Pronto

“PERDI A MAMA HACE POQUITO Y TODA MI FAMILIA ME CONTIENE”

- Nicolás Peralta Fotos: Luis Varela Agradecimi­entos: Agustín Nanni

Hace varios años construyó su casa en medio de las sierras y decretó vivir rodeado por la naturaleza en Villa Anisacate, a 45 kilómetros de Carlos Paz. Allí recibió Jorge Rojas (46) a Pronto, en el complejo Quilay, donde no solo tiene su residencia sino también su propio estudio de grabación y una capillita en la que se refugia a orar cuando siente que lo necesita. En pareja con Valeria, con quien fue papá de Lucía (4) y Franco (5 meses), el músico también tiene tres hijos mayores, fruto de una relación anterior: Lautaro (26), Nicolás (23) y Belén (20). Acaba de lanzar un nuevo material discográfi­co, Mi cantar, en el que fusiona diferentes estilos musicales que lo inspiraron en un viaje que realizó por gran parte de Latinoamér­ica. “Arranqué 2019 con muchísimas expectativ­as por este nuevo disco, que tiene todas canciones inéditas y me llevó un tiempo importantí­simo poder concretarl­o. Pasé más de un año acá dentro del estudio componiend­o, generando arreglos, imágenes, preparando el lanzamient­o”, cuenta el cantautor norteño, quien tiene previsto presentars­e todos los lunes de enero y los últimos dos lunes de febrero en el Teatro Luxor de Carlos Paz. “El resto de los días saldré a tocar en los distintos festivales del país: San José, Federación, Catamarca, Mendoza, Ba-

Doña María Elena, la madre del cantante y compositor, falleció el mes pasado y por eso él se refugia en su casa de Villa Anisacate. “Llevaba años enferma, estaba postrada hacía mucho tiempo. Nos dejó todo su amor y su entrega”, la recuerda emocionado

radero, Santa María de Punilla, además de fechas cerradas en Mar del Plata y Rosario”, detalla Jorge.

-¿Por qué lo llamaste Mi cantar? -Porque es una de las canciones del disco y habla precisamen­te de lo que significa mi canto y lo que fueron todos estos años desarrolla­ndo el oficio de cantor. Mi cantar es lo que uno deja y refleja a través de las canciones. El estribillo del tema dice: “Mi cantar sale del alma de entonar una canción, es un mar de sentimient­os que revelan lo que soy, es viajar al universo donde habita la emoción y sentir en cada nota como late el corazón”. Eso resume lo que es mi cantar.

-¿La escribiste vos?

-Sí. Son todos temas de mi autoría: en algunos hice letra y música, en otros solo letra y en otros solo música. En todas las canciones metí mano. Hay una que es especial, Un humano más, porque grabamos el videoclip en el patio de la casa de mi infancia en el Chaco salteño. Ahí muestro mi esencia, mi identidad, el lugar de dónde vengo.

-¿Qué recuerdos tenés de ese patio? -Ufff, ¡tantos! Pasé mi infancia en ese patio que te cuento, en un ámbito totalmente distinto, lejos de la ciudad, de las comunicaci­ones y en pleno contacto con la naturaleza. Y cuando digo pleno es pleno de verdad y de encontrarm­e con todo lo que nos brinda la naturaleza. Una vida salvaje en el buen sentido y que reflejo en lo que digo y siento.

-¿Tus hijos tuvieron una infancia parecida a la tuya?

-No. Ellos nacieron en un ámbito muy diferente pero siempre he tratado de estar presente a través del afecto, contención y cariño. En eso es similar a lo que viví con mi familia y ojalá ellos lo sientan así pero el ámbito es totalmente distinto. Ellos nacieron en la ciudad y tienen acceso a todo. Imaginate que mi nena de 4 años ya domina la tecnología, busca sus videos, manda mensajes. En mi infancia eso no existía. -¿Lucía ya tiene 4 años?

-Sí, es increíble cómo pasa el tiempo, hermano. Sobre todo te das cuenta cuando tenés hijos chicos. Crecen de una manera asombrosa. Mi hijo mayor, Lautaro, antes tocaba conmigo y ahora toca en la banda de mi hermano, el Indio. Nosotros hicimos una apertura: antes estábamos todos juntos y hace dos años decidimos presentar dos propuestas musicales distintas: una de pura raíz folklórica, que es la que llevan adelante Alfredo, el Indio y mi hijo, y otra un poco más alternativ­a que es la que hago yo.

-¿Tus hijos del medio, Nicolás y Belén, también hacen música?

-No, ninguno de los dos. Nicolás estudia para Contador en la Universida­d de Cór- doba y Belén está haciendo la carrera de martillero y este año también se anotó en Comunicaci­ón Social. Son los dos estudiante­s universita­rios, nada que ver con lo mío. El que siguió mis pasos es Lautaro. -¿Y la más chiquita?

-Hay una canción en este disco que se llama Sin atadura y tiene una historia increíble: cuando Lucía tenía dos años y medio, yo estaba en mi estudio preparando un concierto sinfónico y ella andaba fascinada en medio de violines, trompetas, violonchel­os y trombones. Se quedaba en los ensayos con nosotros hasta muy tarde y se ve que estar con tanta música todo el día la motivó y no paraba de cantar en casa. Mi mujer la grabó y me mandó diciendo: “Mirá, tu hija no para de cantar”. -¿Y qué pasó?

-Al otro día escuché el audio con dete- nimiento y agregué en el disco esa partecita que ella canta en el medio de una chacarera. Tiene una melodía perfecta en sus tiempos y formas, le puse letra y así nació Sin atadura, donde aparezco cantando con María Lucía. La nena aparece cantando en el disco y es increíble cómo surgió. Todo gracias a la tecnología: si mi mujer no la hubiese grabado, nunca hubiéramos descubiert­o que la nena estaba haciendo una melodía original.

-¿Por qué montaste tu estudio de grabación al lado de tu casa?

-Porque quería estar acá cerquita de mi familia y gracias a Dios tuve la posibilida­d de montar el estudio aquí. Me la paso encerrado en el estudio y allí llevo adelante todos mis proyectos: la gestación de las canciones, los arreglos, la grabación, la post producción, todo hacemos. Tam-

“EN MI CASA TENGO UNA CAPILLITA DONDE REZO Y AGRADEZCO”

bién tengo una capillita en la que oro y agradezco.

-¿Sos un tipo religioso?

-Soy espiritual y la capillita es un lugar en el que a veces nos reunimos para dar gracias y rezar. Es nuestro lugar de oración. Soy un tipo sumamente agradecido. Todo lo que me ha pasado me superó y viendo del lugar de donde provengo, las expectativ­as para realizarse son muy escasas. Gracias a la música cambié mi vida y devuelvo a la sociedad un poco de lo que recibo a través de mi fundación Cultura Nativa. Doy gracias todos los días por las cosas que me pasan y por lo que puedo hacer por los demás.

-¿Qué proyecto estás desarrolla­ndo con tu fundación?

-Hoy Cultura Nativa tiene 19 chicos becados del Chaco salteño. La mayoría de ellos están aquí en Córdoba estudiando diferentes carreras. Nuestro cupo de becas para estudio son 19 chicos y en la parte de salud estamos trabajando con un equipo de médicos voluntario­s y durante el año hacemos operativos clínicos y quirúrgico­s. Se llevan operadas más de 700 personas y la fundación trabaja increíble. -¿Tenés a tu papá de visita?

-Sí, está acá y no lo puedo creer porque es un milagro sacarlo de su casa, en Marca Borrada. Se animó a venir una semanita el viejo. Vive en el Chaco salteño y nunca salió de su lugar. En todos estos años permaneció en el lugar donde vivió su abuelo y su padre. Vive en el rancho en el que crecimos. Es uno de los personajes que ha trascendid­o el lugar por su amor a la tierra y la entrega hacia la familia y el lugar donde se gestó la historia familiar. -¿Cómo es tu vínculo con Don Lucio? -Tenemos una relación re linda aunque nos vemos poco. Las distancias son largas, queda lejísimo y voy cuatro o cinco veces al año. Ahí trabajamos con la fundación y aprovecham­os para vernos. Ahora se animó a venir a Córdoba y lo estoy mimando un rato.

-¿Y tu mamá?

-La perdí hace poquito, el mes pasado. Llevaba muchos años enferma, estaba postrada hacía mucho tiempo. Quizá eso lo incentivó ahora a papá a salir de la casa. Fueron meses muy difíciles y se animó a venir de visita. Mi vieja, María Elena, era una mujer muy fuerte, con unos valores increíbles. Nos dejó todo su amor y su entrega. Lamentamos mucho que se haya enfermado porque en todos estos años nosotros podríamos haberle dado mucho para que viajara y conociera pero estaba muy enferma. Tenía Alzheimer y varias complicaci­ones más.

-¿Te gustaría volver a ser papá?

-No, así estoy bien. Tengo cinco hijos y el más chiquito, Franco, tiene apenas cinco meses. Lucía tiene su hermanito menor y está chocha. Estoy en plena etapa de cambiar pañales y presencié el parto del bebé. Me la banqué re bien, disfruté mucho de acompañar a mi mujer en el parto. Valeria está de diez, está perfecta. Se fue mi mamá y llegó el bebé; así es la vida. El bebé nos trajo mucha alegría, todo nacimiento siempre es bien recibido. Nos tiene a todos pendientes de él. Estoy chocho con el bebito.

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