Pronto

VENDI LA CASA, REGALE “EL AUTO Y ME VINE A VIVIR A BUENOS AIRES”

- Ivana Hauschildt Fotos: Virginia Rodríguez

Tras el paso de los huracanes Irma y María por Puerto Rico en septiembre de 2017, gran parte de la isla quedó devastada y fue entonces cuando David Labault Rodríguez, más conocido como Sie7e (41) decidió mudarse a Argentina para arrancar su carrera desde cero otra vez. El cantante, famoso por el hit Tengo tu Love, ganador de un Latin Grammy al Mejor Artista Nuevo en 2011, cortó los lazos con Warner, la discográfi­ca que lo manejaba desde hacía seis años y decidió lanzarse como artista independie­nte en nuestro país creando un CD puramente de reggae. “Hace un año que estoy con mi familia viviendo en Buenos Aires. Los huracanes destaparon muchos problemas que tenía Puerto Rico y en medio de eso me di cuenta que yo también estaba pasando por mi propio huracán a nivel personal”, cuenta el cantautor mientras se acomoda para charlar con Pronto.

-¿Qué te pasaba?

-Sentía que estaba muy feliz respecto a mi familia pero no así en torno a lo laboral. Mi creativida­d estaba en una calle sin salida y charlando con mi esposa, que es muy sabia, entendí que tenía que hacer un cambio de rumbo si quería revertir la situación. Fue entonces cuando tomamos la decisión familiar de irnos, de mudarnos a otro país para abrirnos una ventana a nuevas posibilida­des. -¿Por qué eligieron Argentina?

-Es un país que a mi mujer le gusta mucho. Hacía varios años que estaba diciéndome “vámonos para Argentina” y por mis contratos no podíamos. Nos gusta la gente de acá. La cultura, la variedad musical que tienen y cómo funcionan los proyectos de quienes sueñan y se esfuerzan. Además los artistas grandes de aquí tienen un arraigo especial con la gente, se siente el cariño, y eso para mi carrera es sumamente importante.

-Ya cumplieron un año acá. ¿Cómo les está yendo? -Bien. Acostumbrá­ndonos todavía, aprendiend­o y creciendo. Estamos viviendo con lo que cabe en una maleta. -¿Me lo decís literal?

-Sí. Solo trajimos de Puerto Rico lo que a cada uno le parecía indispensa­ble. Todo lo que puede caber en una maleta, o “valija” como le dicen aquí. Ando siempre con la misma ropa ahora, y sé que los que saben de moda me van a decir que está mal tener poca variedad pero a mí me gusta solo andar con mis prendas favoritas porque aprendí a valorar lo poco que tengo.

-¿Qué hicieron con todas sus pertenenci­as?

-Las regalamos. La mayoría de las cosas se las dimos a personas de nuestra familia, lo que para nosotros significa que sigue quedando cerca. Mis hermanos, mis padres,

mis cuñados, fueron los que más recibieron nuestras pertenenci­as. ¿El Grammy dónde quedó? Se lo dejé a mi papá. Me desprendí de él pero se lo di a alguien que sé que lo valora mucho. Para mí el premio es algo simbólico y creo que la energía que genera en realidad no está en el trofeo sino en uno así que se lo di y yo me lo llevo en el corazón.

-¿Y qué pasó con las cosas grandes como el auto o la casa?

-El departamen­to donde vivíamos lo vendimos y el auto se lo dejamos a la familia para que lo use quien necesite. Te digo que cuando empiezas a soltar las cosas te sientes mejor, y aunque es difícil desprender­se de lo que uno tiene, porque son cosas que hasta ese momento fueron fundamenta­les para tu vida, te das cuenta de que puedes vivir tranquilam­ente sin ellas y que te liberas de responsabi­lidades y de tiempo.

-¿A qué te referís?

-A que las cosas materiales terminan adueñándos­e de uno. Es todo parte de un formato de vida que nos enseñan desde pequeños y creo que hay otra vía paralela en donde en realidad uno puede vivir mucho más simple, y en donde la felicidad surge de los valores sentimenta­les en vez de la compra de objetos. -Se te nota convencido con lo que decís pero ¿fue tan fácil para vos desprender­te de todos los lujos para vivir más austero?

-Claro que no. Me costó mucho dejar atrás todas mis cosas pero me apoyé mucho en mi mujer, que como te dije antes, es muy sabia y es la que lleva las riendas de la casa. Ella me terminó de convencer que lo mejor era dejar todo atrás y mirar hacia adelante.

-Pero también dejaron familia atrás.

-Sí, y aunque tenemos la suerte de ir a visitarlos, no es lo mismo que vivir con ellos. Además ahora mi hija Paola va a ser mamá por primera vez junto a su novio y me cuesta no estar a su lado. -¿Ella no vino con ustedes para Buenos Aires?

-Sí vino pero al tiempo regresó con su compañero para Puerto Rico así que la extrañamos, aunque la apoyamos desde aquí.

-¿Cómo hicieron con tu hijo más chico, Jai, respecto a la escuela?

-Estamos probando el Home Schooling, que es enseñarle en casa en vez de ir al colegio. Pensamos en educarlo así ya que necesitába­mos que nuestra familia fuera una unidad móvil por si en algún momento nos volvemos a trasladar, y por ahora está funcionand­o muy bien.

-El haberte venido a vivir a Argentina, ¿tuvo que ver también con tu separación de la compañía discográfi­ca?

-Fue más bien una consecuenc­ia. Cortamos los lazos con la disquera y luego me vine aquí. Muchos me preguntan si nos peleamos, o si terminamos mal, y lo cierto es que no. Nos llevamos muy bien porque detrás de la marca están las personas que hacen el trabajo y que son geniales, pero hace tiempo creía que mi etapa con ellos ya estaba terminada y por eso decidí irme.

-¿Fue de un día para el otro?

-Para nada. Lo conversamo­s mucho. La ecuación entre ellos y yo funcionó durante un tiempo y después no, pero no fue culpa de nadie. Siempre voy a estar agradecido de todo lo que me ayudaron con mi carrera y principalm­ente durante la época de los huracanes, pero lo cierto es que a nivel creativo estábamos en lugares distintos y yo tenía ganas de hacer cosas nuevas. En varias ocasiones pedí la carta de salida y ellos me convencier­on para seguir probando un tiempo más a ver si funcionaba, pero a lo último ya me dejaron libre para que pudiera venirme a Argentina a hacer lo que quería. Y estoy muy contento con la decisión. Ahora estamos tramitando la residencia porque nuestra idea es quedarnos aquí.

-Además te lanzaste como músico independie­nte.

-Sí, y la sensación que me generó eso fue la de volver a ser niño y entrar en una juguetería. Por primera vez en siete años todo depende de mis decisiones. Reuní a mi banda e hicimos un disco de reggae, que es un estilo que amo y hace mucho quería cantar. El CD además está grabado completame­nte en vivo y sin corregir, y lo produje y mezclé yo. Lo siento como un logro personal muy grande. Es como grabar el primer álbum de mi vida... de mi nueva vida.

-¿Cómo fue pasar de ser ganador de un Latin Grammy a arrancar tu carrera casi de cero otra vez?

-Mirá yo creo que todos tenemos un ego, ¿no? Y lo que me costó no fue pasar de tener un éxito a no hacer tan popular mis canciones, al contrario, lo que sentía era que yo no era tan bueno como otros colegas entonces me preguntaba: “¿Por qué me dieron el Grammy a mí?”. ¿Qué tengo yo que ellos no? Tenía una especie de culpa de sobrevivie­nte. Mi ego no iba por el lado de hacerme famoso, sino de creerme superior en torno a lo musical. Por suerte mi familia siempre me mantuvo los pies sobre la tierra.

“LAS COSAS MATERIALES SE ADUEÑAN

DE UNO”

Motivacion­al

Acaba de publicar un disco de reggae. Además, brinda charlas TED tituladas: “Si cabe en tu

mente, cabe en tu mundo”.

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En familiaSie­7e junto a su esposa, Jéssica Rodríguez, y Jai, el hijo de ambos. Paola, la mayor, volvió a Puerto Rico con su novio y en breve convertirá en abueloal cantante. “A mi mujer le encanta este país”.
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