BAJE EL “PERFIL PORQUE EXPONERME ME ENFERMO”
Sexy por naturaleza y de fuerte personalidad, Silvina Escudero (35) es de esas mujeres que no pasan inadvertidas. Está en Carlos Paz protagonizando la comedia Sé infiel y no mires con quien, en el Teatro Candilejas 2, y asegura que disfruta de trabajar en las sierras porque puede combinar su profesión con la vida al aire libre y en contacto con los animales, su mayor debilidad. Por eso no dudó en hacer una producción de fotos para Pronto en una estancia rodeada por caballos. “Soy la persona más bichera del planeta. De chiquita hacía equitación y salto con caballo”, asegura la bailarina, quien viene de cerrar un gran año a nivel televisivo: en 2018 actuó en la novela éxito de Telefe 100 días para enamorarse y luego fue panelista de Los especialistas del show, por eltrece. Como si fuera poco, a nivel amoroso su noviazgo con Federico –quien tiene 33 años y se dedica al rubro indumentaria- marcha viento en popa. “Arranqué el 2019 con todo, enamorada y con laburo”, expresa
Silvina. Y se entusiasma hablando sobre su presente. “Estoy re contenta con la comedia. El elenco es muy importante y aunque somos todas mujeres de personalidad fuerte, Miriam Lanzoni, Flor Marcasoli, Barby Silenzi y Belén Giménez, nos llevamos muy bien. Nuestras energías se complementan, compartimos camarines y somos súper buenas compañeras: nos prestamos las cremas, merendamos, somos compinches”, relata la morocha.
- ¿Hubo una bajada de línea para que no armen escándalos?
-No, cero. Ya crecimos, estamos grandes para eso. Al menos, te hablo desde mi experiencia personal: no es lo mismo hace diez años atrás que hoy. Ya me da fiaca andar peleándome, no quiero escándalos ni llevarme mal con nadie. -Hace un tiempo bajaste notoriamente tu perfil. ¿Qué te hizo el click? -Muchas cosas. Creo que el ser tía me modificó para siempre. Antes de que naciera Benicio (4), el hijo de Vanina y Alvaro Navia, mi vida estaba muy expuesta: prendías la tele y me veías las 24 horas en cualquier canal, en las radios, en las revistas. Estaba hasta en la sopa. -¿Vos alimentabas eso, no?
-Sí y me hago cargo. Uno es mediático porque da información, más allá de que muchas veces algunos periodistas inventan o agrandan las cosas. Reconozco que de mi parte, subía material a mis redes, generaba situaciones, daba data. Y hoy me pasa que antes de hablar o de opinar sobre lo que fuera, pienso primero en mi sobrino Beni, que me miraba en Los especialistas y también en 100 días. -¿Te miraba en la movela?
-Sí, no se la perdía. “A la Titi le está dando un beso ese señor, ¿es Fede?”, preguntaba en referencia a mi novio porque no podía entender cómo me estaba besando con otro hombre en la tele. Era Juan Minujín, con quien chapaba bastante en la tira. Mis sobrinos, Beni y Joaquina, ven todo lo que hago y saben que trabajo en el teatro, en la tele, me ven en las revistas.
-¿Solo bajaste el perfil por tus sobrinos?
-En gran parte, sí. Además, fueron muchos años de estar expuesta. Demasiado expuesta, las 24 horas. Incluso también me cansé de las injusticias. Por suerte, la sociedad cambió, ya no es lo que era antes y como las mujeres tenemos más voz que en otros momentos, podemos hablar y defendernos. Pero básicamente garpan las malas noticias, los escándalos, las peleas y el chusmerío y ya no quiero estar metida en eso. Tanta exposición en su momento me terminó enfermando. -¿Te enfermaste?
”A MI NOVIO LO CONOCI EN LA GUARDIA DE UN SANATORIO”
-Sí, me hizo mal. Me afectó en lo personal, en mis relaciones... Me di cuenta también de que muchas personas se juntaban conmigo para sacarme un provecho y tener fama o hacerse conocidas. Me alejé de mucha gente que no me hacía bien. Hace cuatro años me empecé a abrir mucho más del medio, me fui apartando de ese tipo de exposición. Por suerte, siempre tuve a mi lado a mi familia y a mis amigas del colegio y de la facultad de veterinaria. Son con quienes más me junto. Y hace casi dos años estoy de novia con Federico, que no pertenece al medio y tampoco quiere.
-¿A qué se dedica tu novio?
-Fede tiene un negocio de artículos y ropa. No sé si se dice empresario, comerciante o qué. Tiene un local de ropa. No digo su apellido ni subo fotos con él a mi Instagram porque él no quiere; prefiere el anonimato. Nuestro amor es puertas adentro y sin exposición. -¿Cómo se conocieron?
-Aunque no me lo puedas creer, en la guardia del Sanatorio de la Trinidad. Mientras todas las chicas conocen gente en Tequila o en otro boliche, a Fede lo conocí en un sanatorio. La historia real es así: hace tres años nos cruzamos por primera vez en Nordelta, yo estaba con dos amigas, él nos vino a saludar, me dio su número de teléfono anotado en un papel y así como me lo dio, lo tiré. Esto lo recuerdo porque él me lo contó mucho después, yo ni lo registré.
-¿Y cómo siguió la historia?
-Al año siguiente, me lo volví a cruzar en el sanatorio. Se me acercó y me dijo: “Sil, no me llamaste”. Lo miré pensando: “¿Te conozco?”. Y Fede siguió: “Nos vimos el verano pasado en Nordelta, vos estabas con tus dos perritos negros y con tus dos amigas embarazadas”. Me relató con detalle cosas de ese día, mientras yo pensaba: “¿Esto es casualidad o causalidad?”.
-¿Sentiste algo ahí?
-Lo observé, me pareció fachero y me gustó su actitud. Hay que tener personalidad para acercarse a una mina y decirle, aunque en tono de chiste, “che no me llamaste”. Me pareció canchero y quería un hombre con actitud. Ahí intercambiamos los teléfonos y empezamos a hablar. La coincidencia de la guardia no fue menor, era el lugar menos pensado para conocer a alguien: yo había ido porque me sentía pésimo y él por un amigo que se sentía mal también.
-¿La historia comenzó vía Whatsapp? -Sí. Estuvimos chateando un mes y medio todos los días y en ese tiempo nunca le mandé ni una sola foto mía porque no sabía del todo quién podía llegar a ser. Hasta que lo fui conociendo. Nunca me había pasado de salir con alguien que me había cruzado porque sí en la vida y encima él me contaba todo, me mandaba fotos de su perra labradora, Branca, que hoy ya es mía también.
-¿La primera salida adonde fue?
-En un bar. Me quiso pasar a buscar y le dije que no, que prefería verlo en el bar. Así estuvimos un tiempo hasta que me enamoré. ¿Con qué me conquistó? Con muchas cosas pero nuestro amor por los animales fue un punto de unión importante. El tiene a Branca y yo tengo a mis perros Mulata y Titán, que es el hijo de Mulata, más mi gata Afrika, que me la regaló una fan hace 5 años. Somos los tuyos, los míos y los nuestros.
-¿Van a adoptar un perro en común? -Nos la pasamos rescatando perros y ubicándolos en lugares. En estos dos años, pusimos en adopción varios perros. El viene de una familia de rescatistas: su abuela tiene 4 perros rescatados de la calle y como yo soy madrina de
fundaciones de perros, la ayudo cuando puedo con el alimento. Somos dos familias rescatistas y eso nos re unió. - ¿Conviven?
-Ese es nuestro proyecto para este año. Durante la semana, estamos mucho en mi casa y los fines de semana en la suya; vamos tipo tribu los seis: nosotros y los cuatro animales. La idea en 2019 es mudarnos juntos. Este verano va a venir a verme a Carlos Paz lo más seguido que pueda. Es tan adicto al trabajo como yo y su negocio está en Buenos Aires. Somos muy parecidos en muchas cosas: tiene personalidad fuerte y discutimos hasta el final cuando queremos algo. -¿Discuten mucho?
-Como cualquier pareja. Lo bueno es que aprendimos a discutir. Cuando algo no le gusta y me doy cuenta, me alejo, dejo que pasen 15 minutos y vuelvo. Recién hace unos meses aprendimos a manejar esas situaciones.
-¿Cómo se lleva con tu costado sexy y las fotos en bikini?
-¡Le encanta! Es cero celoso. Es más, la idea de hacer estas fotos en bikini a caballo fue de él. No es celoso y este año que me tocó besarme y tener escenas de sexo con Juan Minujín en la novela, no me dijo nada. Disfruta de verme en producciones sexys y mis fotos más hot de Instagram me las sacó él. Lo único que no le gusta es que me escriban tipos por privado tirándose un lance.
-¿Te revisa el celular? -No, no nos revisamos. Pero si estamos juntos y me cae un mensaje raro lo ve conmigo. Me pasa que me escriben por privado algunos famosos importantes, con la cuenta verificada, y eso es incómodo. Muchos futbolistas; vienen todos del ámbito del deporte. Fede sabe que yo ni contesto esos mensajes. No es que respondo: “Estoy de novia…”. Directamente clavo el visto y no respondo. -¿Por qué no lo mostrás ni en fotos a tu novio?
-Porque él no quiere aparecer. Es un tema de los dos, la conocida de la pareja soy yo y él no quiere figurar. “No me interesa que por la calle me digan ahí va el novio de”, me dijo un día Fede. Y tiene toda la razón. Me acompaña a mi trabajo como yo lo acompaño al suyo.
-¿Vas al local de ropa?
-Obvio. A veces voy, tomamos mate y hasta he atendido el local también. Alguno que otro se sorprende cuando me ve. Fede es muy perfil bajo y súper buena persona.
- ¿Te gustaría casarte?
-A mí me encantaría pero él no cree en la iglesia como institución. No le da importancia al casamiento pero sabe que para mí sería un sueño entrar a la iglesia con el vestido blanco. Así que si algún día nos casamos, va a ser más por mí que por él. Igual hoy con todo el laburo que tengo, no podría organizar una boda. Fede va más por el lado de tener hijos y formar una familia que por
“PIENSO EN TENER HIJOS PERO ME DA UN POCO DE MIEDO”
el casamiento.
-¿Y vos pensás en tener hijos?
-Sí pero me da un poco de miedo. Vengo de una familia muy tradicional, con mandatos marcados y fijate que mi hermana no convivió con Alvaro hasta que se casaron. El día después del civil, ella volvió a dormir conmigo, mamá y papá a casa. Recién se fue después de la fiesta. Yo quiero ser mamá pero aun no es el momento.
-¿Qué se viene en 2019?
-Me encantaría volver a hacer una novela. Después de tres años lejos de la tele por decisión propia, entré en 100 días por 3 capítulos y me terminé quedando seis meses. Fue un antes y un después hacer ficción y siento que cambié mi perfil para bien. Tengo en vista una ficción para este año.
-¿Volverías a hacer panel en un programa como Los especialistas del show? -No. Siento que no encontré mi lugar en ese programa. Fue corto y no me hallé. No está mal ser panelista pero en Los especialistas no encontré mi lugar, no lo disfruté. Cada cual hacía la suya y no lo pude hablar con nadie. Siento que tengo más para aportar y hacer y ahí no pude desarrollar nada.