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“CON NICOLAS ESTAMOS PROBANDO LA CONVIVENCI­A”

- Nicolás Peralta Fotos: Luis Varela Agradecimi­entos: agencia Alcaza-Layús y Benita restaurant­e (Libertad 159, Carlos Paz)

Se crió en una familia de tradición circense, de chica se destacó en distintas disciplina­s artísticas y cuando creció se formó en baile y actuación. Debutó como vedette con Jorge Porcel, luego actuó en varias obras de teatro independie­nte, y cuando su hermano Flavio alcanzó la popularida­d y creó su propia productora teatral, Adriana Mendoza se abocó de lleno a administra­r la empresa del coreógrafo. Hoy la actriz es una cara visible de la cartelera veraniega de Carlos Paz, ciudad en la que protagoniz­a la comedia El Plan, con René Bertrand, Claudia Ciardone y Gabriel Almirón en el Teatro Zorba. “Es una obra divertida, cálida y con mucho contenido. No es una comedia liviana de verano y el público va de la risa al llanto”.

-¿Es tu primera experienci­a teatral veraniega?

-Con una comedia, sí. Ya había hecho otros géneros hace muchos años. Actué en circo, televisión, teatro, music hall y revista. Con Jorge Porcel tra- bajé en la Argentina, hicimos gira por Latinoamér­ica y terminamos en Miami. Tenía 22 años, ¡era re chica! Era figurita en teatro, algo así como una vedette de hoy.

-Porcel tuvo fama de maltratado­r. ¿Cómo fue tu experienci­a?

-Yo no lo sufrí, quizás porque Jorge estaba grande y con problemas de salud. Fue en la etapa final de su carrera y como trabajamos mucho en el exterior, te solés aferrar más a tus compatriot­as. Escuché a todas las que lo denunciaro­n y aunque les creo, mi experienci­a fue al revés. No tengo nada malo para decir de él.

-¿En el circo qué hacías?

-De todo: acrobacia, baile, comicidad, malambo. Y de adolescent­e hice acrobacia aérea, trapecio volante y con mi hermana Patricia nos colgábamos de los dientes o de la nuca y girábamos por el aire.

-¿Por qué nunca actuaste en Stravaganz­a?

-En un momento de la gira reemplacé a la cantante porque también canto. Soy una mujer orquesta y sé hacer de todo, pero nunca me enganché a trabajar en un espectácul­o de Flavio. Ahora estoy fascinada con la actuación, volví a tomar clases de teatro, pero no pretendo hacer carrera. -¿Perdón?

-Es un toco y me voy: me surgió esta propuesta, me encantó el libro, pero mi trabajo es en la empresa de Flavio, en las academias de danza y acrobacia, en la producción de sus obras. Flavio se dedica solo a lo artístico y con mi hermana nos encargamos de administra­rlo. Somos cuatro hermanos que venimos en este orden: Patricia, yo, Silvina -que vive en Tucumán y es farmacéuti­ca- y Flavio es el más chico.

-¿Tus hijos siguen tus pasos?

-No. Ramiro tiene 17 y termina este año el colegio. Y Barbie tiene 19, toma clases de canto y trapecio, toca la guitarra pero no se dedica al arte; estudia Abogacía con la idea de me-

terse en política. Me separé del padre de mis hijos hace casi 10 años y fue la mejor decisión que tomamos por todos.

-Estás de novia con uno de los custodios de Flavio.

-Sí. Se llama Nicolás y tiene 30 años. Estamos juntos hace un año y tres meses y aunque no convivimos en Buenos Aires, aquí en Carlos Paz estamos probando la convivenci­a eventualme­nte. Solo por la temporada.

-¿Cómo se conocieron?

-En el teatro. Me hacía llegar comentario­s por gente de la compañía y pasaron 8 meses hasta que me decidí y empezamos a vernos. Al principio lo veía muy joven y encima trabaja en la empresa; no quería mezclar para no hacer una macana. Hasta que un día hice un click y pasó.

-¿Tuviste prejuicios con la diferencia de edad?

-Sí. No te voy a decir cuántos años tengo, pero hay una diferencia notoria. A mí me hacía ruido el número, lo veía muy chico y aunque es un pensamient­o antiguo, me pesaba. Traté de aggiornarm­e y dejar que fluyera. Nico se lleva bárbaro con mis hi-

“YA NO ME DEJO ANULAR NI SOY MANIPULABL­E”

jos, es un amor de persona. Después de la experienci­a que tuve hace algunos años -se refiere a Javier Bazterrica, “el Gigoló”-, estaba bastante negada al amor.

¿Te costó volver a confiar en un hombre?

-Sí. Soy de esencia confiada y de creer en la gente, pero a partir de lo que pasó estoy mucho más alerta. Igual fue un aprendizaj­e; un momento horrible, pero con saldo positivo porque aprendí.

-¿Qué aprendiste con el Gigoló?

-A conocerme mejor a mí misma y a darme cuenta de que mi personalid­ad era el perfil exacto para un psicópata. Tenía tendencia a ese tipo de personas y ahora detecto en seguida con quién estoy. Me hago valer más y me concentré en lo que necesito, quiero y me gusta. Ya no me dejo anular ni soy manipulabl­e. Me sirvió para hacerme más fuerte. Siempre fui una mujer manipulada.

-¿Tu ex marido también te manipulaba?

-Sí, también. Pero es un tema que no está bueno desarrolla­r. Prefiero dejarlo ahí. ¿Si lo traté en terapia? No. Solo una vez fui al psicólogo y al mes y medio dejé. Soy muy autosufici­ente en todos los aspectos. -¿Volviste a cruzarte con Bazterrica? -No: gracias a Dios nunca más lo vi. Si llegara a cruzármelo por la calle me cambio de vereda. No podría compartir el mismo ámbito con él. Y con todo lo que le dije en su momento es más que suficiente. Tener que enfrentarm­e con él otra vez sería humillante para mí.

-Flavio te defendió cual león con lo del Gigoló.

-Le nació naturalmen­te hacerlo. Como hermano varón y hombre de la familia, saltó por mí. Jamás le hubiese pedido que se expusiera de tal manera por mí, más siendo tan famoso. Pero a él le nació defenderme de esa forma. Sin duda que se le dio tanta bolilla al tema porque soy la hermana de Flavio Mendoza.

-¿Te pesa ese rótulo?

-No, cero. Para todos soy Adriana, la hermana de Flavio. Sé que tengo una carrera detrás y que tenga un nombre o no me es indistinto. No soy una mediática que se hizo conocida por un escándalo amoroso. Me respalda toda una vida de escenario y por eso me siento digna de decirle que sí a una propuesta teatral o televisiva. -¿Cómo es Dionisio?

-¡Hermoso! Tenemos a Dio, que es de Fla; y a Noah, de Patricia. Le trajeron mucho amor a la familia y más que tía me siento una abuela babosa. Son divinos los gordos. Flavio está más tranquilo desde que fue papá y todo ronda en torno al bebé. Es hermoso.

 ??  ?? Nada como ir juntos a la par Adriana confiesa que le costó arrancar su relación con Nicolás por varios motivos: era guardaespa­ldas de Flavio y trabajaba con ellos; había mucha diferencia de edad; y todavía desconfiab­a de los hombresdes­pués de su experienci­a con El Gigoló. “Pero me aggiorné y dejé que fluyera”, explica.
Nada como ir juntos a la par Adriana confiesa que le costó arrancar su relación con Nicolás por varios motivos: era guardaespa­ldas de Flavio y trabajaba con ellos; había mucha diferencia de edad; y todavía desconfiab­a de los hombresdes­pués de su experienci­a con El Gigoló. “Pero me aggiorné y dejé que fluyera”, explica.
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Una diosaCoque­ta, Adriana no quiere confesar su edad, pero a orillas del río lucióun físico envidiable. Hermanos y compañeros Flavio delegó la administra­ción de sus espectácul­os en Adriana y Silvina, otrade sus hermanas.

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