OJALA NADIE “ HAGA SUFRIR A MI HIJA COMO MI EX ME HIZO SUFRIR A MI”
Aprincipios de marzo del año pasado, Andrea Estévez (40) anunciaba muy feliz que se iba a Miami transitar los últimos meses de su embarazo junto a Juan Manuel García, su pareja y padre de la bebé. Ese viaje, al final, le trajo más sorpresas de las que esperaba. En primer lugar, la conductora tuvo que dar a luz a su hija Hannah en Estados Unidos porque la fecha de parto se adelantó y los médicos le impidieron que volara a la Argentina. Y además, se separó. Según contó la actriz, Juan Manuel no sólo estuvo ausente los días previos al nacimiento de la nena, sino que también sufrió situaciones de mentiras e infidelidad. Así, a pocas semanas de dar a luz, Andrea decidió ponerle punto final a la relación que llevaba casi tres años. Mientras ella y su beba de tres meses se volvieron a Buenos Aires, el empresario se quedó en el país del norte y nunca más viajó ni quiso tener contacto con su hija, a pesar de los intentos que hizo la actriz para que lo hiciera. Los meses que siguieron fueron “terribles y tristes” para la morocha. Pero el tiempo y el trabajo todo lo curan y hace unos días debutó en No hay 2 sin 3, la obra cómica que se presenta en el Teatro Roma de San Rafael (Mendoza) y que la tiene como una de las protagonistas. Sonriente y emocionada, la noche del estreno, en el final de la función, Estévez estuvo con su hija -que ahora tiene siete meses y medio- en el escenario. “Este tiempo es sanador y sé que me va a ayudar para reestructurar mi vida en la cabeza. Antes imaginaba mi futuro de una manera y hoy es totalmente distinto a lo que pensé. Le estoy encontrando el gusto a esto de rearmar mi vida y más con esta preciosura que tengo de hija. Hoy la tengo a ella y es toda para mí”, le confía optimista a Pronto.
-¿Cómo está Hannah sin su papá?
-Es una bebé feliz. Siempre dije que el día que tuviera un hijo, no quería que estuviera todo el día a upa mío. Y se cumplió: Hannah es muy sociable y tiene muy buen carácter. Desde que nos conocemos, hace siete meses y medio, que todos los días se levanta con una sonrisa. La saludás y enseguida te muestra los siete dientitos que le salieron. Si hay algo que a mi hija no le falta es amor y me da felicidad saber que soy la responsable de sus sonrisas. Verla tan feliz me completa.
-¿Duerme de corrido a la noche?
-Sí, es una santa. Yo llego tipo 2 de la madrugada del teatro y para esa hora ya está durmiendo gracias a mi mamá, que al igual que mi papá vino a la temporada conmigo. Generalmente no se despierta. Y si lo hace, es sólo una vez y para tomar la teta. Después tira hasta las diez u once del otro día. Igual es imposible que yo duerma toda la noche porque estoy muy pendiente de que no se tape la naricita con la mano, de mirar si respira bien...
-¿La ves parecida a vos?
-Mis papás dicen que con sus ocho kilitos, es un clon mío. Tengo una foto de chiquita que el otro día mirábamos y la veo muy parecida. A Hannah la sueño desde mucho antes de que naciera.
-Vos contaste que la buscaste durante dos años…
-Tal cual. Sin profundizar mucho, te cuento que antes de que ella naciera estuve embarazada y lo perdí. Fue un angelito. Y después llegó Hannah a cumplir todos mis sueños de ser mamá. No la puedo haber imaginado más buena, más linda y más compañera de lo que es. -Cuando te separaste de Juan Manuel, el papá de tu hija, ella tenía apenas unos días de vida. Estabas en Miami, lejos de tu familia y sensible por la reciente maternidad. ¿Cómo lo viviste?
-Me lloré todo, fue un momento muy difícil. No es para nada lindo enterarte apenas nace tu hija que tu pareja y el padre de tu bebé te mintió y te fue infiel. La infidelidad es algo que nunca voy a poder perdonar porque no va conmigo y no puedo convivir con una persona que me miente. Mucho menos en una instancia en la que nos estábamos convirtiendo en padres… ¡Y lo buscamos! Pero mucho
“A JUAN LE PRESTE PLATA HASTA QUE ME ENTERE QUE ESTABA CON OTRA”
peor fue su abandono con nuestra hija, eso no lo voy a entender jamás. -¿Cuánto tiempo hace que no ve a la nena?
-Desde que volvimos de Estados Unidos. La última vez que la vio tenía tres meses y ahora está por cumplir ocho. Yo siempre intenté y estoy a su disposición para que venga a visitarla. “Andá tranquila a la Argentina que en unos días voy y nos vemos allá”, me dijo en su momento. Nunca más apareció. -¿Alguna vez se mostró arrepentido o intentó recomponer la relación? -Cuando yo me volví, él me empezó a decir que por favor lo esperara porque se arrepentía de lo que había hecho y que nos amaba. También me dijo que económicamente no podía ayudarme porque había invertido en un negocio, pero que después las ganancias iban a ser para la familia. Es más: me pidió que yo lo aguante económicamente a él. -¿Perdón?
-Sí, me pidió que le prestara plata hasta que generara algún ingreso en el restaurante. Lo peor de todo es que me decía que estaba tan angustiado que quería tomarse un frasco de pastillas para terminar con su vida. Yo lo esperé y lo esperé y lo banqué con el dinero de mi trabajo. Pero dejé de hacerlo hace un tiempo porque me enteré de que él entabló una relación, que está conviviendo con otra mujer en Estados Unidos y que ya abrió su local.
-¿Y ahí dijiste “Basta”?
-¡Y qué te parece! Me sentí desilusionada, defraudada y decepcionada como nunca. Ahí cerré la puerta para siempre. No sé en qué momento cambió tanto… Aunque pienso que la gente en verdad no cambia. Pero aprendí a soltar. -¿Económicamente hoy tampoco se hace cargo?
-No. El nunca estuvo presente económicamente y tampoco en ninguna de las obligaciones que tiene como padre, que implica el cuidado y pasar tiempo con ella. Por eso tengo a mi abogada Ana Rosenfeld, que está llevando adelante una demanda por alimentos porque es lo que le corresponde a mi hija, ni más ni menos. Yo trabajo y me deslomo para que a ella no le falte nada.
-Apenas unos meses después de ser mamá retomaste los desfiles y los demás trabajos. ¿Hannah va con vos a todos lados o alguien te ayuda? -Alfredo y Adriana, mis papás, me ayudan un montón y son fundamentales en mi vida. Pero muchas veces ella tiene que venir conmigo. Antes, cuando era más chiquita, tomaba la teta cada dos ho-
“MIS PAPAS DICEN QUE HANNAH ES UN CLON MIO”
ras y no podíamos estar lejos. La gorda pasó por momentos que yo nunca hubiera querido que pasara, como tener que dormir siestas en el auto o estar mucho tiempo esperándome en el trabajo cuando tendría que estar en su cunita en casa. Se tuvo que acostumbrar porque no quedaba otra, ya que el tiempo que estuve en Estados Unidos no trabajé y necesitaba recuperarme económicamente.
-Hace unos días fue la mediación. Se dijo que, además del dinero que le corresponde como cuota alimentaria, vos pediste pasajes y estadía en Miami para llevar a Hannah a visitar a su padre. ¿Fue así?
-No, y está bueno aclararlo. Se dijeron mentiras respecto de lo que fue esa reunión. En primer lugar, Juan no se presentó y tampoco fue ningún abogado en nombre de él. La única que fue es quien representa a los padres de él, lo cual me pareció una falta de respeto porque Ana no pudo entablar ninguna mediación en lo que respecta al papá de mi hija. En cuanto a los pasajes, es una locura. Jamás podría llevar a mi hija a Estados Unidos porque él está de manera ilegal allá.
-¿Siguen hablando ustedes?
-No tengo ningún tipo de contacto, todo es a través de abogados. Muchas veces quise que tomara conciencia de que se está perdiendo el crecimiento de Hannah. Cada cosa que yo valoro, como que le salga un dientito o que haga algo nuevo, él se lo estaba perdiendo. Fui muy insistente. Pero un día me dijo: “Si yo me quiero perder el crecimiento, es problema mío y no tuyo”. Ese día me di cuenta de que no tenía nada de qué hablar. Ojalá nunca nadie la haga sufrir a mi hija como él me hizo sufrir a mí. -¿Creés que te va a volver a costar confiar en un hombre después de esta mala experiencia?
-Quiero creer que voy a volver a confiar, porque si no estaría perdiéndome la oportunidad de conocer a una persona buena y que valore todo lo que tengo para dar. Creo que en este caso me crucé con una persona que no me respetó. Pero no todos son iguales.
-¿Es un buen momento para conocer a alguien ahora que estás en San Rafael?
-(Ríe) Ahora no, necesito cicatrizar y mi tiempo ahora es todo para Hannah. Hacemos colecho así que tengo la mejor compañera de cama que he tenido en mi vida: dormimos todas enroscadas. Pero de presentarse la persona con la que sienta que puedo confiar, seguramente me arriesgaré.
-¿Entrenás? ¿Te dedicás algún espacio para vos como mujer?
-Te soy sincera: desde que llegué a Buenos Aires hasta fin de año no me sentí muy estable porque un día estaba bien y al otro mal y no tenía muchas ganas de hacer cosas o entrenar. Ahora que estoy en Mendoza, que respiro otro aire y que la estoy pasando genial, me empecé a sentir mucho mejor. “Es momento para empezar a pensar en mí”, dije. Empecé a entrenar, a comer sano, salir a correr, a hacer kayak en Los Reyunos.
-Por lo pronto, a nivel laboral volviste a subirte al escenario.
-Tal cual. Hacía dos años que no actuaba en una obra. Este último tiempo en el que estuve lejos de los escenarios me di cuenta que extrañaba mucho. Fue lindo retomar con los ensayos e interpretar un personaje. Y volví consagrada mamá. Postergué mucho la maternidad por mi trabajo y estar acá con mi hija no tiene precio. Ella, además, está súper malcriada por todo el elenco. Georgina (Barbarossa), por ejemplo, dice que es su tía y le compra regalitos. Hoy no me puedo quejar y agradezco la posibilidad enorme del productor Gabriel García. -¿Cómo sigue ahora tu año, Andrea? -Estoy grabando HDP, una serie en la que también trabajan Alejandro Fiore, Ale Müller y Nazarena Vélez. A partir de abril voy a conducir un programa en Coloral TV, una señal nueva en la que se habla de temas de mujer a mujer con diferentes especialistas. Voy a seguir en la conducción de Celebrity Cars por El Garage TV y también en Radio El Mundo con Daniel Ambrosino. Además, hay muchas chances de que llevemos esta obra a Buenos Aires. Trabajo no me va faltar… ¡Y amor mucho menos!.