“EL PERSONAJE ES EN REALIDAD UN ANGEL QUE ME CUIDA Y ME QUIERE”
Desde que Telefe estrenó Verdades secretas, la novela brasileña se convirtió en un éxito en las noches. Ambientada en San Pablo, la trama relata la vida de Arlete -interpretada por Camila Queiroz-, una humilde e ingenua joven menor de edad que ingresa en una agencia de modelos para cumplir uno de sus mayores sueños. Sin embargo, es engañada y la vida la termina llevando hacia lugares más oscuros cuando es obligada a figurar como prostituta de lujo en un book y ella termina aceptando porque su objetivo es salvar a su familia de la miseria. Bajo el seudónimo Angel, la bella modelo conoce a Alex - Rodrigo Lombardi- un hombre muy poderoso que se obsesiona con ella y que está dispuesto a todo con tal de estar a su lado. Convencida de que los sentimientos del empresario son verdaderos, se entrega a los juegos de seducción que él propone. Pero pronto quedará atrapada en un triángulo amoroso que le traerá traiciones y muchas decepciones. La novela fue cuestionada por la “romantización” de la prostitución de una adolescente, pero desde Rede Globo explicaron que se trataba de “una historia adulta” que además se emitía en horario de restricción al menor. Ciertamente, el culebrón contiene los condimentos necesarios para ser un éxito y además tiene entre sus filas a un elenco de actores muy reconocidos como Marieta Severo ( Lazos de familia), Reynaldo Gianecchini ( El color del pecado) y Drica Moraes ( Imperio). En Brasil consiguió más de diez premios, fue ganadora en la terna Mejor Telenovela en los Premios Emmy Internacional y ya fue emitida en más de veinte países. ¿Pero quién es la estrella que interpreta a Angel? Se llama Camila Queiroz, tiene 25 años y su debut en la televisión fue justamente en Verdades secretas, en la piel de un controvertido personaje. Nació en Ribeirão Preto, un municipio ubicado a 300 kilómetros de San Pablo, y su familia está compuesta por su mamá manicura, Eliane, su papá carpintero, Sérgio, y sus hermanas, Caroline y Melina. Y si bien nunca le faltó nada, tampoco le sobró ya que los
En la novela de Telefe es una humilde adolescente que termina envuelta en el mundo de la prostitución VIP. Lejos de esa controvertida trama, su vida real se asemeja en un aspecto: a los 14 dejó su hogar para ser modelo. A los 16 se fue a vivir a Tokio y más tarde a Nueva York. Volvió a Brasil y la tira la llevó a la fama mundial. La esperaba un camino repleto de alegrías y también de sinsabores
Queiroz vivían con lo justo. “Una vez hasta me llegó a agarrar fiebre de la ansiedad. Había una muñeca que quería mucho, pero que mis padres no podían comprarme”, recordó hace poco Camila. Y agregó: “Mi padre trabajó tan duro que nunca podría tener tiempo para construir una casa de muñecas para sus hijas. No tuve la Barbie que estaba de moda. Pero eso no me impidió jugar mucho, en casa o en la calle. En mi hogar se compensaba la falta de dinero con imaginación”. Desde temprana edad, soñaba con ser actriz. Como sus padres no podían pagarle las clases de teatro porque “había otras necesidades”, la pequeña se las ingeniaba para aprender y divertirse por su cuenta. Por eso, cada vez que regresaba de la escuela, reunía a los vecinos del barrio para actuar y hacer sus propias funciones en la vereda de su casa. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, la actuación quedó relegada por un par de años. ¿Por qué? Porque tras intentar hacerlo de forma profesional y hacer castings sin suerte, la brasileña supo aprovechar otra faceta suya: la de modelo. A sus 14, Camila se inscribió en el concurso nacional Pernambucanas Faces, en donde compiten niños y niñas de entre 14 y 25. Y si bien no tenía experiencia en el rubro, enseguida se mostró muy desenvuelta. Su frescura y belleza hicieron que el público posara sus miradas en ella y que el jurado la eligiera como la ganadora. “Ella es la más desinhibida y conversadora”, reconoció en ese momento Denise Céspedes, una de los jurados que quedó impactada al verla. Ese fue el puntapié inicial para que la famosa agencia Ford Models Brasil le concediera un contrato de un año de duración. Pero como su casa quedaba lejos de donde se desarrollaban los eventos más importantes, le ofrecieron
mudarse a San Pablo. Sus padres, que siempre apoyaron su sueño y pese a que su hija apenas tenía 14 años, le firmaron un permiso y aceptaron se fuera a vivir sola. De triunfar, pensaban, podría darse los gustos que ella quisiera. Tras un año con la agencia, haciendo campañas y desfiles en el país, Camila comenzó a ganarse su espacio y el reconocimiento de los diseñadores, por lo que las propuestas de trabajo no tardaron en aparecer. Y tras recibir el llamado de una agencia japonesa, la joven viajó a sus 16 a Tokio para explorar nuevos rumbos y también para poder ahorrar buen dinero y así ayudar económicamente a su familia. Luego, la actriz pasó temporadas en Alemania y en París, y también se dio el gusto de desfilar en Milán, considerada la capital de la moda y el lugar al que cualquier modelo aspira a llegar. Sus rasgos afinados, sus medidas (82-60-89) y su 1.77 metro de altura allí no pasaron desapercibidos y, para su sorpresa, luego de ese desfile fue contratada por Versace para que fuera la cara de la marca de indumentaria de lujo. Tras desarrollarse en Europa durante dos años, a su mayoría de edad decidió cambiar de aire y se instaló en Estados Unidos. Si bien continuó realizando campañas internacionales, decidió hacer base en Nueva York para estar un poco más cerca de su país y así poder viajar más seguido para visitar a su familia. Durante tres años, desfiló en las pasarelas más glamorosas de la Gran Manzana y también se convirtió en la cara de Armani Exchange, la prestigiosa marca que ella siempre admiró de chica y cuya ropa veía solo a través de las revistas. “Es un mundo muy cruel con las modelos, que escuchan que están fuera de las medidas todo el tiempo. Pero es un mundo que también trabaja con el arte, lo cual es muy placentero. He vivido grandes momentos como modelo y fui muy feliz durante los ocho años que trabajé en esa profesión”, declaró Camila en una entrevista. A sus 21, se enteró de que había un casting para trabajar en la nueva telenovela de Rede Globo, la misma emisora en la que años atrás había ido a probar suerte aunque sin éxito. Lejos del temor al rechazo, más aún sabiendo que ahora su nombre era reconocido, viajó a Brasil y asistió a la audición. Y al cabo de unos días, los productores le confirmaron que ella era justo la persona que estaban buscando para interpretar a la protagonista de Verdades secretas, la serie de Walcyr Carrasco. Muy feliz por las buenas nuevas, no dudó un segundo: armó las valijas y regresó a su tierra natal para comenzar con las grabaciones a principios de 2015. Gracias a este papel, Camila Queiroz se catapultó en la fama y comenzó su carrera como actriz ya que, a medida que los capítulos de la serie avanzaban, más y más popular se volvía. Según dice, trabajar allí le cambió la vida. Y no exagera: esa tira le abrió las puertas para protagonizar otras como Êta Mundo Bom!, Rock Story y Pega Pega. “No podía estar más feliz de haber sido parte de un proyecto como este, en el inicio de mi carrera como actriz me dan la responsabilidad del personaje principal y por si fuera poco me da proyección internacional. Definitivamente pienso que este personaje, como su nombre lo indica, es un ángel que me cuida y me quiere. Estoy muy sorprendida porque no esperaba que la telenovela tuviera tanto impacto, definitivamente me ha cambiado la vida”, reconoció la actriz en un reportaje. Y también reflexionó acerca de la fama: “Es poderosa y
“TODO LO QUE HICE FUE PARA DARLE UNA VIDA MEJOR A MI FAMILIA”
De la ficción a la realidad En agosto del año pasado se casó con el apuesto actor Klebber Toledo, a quien conoció trabajando en una novela. Dieron el sí ante 300 invitados en una boda soñada en las playas de Jericoacoara, ubicadas al Este de Brasil, lugar al que fueron en su primer viaje de novios.
peligrosa. Depende de cómo va a ser utilizada, si a su favor o no. Con los fans, es una relación de mucho cariño. Ellos son muy lindos conmigo, me hacen fiesta sorpresa de cumpleaños, me acompañan desde Verdades secretas. Intento siempre responder a ellos, estar cerca”. La fama, claro, trajo aparejado también el interés del periodismo de espectáculo sobre su persona. “Con la prensa, estoy aprendiendo a lidiar. Al principio, yo era tan sincerona. Decía todo lo que mi corazón mandaba... Hasta hoy, porque aprendí a pensar un poco más”. Y lo dice con motivo justificado: a medida que crecía su carrera, más interesaba conocer sobre su vida privada. Fue entonces cuando se supo que en el plano personal estaba tan bien como en el laboral, ya que estaba de novia con un modelo llamado Lucas Cattani, a quien conoció en un desfile en el Sao Paulo Fashion Week. Tan enamorada estaba en ese momento que hasta reconocía en las entrevistas las ganas que tenía de casarse con él. Todo parecía un cuento de hadas. Sin embargo, a mediados de 2016 su relación con el apuesto joven terminó en medio de un escándalo: desde las tapas de revistas se aseguraba que la actriz le había sido infiel a Lucas con el actor Klebber Toledo (31), quien era su compañero y pareja de ficción en la segunda telenovela que protagonizó: Êta Mundo Bom! Si bien en un primer momento ella negaba las versiones y
aseguraba que sólo los unía una relación amistosa por el trabajo, al poco tiempo confirmaron su noviazgo con unas fotos que subieron a sus cuentas de Instagram en donde se mostraban fundiéndose en un beso... fuera de set, claro. Y aunque muchos apostaron a que la relación no iba a llegar al año, los actores dejaron en claro que lo suyo iba en serio. Luego de blanquear a su nuevo (y lindo) novio, Queiroz continuó su vida con un bajo perfil y disfrutó a pleno de su romance. Pero el apellido de la actriz pronto volvió a los titulares de las noticias, aunque esta vez por una triste razón: en abril de 2017 su padre, Sérgio, falleció repentinamente a los 53 años. Si bien la modelo no quiso dar precisiones sobre la causa de ese desenlace, confirmó la noticia y agradeció el cariño de su público, que se expresó con mensajes en sus redes sociales: “Mi padre será nuestro gran ejemplo de amor, dignidad y carácter. Sus enseñanzas quedarán guardadas para siempre en nuestros corazones”. Fue un golpe muy fuerte para Camila: el papá siempre fue su gran compañero y quien más la apoyó en los inicios de su profesión. Y la sorpresiva y dolorosa partida coincidía con el mejor momento de la carrera de la bellísima modelo y actriz. Devastada por la pérdida, se abocó de lleno a las grabaciones de Pega Pega y se refugió en el cariño de su familia. Y también en el de su novio, con quien ya convivía. Según el círculo íntimo de ella, Toledo sólo trajo más alegría a su vida. Por eso, con el correr del tiempo, la actriz volvió a recuperar la sonrisa en su rostro: su novio le había pedido casamiento. Tras dos años de relación, los actores decidieron dar un paso más y el 16 de junio de 2018, en San Pablo, se casaron por civil. A los dos meses, pasaron por el altar y dieron el sí ante trescientos invitados en una boda soñada en las playas de Jericoacoara, ubicadas al Este de Brasil, lugar al que fueron en su primer viaje de novios. Aunque toda la vida ella había soñado con entrar del brazo de su papá, esa tarde fue la mamá quien la acompañó. Queiroz entró descalza y lució un extravagante vestido de la diseñadora Lethicia Bronstein que llevaba alrededor de quinientas flores bordadas a mano. El novio, en tanto, la aguardaba con una sonrisa desde el altar con un traje color arena. Tras una breve ceremonia y ante la puesta del sol, oficializaron su relación digna de un cuento de hadas y ante el padrino de bodas que eligieron: nada más y nada menos que Walcyr Carrasco, el autor de la novela que la hizo famosa y también de Eta Mundo Bom!, en la que los flamantes marido y mujer se conocieron. Contra los que pronosticaban otra cosa, el matrimonio va viento en popa. En varias oportunidades, ella reconoció que le gustaría ser madre joven, al igual que su mamá, que tenía 19 años cuando la tuvo a ella. Todavía sólo se trata de un deseo: por ahora prefiere esperar y priorizar su carrera. Es una de las artistas más solicitadas y su agenda está cargada de compromisos hasta mediados de 2019. Durante este año Camila será la cara de una reconocida marca de cuidados para el cabello y también estará grabando lo que será Verano del ’90, en donde por primera vez interpretará a una villana en la televisión brasileña. A pesar de que el tiempo escasea para ella, siempre encuentra el momento para pasar tiempo con sus seres queridos y volver a sus raíces: “Todo lo que hice fue para darle una vida mejor a mi familia. Yo aprendí desde temprano a dar valor a todo porque no tuve muchas cosas”, repite. Cualquier semejanza con el personaje de Verdades secretas, es mera coincidencia.