TENGO GANAS DE QUE “ME CALIENTEN LA OREJA POR WHATSAPP”
Asegura que en el valle de Punilla se siente como en su propia casa y que en las sierras descubrió su lugar en el mundo. Mirta Wons (53) está en Villa Carlos Paz haciendo temporada en el Teatro Luxor con Siddharta, el megashow que montó Flavio Mendoza, y cada noche cuando sube al escenario cumple su propio sueño. “Hacía mucho tiempo anhelaba trabajar en un espectáculo de Flavio y estoy recontra agradecida por esta oportunidad”, se sincera la actriz, quien hacía más de una década que no trabajaba en Córdoba. “La última vez que vine fue en 2007 con El show de las divorciadas y este verano es muy especial para mí porque me siento local. Hace 20 años que vengo a pasar mis vacaciones en Villa Giardino, que es acá nomás de Carlos Paz. Allí está el hotel de Actores y también tiene sus cabañas mi amigo Damián De Santo, así que si no es en un lugar, es en otro. Giardino es mi lugar en el mundo. ¿Viste cuándo sentís que anclás en algún lugar? Bueno, eso me pasa acá”, revela Mirta.
-¿Cómo llegaste a trabajar con Flavio? -Te voy a ser sincera: a Flavio lo vengo siguiendo desde que creó Stravaganza. Me gustan mucho sus espectáculos y se lo hice saber. Mi estilo es persistente tirando a intenso y cada vez que iba a ver un show suyo, a la salida lo esperaba para saludarlo y le decía: “Me encantaría algún día trabajar con vos”. El siempre fue buena onda conmigo y este año se me dio. Volví al ataque de nuevo y me dijo: “Justo hay un personaje para vos”. ¡Casi me muero!
-¿Por qué lo deseabas tanto?
-Porque lo que crea me parece de una
excelencia absoluta y me dio mucha alegría que se hayan juntado los deseos. Yo quería, él también, y no me equivoqué para nada: estoy feliz trabajando en Siddharta. Es totalmente distinto a todo lo que hice hasta el momento y me siento como una nena con chiche nuevo. Estar en un show de Flavio desde adentro es un disfrute permanente.
-Sos la mala de la historia.
-Sí. En el libro, Kamaswami es un hombre y en la versión anterior de Siddharta, lo hizo Pablo Sultani. Ahora, para la versión de Carlos Paz, Flavio quería una mujer y aquí estoy. Kamaswami es la villana de la historia y quien quiere desviar al príncipe hindú Siddharta, que va en búsqueda de su verdad. Soy la dueña de la ciudad del deseo, la perdición, los placeres y la lujuria y solo quiere pudrirle la cabeza. Me encanta hacer de mala. -Van primeros a nivel nacional.
Sí, y es para agradecer infinitamente porque a pesar de la crisis espantosa que atraviesa el país, la gente nos elige. Estoy alucinada con ver lleno el teatro en las dos funciones que hacemos cada noche. No suele suceder. Y si bien hice comedias musicales grandes, Siddharta no es un rubro específico: es un mix de musical con circo en un formato de mega show y con multimedia.
-¿Cómo estás de salud? En agosto te operaron mal la rodilla y casi no podías caminar.
-No era que no podía caminar, pero sí tenía dificultades porque no me operaron bien y me tuvieron que volver a abrir. Anduve en muletas pero ya pasó, ahora estoy bárbara. Mucho no puedo hablar porque tengo un tema de confidencialidad por un arreglo que tuve que hacer con la prepaga. Lo cierto es que me operaron mal los meniscos y eso me trajo consecuencias bastante pesadas. Me tuve que operar dos veces más y por suerte ya pasó. Sé a qué médico no ir nunca más. Lo importante es que estoy bien, aunque fue un año muy difícil y me frenó mucho en lo laboral. -¿Perdiste trabajos?
Sí: no pude hacer dos ficciones que me llegaron porque estaba limitada en mis movimientos. Otros productores por suerte entendieron mi situación y adaptaron el guión para que siguiera laburando. Cuando tenés un tema así, realmente se complica mucho. Me enojé un montón con la prepaga porque no respondió en su momento, pero ya está.
-¿Con quién estás pasando la temporada?
-Estoy alojada en un complejo divino con parte del elenco de Siddharta, vecina del Flaco Pailos. Cuando uno habla fuerte, nos golpeamos la pared y nos reí- mos mucho. En el teatro, soy vecina de camarín de Karina La Princesita y tengo a las chicas de un lado y a los chicos del otro.
-¿Cómo te llevás con Karina?
-Esa chica es lo más, no puede más de la onda que tiene. Karina es un talento de la puta madre y muy humilde. Es tan buena compañera que es un encanto compartir con ella. A Facu Mazzei lo conocía de antes y es un amor y Karina es un descubrimiento enorme este verano. -¿Cómo andás de amores?
-Estoy sola pero con muchas ganas de enamorarme. Quiero estar bien con alguien, aunque en casas separadas. Ya no volvería a convivir, salvo que suceda algo y que diga: “Ay, de este tipo no me quiero separar”. Salvo eso, prefiero cada uno en su casa. Estoy con ganas de empezar a tener un lindo intercambio de Whatsapp y que me calienten la oreja. -¿Hace mucho estás sola?
-Sí, bastante. El touch and go ya pasó para mí; ahora quiero exclusividad. Ando con ganas de estar con un hombre bien y vivir una linda historia. No que sea sólo palo y a la bolsa. Estoy abierta al amor permanentemente así que si algún interesado lee esta nota, que me lo haga saber (risas).
-¿Aparecen candidatos?
-Te voy a confesar algo: me hago la canchera, pero soy medio cagona. Si aparece alguien, tiendo a recular. Tiene que ser insistidor porque si aparece alguien que me gusta, me pongo bastante estúpida y me desarmo fácil. Por eso tiendo a ponerme una coraza antes.
-¿Sos enamoradiza?
-Mmm, no sé. Me tiene que gustar mucho alguien y seducir para que me fije en
esa persona. Y cuando eso me pasa, por más que en apariencia todos me vean muy segura, soy lo opuesto y me pongo muy miedosa. Tiene que ser alguien que tenga la seguridad de entenderme y descubrir que en el fondo soy una tierna. -¿Ya no volverías a convivir?
-No, a priori no. No me veo conviviendo pero a veces la vida te sorprende. Quizá me recontra enamoro... No hay nada seguro. No podría decirte que no rotundamente. El amor te sucede y no se puede planificar. El que dispone es el Universo, pero mientras tanto mando el aviso: si hay alguien dispuesto, ¡acá estoy! -¿Te trajiste a tus mascotas con vos? -No, los tuve que dejar en Buenos Aires. Esta vez no pude traerlos; es una logística terrible y si sacás a los gatos de su hábitat, sufren mucho. Dejé a un amigo, Diego, al cuidado de mis mascotas. El me manda fotos y me muero de celos porque pienso que no me van a reconocer cuando vuelva. Se llaman Hércules y Mac Allister, el coloradito. ¡Los extraño un montón! Recién mi mamá me mandó una foto de los gatos comiendo quesito blanco.
-¿Comen queso crema?
Sí, son de paladar fino, já. Si no hay queso blanco, no arrancan el día. Me quedo tranquila porque sé que están cuidados y queridos. Mis gatos son como mis hijos.
-¿Sentís cambios físicos por esta obra?
-Sí, muchos. Estoy entrenando en un gimnasio con Charly Sosa, que es el fisiatra y preparador físico de Flavio, un tipo genial que además de entrenarme me está haciendo la rehabilitación de lo que queda de la operación de rodilla. La obra requiere rapidez y agilidad y quiero estar a tono con eso. Me siento a la altura: tengo un traje y una peluca pesadísimos y los llevo con dignidad.
-¿Te cuidás en la comida?
-Sí, mucho. Estoy ordenada: comiendo sano y entrenando mucho. Aunque de afuera parezca que estamos de vacaciones, acá estamos trabajando. Es una bendición poder hacer temporada en una ciudad tan linda pero eso no quita la responsabilidad y concentración en las dos funciones diarias. Llego al teatro a las 19.30 y me voy a las 3 de la mañana. Evito salir a cenar porque sino me acuesto a las 6 de la mañana y no me rinde el día.
“MIS GATOS COMEN QUESO
CREMA”
Bien cuidados
La Wons tuvo que dejar a sus gatos Hércules y Mac Allister en Buenos Aires al cuidado de un amigo. Los extraña muchísimo.