ESTABA PARA PEGARMELA “EN LA PERA Y AHORA TERMINO MUY BIEN EL ANO”
La llegada de su primer nieto aquietó las aguas y el conflicto con Morena, embarazada de 5 meses, logró lo que parecía imposible. “Las barbaridades que ella podía llegar a decir, se las iba a perdonar porque es mi hija. Pensé: ‘Tal vez hay un montón de cosas que me dijo que realmente ella cree’”, reflexiona el periodista que ya convive con Romina Pereiro y está decidido a dejar Intrusos
El que termina no es un año más para Jorge Rial (57) sino uno atípico, con mucho movimiento y plagado de obstáculos. Todo parecía marchar a la perfección: estaba felizmente de novio con la nutricionista Romina Pereiro (38), había logrado ensamblar la familia con sus hijas, Morena (19) y Rocío (18), y las de su novia, Emma (5) y Violeta (7), el trabajo seguía como siempre… Pero de repente algo cambió, le explotó una bomba en el seno de su propia casa y ya nada volvería a ser igual. Mientras estaba de viaje con Romina y las nenas por Europa, en mayo pasado, Morena comenzó a publicar una catarata de mensajes en las redes sociales contra su padre y estalló la bomba menos esperada. “Ya estoy cansada de mostrar una imagen de familia que no existe”, arrancó la joven y se despachó ferozmente contra el periodista de espectáculos, al que incluso cuestionó en su rol de padre. El no daba crédito de lo que sus ojos leían en las redes y le costó muchísimo asumir lo que estaba pasando. Tan caro le salió que decidió apartarse de la conducción de Intrusos, el programa insignia de América que conduce hace 18 años, y estuvo cuatro meses fuera del aire mientras lo reemplazaba Moria Casán. En el medio, otra bomba: el embarazo de Morena, quien actualmente está de cinco meses y espera un varón con su pareja, el futbolista Facundo Ambrosioni (19), con quien se dijo Rial no tenía buena relación. Lejos de la pantalla chica, el pope de Intrusos fue sanando las heridas y se focalizó en acercarse a su hija mayor y reconstruir el vínculo. Finalmente, el lunes 12 de noviembre volvió al aire y aunque no ahondó sobre cuestiones personales, comentó que lo pone muy contento saber que pronto debutará como abuelo. A su lado siempre estuvo firme su pareja, Romina, para sostenerlo, bancarlo y contenerlo cuando la angustia lo invadía. Por su parte, él también apoya a la nutricionista en su desarrollo profesional
y días atrás estuvo en el lanzamiento de su primer libro, ¡A comer! Sano, fácil y rico, de Ediciones Lea que se presentó en El Ateneo Grand Splendid. Jorge se sentó en primera fila, escuchó a su novia disertar sobre cómo alimentarnos mejor para evitar la obesidad infantil y al finalizar la sorprendió con un enorme ramo de rosas y un apasionado beso. Aunque no quería opacarla ya que ella era la protagonista del día, aceptó tener un mano a mano con Pronto y no esquivó pregunta: cómo fue el 2018 para él, cómo están las cosas hoy por hoy con Morena, el ensamblaje familiar con Romina y las hijas de cada uno, su tiempo fuera de la tele, el futuro de Intrusos, la inminente llegada de su primer nieto. Antes de hablar de todo eso, le dedicó unas palabras a la mujer de la que se reconoce “absolutamente enamorado”. “Me encanta estar acá y acompañarla en este momento tan especial; estoy muy orgulloso de ella. Además de que es una mujer bárbara y hermosa, es una gran madre y una profesional impresionante. La vi laburar todo este año en el libro y la dedicación y el amor que le puso fueron sorprendentes. Muchas veces, cuando uno labura de algo le pone el compromiso y el cariño justos para cumplir pero ella no: ama su profesión, está todo el día pendiente y sus pacientes ya son casi sus amigos, se preocupa, los llama por teléfono. Tiene una pasión por su laburo que me llama poderosamente la atención. Es bárbara y tiene un amor especial por los chicos sobre todo; se preocupa por todo y está dispuesta a ayudar”, comenzó Jorge. -¿Escribía el libro en tu casa?
-Sí, claro. Arrancó a escribirlo el verano pasado y la vi laburar todo el año. A veces estaba inspirada y otras veces no pero hizo un laburo enorme. El libro es bárbaro y me parece que comienza una etapa muy linda para ella.
-¿Lo ponés en práctica? ¿Te cuidás en las comidas?
-Y, me cuesta un poco, soy medio desastroso. Ella tampoco me exige tanto a mí. Igual me cuido y naturalmente mi cuerpo y mi cabeza están programados para regularme cuando siento que me fui al carajo. Salgo a caminar o a andar en bici, que es algo que me gusta mucho. Igual llegué bastante bien a esta edad y espero seguir así.
-Tenés otro look, la barba crecida.
-Sí, a la barba me la empecé a dejar este año. En otra época ya la había tenido porque me gusta. En realidad, lo que no me gusta es afeitarme. Soy vago, me gusta cómo me queda la barba y elijo andar cómodo por la vida. En esta nueva etapa, solo quiero andar cómodo
-¿En qué etapa estás, Jorge?
“LA PELEA DE ROCIO Y MORENA NO TUVO QUE VER
CONMIGO”
-En la del salmón. ¿Viste que el salmón cuando va a desovar nada contra la corriente? Son pocos los que van, ¿eh? Estoy en una etapa en la que digo lo que pienso, hago lo que quiero y le doy más bola al tiempo que a la guita. Para mí, el tiempo tiene más valor que la plata. Pero eso lo aprendí de grande, cuando me empecé a dar cuenta de que me estaba quedando sin tiempo. Hoy, priorizo el tiempo para mi familia, para viajar, para leer, para boludear, para descansar. Y a eso no lo cambio por nada.
-¿El tiempo que estuviste fuera de Intrusos en qué lo invertiste?
-En mucho. Me vino bárbaro para armar otros negocios y para darme cuenta del lugar que ocupo en el medio. Porque cuando estás en un solo lugar, no es fácil. Y me sirvió también para hacer algo que no es sencillo: salir de la zona de comodidad. Estoy hace varios años en una zona de comodidad porque Intrusos anda bárbaro, factura muy bien y es un clásico que podría seguir diez años más. Sin embargo, estoy en un momento en el que quiero salir de la zona de comodidad. Quiero hacer otras cosas y sentirme bien. -¿Por otros negocios a qué te referís? -A otras cuestiones vinculadas con el medio pero tal vez sin poner la cara, produciendo y armando otras cosas que van a ser muy interesantes y que van a salir a la luz el año que viene. Estoy recuperando el proyecto de ficción para América, que ya lo había empezado pero después Daniel Vila tuvo el problema de columna y lo paramos hasta que él volviera al país. Ahora seguramente lo vamos a retomar y en lo personal también tengo otros proyectos muy interesantes.
-¿Por fuera del canal?
-Exacto, por fuera de América y que no tienen que ver conmigo como periodista sino con otros negocios. Estoy contento y entusiasmado porque en un país donde todo está mal y la crisis azota, hay huecos donde uno puede hacer cosas, desarrollar algo nuevo y dar laburo. Es interesante y estoy muy metido en eso. -¿Te vas de Intrusos? ¿Cuál es la verdad?
-A ver: donde me quedo es en América, que es mi casa y de ahí no me muevo. Estamos viendo qué va a pasar con Intrusos. Creo que hay etapas y es lo que te decía antes de la zona de comodidad. Uno se tiene que dar cuenta cuando el programa necesita otra cosa y vos también. Intrusos marcó una línea editorial fuerte dentro de los programas de espectáculos, dimos vuelta lo que era hacer espectáculos en la Argentina y siento que se tiene que venir otra generación, con otra manera de hacer periodismo de espectáculos.
-¿Qué te deja Intrusos?
-Mucho. Logramos meter opinión dentro del periodismo de espectáculos e hicimos actualidad dentro de un rubro en el que no se hacía. Creamos personajes, marcamos agenda y hoy siento que estoy para hacer otras cosas también. Vamos a ver cómo sigue todo. El verano lo vamos a hacer, vamos a seguir al aire y en ese sentido el canal se porta bárbaro porque nos ha apoyado mucho. Nunca pensé en irme de América. Hay muchos proyectos para desarrollar en el canal. -¿Imaginás tu vida sin Intrusos?
-Sí. Es que mi vida es una cosa e Intrusos otra. Aprendí a no mezclar los tantos: en el programa soy un cirujano que entro, opero, cierro y me voy. Ya no sigo al enfermo después, ya no me llevo los chimentos a casa y hará siete u ocho años empecé a bajar cambios y no quedarme enganchado. En estos últimos dos años, un día dije basta, necesito tiempo para mí, quiero viajar, descansar, levantarme más tarde. Dejé la radio primero porque ya no me quería levantar tan temprano, me estaba matando el ritmo, me acostaba de noche y me levantaba también de noche. “¿Qué carajo estoy haciendo? ¿Dónde carajo estoy?”, pensé un día. Ese fue mi click, en el medio se cruzó Romina en mi vida, armamos una familia y ahora voy a ser abuelo. Hay cosas que ya no negocio: hoy quiero disfrutar de mi nieto que está por llegar y de las hijas de Romina, que tienen 5 y 7 años. Emma y Violeta son hermosas y la quiero ayudar a Romi a criarlas.
-¿Están viviendo todos juntos?
-Sí y se dio naturalmente. Primero, se vino a vivir al edificio, justo debajo de mi casa, en el piso de abajo. Conseguimos un departamento abajo y se vino a vivir ahí, en Belgrano. Después nos dimos cuenta a la noche cuando se tenían que ir a dormir, que no tenía sentido hacerlo separados. “¿Por qué yo me tengo que quedar durmiendo solo y ella en el piso de abajo?”, pensé. Las nenas también ya se querían quedar porque tienen una relación bárbara con Rocío y después de un viaje que hicimos a Disney, se quedaron en mi casa.
-¿Así fue?
-Así como te lo estoy contando. Volvimos de Disney y esa noche le pregunté: “¿Por qué te vas a ir a dormir a tu casa? Quedate acá conmigo”. Las nenas también dijeron: “¿Hoy nos quedamos acá?”. Así fue un día, dos días, tres días y al cuarto se mudaron. Estamos viviendo todos juntos y en casa se respira alegría.
-De repente, tenés dos nenas chiquitas en tu casa.
-Sí y es fantástico. En esto que te cuento del tiempo, con Emma y Violeta me pasa algo muy especial, que no me pasó en su momento con mis hijas. A Morena y Rocío las tuve que criar, educar, poner límites, retarlas, enojarme con ellas. Acá no: acá estoy ejerciendo la cabeza del
abuelo, que es malcriarlas. Estoy para divertirme con ellas, correr, ir a la plaza, salir a pasear, tirarnos a jugar en el piso. Que es lo mismo que voy a hacer con mi nieto cuando nazca. La que se tiene que encargar de criarlas es Romina.
-¿Vos no les ponés límites?
-No es mi función porque no soy el padre como para ponerles límites. Estaría invadiendo un espacio que no me corresponde. Emma y Violeta tienen a su papá, lo ven y por suerte tienen una relación perfecta con él. Es muy buen padre y yo no entro en ese terreno; yo estoy para jugar y no para ponerles límites, salvo que algún día pase algo que me lleve a retarlas. De eso igual se encarga la madre, no yo.
-¿Rocío cómo se lleva con ellas?
-La China se lleva bárbaro. Es más, te diría que hay como una cosa de hermanas que me encanta. Se dio bastante rápido y eso se debe a que son buena gente, las chicas son buenas y se quieren. Las amigas de Rocío también aman a las nenas, entonces vienen todo el tiempo a casa y pasan la tarde juntas. Dos de las amigas de Rochi prácticamente viven en mi casa, las conozco de chiquitas y se la pasan con nosotros. Todo el tiempo mi departamento está lleno de gente cuando antes estaba yo solo. -¿Te cambió el esquema?
-¿Qué te parece? Estoy feliz por eso. Antes era un museo mi casa, lleno de cuadros y obras de arte pero sin vida. Ahora está el arte pero la diferencia es que las paredes están pintadas con crayones de colores y hay muñecos tirados por todos lados. Cambió, ya no es un museo, hay más vida. Hay un perro, dos gatos y así andamos todos livianitos por la vida. Eso no lo voy a perder. Lo encontré, nos costó construirlo y nada ni nadie me va a hacer perderlo. El laburo está supeditado a mi vida y no lo negocio. Lo aprendí de grande y lo estoy ejerciendo. -¿Morena entra en este cuadro?
-Sí, claro que entra. Ella ya armó su vida, va a tener un hijo, vive con su pareja. Pasamos momentos muy jodidos pero el amor siempre termina imponiéndose. La amo porque es mi hija y nunca me pelearía con ella. Vos te podés pelear con un amigo, con un compañero, con tu ex mujer, con todo el mundo. Pero con mi hija no podría jamás. Además, ella y yo sabemos todo lo que pasamos y ahora estamos bien. -¿Están bien realmente?
-Sí, estamos bien, nos vemos, charlamos todos los días. Hablamos a la mañana y a la tarde. Acompaño su embarazo todo lo que puedo y el fin de semana le compré la primera ropita al bebé. Fui a una casa para niños y me volví loco. Le compré una batita y ropa.
-¿Color celeste?
-Sí, celeste, es un varón. Aunque no sirven para nada las zapatillitas, me gustaron unas y también se las compré. Estamos mucho mejor y creo que a Morena la maternidad la enganchó justo. Ella está muchísimo mejor, cerró todo justo y por suerte estamos terminando el año bien.
-¿El embarazo no afecta su salud? -Tiene que tener cuidados especiales sobre todo por el by pass gástrico y por las operaciones de reparación a las que se tuvo que someter después. Ella es muy fuerte y la veo muy bien. Estuvimos el sábado juntos y la vi muy bien.
-¿La ves a solas a Morena o podés ir con Romina y las chicas?
-Sí, podemos estar todos juntos. De hecho, el otro día tuvimos un evento muy especial, que es el 5D del bebé. Es un teatrito y fuimos todos: Romina con sus hijas, Rocío, yo. Lo compartimos en familia.
-¿Rocío y Morena se reconciliaron? -Sí. Fue una pelea de dos hermanas y eso no tiene que ver conmigo. Obviamente que intercedí para que se acercaran y como son hermanas lo que sobra es amor. Les hablé mucho a las dos porque nada quiero más en la vida que estemos todos juntos. Estoy terminando el año muy bien, era un año que estaba listo para pegármela en la pera y sin embargo, lo volanteé. Romina fue fundamental, me bancó a muerte y se comió también ella cachetadas innecesarias. Sabía que era parte de todo este quilombo y me bancó a muerte. ¿Sabés lo que fue estar al lado mío en Londres cuando explotó todo? Pasamos tres días tremendos. -Estaban de viaje y Morena publicó cosas tremendas en contra de ustedes. -Fue muy duro, dolorosísimo. ¿Si me sentí desilusionado? No, esa no es la palabra. Fue muy difícil, muy… Estaba desorientado, no entendía qué estaba pasando y eso fue realmente muy jodido. Escuchar ciertas cosas de una hija es difícil y doloroso.
-¿Lloraste?
-Sí, lloré todo lo que necesitaba. Soy fuerte pero no tan duro como parece. En el momento de la pelea no lloré porque tenía que estar fuerte. No sabía cómo reaccionar. Sabía que no le podía contestar y que no me iba a pelear con mi hija; eso siempre lo tuve en claro. Las barbaridades que ella podía llegar a decir, se las iba a perdonar porque es mi hija. Después lo hablamos porque pensé: “Tal vez hay un montón de cosas que me dijo que realmente ella cree”. Nos sirvió para sentarnos a hablar. -¿Cómo fue esa charla?
-Muy fuerte. Con mucha paciencia y con mucho amor, pudimos hablar. Pasamos por situaciones muy difíciles los tres, y la incluyo a Rocío. Eso es parte del crecimiento. Yo calculo que también debo haber sido así con mis viejos pero en aquel momento no existían las redes sociales. El problema acá fue que explotó en las redes. Ya está, es parte del pasado.
-¿Cómo imaginás a tu nieto? -Hermoso. Lo estoy esperando con mucha ansiedad. Al principio, fue raro porque la noticia del embarazo estuvo pegada al quilombo y era difícil imaginármelo a mi nieto.
-¿Morena te llamó para contarte que iba a ser mamá?
-Sí. Fui al primero que llamó. Yo estaba en Miami, me llamó y me contó. Al principio, no caía. Me costó caer, no fue de un día para el otro. Hasta que una mañana me desperté y la cabeza me hizo un click. “Estoy esperando un nieto, voy a ser abuelo, es maravilloso el estado de abuelo, voy a disfrutarlo con todo”, reflexioné. Es más, quiero que mi nieto me llame abuelo, estoy esperando que diga
esa palabra.
-¿Este nieto los va a terminar de unir con Morena y Rocío?
-Sí, sin dudas. Y el día que nazca va a terminar de unirnos para siempre. Voy a estar ahí ese día, obviamente y siempre cerca de Morena para todo lo que necesite.
-¿Te vas a casar con Romina?
-Me encantaría. Yo me quiero casar pero todavía no se lo pedí; no sé qué me va a contestar. Vamos a ver. No sé si ella se quiere poner el vestido blanco porque nunca lo hablamos pero una fiesta vamos a hacer. Para los amigos,
“QUIERO AYUDAR A CRIAR A LAS HIJAS DE ROMINA”
para divertirnos y además porque nos la merecemos. Ella es una luchadora del carajo, una mujer de fierro, una madre impresionante que crió casi sola a sus hijas y mirá cómo está. La admiro con todo mi ser.
-¿Qué le trajo Romina a tu vida? -Mucha paz, alegría y tranquilidad. ¿Sabés qué me trajo? Estabilidad. Me estabilizó. Estoy más enamorado ahora que al comienzo y eso es curioso: en vez de ir bajando, el amor va subiendo. Cuando la vi por primera vez no me imaginé que íbamos a estar viviendo esto. Y lo que me trajo fue una familia, cosa que yo no esperaba a esta altura de mi vida. Sé que no voy a estar solo nunca más y ellas tampoco. Me encanta poder cuidarlas: a Romina, a sus hijas, a las mías. -¿Emma y Violeta te dicen papá?
-No, no y tampoco corresponde. Me llaman “Joge”, así sin la R. Está todo clarísimo y tienen un padre que está presente y es buen papá. Yo no soy el padre ni lo voy a ser pero cuando me necesitan estoy: para ir a buscarlas a tal lugar, llevarlas al jardín, salir a pasear, darles un beso o un abrazo, hablarles si están angustiadas o no pueden dormirse.
-¿Las ayudás a dormirse?
-Si no se pueden dormir las llevo al living al sillón, espero hasta que concilien el sueño y las llevo de nuevo al cuarto. Tengo todo el tiempo del mundo para hacerlo y no me importa porque ya no me tengo que levantar temprano. Hoy sé que a eso no lo cambio por nada y que ni Intrusos ni ningún compromiso laboral se va a interponer a mi familia. Soy consciente de que no puedo comer dos churrascos juntos ni manejar dos autos a la misma vez ni vivir en dos casas. Por eso es más importante el tiempo que la guita.
Estás reflexivo, Jorge.
-Será que me estoy poniendo viejo. La vida es como un ómnibus: vos sos joven y estás mirando para adelante a ver hacia dónde va; en cambio, yo estoy mirando para el costado el paisaje. Esa es la diferencia. Romina también mira para adelante y la voy a acompañar. Ahora estoy para acompañar a mis hijas, a Romina y a sus hijas. El tiempo que me queda de aquí en adelante es para construir para ellas.
-¿Qué Rial te devuelve el espejo de hoy?
-Estoy muy contento conmigo. Creo que hice todo lo que se podía hacer en este laburo y formé la familia que siempre soñé. Por la mañana cuando me despierto la tengo a Romina durmiendo al lado mío, la miro y pienso: “No puedo creer tener a esta mujer hermosa a mi lado”. Estoy absolutamente enamorado y no me avergüenza decirlo. Estoy más tranquilo y no sé si más bueno pero sí más paciente. Pasé de estar a mil a vivir más sereno. Eso hace que también Rocío me pueda disfrutar de otra manera porque me ve más calmo y hace que ella también pueda verme a mí disfrutar de la vida. Estoy en un gran momento, termino el año bien arriba y siento que no tengo mucho más para pedir.