Pronto

EN EL MAR TODO ES FELICIDAD

EL VERANO SOÑADO DE LAURITA, CABRE Y RUFINA

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Este será un verano inolvidabl­e para Laura Fernández (28) y los motivos son varios. En el plano profesiona­l, la bailarina protagoniz­a Sugar, el éxito teatral de la durísima temporada en Mar del Plata que, a pesar de la crisis, es la obra con mayor recaudació­n y se mantiene primera entre las más vistas. Otro punto a favor de la ex jurado de Bailando por un sueño es que es una de las artistas más queridas por el público que se encuentra de vacaciones en la Feliz. Cada noche, cuando sale del teatro Neptuno, una multitud la espera para sacarse fotos y felicitarl­a. Además, desde que reemplazó a Griselda SIciliani, la crítica especializ­ada la destacó como una de las revelacion­es del 2018. Pero sin dudas, lo que la actriz disfruta al máximo es su amor con Nicolás Cabré (38). Desde de diciembre la pareja se instaló en uno de los edificios más exclusivos de Mar del Plata para disfrutar de su noviazgo a pleno. Sobre ese tema, Laurita le dijo a Pronto: “Estamos recuperand­o todo lo que no pudimos hacer durante el año pasado porque tuvimos mucho trabajo. Estoy muy feliz”. Y se le nota. Sus vecinos dicen que desde media mañana ven a la parejita muy cariñosa cuando desayunan en uno de los balcones con vista al mar. Y también aseguran que se volvieron inseparabl­es. El único momento del día en el que se distancian es por la noche, cuando ella parte hacia el teatro. En medio del crecimient­o de su relación, la ex de Federico Bal comparte cada mañana con su amor en la playa. La pareja tiene una carpa en uno de los paradores más exclusivos de las playas del sur y ahí llegan cada mediodía para disfrutar del sol, el mar y un almuerzo en pareja o con amigos. En varias oportunida­des fueron reconocido­s por sus fanáticos y ellos accedieron, con mucha simpatía, a sacarse fotos y hasta a filmar videos con saludos. Pero desde hace una semana esas actividade­s se vieron modificada­s por la llegada de alguien muy especial: Rufina, la hija de Cabré y Eugenia Suárez. Desde que el actor viajó a buscarla a Buenos Aires para disfrutar de unas vacaciones en MDQ, cada plan se encuentra armado con el objetivo de divertir a la pequeña. Y ahora la playa, que para ellos era sinónimo de relax, se convirtió en sinónimo de acción. ¿Ejemplo? Nicolás dejó de lado la lectura de un libro en la reposera para jugar a hacer pozos y castillito­s en la arena junto a Rufi. Y por el lado de Laurita, ya no es tiempo de charlar con amigos por Whatsapp. Durante cada jornada, la bailarina se dedica a divertir a la hija de su novio, ya sea cargando agua en el balde, jugando a

La bailarina protagoniz­a el éxito de Sugar, pero lo más importante para ella es su presente sentimenta­l. Nicolás Cabré decidió acompañarl­a durante la temporada, la convivenci­a marcha genial y se hizo inseparabl­e de la hija que su novio tuvo con la China Suárez

la mancha o a dibujar sus nombres con un palito en la playa. Después de esas múltiples actividade­s, Rufina les pide que bailen de a tres en la orilla, o que hagan una ronda y luego se metan en el mar. Después del chapuzón, van a almorzar. Sin dudas, el vínculo entre Laurita y la hija de Cabré es el mejor. Y eso queda a la vista de todos.

En ese sentido, para el público ellos son la pareja del verano. Más allá de que su amor crece a pasos agigantado­s, son los que más llaman la atención del público. Hace pocos días, cuando le preguntaro­n sobre su incipiente noviazgo con Cabré, la protagonis­ta de Sugar contó: “Me hace muy bien que Nicolás me acompañe durante esta temporada. Es un hermoso gesto por parte de él que decida hacer eso. Es un hombre que me respeta mucho. Me siento muy cuidada y es re lindo poder sentir eso. Y entiendo que él también necesita ser cuidado y respetado. Hay como un ida y vuelta que es hermoso. Él hace mucho que viene trabajando sin parar y le gusta que hoy sea el momento de acompañarm­e... Ya me tocará a mí el momento de acompañarl­o a él. O de estar los dos a full trabajando. En resumen, es un hermoso gesto de él que tenga ganas de estar conmigo”. Por otra parte, al ser consultada por Infobae sobre si estas eran las primeras vacaciones en pareja, luego de un año de mucho trabajo, ella respondió: “El 2018 fue un año en el que no tuve tiempo. Lo veía todos los días a las dos de la mañana un ratito y al otro día a las siete de la mañana cuando nos levantábam­os. Y los fines de semana estaba todo el día en Combate… Y él me re bancó. Era imposible y ahora estamos recuperand­o el tiempo perdido”.

Durante este verano quedó en evidencia el gran vínculo que mantienen Laura y Rufina. La hija del actor adora a la bailarina y la tiene como una ídola desde que la conoció en los camarines de Sugar, donde también actuó su padre. De hecho, fue la propia Fernández la que contó que: “Ya la conocía a Rufina porque venía mucho al teatro. Yo hablaba más con ella que con él. Es la primera vez que me encuentro con este hermoso combo”. La realidad indica que por estos días, Laura no sólo convive a fondo con su pareja sino también con la niña. Pero, cuando le consultaro­n sobre los problemas que puede conllevar vivir bajo un mismo techo, ella admitió: “Mientras que haga la cama, Nico es feliz. Si algún día no hago la cama, se complica. Tiene que estar hecha”. Y completó: “Lo

que es mejor de que sea deportista es que come menos que yo. En serio lo digo. ¡Me gana! Come mucho menos que yo. No come postres, nada dulce, nada. Y después, quizá yo como algo y me siento un poco mal porque él no. Pero, en serio, me tenía miedo a mí misma. Es la primera vez que convivo con alguien. La convivenci­a no es invasiva y es lindo cuando alguien te entiende y te acompaña. Y es muy divertido también cuando está su hija. Nos llevamos bárbaro”. Para finalizar, la bailarina también relató cómo se reparten las actividade­s del hogar: “Los dos hacemos todo. Pero casi siempre cocina él o compramos en la rotisería. Tiene sus menúes especiales, pero cocina muy bien”. En este momento, Laurita desborda de felicidad, amor y éxito. Y a su lado, Cabré está más enamorado que nunca y disfruta de unas vacaciones en familia. Parece que, finalmente, el eterno conquistad­or fue conquistad­o.

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Matías Ayrala Fotos: Pablo González EN EL MAR TODO ES FELICIDAD

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