LA MOLE MOLI ACUSADO DE VIOLENCIA DE GENERO
Luego de denunciar a su esposo por “maltratos físicos y psicológicos” durante tres décadas, “La Negra” se refugia en la casa de una amiga. El ex boxeador elige el silencio y se prepara para la cita judicial mientras debe cumplir con la restricción perimet
Después de 30 años de matrimonio, Fabio “La Mole” Moli fue denunciado por Cristina Galiano por violencia de género. El 10 de enero, la mujer se acercó al Ministerio Público Fiscal del Poder Judicial de la provincia de Córdoba donde denunció al ex boxeador por “maltratos físicos y psicológicos durante toda la relación”. Además, en la exposición, Galiano aseguró que el hecho de violencia que vivió durante esa jornada sería el último. De acuerdo a lo expuesto por “La Negra” ante la justicia, los problemas se agravaron en noviembre de 2018, cuando ella le dijo a Moli que sabía que él mantuvo una “doble vida” durante 14 años y que tenía un hijo de esa edad. Por ese motivo, ella le pidió que blanqueara que tenía un hijo a Marina (30), Melina (28), Leonardo (24), Jerónimo (14) y Paloma (9), los cinco hijos del matrimonio, cosa que La Mole
hizo. Ante la novedad, sus hijos se enojaron con él y le pidieron que cuidara de Galiano. Una semana después de aquel episodio, cuando ella se encontraba en la casa familiar de Villa del Rosario, en Córdoba, Galiano relató que Moli entró con un papel en la mano y le gritó: “La Marina no es mía. Me hice un ADN. Esa chica no es mía. Me engañaste treinta años. ¿Cómo me podés engañar? La cargué 30 años (SIC)”. En la denuncia, Galiano aseguró que le intentó explicar que sí era su hija, pero que la Mole estaba muy nervioso y no la escuchaba. Y que él mismo le contó que le había pedido un pedazo de uña a Marina para realizar ese examen. A partir de ese día, según el relato de Galiano, la relación “comenzó a ser mucho peor, pues Moli estaba convencido de no ser el padre de Marina”, y que comenzó a golpear a la denunciante. Según el acta de la fiscalía, el 10 de enero, cerca de las siete y media de la mañana, mientras ella tomaba unos mates, Moli se acercó y le dijo, enojado: “Vos te hacés la víctima acá adentro, que lloriqueás. Pero en la calle sos otra. Andás ‘chau, mi amor’ de acá, ‘chau, mi amor de allá’ (SIC). Vos sos una re puta, que me engañaste 30 años. No tenés sangre. No tenés corazón. Decime la verdad de quién es la chica (refiriéndose a Melina). Yo me voy a ir a Bower, pero vos vas a parar al cementerio. Te voy a cagar matando (SIC)”. El informe se completa con la declaración de Galiano quien aseguró que, mientras le gritaba todo eso, la Mole le pegó dos puñetazos en el rostro, uno en el labio y otro en el pómulo izquierdo. Después de eso, le pegó con el revés de la mano en el pecho, mientras le exigía el nombre del padre de Melina. Además, la denuncia se completa con otro episodio similar, que sucedió apenas cinco días antes, es decir el 5 de enero, en el que la Mole la golpeó en los brazos mientras le exigía el nombre del supuesto padre de Melina. Pero fue el 10 de enero, luego de ser golpeada, que Cristina decidió denunciarlo. Esa mañana, después de agarrar algunas prendas en una bolsa, Galiano dejó la propiedad que compartía con Moli y fue a buscar refugio a la casa de Viviana Pereyra, una conocida vecina de la ciudad de Villa del Rosario, que tiene un programa de radio y ayuda a varias familias en situación de riesgo. En una entrevista, Pereyra aseguró: “Ella me pidió ayuda pero ya había tomado la decisión de denunciarlo a Fabio porque durante 30 años recibió golpes y le avisó a sus hijos que denunciaría a su padre porque se cansó. La Negra llegó con una bolsita con ropa y me dijo que lo iba a denunciar porque tenía miedo de que la mate. Y la verdad es que vino a mi casa porque si iba a lo de sus hermanos o a lo de sus hijos, Fabio la iba ir a buscar e iba a pasar una desgracia”. Unas horas después, Viviana acompañó a La Negra a hacer la denuncia, por la que la Justicia dictó una restricción perimetral. Pero, antes de que la exposición judicial de Galiano se hiciera pública, La Mole Moli aprovechó su trabajo como panelista en un programa del Canal 12 de Córdoba -labor que fue suspendida hasta tanto se aclarara la acusación por violencia de géneroy aseguró: “Por lo que me notificaron en la Policía, la Negra no hizo ninguna denuncia de violencia de género. Ella fue y dijo que no quería estar más en mi casa y me puso una restricción (de acercamiento perimetral) de 300 metros. Estuve escuchando en todos los medios que la Negra estaba desfigurada, que la había cag… a palos, que estaba internada. Todas mentiras”. Y enseguida completó: “La Negra fue esta mañana a decir que se arrepintió de lo que estaba haciendo y fue a levantar la denuncia. Nada más que en la comisaría donde hizo la denuncia le dijeron que no podía levantarla de un día para otro, que hay que esperar dos o tres días. No sé si es cierto o no. Lo que puedo decir es que la discusión existió, obviamente. Se ve que cuando discutimos se le salió la cadena y dijo ‘no quiero estar más con este loco’ y se fue a la mier…, y fue a la Policía. Fue una discusión terrible, grandísima a la mañana temprano, pero quedó todo bien. Estaba todo bien, no sé qué le pasó a la Negra. Hemos tenido miles de discusiones y hace 30 años que estamos juntos”. Por esas horas, él adelantó que la Negra grabaría un video contando “la verdad”. Y así sucedió. El cronista Pablo Layús publicó en su cuenta de Twitter el video donde Galiano afirmó: “Fabio es una excelente persona y un excelente hombre. Yo lo que les pido es que no lo destruyan. Nada de lo que dicen en los medios es verdad. Fabio a mí no me tocó. Acá estoy yo dando la cara y defendiendo a mi familia”. Viviana Pereyra sostuvo que Galiano le había anticipado que la obligarían a hacer ese video y desestimó todo lo que ella decía ahí. Lo cierto es que ella hasta ahora no regresó al hogar familiar. Ahora se encuentra en un domicilio de una amiga de la que Moli no tiene conocimiento. Según rumores, tendría un botón antipánico por si el ex boxeador rompe la restricción perimetral. Y ninguna de las partes puede hacer públicas sus declaraciones en la causa porque rige el secreto de sumario. Por
otra parte, Moli habría recibido otra denuncia. Esta vez la denunciante es Pereyra, la mujer que acompañó a Cristina a hacer la denuncia a la justicia y que la cobijó en su casa el día de la denuncia. Según le contó Viviana a Pronto: “El domingo 20, salí con mi esposo y Moli le cruzó la camioneta a mi esposo para pedirle que yo no saliera a hablar más en los medios”. Días antes, en declaraciones a la prensa, Viviana había acusado a dos de los hijos de Moli por meterse sin permiso en su casa, pese a la protección policial, para ir a buscar a Galiano. Unos días después, la mujer de uno de los hijos de Moli profirió frases que pueden ser consideradas amenazantes mientras Viviana daba una nota a un móvil del canal América. “Yo no le tengo miedo y no le voy a bajar la cabeza a nadie. Lo único que hice fue ayudar a una mujer que estaba sufriendo. Pero igual tengo miedo y quiero resguardar a mi familia y a mi hijo chiquito. Ellos me dicen que no me van a dejar seguir ayudando a los niños pobres. No soy amigo de la Mole. Sólo lo conozco de la televisión. Pero no podemos aguantar que él o sus familiares vengan a amenazarnos. Yo ya hice la denuncia contra él en la comisaría de Villa del Rosario y ya está en la fiscalía de Río Segundo por amenazas. También pedí una restricción perimetral para él y sus hijos y nueras”, explicó a Pronto. Asimismo, según Viviana, otra vecina llamada Estefanía Fronteras también habría denunciado a Moli y sus familiares porque le pegaron a su madre y debió ser internada durante varios días por ayudar a Galiano. “Ningún hombre tiene el derecho de pegarle a una mujer. ¿qué estamos esperando? ¿que haya una muerte? La nuera y los hijos de Moli están entorpeciendo la investigación y llenaron de miedo al barrio”, asegura Pereyra. Por estas horas, mientras espera para enfrentar a la justicia, Moli elige el silencio. Pronto intentó comunicarse con el ex boxeador y ganador del Bailando pero una voz masculina atendió nuestro llamado y exigió: “No vuelvas a llamar”. Ahora será el tiempo de la Justicia.