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MI BEBE ES LO MAS “PURO DE MI VIDA”

La griega fue mamá el miércoles 12 y el domingo 16 al mediodía abandonó el sanatorio Otamendi junto a su bebé y su pareja, Javier Naselli. El parto, por cesárea, se adelantó dos semanas de lo previsto

- Maribel Leone Fotos: Daniel Guía

No hay nadie ni nada que hoy le quite la sonrisa a Vicky Xipolitaki­s (32). El pasado miércoles 12 por la noche, la griega se convirtió en mamá de Salvador Uriel, junto al millonario empresario Javier Naselli (54), con quien se casó en secreto en febrero en Estados Unidos. Si bien una semana antes del nacimiento la vedette se encontraba festejando el baby shower y esperaba que el niño naciera a fines de diciembre, su llegada al mundo se adelantó. Por lo que la flamante mamá tuvo que salir corriendo al Sanatorio Otamendi para encontrars­e con su obstetra, Ignacio Tomasone. “Estaba haciendo una producción de fotos en una pileta. Cuando salí, me chorreaba un poquito de agua y dije ‘¿qué es esto? ¿de dónde saco tanta agua? No puede ser que haya roto bolsa, me faltan dos semanas’. Pero vi que seguía perdiendo un poquito de agua, entonces llamé al doctor y él me dijo que vaya corriendo para la clínica porque efectivame­nte había roto bolsa”, le contó a Pronto entre risas, y agregó: “Los médicos trataron de inducir el parto, pero como no hizo efecto y no tenía dilatación tuve que ir al quirófano para que me hicieran una cesárea”. Así también reconoció que durante los minutos previos a la intervenci­ón estaba “muy nerviosa pero feliz”. Es que, además de ser mamá primeriza, su pareja no pudo acompañarl­a durante el parto porque se encontraba trabajando fuera de la Argentina y pudo llegar unas horas después. En su lugar, en cambio, estuvo su hermana Stefy Xipolitaki­s y uno de sus más íntimos amigos. Ellos no sólo se encargaron de sostener sus manos y de alentarla durante el procedimie­nto, sino que también filmaron la llegada de Salvador, quien al nacer pesó 2,900 kilos. Fue la propia Vicky quien compartió después los videos en su cuenta de Instagram junto a un emotivo mensaje: “¡Así nacía mi obra de arte! Mi bebé, el amor más puro de mi vida. Es un angelito hermoso. Tengo algunos dolorcitos, pero de tanta alegría y emoción todo pasa a un segundo plano. Estoy totalmente enamorada y embobada. Les confieso que hoy él maneja mi vida. Gracias hijo por hacerme mamá, nunca te voy a fallar. Gracias a Dios por esta bendición y gracias a mis amigos y mi familia por ser incondicio­nales”, escribió. Es que la Xipolitaki­s no se puede quejar: tanto ella como su hijo fueron muy mimados. Para empezar, a la vedette le cedieron la habitación presidenci­al de la clínica, quien fue íntegramen­te decorada -con globos y carteles- por sus hermanos Stefy y Nicolás y por sus padres, Helena y Manuel, quienes se mostraron muy felices por la llegada del niño a la familia. Y estando internada, además, se la pasó recibiendo visitas. Entre ellas estuvo Moria Casán y también Sebastián Pelisch, su cuñado -novio de su hermana-, quienes se mostraron felices por la mamá primeriza. Y si bien su marido no pudo estar en el parto, apenas llegó no se despegó un segundo de su mujer y la consintió en todos sus pedidos. Finalmente, madre e hijo fueron dados de alta el domingo. Alrededor de las 13, la familia salió muy sonriente del Otamendi y posó para las cámaras presentes, para luego volver a la comodidad de la lujosa planta que la pareja tiene en Recoleta. Es que a pesar de que la griega está radicada en Estados Unidos desde hace varios meses para vivir junto al financista -el trabaja allá-, ella quería que su hijo naciera en el país. Y los motivos son entendible­s: no sólo se vienen fechas importante­s para ella -porque el 22 es el cumpleaños de su mamá y luego vienen las fiestas-, sino porque su incipiente maternidad la tiene muy sensible y nunca está demás el apoyo y la ayuda de algún ser querido. Consultada por Pronto hace dos semanas, afirmó que “la idea es vivir en ambos luga-

res. El papá se va a encargar de hacerle los papeles”. No hay dudas de que la llegada del niño trajo mucha alegría a la familia de la griega, quien a principios de enero de este año tuvo que ser intervenid­a tras descubrir que llevaba un embarazo ectópico. Así las cosas, ella y su marido lo volvieron a intentar hasta que finalmente los estudios dieron positivo: estaban esperando un varoncito. Rápidament­e empezaron a pensar nombres, hasta que ambos coincidier­on en que el bebé se iba a llamar Salvador Uriel. “Es mi salvador, el nombre lo eligió su papá. Uriel es mi arcángel... Yo tengo un nombre angelado (Jesús) y quería que mi hijo también lo tuviera”, dijo hace un tiempo en una nota. Desbordada de felicidad por las buenas nuevas, Vicky pasó sus meses de embarazo comprando ropa y juguetes carísimos para su hijo. También, ella misma se encargó de armar los dos cuartos del niño, uno en cada país. La habitación de Nueva York es gris y blanca y tiene una decoración de elefantes; la de la Argentina es celeste y blanca con estrellas. Fue a fines de noviembre cuando ella se instaló en Buenos Aires para transitar

“LOS PADRINOS SERAN MI HERMANA Y CARLOS SLIM, EL HOMBRE MAS RICO DEL MUNDO”

las últimas semanas rodeada de sus amigos y familiares. Apenas llegó, organizó un pijama party en su casa para despedirse de la panza. Allí hubo regalos, mesa dulce, karaoke y hasta un grupo de mariachis. Y el 5 de diciembre, esta vez acompañada por su marido, festejó un excéntrico baby shower en el Hotel Meliá al que acudieron cincuenta personas y en donde hubo hasta una piñata rellena de dólares. Pronto estuvo invitado al festejo y habló con ella, quien dejó en claro que estaba muy ansiosa por convertirs­e en mamá y que se imaginaba todas las situacione­s cotidianas que la esperaban... Hasta cambiando pañales. “Estuve practicand­o, agarré los ositos y los muñecos y probé con ellos”, dijo con la espontanei­dad y simpatía que la caracteriz­a. De todas maneras, es ahora el momento de la verdad. Si bien no hay un libro que diga cómo ser mamá, la griega lleva la maternidad muy bien y aprende día a día junto a su hijo, con quien “tengo una conexión única. Es un angelito. Estoy muy feliz”, reconoció por estos días. Por lo pronto, ahora queda esperar al bautismo del niño. Bah, los bautismos. Ya que dijo que quiere que el niño tenga tres y, conociendo a Vicky, darán que hablar. “Vamos a hacer uno en Estados Unidos, otro en la Argentina y otro en México. Los padrinos van a ser mi hermana y Carlos Slim, el hombre más rico del mundo”. Pero no hay que adelantars­e, aún quedan varios meses de por medio. Por eso, Vicky disfruta cada uno de sus días junto a Salvador. Hoy que tiene a su hijo en brazos y que está acompañada por el hombre que tanto ama, la Xipolitaki­s no le puede pedir nada más a la vida.

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 ??  ?? Bienvenido, SalvadorCo­mo Javier estaba de viaje, asistieron a Vicky en la sala de parto su hermana, Stefy, y un amigo de ambas.
Bienvenido, SalvadorCo­mo Javier estaba de viaje, asistieron a Vicky en la sala de parto su hermana, Stefy, y un amigo de ambas.
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Siempre original Vicky anunció que a su bebéle harán tres bautismos. Uno en Argentina, otro en Estados Unidos y tambiénen México.

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