Pronto

ES SOLO UN MOMENTO, ES UNA CAIDA HACIA ATRAS

- Matías Ayrala Fotos: M. Rodríguez

Como cada verano, desde hace 15 años, Vicentico se instaló junto a su esposa Valeria Bertuccell­i en su casa de Punta Colorada, a 40 kilómetros de Punta del Este, en Uruguay. Y por supuesto, el cantante y la actriz disfrutaro­n de la playa, donde realizan innumerabl­es actividade­s. Por ejemplo, para Gabriel Fernández Capello, tal es su verdadero nombre, uno de sus planes playeros preferidos están netamente vinculados al deporte. Por eso, él no es de esa clase de personas que se quedan tirados, embadurnad­os en protector solar, con el único objetivo de lograr un bronceado perfecto. Lejos de eso, el artista suele llegar a orillas del mar con unas buenas antiparras y sus patas de rana para meterse al agua. Una vez ahí, el cantante le dedica casi toda la jornada a dar largas brazadas de estilo crawl, pecho, espalda y, a veces, si le sobran algo de fuerzas, hasta mariposa. Después de eso, el ex líder de Los Cadillacs se divierte como si fuera un niño. Y, por estos días, lo hizo acompañado de su hijo Vicente y también con Eloísa, la hija de Joaquín Furriel y de Paola Krum, ya que la actriz pasó varios días en su casa. Después de tanta diversión, el vocalista no paró. Después de recargar energías con un vaso de gaseosa y un sandwich, decidió que era un buen momento para sumarse a la rutina de yoga que realizaron su mujer y Krum, y comenzó a hacer varias figuras de esa práctica. Arrancó con el Saludo al sol, siguió con el Bhujangasa­na, también conocida como la postura de la cobra, que es parecida a las famosas lagartijas que se hacen en crossfit. Un rato después, realizó las posturas del gato y de la boca. Pero, aburrido, el cantante quiso más dificultad­es e intentó llevar adelante la Shirshasan­a, también conocida como postura sobre la cabeza, que requiere de equilibrio perfecto, concentrac­ión y mucha fuerza abdominal. Si una persona realiza correctame­nte dicha postura durante 15 minutos, puede mejorar la circulació­n sanguínea, ayudar al cerebro y diversas glándulas, proporcion­ar mejores resultados en los sentidos como la vista y el olfato y brindar calma emocional. Lo cierto es que a Vicentico no duró ni 15 segundos cabeza para abajo. Y cayó en la arena abatido. Segurament­e, su mayor error fue no realizar la postura sobre una superficie lisa. O, quizá, le faltó práctica. Lo importante fue que el cantante no se hizo problema y un rato después, se fue de nuevo al mar, con sus patas de rana y listo para nadar durante un largo rato. Un rato después, se fue a disfrutar del amor de su familia. En especial, de su mujer, a quien apoya con todo desde que ella denunció mediáticam­ente a Ricardo Darín por “maltrato”, después de compartir trabajo en la obra teatral Escenas de la vida conyugal. Por otra parte, Vicentico prepara una serie de recitales para dentro de dos meses y los hará junto a su hijo Florián, quien forma parte de su banda. Mientras tanto, se divierte en la playa. Con o sin yoga.

El ex líder de los Fabulosos Cadillacs disfruta de la playa junto a su mujer, la actriz Valeria Bertucelli y su hijo Florian, además de Paola Krum y su hija Eloísa, a los que invitaron a quedarse unos días en su casa. Por las tardes, suelen practicar diversas posturas de yoga aunque al músico algunas se le complicaro­n un poco

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