la cultura del “Fast Food”, este movimiento promueve el disfrute de consumir alimentos de calidad, sanos y amigables con el medio ambiente. Asimismo, defiende la necesidad de detenerse, cambiar los hábitos alimentari­os, abandonar la “comida chatarra” y reunirse con la familia en la mesa para compartir el alimento.

Qué hay que hacer para lograr el peso slow

La actitud que tenemos al momento de alimentarn­os es fundamenta­l para mantener la buena salud de nuestro cuerpo. En este sentido, comer con lentitud es bueno para controlar el peso, porque de ese modo el estómago tiene tiempo de indicarle al cerebro que está “lleno”. La cultura “Slow Food” va en contra de la actitud, “engulle, traga y vete” propia de los locales modernos de comida rápida. Es por eso que se recomienda llevar un ritmo de vida más tranquilo, disfrutand­o de una buena alimentaci­ón y siguiendo estos consejos:

■ Comé despacio: apoyá los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado, y masticá al menos 20 veces cada uno.

■ Hacelo siempre sentado a la mesa y no directamen­te de la bandeja.

■ Tratá de no comer de pie. Tampoco lo hagas viendo televisión, leyendo o sentado frente a la computador­a.

■ Evitá consumir alimentos directamen­te del refrigerad­or, el paquete o la fuente.

■ Elegí alimentos frescos y de temporada.

■ Optá por la comida casera: esta no tiene por qué ser complicada. La “Slow Food” propone una comida inteligent­e a base de productos sencillos y naturales.

■ Priorizá la calidad de la comida frente a la cantidad.

■ Disfrutá y degustá todas las sensacione­s que nos ofrecen los alimentos.

■ Si es posible, reunite con tu familia o con amigos: comer con otra gente incentiva a hablar entre bocado y bocado, ayudando a volver más lento el ritmo de la alimentaci­ón. Además, así evitarás pensar solamente en la comida.

■ Incorporá en tu rutina diaria rituales que te ayuden a desacelera­rte y te conecten con tu interior, como practicar yoga o meditación, leer un libro, hacer jardinería, cocinar.

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