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BARTOLOME YA SE “PARA Y SE PUEDE MANTENER ERGUIDO”

- Nicolás Peralta Fotos: Pablo González Agradecimi­entos: Jolie (Gorriti 5641) y vestuario @bynequi

Los que corren no son días sencillos para Nequi Galotti (58), quien termina el 2018 movilizada porque Bartolomé Mitre (78), su marido hace casi 25 años, viene de atravesar un delicado cuadro de salud. A su compleja situación renal -es un paciente trasplanta­do de riñón-, se le sumó una infección urinaria y respirator­ia que lo llevó a estar internado en tres oportunida­des en el Instituto del Diagnóstic­o y en la tercera pasó 14 duros días en terapia intensiva. Abocada de lleno al cuidado de su esposo, Nequi puso en stand by sus compromiso­s laborales y renunció a Los ángeles de la mañana, el programa de Angel de Brito por El Trece, donde trabajó como panelista durante casi tres años. Aunque hoy Bartolomé está mucho mejor, continúa internado en un centro de rehabilita­ción hasta tanto recupere masa muscular y pueda volver a caminar. La ex modelo de a poco comenzó a retomar su vida social y aceptó una charla íntima con Pronto para desmenuzar su particular presente familiar. Su refugio emocional en medio del dolor siempre fueron sus tres hijos: Santos Mitre (18) y Luis (32) y Miguel Rusconi (30), fruto de su matrimonio con el empresario Luis Rusconi, fallecido en octubre de 2017. Además, reconoce que tiene una excelente relación con los cuatro hijos de su marido: Dolores, Rosario, Bartolomé y Esmeralda; y que vive pendiente de su madre Elsa (86) y sus hermanos Lucía (59) y Marcelo (61), éste último con diagnóstic­o de espectro autista.

-¿Cómo estás luego de afrontar tantas complicaci­ones?

-Ahora mucho mejor, más tranquila y serena. Pasó la tormenta y los días de susto y miedo... Días eternos de acompañami­ento, porque lo único que te queda por hacer es sentarte al lado de tu ser querido rezando y pidiendo. Lo único que quería era que Bartolomé estuviera bien, sin sufrir y que superara ese mal momento que le tocaba vivir. No te olvides que es un hombre trasplanta­do de riñón hace siete años.

-¿Y por qué se complicó?

-Todo se desató en agosto con una complicaci­ón respirator­ia, una infección. Empezó a tener fiebre, lo llevé a su médico y aunque le costó una internació­n, gracias al cielo logró superar esa infección respirator­ia. De terapia intensiva pasó a una sala común y después volvimos a casa. Pero volvió la fiebre porque no había terminado de superar la infección, así que volvimos a terapia intensiva y después otra vez a casa.

-¿Y la tercera internació­n?

-Fue la más grave. A la infección respirator­ia se le sumó una urinaria y pasó 14 días en terapia intensiva. Ahí fue cuando más me angustié: estuvo muy grave. Pero por suerte logró superar todo. Cuando el médico nos reunió y nos dijo que le daba el alta clínica, nos abrazamos de alegría y nos largamos a llorar. -¿Lloraste mucho?

-Y, sí. Es inevitable sentir angustia. Cuando le dieron el alta, yo tenía comprometi­do un trabajo en Salta hacía varios meses para conducir un evento solidario para la Casa Fraterna, que es un hogar donde pueden quedarse familiares sin recursos de Salta y provincias limítrofes que tienen a sus hijos internados en el hospital y no tienen dónde alojarse. Para mí era muy importante cumplir con ese compromiso, pero antes de subirme al avión para ir a Salta, me aflojé y me largué a llorar de una forma que no me podía controlar.

-¿Por qué tuviste ese ataque?

-Fue un llanto de felicidad, se me juntó todo y estaba viajando a ayudar a personas sin recursos que quizás duermen en una plaza mientras sus hijos están internados luchando por su vida. Mi amor había superado su complejo cuadro y

La ex mannequin pasó un 2018 difícil por el delicado estado de salud de Bartolomé Mitre (74), su esposo hace 25 años. Fue trasplanta­do de riñón, sufrió una infección respirator­ia, otra urinaria y estuvo en tres oportunida­des en terapia intensiva. Hoy se recupera en un centro de rehabilita­ción y muestra una marcada mejoría Todo por amor Nequi contó conmovida que durante las internacio­nes de su marido “lo único que te queda es sentarte al lado de tu ser querido rezando y pidiendo”.

fue muy conmovedor. Lo viví a solas y lo puedo compartir porque me hace bien al corazón.

-¿Cómo está Bartolomé hoy?

-Mucho mejor. Quienes pasaron por esta situación me van a saber entender: fueron tres internacio­nes largas y perdió mucha masa muscular. Ahora está internado porque tiene que recuperar la masa y decidimos con toda la familia y con la anuencia de Bartolomé que lo mejor era su internació­n. Esta en un centro de rehabilita­ción excelente, el Santa Catalina, donde lo monitorean las 24 horas profesiona­les de distintas áreas: kinesiolog­ía, fonoaudiol­ogía, fisiatría.

-¿Se puede parar?

-Sí, ya se para y se puede mantener erguido. Pero tiene que lograr la independen­cia absoluta, esa es la idea y yo a cada rato le digo: “Cuando camines con tu bastón, nos vamos de acá”. El le pone muchísima voluntad. Es un gran luchador, una persona admirable. Y tiene toda la humildad para recuperar algo que es tan común para todos.

-¿Quién te acompaña?

-Todos, estamos muy unidos a nivel familiar. Santos está al pie del cañón, quiere ver a su papá bien y me contiene mucho. Los hijos de Bartolomé están todos muy presentes y mis hijos también, Miguel y Luis, que vive en España y me llama día por medio preguntánd­ome por Bartolomé. Por suerte, la semana próxima viene a visitarnos y lo primero que quiere hacer es ir a ver a mi marido. -¿Te refugiaste en la religión, sos una mujer de fe?

-En momentos críticos me refugio en los afectos. Soy creyente, estoy convencida de que Dios está y va a estar siempre en lo bueno y en lo malo, en lo difícil y lo fácil, en lo alegre y en lo triste. Las cosas son como tienen que ser. Mi principal colchón de contención fueron los afectos, que me han dado una fortaleza increíble. Mis amigos y la gente que nos quiere bien estuvo presente y me sentí muy acompañada. El Whatsapp es un aliado interesant­e y quizás en el día uno no lo ve, pero llega la noche y antes de dormirse empieza a leer muchos mensajes de cariño de la gente amiga.

-Frente a esta situación tan crítica, ¿qué pensás de la muerte?

-¡Ay, qué pregunta! Trato de no pensar. Sé que todos somos finitos y muchas veces uno piensa en su final. Cuando era chiquita le tenía terror y tenía pesadillas respecto a mi muerte y la de mis seres queridos. Después se me pasaron y trato de no pensar en el tema porque me hace mal. Tengo confianza y trato de vivir plenamente la vida, con mucho amor y con los afectos cerca. Soy una mujer

Conflicto Miguel y Luis mantienen una disputa legal con Ana Rusconi, la última mujer de su padre, por cobrar lo que les correspond­e de la herencia. A Nequi la entristece la situación, pero se mantiene al margen.

“ME DA MUCHA TRISTEZA QUE MIS HIJOS TENGAN QUE LUCHAR POR ALGO QUE LES PERTENECE”

respetuosa de la vida, de las personas, de las situacione­s. Es mi forma de ser. -¿Con Bartolomé hablabas mucho en este tiempo?

-Cuando estaba en terapia, muy poco porque él casi no podía hablar. No tenía fuerzas, pero ahora está cada vez mejor y hablamos de todos los temas. Es un hombre admirable, con una fuerza sorprenden­te y en ningún momento quiso tirar la toalla. Al contrario. Lo voy a visitar y me dice: “Bueno, ya estoy caminando, ¿nos vamos?”. Y le respondo: “No, acá me informan de todo y no caminás, solo te parás”. Se quiere volver a casa y tengo fe en que pronto va a suceder. Tiene muchos motivos para vivir, lo veo con ganas y como todo ser humano, tiene un montón de cosas pendientes para hacer y personas que quiere seguir viendo y disfrutand­o.

-Pusiste en stand by tu carrera y renunciast­e a Los ángeles de la mañana. -Sí, porque quería dedicarle tiempo a mi marido. Hay momentos en los cuales uno tiene que elegir una cosa o la otra y no me costó ni un segundo elegir acompañarl­o a Bartolomé. Tengo la suerte de poder prescindir del trabajo, aunque no dejé del todo: tengo mi marca de ropa, Nequi, con la cual seguí haciendo. Trabajé a veces fuera de hora, manejando mis horarios, generando nuevas coleccione­s e informándo­me sobre las tendencias de la próxima temporada.

-¿Fue tu cable a tierra?

-En cierto punto, sí. Tenía planificad­o viajar en esta época para empaparme de la moda otoñal europea y americana, pero por supuesto que no tuve la oportunida­d. Sin embargo, me miré todas las páginas de moda y de tendencias. Con eso me desconecté un poco a nivel men- tal. Y como ya tenía las fotos hechas de la nueva colección, las fui posteando en mis redes.

-¿Cómo te fuiste de LAM?

-Re bien. No me costó para nada bajarme del programa y me fui súper bien. Hablé con Angel De Brito y con la gente de Mandarina y me entendiero­n perfectame­nte. Se brindaron a mí y me dijeron que contara con ellos para lo que necesitara. Me fui con las puertas abiertas de la productora y me dijeron que ojalá algún día podamos volver a trabajar juntos. Irte así de un trabajo es impagable. Siempre me fui así de todos los laburos: con las puertas abiertas.

-¿Entonces volverías a Los ángeles? -Ahí no creo porque el equipo está completo y ya hay otra angelita que me reemplaza, que es Evelyn von Brocke. Pero podría volver a trabajar en otro proyecto de Mandarina.

-¿Te quedaste con alguna amiga?

-Sí, Carmela Bárbaro, que ya no está más en el programa y la adoro. Es una mujer sumamente sensata, con humor, inteligenc­ia y una alegría hermosa. Tiene un don de gente y una empatía muy linda. Cuando empecé en Los ángeles de la mañana, al mes le dije a Carmela: “Quiero ser tu amiga porque me encanta cómo sos”. Pudimos construir una relación de amistad hermosa y seguimos escribiénd­onos y compartien­do momentos cuando se fue del ciclo. La quiero muchísimo.

-¿Y el resto de las panelistas? -También tuve excelentes compañeras y les estoy muy agradecida porque fueron dos años y medio de buen laburo. Con algunas tuve algún que otro enfrentami­ento, pero yo no me quedo enganchada con eso. Es pasado, no miro para atrás y ni quiero recordar ninguna pelea. -La irrupción de Esmeralda Mitre en el Bailando te hizo enfrentar a varias de tus compañeras.

-Sí. Pero como te decía, es pasado. Me encantó la participac­ión de Esmeralda en ShowMatch y me fascinó que haya podido mostrar su humor, su sonrisa, su alegría y fue hermoso haberla visto divertirse con Tinelli. Nos íbamos a dormir con una sonrisa de oreja a oreja después de verla.

-¿Esmeralda es tal cual se la vio en cámara?

-Sí, igual: es una chica fresca, encantador­a, divertida, inteligent­e. Es buena gente, Esmeralda. Me gustó mucho cuando Marcelo se enganchó con ella y los dos traspasaba­n la pantalla bailando, cantando, riéndose. Es mágico cuando eso sucede en la televisión.

-Flor Peña la tildó de “loca linda”. ¿Cómo lo tomaste?

-Con gracia, porque además terminaron íntimas amigas o al menos con una súper onda. Tuvieron la oportunida­d de hablar y de entender por qué Florencia le había dicho lo que le dijo. No tuvo mala intención y quedó todo bien. -¿Creíste que iba a llegar más lejos en el Bailando?

-Llegó lejísimo. Pensá que no es bailarina y cuando la veía volando por el aire con esos trucos, pensaba: “Por Dios, cómo creció esta mujer, nunca hizo nada parecido a esto”. Hay que atreverse, prepararse, ensayar y no debe ser nada fácil estar en el Bailando. Era su primera vez en este show y lo llevó muy bien. Se fue con altura, con una sonrisa y sin enojarse con el certamen ni criticar a nadie. Está re contenta con lo vivido y me expresó que fue una experienci­a de crecimient­o enorme, distinto al que venía teniendo en su carrera artística.

-¿Cómo es tu vínculo con Esmeralda? -Muy bueno. Como pasa en todas las familias ensamblada­s, al principio es difícil porque nadie se conoce y yo era la nueva mujer del padre, una mujer 20 años más joven que venía a meterse en una familia. En realidad, no me estaba metiendo sino que Bartolomé me estaba invitando. Pero bueno: visto para los hijos, era la mujer que entraba a la casa. Conocerse no es fácil, pero a medida que fue pasando el tiempo, todos hemos logrado ocupar nuestro lugar. Y cuando digo todos me refiero a los hijos de Bartolomé, a mis hijos y a Santos, que es el que tenemos en común. Hemos logrado crear vínculos afectivos verdaderos y sinceros, donde no nos escondemos las cosas y si hay un problema lo hablamos y lo decimos como gente civilizada. Nos queremos porque tiramos todos para el

mismo lado.

-¿Te costó ensamblart­e?

-A mí no. Al comienzo, cuando comencé mi relación con Bartolomé, a sus hijos primero los quería porque eran sus hijos. Y después pude quererlos más allá de la relación que yo tenía con su papá. Lo mismo pasó en el caso de Bartolomé con Miguel y Luis, mis hijos. Fue mágico cómo construyer­on su relación y cuando eran chicos, Bartolomé los llevaba al campo, les explicaba sobre los caballos, las pasturas, les regalaba el cuchillito para que comieran el asado cortándolo de la parrilla. Todas vivencias muy lindas, así como sus charlas de Historia y de libros. El armó un vínculo con los chicos que va más allá de mí. -¿Y Santos?

-Santos tiene 18 años, terminó la escuela el año pasado y estudia Economía Empresaria­l en la Universida­d Di Tella. Mis tres hijos estudiaron en la Di Tella: Luis se graduó en Historia y Comunicaci­ón y después hizo un master en Historia y Economía. Trabajó en C5N, se fue con una beca a Madrid para escribir en El País y ahora está en un NBA de negocios y comunicaci­ón. Miguel es abogado y músico y además estamos juntos en esta pequeña empresa que estamos creando, que es @bynequi, mi marca de ropa.

-Tus hijos Luis y Miguel tuvieron un conflicto con Ana Rusconi, la última mujer de su padre, por la herencia. ¿Recibieron algo?

-No, nada. Luis falleció el año pasado y no recibieron nada, por lo cual están en juicio. Son Luis, Miguel y María, su media hermana, fruto de la relación de Luis con Mora Furtado. Mis hijos adoran a su hermana María y los tres reclaman la legítima sucesión, que es lo que por Derecho les pertenece. No pretenden ni un peso más de lo que le correspond­e. -¿Ana Rusconi se niega a darles la parte?

-No conozco bien cómo son los detalles porque los chicos son adultos y lo siguen ellos al caso. Preferí hacerme a un costado porque no tengo nada que ver en eso. Por supuesto, me da mucha tristeza que mis hijos tengan que luchar por algo que les pertenece y les correspond­e. Debería ser algo simple, hecho desde el amor y el cariño.

Se filtró un audio fuerte tuyo contra Ana Rusconi. ¿Cómo lo tomaste?

-Fue una situación que me dolió mucho porque jamás hubiera querido que se filtrara algo así. Lo que dije fue en un momento de miedo porque mi hijo Miguel había sido amenazado de muerte. El se fue a vivir a la oficina de su papá que estaba vacía, ubicada en el mismo edificio donde está la casa donde ellos habían nacido. Esa oficina está en sucesión y mientras un inmueble está en sucesión, todos los herederos tienen derecho sobre las propiedade­s. Más si estaba vacía. Por haber ido ahí recibió amenazas espantosas instigándo­lo a irse y diciéndole que si no lo hacía, lo iban a sacar con las patas para adelante. ¡Horrible! -¿Entonces?

-En medio de ese miedo, le mandé un audio a una amiga mía que vive en París, una mujer que tiene más de 70 años y que había sido la primera novia de Luis Rusconi. El me la presentó, le tenía mucho cariño y nos hicimos íntimas amigas. Un día me mandó un audio diciéndome que se había enterado que los chicos tenían problemas por la herencia y como yo estaba muy angustiada y nerviosa, me despaché con todo. Le pregunto a quienes son padres cómo reaccionar­ían si le amenazan de muerte a un hijo. Me desconozco en ese audio, pero estaba muy angustiaba y era una charla privada.

¿Entonces quién lo filtró a la prensa? -Cuando salió el audio en la tele, lo pri- mero que hice fue llamarla a Sonia y le pregunté: “¿Qué pasó con el audio que te mandé? Se viralizó por todos lados”. Yo le decía “contalo, contalo” porque tenía miedo por mi hijo. Era una madre asustadísi­ma por su hijo y ella en vez de contarlo, les reenvío el audio a tres amigos. “Lo hice para que ellos supieran de la situación, ¿pero hice bien o hice mal?”, me contentó Sonia. Me di cuenta de que no lo había hecho de mala fe y le dije que se relajara y se olvidara. Quedó ahí. Que te amenacen a un hijo es espantoso, no sabés el susto que teníamos. -¿Intentaste llamar a Ana para solucionar­lo?

-No. No tengo nada que ver, no participo en esto. Sólo reaccioné cuando amenazaron a mi hijo. Está todo en manos de abogados, hay una denuncia penal hecha y será la Justicia la que resuelva.

“ME ENCANTO COMO ESTUVO ESMERALDA EN SHOWMATCH”

Coraje La Galotti está orgullosa de la hija de su marido: “Se fue con altura, con una sonrisa y sin enojarse con el certamen ni criticar a nadie”.

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