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“HACER ESTA OBRA ME CAMBIO LA MANERA DE VER EL MUNDO”

- Agradecimi­entos: agencia Alcaza-Layús, Zebra Beach y Benita restó Nicolás Peralta Fotos: Luis Varela

Pasó por Carlos Paz de gira con una obra a la que define como “teatro físico básicament­e, con cosas de danza contemporá­nea, parkour, circo, música y texto”. Sin pareja y muy enfocado en su profesión, asegura que esta pieza que habla de “la humanidad, la vida, la muerte, el egocentris­mo, la culpa, la adolescenc­ia, la niñez, la madurez” marcó un antes y después en su carrera

Es la primera vez que pisa Villa Carlos Paz y aunque no está instalado en las sierras, Peter Lanzani (28) está de gira con la obra Matadero y tiene planificad­o presentars­e por seis únicas funciones los viernes y sábados de enero en el Teatro Acuario de la villa turística cordobesa. En la obra de teatro físico que dirige el coreógrafo francés Redha Benteifour, Peter se anima a experiment­ar dentro del mundo del teatro en modalidad cooperativ­a y comparte las tablas con el actor y performer Germán Cabanas. “Nos fue súper bien en el debut aquí en Carlos Paz pero no me atrevería a decir que estamos de temporada porque hay muchos otros artistas que hacen doble función diaria durante tres meses; lo nuestro es más bien una gira y venimos los fines de semana. Poder acercar la obra al público de Córdoba y alrededore­s es una alegría inmensa”, cuenta Lanzani, quien tiene previsto llevar Matadero el 22 de enero a Mar del Plata y probableme­nte expandir la gira hacia otras ciudades de distintas provincias.

-¿Qué es Matadero?

-Es una obra de teatro físico básicament­e, con cosas de danza contemporá­nea, parkour, circo, música y texto. Nos dirige Redha Benteifour, que es un número uno a nivel mundial en esta disciplina hace varios años. Tiene muchísima data y con Germán Cabanas empezamos a ensayar con la idea de ir entendiend­o el lenguaje del circo y los movimiento­s.

-¿Cómo llegaron a ser dirigidos por un coreógrafo francés?

-Cuando empezamos a ensayar, nos dirigía Tato Fernández y después Germán lo trajo a Redha, que es su director y maestro desde hace varios años. Empezamos a entrenar a pleno con él y de a poco fui entendiend­o las coreografí­as porque Benteifour tiene un estilo muy particular. Así nació Matadero, una obra que habla sobre la humanidad, la vida, la muerte, el egocentris­mo, la culpa, la adolescenc­ia, la niñez, la madurez. Volcamos con el físico y algunos monólogos escritos por nosotros a raíz de experienci­as personales todo lo que sentimos y pensamos. -Qué profundo, Peter.

-Sin dudas, esta obra me cambió la manera de pensar y de ver el mundo. Soy otro. Fue un entrenamie­nto muy intenso en lo actoral y me abrió muchas nuevas puertas para entender distintas líneas de pensamient­o y cómo recitar un texto que puede lograr el lenguaje del cuerpo sin tener que decir ni una palabra. Me moviliza, me deja trastabill­ando, me hace analizar y reflexiona­r permanente­mente. No tengo dudas de que Matadero me modificó muchísimo.

-¿Te cambió mucho el cuerpo, estás más marcado?

-Creo que sí, pero eso es lo menos importante. Eso es relativo, no fue por ahí el entrenamie­nto sino en tratar de entender qué puede hacer el físico y qué puede contar un movimiento del cuerpo. El entrenamie­nto fue más por ahí que por tratar de tener abdominale­s. No los tengo y eso tampoco me desvela.

-En los últimos años demostrast­e tu crecimient­o actoral en desafíos como Equus, El emperador Gynt, La leona, El clan, Un gallo para Esculapio. ¿Te sentís reconocido?

-Sí, por supuesto. Recibo comentario­s muy lindos tanto del público como de la crítica y de mis colegas. Hace varios años ya que siento el cariño de la gente y me encanta cuando las críticas son constructi­vas. Las que no me gustan son las que me dicen simplement­e que les gustó o no, pero no me dan fundamento­s que me

permitan crecer en base a esa marcación. Por suerte, son las menos. Recibo buena onda del medio y en la calle el público me dice que me vio en tal película o en tal obra de teatro. Hay muchísimo esfuerzo en el laburo y es un incentivo para seguir creciendo.

-Lograste no quedar pegado al rótulo de galán. ¿Hacia dónde pensás direcciona­r tu carrera?

-No lo sé. Creo que también eso tiene que ver con el tipo de carrera que voy construyen­do: elijo ir haciendo cosas muy variadas, como en su momento fue en teatro Equus, que fue mi primera obra en un papel de mucho drama. Y de ahí saltar a hacer musicales como Casi normales o Camila para luego meterme en El emperador Gynt, que es un unipersona­l donde hice 14 personajes. Vengo variando mucho y siento que es el momento de probar, incursiona­r y aprender. Estar instalado en el lugar de aprendizaj­e me mantiene con los pies sobre la tierra y me hace sentir en movimiento.

-Arrancaste de chico y no paraste. ¿Tenías un plan B por si no la pegabas como actor?

-No. Nunca se me cruzó por la cabeza dedicarme a otra cosa porque dentro de mis posibilida­des siempre fui surfeando la ola y jamás me faltó laburo como actor. Desde ya que si tuviese que hacer otra cosa, lo haría tranquilam­ente pero igual es difícil de imaginar porque no me veo haciendo algo por fuera del arte. A futuro, me encantaría escribir y dirigir, además de actuar.

-Te descubrió Cris Morena. ¿Estás en contacto con ella?

-Sí, por supuesto. Hablamos cada tanto y nos ponemos al día. Estuve en ViveRo, el homenaje a su hija Romina Yan y por supuesto que la acompañé porque le tenía muchísimo cariño a Romina y a sus hijos. Comencé mi carrera con Cris y fue una experienci­a increíble porque aprendí muchísimo y tuve siempre muchísimos coachs de todas las áreas. Hoy mi cabeza pasa por otro lado pero a Cris le tengo muchísimo cariño y le estaré por siempre agradecido por la oportunida­d que me dio y la formación que me dio su escuela. -¿A futuro volverías a trabajar con ella?

-No lo sé. Tendría que leer el guión, ver el tipo de propuesta y qué quiere hacer. Quizás hoy estoy más alejado del estilo de proyectos que suele hacer Cris. Cuenta historias para un target determinad­o y yo estoy enfocado en otra cosa pero nunca digas nunca. Hoy pienso en el cine, el teatro o una miniserie más que en una tira. -¿Qué pasa en el amor?

-Estoy muy enfocado en el laburo y solterísim­o. Eso va a llegar, no se busca. Mientras más relajado y permeable uno esté al amor, más fácil llega. Si apareciera la persona indicada, por supuesto que me permitiría enamorarme. Con mis tiempos de laburo, es difícil pero no imposible que aparezca.

-¿Tu profesión te restringe?

-En algunos puntos, sí pero tampoco es incompatib­le con tener pareja. Eso depende de la persona que aparezca y del momento en el que nos crucemos. Por ahora, estoy solo, tranquilo y muy enfocado en el trabajo.

-¿ Con quién vivís?

-Solo. Me mudé solo hace casi 7 años. Me llevo bien conmigo mismo. Con los quehaceres domésticos me desenvuelv­o bastante bien pero al vivir solo, quizás es más difícil hacer platos elaborados para uno. Si viene gente a comer a casa, me gusta prender el fuego y tirar carne a la parrilla, por ejemplo. Hago lo que tengo que hacer para vivir bien. No soy un experto en las actividade­s hogareñas pero me defiendo bastante bien.

-¿Hacés asados?

-Sí, me encanta. El otro día vino de visita un amigo que está viviendo en México, justo había terminado temprano de trabajar y me puse el asado al hombro. Fui a hacer las compras, prendí el fuego y agasajé a mis amigos con un asado. Esas reuniones son lo más hermoso que puede haber. -¿Conocías Carlos Paz? -No, nunca había venido. Sí a Córdoba pero nunca a Carlos Paz. Me pareció lindísimo, la gente es muy amable y por ahora venimos pasando unos días lindísimos. Vamos a estar yendo y viniendo los fines de semana para presentar Matadero. -¿Qué disfrutás hacer en tus ratos libres?

-Me gusta mirar películas, leer, salir a caminar, juntarme con mis amigos y salir a tomar una birra. Un poco de todo, no es que tengo un hobby predilecto. Leer quizás hoy es lo que tengo como un hábito. En este momento, estoy leyendo Crimen y castigo, de Dostoyevsk­i, y acabo de terminar Los hermanos Karamazov, del mismo autor. Son intensos pero es un gran maestro Fiódor.

-Se acercan los 30, ¿pensás en el paso del tiempo?

-No, cero. Me llevo bien, me encanta cumplir años y creo que vengo aprovechan­do al máximo lo que puedo la vida. Disfruto minuto a minuto de mi vida, dentro de los quilombos que puedo tener como cualquier ser humano. No me pesa la edad y aún me faltan dos años para los 30. Vengo bien.

“CADA TANTO HABLO CON CRIS MORENA”

Pasatiempo­s

“Me gusta mirar películas, leer, salir a caminar, juntarme con mis amigos y salir

a tomar una birra”, dice Peter a la hora de describir qué hace en

sus ratos libres.

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