“CADA TANTO TENGO UN TOUCH AND GO CON FACU MAZZEI”
Entró en Corte y confección de casualidad, una semana antes de que el exitoso programa que conduce Andrea Politti comenzara a salir al aire, y jamás imaginó que iba a llegar tan lejos. Con el perfil ideal de chico lindo y bueno, Juan Franco Sartor (26) se ganó el cariño de los televidentes y hoy sueña con llegar a la gran final. “Cuando entré mi objetivo era no irme la primera semana. Eramos 14 participantes y quedamos solo seis. Se empezaron yendo de a uno por semana, cuando quedamos siete se hizo un repechaje, entraron dos más y ahora volvimos a ser seis. Creo que supe aprovechar la oportunidad y que aprendo bastante rápido”, reflexiona Juan. -¿Le temés al jurado?
-Ya no. Verónica de la Canal, Fabián Zitta y Benito Fernández son grandes profesionales y los admiro un montón. Escucho todo lo que me dicen y me tomo muy en serio sus sugerencias y devoluciones. Estoy aprendiendo y cada desafío es algo nuevo para mí, a diferencia del resto de los participantes que laburan en moda hace mucho tiempo, hacen vestidos y tienen sus clientes. Yo soy nuevito en todo esto.
-Con Zitta tuviste roces.
-Sí, alguna que otra vez, porque me cuesta entenderlo, da muchas vueltas y no termino de comprender el punto al que va. Igual nunca me peleé, soy re perfil bajo y entré para aprender. -¿Cómo llegaste al programa?
-Es mi primera experiencia televisiva y me convocaron de Laflia, la productora de Marcelo Tinelli, que creó el programa. Se ve que cayeron en mi perfil de Instagram, les gusté y me citaron a una reunión. Hice el casting sin tener idea de moldería, corte y confección y jamás pensé que iba a quedar en el casting. Cuando me confirmaron, quedaba poco para el comienzo del programa. Me anoté e hice un curso súper intensivo de moldería para llegar más preparado. -¿Te inhiben las cámaras?
-Al comienzo estaba recontra pendiente de las cámaras y bastante más duro. Pero llega un punto en el que te relajás y ya ni registro las cámaras, me olvidé por completo. Mi familia está chocha porque me ve feliz a mí e incluso yo mismo me sorprendo de mí mismo porque jamás me imaginé en televisión haciendo todo esto. Corte y confección es el desafío más grande de mi vida y lo primero que logro por mérito propio. Mis viejos siempre me consintieron a mí y mis hermanos, jamás nos hicieron faltar nada, nos acompañaron en todo y esto fue mío propio. Mis papás están re orgullosos.
“EN CUATRO MESES DE TELE YA TENGO 8 GRUPOS DE FANS”
-¿Sos porteño?
-No, soy rionegrino: nací en General Roca y viví ahí hasta los 11 años, que nos mudamos a Viedma por laburo de mi viejo. Es político de la UCR y si bien ahora está retirado, fue legislador provincial, nacional y llegó a ser Ministro de Desarrollo Social en 2001, una época bastante complicada. Venía todas las semanas a Capital y los fines de semana se volvía a Río Negro para estar con nosotros. Se llama Daniel Sartor y la presidencia de De la Rúa fue medio heavy para la familia.
-¿Qué recuerdos tenés?
-Era muy chico, tenía 9 años, pero recuerdo que la familia estuvo muy expuesta y recibimos amenazas. En una ciudad tan chica como lo es Roca, todo era mucho peor. Mi viejo es político, mi mamá Angélica es abogada y soy el menor de tres hermanos: Ariana (31), que es abogada; y Jonathan (32), que es martillero público.
-¿Te costó mudarte a los 11 años?
-Sí, no fue fácil porque tenía que dejar de ver a mis amigos. Nos mudamos en 2004, que fue cuando mi papá asumió como legislador. Era chico y tenía mi vida formada en Roca. Cuando nos mudamos a Viedma me costó, pero me terminé haciendo muy grandes amigos. Ahí hice el secundario hasta que a los 17 me vine a estudiar a Buenos Aires. -¿Cómo eras de chiquito?
-Bastante caprichoso y mañoso. Mis viejos siempre nos consintieron a los tres, fueron y son muy de mimarnos. Se desviven por sus hijos y nos dan todo a los tres por igual. De chico, dibujaba mucho e iba a una escuela de arte por la mañana que me encantaba. Hacía natación y equitación; nunca fueron mi fuerte los deportes en equipo.
-¿De niño te atraía la moda?
-Me gustaba combinar las prendas y saber cómo vestirme. Todo arrancó como consumista. De chiquito me mandaba a hacer ropa con las modistas del pueblo y me encantaba saber qué se usaba. A los 17 me vine a estudiar Relaciones Públicas en la UADE y me terminé recibiendo en la Universidad de Palermo. Vivía con mis hermanos y en Capital tenía primos, tíos y abuelos. A la par, empecé a laburar de modelo.
-¿En alguna agencia? -Sí: estuve mucho tiempo en Monteverde y luego hacía trabajos puntuales para otras agencias. Me recibí hace 4 años de Licenciado en Relaciones Públicas, pero en el medio de la carrera, a los 21 años, me fui a estudiar fashion business a París. Es toda la parte de negocios de la moda y me encantó la experiencia. Volví, me recibí y con una amiga hicimos workshop y cursos de moda personalizados para armar nuestra propia marca. -¿La sacaste?
-Sí, pero solo. Con mi amiga nos costaba mucho ponernos de acuerdo y preferimos priorizar la amistad y no hacer negocios juntos. Saqué mi marca, Anunnaki, que la sigo teniendo y vendo en modalidad showroom. Me va bien, pero ya no le puedo dedicar el tiempo que se merece porque estoy absorbido por Corte y confección.
-¿Qué trabajos tuviste previos al programa?
-Trabajé en la parte de relaciones públicas en una empresa que importa perfumes y maquillaje. Me gustó, pero no quería ser empleado de nadie porque me costaba cumplir horarios. Necesitaba ser mi propio jefe, a los 8 meses renuncié y con el tiempo saqué mi marca.
-¿Sentís la popularidad en la calle? -Mucho. Nunca pensé que iba a pegar tanto el programa. La gente me para para saludarme o felicitarme y por Instagram recibo muchos mensajes de chicos que se identifican conmigo.
-¿Qué no puede faltar en tu guardarropas?
-Un pantalón negro básico, un jean, una campera de jean, una polera y siempre en colores neutros. No soy pro estampas: prefiero lo neutro porque es más combinable. Igual tengo mucha, pero mucha ropa. Calculo que debo tener más de 30 pares de zapatos y zapatillas, divididos en varios placares porque no me entran todos juntos.
-¿Con quién vivís?
-Solo y me encanta porque no le tengo que rendir cuentas a nadie ni decir adónde voy ni a qué hora vuelvo. Viví un tiempo con mis hermanos y hace cinco años ya que vivo solo.
-¿Estás de novio?
-No, estoy soltero. Amo la vida en pareja, pero ya hace más de un año que estoy solo. Soy una persona que funciona mucho más en pareja que soltero. Lo máximo que estuve de novio fueron dos años y tuve tres novios importantes.
-¿Te inhibe hablar de tu sexualidad? -Para nada, porque lo tengo bien hablado con mi familia y está súper aceptado. De todos modos, la primera gran pelea fue conmigo para poder aceptarme. Te voy a contar algo muy íntimo que me pasó: cuando me vine a vivir a Buenos Aires a los 17 años, tuve un desorden alimentario importante. Y si bien no llegó a ser bulimia ni anorexia, fue un trastorno serio.
-¿Caíste ahí por la exigencia de ser modelo?
-Un poco sí y otro tanto por no poder contar lo que pasaba con mi sexualidad. Estaba muy mal, muy triste, hablé con mis papás porque en mi casa siempre se habló todo y empecé a ir a un psicólogo especializado en trastornos alimentarios. Cuando llegué, lo primero que le dije fue: “Me gustan los pibes pero no quiero ser gay”. Había ido por otro tema pero afloró el tema de la sexualidad. Sentía mucha angustia por la autorepresión y la canalizaba por la comida. -¿Nunca antes lo habías hablado en tu casa?
-No, porque no estaba seguro de nada, no había probado estar con un chico y no sabía qué me pasaba. Había tenido una sola noviecita en el secundario y esa historia se había terminado cuando ella se fue a vivir a Bahía Blanca. Tenía 17, estaba recién llegado a Capital, era una vorágine nueva y a eso se sumaban los mandatos sociales y los prejuicios. Fui al psicólogo cuatro años y ahí solucioné todos mis temas. Lo hablé con mis papás y ellos reaccionaron súper bien. Era más fuerte mi miedo de contarlo que la opinión de mis viejos.
-¿Te entendieron?
-De una. Ellos estaban mal porque me veían triste, no porque fuera gay. Soy la misma persona de siempre y el gusto sexual no cambia nada. Aprendí que si a alguien no le gusta que sea gay, no lo necesitaba en mi vida.
-¿Cuándo conociste al primer chico? -A los 17 y no me costó para nada estar con un pibe... Me encantó y los desórdenes de alimentación se solucionaron. Si bien como de todo, me cuido, hago dietas y voy al gimnasio porque me gusta verme bien.
-¿Presentaste algún novio en tu casa? -Sí, a todos. Tuve tres novios importantes y uno incluso fue a pasar Año Nuevo a Río Negro conmigo y mi familia. Mis papás son lo más, muy abiertos. No es un tema la sexualidad.
-¿Te gustaría enamorarte?
-Sí, me encantaría, pero es muy difícil. Reconozco que no soy un chico fácil, hace muchos años que vivo solo y soy bastante mañoso. Tengo mis tiempos, mis espacios e incorporar a otra persona en mi vida sería muy demandante. -¿Tenés un estereotipo?
-No, cero. Queda re cursi pero me enamoro más de la persona que del físico. Obvio que al principio todo entra por los
ojos, pero lo que vale es la persona. -¿Saliste con algún famoso?
-Sí, con Facu Mazzei. No llegamos a ser novios pero tuvimos una linda historia. Nos conocimos hace 5 años en un boliche. Un amigo me dijo: “Te quiero presentar un pibe, se llama Facu Mazzei”. Yo ni sabía quién era, me mandó una foto y lo vi con el pelo amarillo porque en ese momento estaba haciendo Stravaganza. “Ni loco, con ese pelo es un grasa”, le respondí. Cuestión que pasó la noche, me dio su celular y a los 3 días quedamos en encontrarnos para conocernos. Ahí tuvimos algo, pero no más que eso. Salimos cuatro veces y después fue más esporádico. Había buena piel pero después él se puso de novio con otro y me dejó.
-¿Facu te dejó?
-Sí, ¿podés creerlo? Nunca dejamos de vernos, pero como él estaba de novio, no pasaba nada. Cuando se separó retomamos, pero nunca fuimos novios oficiales. Al día de hoy nos seguimos hablando y cada tanto algo pasa. Nos llevamos re bien y cada tanto tenemos un touch and go.
-¿Cómo te llevás con Andrea Politti? -¡La amo! Antes de la eliminación de Teresa estaba re nervioso porque no sabía si se iba ella o yo. Estaba re angustiado y atrás del decorado le pedí a Andrea que me abrazara. Me sentía desahuciado y ella tiene un ángel tan especial que te hace sentir cómodo y seguro. En la previa del programa cuenta chistes, hace bromas, nos relaja y la pasamos bien. -¿Expectativas?
-Llegar a la final, ¡obvio! Y más ahora que falta tan poco. Tengo ganas de llegar y ganar. En cuatro meses de tele ya tengo 8 grupos de fans y no puedo creerlo. Me sorprende cómo se identifican con lo que me pasa. Me llevo re bien con todos los otros participantes y soy amigo de Juli, Nacho y Fabricio. No sé qué nos puede pasar si vamos a una eliminación juntos, va a ser re difícil.
-¿Cómo imaginás tu vida post Corte y confección?
-Me imagino igual que como venía siendo hasta antes de entrar, pero con la posibilidad de capitalizar todo el aprendizaje que voy adquiriendo en el programa. Quiero potenciar mi marca y hacerla más conocida. Tengo una propuesta diferente para mostrar y sé que hay gente que va a interpretar y lucir lo que ofrezco con mis prendas.
-¿Te ves en la tele a futuro?
-Me encantaría. Me siento cómodo, me divierte, pero no sé bien cuál sería mi rol.