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ESTUVE DE “ NOVIO CON FERNANDO DENTE Y TODAVIA LO QUIERO UN MONTON”

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El actor de Fuerza Bruta repasa su trayectori­a y también habla de su intimidad. Sobrino de los actores Araceli y Saúl Lisazo, dejó Derecho para dedicarse a su vocación. Y revela que el año pasado tuvo una relación con el protagonis­ta de Aladín: “No sé si fue el gran amor de mi vida, pero fue un gran amor. De todas las parejas que tuve, fue el único que presenté en mi casa y también el único con el que

conviví. Eso lo dice todo...”

Esteban Lisazo (31) nació y se crió en Los Toldos, a 300 kilómetros de Buenos Aires, rodeado de campo. “Pasé mi infancia jugando en calles de tierra con mis cuatro hermanos y con mis amigos, que vivían todos cerca de casa”, recuerda. Hijo de madre docente y padre ingeniero agrónomo, Chori -como le dicen- intentó seguir el mandato familiar y estudiar una carrera universita­ria. A los 17 se mudó a Buenos Aires y a la par de estudiar actuación con Agustín Alezzo, hizo Derecho en la UBA. Pero cuando estaba a punto de recibirse, decidió que la carrera de letrado no colmaba sus expectativ­as y que quería dedicarse de lleno a la actuación. Fue así que en 2007 debutó con una breve participac­ión en la película Diego, la mano de Dios, y luego trabajó en Educando a Nina, Las Estrellas, 100 días para enamorarse, y desde 2016 forma parte del elenco de Fuerza Bruta. ¿De dónde surgió su vocación artística? De sus tíos, los actores Araceli y Saúl Lisazo. “El trabaja en Telemundo y hoy protagoniz­a la versión de Betty la fea en Nueva York. Cuando era chico me llevaba a recorrer los estudios de Televisa en México y yo lo disfrutaba”, dice. Y agrega que “Con mi tía disfrutába­mos de viajar a Buenos Aires e ir a los cines, porque en mi pueblo no había. Además, ella vivía contándome su historia de amor con Guy Williams, el protagonis­ta de El Zorro”.

-¿De verdad? ¿Fue novia de El Zorro?

-Sí. Mi tía era jovencita, tenía 24 años, y con él se llevaban treinta. Ella es amiga de Fernando Lúpiz y él, a su vez, era amigo de Guy, así que en 1978 los presentó. Cuando El Zorro vino a la Argentina para hacer la serie en el teatro, él y mi tía se pusieron a hablar en italiano. Fue un flechazo. Vivieron una historia de amor de película: él estaba casado en Estados Unidos y pidió el divorcio para estar con ella. Hubo una época en la que vivieron los dos acá, después él se volvió a su país y siguieron el noviazgo a distancia. Tuvieron varias idas y vueltas, pero él fue el gran amor de Araceli. Y entre ellos quedó algo pendiente, porque él le dijo que iba a pedirle su mano a mi abuela en el ‘89, pero después falleció. -¿Llegaste a conocerlo?

-No, pero crecí viendo El Zorro y escuchando las cosas que me contaba mi tía. Mis hermanos más grandes tienen fotos con él y hasta lo llamaban tío. Guy iba seguido a visitar a mi familia a Los Toldos. Es una locura, pero pasó. Con todo este mundo, ¿cómo no iba a querer ser actor? -¿Cuál fue tu primer trabajo como

actor?

-En la película Maradona, la mano de Dios. Tenía 19 y hacía de un barrabrava que perseguía a Diego por la cancha de Boca. Me acuerdo que me acompañó una amiga de Los Toldos y que me hicieron cortar el pelo. Estuve filmando un día entero, repasando letra y escuchando los gritos del director. Pero lo más gracioso de esta anécdota es que cuando nos sentamos en familia a ver la película, yo aparecí al principio y estuve tres segundos en pantalla. “¿Ya está?”, me preguntaba­n. Já. A partir de ahí, hice otros laburos en Las Estrellas, como novio de Justina Bustos, y en 100 días para enamorarse, que fui el tercero en discordia entre Ludovico di Santo y Michel Noher.

-También trabajaste como modelo. -Sí, hice muchos laburos en publicidad­es de distintas marcas. No lo podía creer, vos pensá que venía del campo... Otro mundo. Igual la pasé mal porque eran todos modelos altos y yo no tengo tanta altura. Mis compañeros me decían Pampito, pero no me trataban muy bien porque se la pasaban escondiénd­ome pantalones. Eso de que sólo entre las modelos mujeres se hacen guachadas es mentira.

-¿Cómo llegaste a Fuerza Bruta? -Trabajaba en un banco y me iba muy bien, pero renuncié porque no era lo que quería para mí y tenía la vida consumida. Cuando me fui de ahí arranqué a hacer castings y quedé en Cruising, una obra del off en la calle Corrientes que tuvo mucha repercusió­n. Ahí me vio un amigo y me dijo: “Vos tenés la energía para hacer el show de Fuerza Bruta, fijate que están haciendo un casting”. Cuando fui a la prueba, eran 800 personas y estaba repleto de bailarines del Colón que levantaban la pata hasta la nuca. Yo tengo conocimien­to de baile porque tomé clases, pero soy muy amateur. Por las dudas, preparé un número de murga que sabía que pedían. De los del Colón no quedó ninguno, eligieron a otro chico y a mí; y cuatro meses después ya era parte del elenco. Hice shows en Argentina, Uruguay y Brasil. Me ofrecieron irme a China y Corea del Sur, pero no quise irme tan lejos porque también trabajo como bailarín en las fiestas Plop que se hacen los viernes en el Teatro Vorterix. -¿No te da ni un poco de miedo hacer cosas extremas en Fuerza?

-¡Nada de miedo! Imaginate que en la apertura de los Juegos Olímpicos del año pasado estuve colgado del Obelisco, que mide casi setenta metros. Mis amigos me decían: “Boludo, mirá si se te suelta la soga”. Y yo les decía: “¿Y? Si se suelta me mato”. A veces no mido.

Esa vez me tuvieron toda la tarde colgado de un arnés y después me dolió muchísimo la espalda. Y después de eso tenía que estar otra vez en Fuerza Bruta con dos shows por noche. Pero siempre digo: después de una semana de show, te acostumbrá­s.

-¿Te caíste o te diste un golpe alguna vez?

-No tantos, pero el último que me di casi me mato. Fue hace unas semanas en un show, cuando bajé de la cinta y me di la cabeza contra una máquina que había ahí. No la vi porque estaba todo oscuro y no perdí el conocimien­to, pero me mareé mucho y tuve que seguir porque empezaba el otro show.

-Tenés que estar muy bien preparado físicament­e para hacer los shows. ¿Cómo te cuidás el cuerpo?

-Ahora no estoy nada y le entro a full a las harinas, porque me cuidé un montón para los shows que tuve en el verano. Pero en épocas en las que estoy trabajando como alimentos que me den energía. También entreno y salgo a correr. Hay que tener un gran estado aeróbico para soportar el show.

-Entre tantas giras, ¿volvés seguido a Los Toldos? ¿Qué recuerdo tenés de tu vida en el campo?

-Sí, cada tanto vuelvo porque amo el lugar en el que crecí y porque están mis amigos de toda la vida, que son todos ingenieros agrónomos y veterinari­os... ¡No nos parecemos en nada! La verdad es que allá siempre me reciben muy bien. Es más: mi hermana más chiquita siempre quiere ir al supermerca­do conmigo porque le gusta ver que los vecinos del pueblo me saludan.

-¿Estás en pareja?

-No, vivo con mi gata. Estoy solo hace bastante, pero muy tranquilo y disfrutand­o de la soltería. Las últimas veces que me puse serio con alguien, no funcionó.

-En su momento se rumoreaba que eras el novio de Fernando Dente. ¿Fue así?

-(Ríe) Sí, fue verdad. Con Fer estuvimos de novios el año pasado. Fue una relación muy linda y también intensa, porque se vivió todo muy rápido en muy poco tiempo. Nos amamos mucho, pero no funcionó. Hoy tengo el mejor recuerdo de él, lo respeto un montón y lo quiero un montón todavía.

-¿Cómo se conocieron?

-Empezamos a hablar cuando terminé la temporada en Mar del Plata y me volví a Buenos Aires. Todo empezó por las redes sociales: subí un video gracioso en Instagram, él lo vio y me escribió. Luego nos vimos y pasó todo.

-En ese momento él no había hecho pública su elección sexual. ¿Te pedía que no le contaras a nadie sobre la relación ni que subieras fotos?

-(Ríe) ¡Sos terrible! No lo blanqueamo­s en su momento porque creímos que no había necesidad de hacerlo público. Eramos novios y estaba todo bien. Incluso él fue a mi casa, conoció a toda mi familia y todos lo recibieron muy bien.

-Dijiste que todo en la relación fue muy rápido. ¿Conviviero­n?

-Sí, sí. Convivimos unas semanas. Pero después de tres meses, por diferentes motivos, la relación llegó a su fin. Y cuando cortamos, él subió un posteo en el que blanqueó todo -Fernando puso una foto a su Instagram para contarle a sus seguidores su elección sexual-. Creo que estábamos en diferente sintonía y por eso no funcionó.

-¿Siguen hablando?

-Ahora hace bastante que no, porque estuvimos los dos a mil. Pero en su momento, sí. Además, poco después de cortar hicimos juntos la apertura de los Juegos Olímpicos y tuvimos la mejor onda. Tengo un buen recuerdo suyo. -¿Fue el gran amor de tu vida?

-Eh... No sé si fue el gran amor de mi vida, pero fue un gran amor. De todas las parejas que tuve, fue el único que presenté en mi casa y también el único con el que conviví. Eso lo dice todo.

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DE EL ZORRO”
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Además de actor, Esteban tuvo su época de modelo. “Mis compañeros me llamaban Pampito”, recuerda entre risas.
“MI TIA FUE NOVIA DE EL ZORRO” Fachero Además de actor, Esteban tuvo su época de modelo. “Mis compañeros me llamaban Pampito”, recuerda entre risas.
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Araceli, la tía de Esteban, vivió un tórrido romance con Guy Williams, el
protagonis­ta de El Zorro.
Historia de amor Araceli, la tía de Esteban, vivió un tórrido romance con Guy Williams, el protagonis­ta de El Zorro.

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