“YA NO SOY LULY: AHORA QUIERO QUE ME LLAMEN LUISA”
Después de un intenso año laboral en el que su carrera experimentó un notable crecimiento, la protagonista de Millennials decidió dejar de usar su apodo. “Muchos colegas me preguntaban por qué no usaba mi nombre, que es fuerte, está de moda y es original. Y tienen razón: en el medio no hay muchas Luisa y sí hay un montón de Luly”, explica
Comenzó su carrera haciendo teatro, trabajando en obras de la calle Corrientes y también hizo temporadas en Villa Carlos Paz y en Mar del Plata. Gracias a eso, Luly Drozdek (30) pudo dar sus primeros pasos en cine y en televisión. El año pasado, por ejemplo, fue parte del elenco de Golpe al Corazón, y si bien tuvo un papel pequeño, fue más que suficiente para que Net TV pusiera su mirada en ella para interpretar a Gaby “una mujer seductora y calculadora” en la serie Millennials. Además, hace casi dos años que la actriz conduce Mundo Padel por TNT Sports y acaba de terminar de filmar la película Motivos para no ser madre, junto a Julieta Díaz y Pablo Echarri. “Estoy feliz. Este es mi octavo año consecutivo de trabajo, siento que hice un quiebre en mi vida y sé dónde quiero trabajar y dónde no. Estoy mucho más segura”, dice Luly. O mejor dicho, Luisa. Porque a principios de mes, la rubia le hizo saber a sus seguidores de Instagram que a partir de ahora quiere que la llamen por su verdadero nombre.
-Te hiciste conocida como Luly, ¿por qué dejás tu apodo?
-Lo usaba porque desde chica me llaman así y fue quedando. Pero ahora lo cambié porque muchos colegas me preguntaban por qué no usaba el nombre que tengo, que es muy fuerte, que está de moda y que además es original. Y tie-
nen razón: no hay muchas chicas en el medio que se llamen Luisa, y sí hay un montón de Luly.
-¿Por qué ahora? ¿Tiene que ver con tu crecimiento profesional?
-Sí, también. Mientras uno crece arma su carrera y forja su personalidad hay cosas que van quedando atrás. (Piensa) Luly sonaba más aniñado. De todas maneras, por más que lo aclaré, mis compañeros de Millennials me siguen llamando por mi apodo. A mí no me molesta, pero quería que la gente supiera cómo me llamo en verdad.
-¿Quién eligió el nombre Luisa? ¿Mamá o papá?
-Ambos. Mi mamá se llama Lucía y mi papá se llamaba Luis, así que hicieron como un mix.
-Hablemos de tu presente en Millennials. Tienen escenas muy jugadas, tanto vos como tus compañeros. ¿Te pone incómoda hacerlas?
-La verdad es que no, porque con mis compañeros y con la producción hay mucho respeto. Es un equipo humano hermoso.
-¿Hablan antes de hacer las escenas de sexo?
-Obviamente. Decimos hasta dónde va, qué hacemos y qué no hacemos. También planteamos hasta dónde es un beso, por ejemplo. Antes de cada escena se habla todo, así no hay lugar para confusiones. Es muy difícil que se produzca una situación confusa si ya se habló de antemano. Cuando hay respeto mutuo nadie se puede pasar de la línea. -Hiciste muchos infantiles el año pasado y ahora volvió la femme fatale. -¡Terrible! Todo el 2018 estuve haciendo una serie para chicos de Netflix y también hice teatro infantil. De repente, sin buscarlo, me vi actuando para ese público y lo disfruté mucho. Pero ahora volví y con todo (ríe). Es más: es casi seguro que en marzo grabamos la segunda temporada de Millennials.
-Ahí mostrás mucho el cuerpo y tenés un lomazo. ¿Cómo te cuidás?
-Ahora empecé a cuidarme un poco más con la comida, a ser un poco más consciente, para tener un cuerpo saludable. Hago ejercicio, pero ni loca me mato dos horas en un gimnasio. Estoy entrenando con una técnica que se llama RT Fit: son cincuenta minutos en los que no parás y quemás calorías haciendo ejercicios de resistencia.
-¿Te mirás en la televisión?
-Muy poco, a veces me miro para analizar cómo salió la escena. Soy muy exigente conmigo y también muy insegura. Cuando grabás para televisión lo hacés muy rápido y confiás en la mirada del director. Eso ayuda...
-¿Tu marido, Hernán Nisenbaum, es celoso?
-Cero celoso. Está bueno para el tipo de laburo que estoy haciendo, porque si no sería muy difícil. Hay muchos hombres que se enamoran de una modelo o de una actriz y después no quieren que sigan trabajando. Pero en mi caso es todo lo contrario: le gusta y hasta me mira. -Es un tema hablado.
-Sí. Me encanta mi trabajo y no estaría todo el día en mi casa porque me aburriría mucho. Más allá de que es un trabajo, me divierte lo que hago y no cambiaría mi profesión por nada. -Es el segundo personaje que hacés de malvada. ¿Te divierte ser Gaby, la villana de la historia?
-¿Viste? ¡Debo tener cara de mala! El año pasado, en Golpe al corazón, hice mi primer personaje fuerte y fue de mala. A uno de los productores de Millennials le copó ese perfil y me llamó, pero me pidió que acá sea más mala todavía. Además, soy muy diferente a Gaby y eso me permite jugar: en la vida soy muy atolondrada y ella es calculadora y fría.
-En paralelo filmaste la película Razones para no ser madre con Julieta Díaz y Pablo Echarri. -Sí, terminamos de filmar hace diez días. Cuando me enteré que había un casting, fui corriendo y me probé. Mi personaje es una mamá que es fit, canchera y joven. -Teniendo en cuenta el nombre de la peli, ¿hay alguna razón para que todavía no seas madre?
-(Ríe) No. Es un proyecto que tenemos en mente con Hernán, veremos cuándo se da.
“EMPECE A CUIDARME MAS CON LA COMIDA”
Lomazo
A Luisa no le gusta encerrarse en el gimnasio: come sano y hace RT Fit, un nuevo método de entrenamiento
intensivo.