LO MAS LINDO “DE FRANCESCA ES QUE PONE LA CABEZA PERO TAMBIEN EL CORAZON”
En Argentina, tierra de amor y venganza interpreta a un personaje fuerte para la época, con ideas claras y que siempre va al frente. Tiene varias similitudes con esta joven actriz que antes de abrazar el feminismo miraba Chiquititas, iba a la cancha de Boca y siempre soñó con ser artista
Es muy temprano en la mañana y hace frío. Recién está asomando el sol pero Malena Sánchez (27) acaba de llegar a los estudios de Polka en Don Torcuato para grabar nuevos episodios de Argentina, tierra de amor y venganza. Mientras se maquilla y peina con un look típico de los años ‘30 como requiere su personaje, la joven actriz se dispone a charlar con Pronto. Si bien trabaja hace casi una década, ganó popularidad el año pasado cuando interpretó a Patricia Pacheco en la película El Potro. Pero sin lugar a dudas, desde que se puso en la piel de Francesca Moretti en la novela que se emite de lunes a viernes por eltrece, su carrera dio un giro de 180 grados. “Lo más lindo que tiene mi personaje es que pone la cabeza cuando tiene que ponerla, pero también pone el corazón. Siento que es una persona muy sensible que al mismo tiempo sabe cómo actuar frente a situaciones complicadas”, describe Malena. “Francesca rompe con los esquemas de los roles de las mujeres. Me cae muy bien ella y se parece mucho a mí”, agrega.
-Es una feminista por la época en que transcurre la novela.
-Sí, totalmente. Y me identifico mucho con ella porque yo vengo militando el feminismo hace mucho. Es un tema que está todo el tiempo vigente, en cada encuentro al que voy me es inevitable hablar del tema y estoy cada vez más unida a mis amigas mujeres. Las empecé a ver como compañeras, como que vamos de la mano en la vida e incluso quiero generar eso en mis vínculos amorosos. Esté con quien esté quiero acompañarlo y que me acompañe dejando de lado un montón de formas de amar que la sociedad nos
impuso. Mi personaje tiene un poco de esto, de amar de esta forma, y a su vez es feminista sin darse cuenta, justamente por estar en los años ‘30. -¿Vos cómo te acercaste al movimiento?
-Tengo una amiga que milita, por lo cual siempre hablamos sobre el tema. Intentamos construir nuestro lugar como mujeres y debatir sobre el rol de los varones y eso está presente en cada uno de nuestros encuentros. Creo que el acercarse, informarse, abrir la cabeza y comprender verdaderamente a dónde va el feminismo hace que se viva mejor, tanto para la mujer como para toda la sociedad. En lo que a mí respecta, es un pensamiento político de vida, no es sólo el querer tener los mismos privilegios que los hombres. -Mencionaste que participás de encuentros. ¿En qué consisten?
-Junto con una de mis hermanas mayores y sus amigas surgió el reunirse en una especie de grupo de lectura, donde se elige un texto, se debate e intercambian ideas. Así empecé a acercarme a escritoras como Judith Butler o Luciana Peker. Una vez que abrí los ojos ya no pude volver atrás. Es un viaje de ida, me cambió la forma de ver la vida y empecé a encontrarme con que el feminismo me interpelaba todo el tiempo. De repente comencé a hacerme muchas preguntas.
-¿Cómo cuáles?
-Tenían que ver más que nada con replantearme mi lugar en la sociedad, pero también querer saber dónde estaba puesto mi deseo y si realmente quería ser madre en un futuro o si es un mandato social.
-¿Formás parte del Colectivo de Actrices?
-Sí, desde el día uno. Aún no éramos un colectivo. Lo primero que hicimos fue juntar firmas por la despenalización del aborto.
-¿Alguna vez te tocó vivir alguna experiencia desagradable, como una situación de acoso, por ejemplo? -Me parece que todas las vivimos. Sin ir más lejos el ir caminando por la calle y que opinen sobre tu cuerpo de las maneras que lo hacen es una situación de acoso. Tener miedo por la calle o el ir avisándonos entre mujeres que llegamos bien a nuestras casas también. Estoy acostumbrada desde chiquita a preguntarle a mis amigas si llegaron bien, pero a mis amigos no; a preocuparme, a acompañarnos, a que ninguna se tome sola el colectivo. Desde el vamos todo eso es acoso.
-¿Y laboralmente?
-Una vez tuve que bajarme de una obra de teatro porque un tipo me acosaba. No voy a dar detalles pero me pasó, y le ha pasado a la mayoría de las mujeres con las que hablo. Es un tema delicado.
-El ver la vida de esa forma, ¿cambió la relación con tus parejas? -Cambió con todos mis pares. Ahora estoy soltera pero cuando estaba en pareja empecé a preguntarme sobre los vínculos, la monogamia, la heterosexualidad, los patrones corporales, todo. Empecé a poner conceptos en nuestro día a día y fue muy difícil sostenerlo. Si bien no me separé de mi novio por esa razón, ya me estaba dando cuenta que se me habían movido todas mis estructuras y cuando quería cambiarlas en la pareja no se podía. No es que me volví feminista y le dije: “No te amo más”, sino que quise conocerme estando sola, entendiéndome como un yo completo y que no necesito a nadie sino que elijo compartir la vida con un otro.
-¿Te planteaste el estar con otra mujer?
-Sí. Me cuestioné si nunca había estado con una chica porque verdaderamente no me gustan las chicas o porque nunca me lo había planteado. Hoy entendí que gusto de las personas y que puedo gustar de una mujer y que inclusó gusté de una mujer, y que me gustó tener una cita con una chica. Me pareció lindo salir con ella, creo que hasta fue más relajado el estar en compañía de ella. Como era algo nuevo en mi vida las bases se sentaron desde cero y no se dio nada por sen
tado, fue conocerme desde otro lugar. -Pero ahora no estás con nadie me decís, ni hombre ni mujer.
-No. Con mi última pareja corté el 31 de diciembre de 2018.
-Pero en el último tiempo se te relacionó sentimentalmente con tu compañero de ATAV, Diego Domínguez. -Todavía me resulta raro que a la gente le interese con quién tengo un lazo sexo-afectivo. De igual manera quiero aclarar que no tuve sexo con él, es mi amigo y lo quiero. Generamos un vínculo muy cercano y decimos que somos como hermanitos. Me parece un potro pero no fue por ese lado el vínculo.
-En algún momento dijiste que te “daba miedo” meterte entre los personajes de Albert Baró y Delfina Chaves. ¿Cómo estás llevando esto de ser la tercera en discordia de Bruno y Lucía?
-Lo dije un poco en broma, pero entiendo que es una pareja de la que todos están pendientes y esperando que se besen, que estén juntos, que se amen, que puedan ser libres y felices, y de repente tener que entrar a confundir eso iba a ser un poco complicado, más que nada para el público y los amantes de la pareja. Pero no doy mucha bola a lo que digan o no digan porque me parece que es un juego. Con Delfi y con Albert nos llevamos increíble, somos amigos, buenos compañeros de trabajo y es muy divertido grabar con ellos así que estoy contenta.
-¿Cómo te llevas con el resto de tus compañeros?
-Es difícil responderte eso porque todos siempre decimos que estamos súper agradecidos del elenco porque somos muy compañeros, nos acompañamos mucho, disfrutamos de ir a grabar porque nos encontramos con amigos. También nos ayudamos, nos contamos nuestros problemas. Somos muy intensos. De golpe uno está mal y otro está bien y nos vamos expresando y bancando entre todos. Almorzamos juntos o vamos a fumar un cigarrillo cada tanto para charlar. Somos un gran equipo y por eso también si alguno está en el teatro lo vamos a ver y sí o sí un día a la semana nos juntamos después de las grabaciones a comer. Llevarnos bien hace que el trabajo sea mucho más sencillo y creo que eso traspasa la pantalla.
-Pero con algunos tiene que haber mejor onda que con otros.
-Sí, no sé. Me llevo excelente con Candela Vetrano y con Gonzalo Heredia, que hacen de mis hermanos, y como te dije antes, con Diego Domínguez. Somos muy amigos.
-Tienen edades muy parecidas además. ¿Eso ayuda a que se entiendan mejor?
-Sí, eso y que nos pasamos todo el día juntos porque estamos a full con las grabaciones. Nunca había estado en una tira en la que tuviera que grabar todos los días. Si bien me dedico a esto desde los 18, lo que más hice fueron películas y algunas series y ambas requieren otro tipo de exigencias. Hace seis meses que estamos al aire y tuve que cambiar por completo mi rutina.
-¿Fue difícil?
-Sí, más que nada porque me levanto súper temprano y vuelvo tarde de lunes a viernes. Fue complicado que mis amigos y familia entendieran estos tiempos nuevos, pero logré que me acompañen, que no se molesten si de repente falto a las reuniones porque estoy muy cansada y que comprendan que esto es algo nuevo para mí y que está lleno de responsabilidades que capaz antes no tenía. Además hay que tener en cuenta la exposición repentina que estoy teniendo, que tampoco es fácil, pero con la cual estoy muy contenta.
-¿Qué hacés en tu poco tiempo libre?
-Intento ir a yoga o a la psicóloga o a acrobacia. A veces juego al fútbol e intento leer algún libro. Pero más que nada tengo que resolver cosas cotidianas como ir al supermercado, asistir a ciertos eventos o dar entrevistas. Ahora estoy intentando bajar un cambio porque estaba durmiendo muy poco y eso no es saludable. Como podés ver llevo una vida agitada pero soy muy
“DIEGO DOMINGUEZ ES MI AMIGO Y LO QUIERO, PERO NO TUVE SEXO CON EL”
sociable, tengo muchos amigos y nunca dejo de verlos, me organizo para pasar tiempo con ellos.
-Mencionaste la exposición que tenés ahora.
-En mis espacios no cambió nada pero de repente me encontré con gente que sabía quién era yo en un supermercado, en el cine o en el Uber. Siempre tuve prejuicios con la fama. Por eso me escudo detrás del no darme cuenta qué es lo que genero.
-¿Y por qué tenías esos prejuicios? -No sé, creo que porque nunca quise que la fama tomara protagonismo en mi vida. No quiero creérmela y tampoco dejar de viajar en subte porque me van a mirar o pedir fotos.
-¿A tu familia o amigos sí les afecta? -No. Ellos son mi cable a tierra. Desde que tenía tres años ansiaba con grabar con la China Suárez o Cande Vetrano porque las veía en Chiquititas y soñaba con estar ahí. Siempre fue mi deseo ser actriz y mi familia me acompañó. A mis papás no les interesan los famosos, a lo sumo son babosos de mí (se ríe).
-¿Se te acercan más chicos o chicas desde que estás en la tele?
-En general se te acerca todo el mundo, hasta tus enemigos te quieren. Es muy gracioso. Por eso la tele no es para cualquiera, hay que estar muy atento, muy cerca de tus afectos, y poder distinguir quién se acerca verdaderamente porque te quiere y quien lo hace por superficial.
-Se te ve muy relajada en todos los aspectos. ¿Le prestás mucha atención a lo estético?
-A mi manera sí. Observo mucho la presencia pero no soy adicta a comprarme ropa ni a jugármela con los looks. Me gusta lo estético pero tampoco le dedico mucho tiempo a ver qué me pongo. Lo bueno es que desde que estoy en ATAV tengo más acceso a la ropa, me dan algunos canjes o tengo en mi ropero prendas de marcas que antes no podía comprarme. Ahora tengo más versatilidad para vestirme. -Alguna vez contaste que te gustaba mucho ir a la cancha de Boca. ¿Lo seguís haciendo?
-Ya no tanto. Soy fanática de Boca, pero estoy un poco desligada del fútbol. Antes iba a ver todos los partidos, para que te des una idea para mi cumpleaños de 15 le pedí a mis papás que me regalaran la membresía al club porque me moría por ser socia de Boca pero no la pudieron conseguir. Los sábados salíamos del boliche con una amiga e íbamos a las 8 de la mañana a hacer fila a Casa Amarilla. A las diez abrían la puerta para vender algunas entradas y nosotras estábamos ahí siempre, paraditas.
-¿De dónde sacaste esa pasión?
-De mi viejo, él me hizo hincha. Tengo dos hermanas más grandes y cuando llegué yo, seguramente esperaba un varón. De chiquita empezó a enseñarme de fútbol y me hacía jugar a la pelota con él. Papá es de Vélez, yo me hice de Boca por mi padrino. ¿Te cuento una anécdota? Una vez, a los cinco años, me enojé con “un noviecito” porque hizo su cumpleaños en una canchita y no me invitó porque era solo para varones. Como me quedé con las ganas, después hice yo mi cumple en una cancha, y a pesar de que mi mamá me puso un vestido, debajo de él me dejó usar el short de Boca para que pudiera patear un rato. -Además de la pasión por el fútbol, heredaste de tu papá Néstor Sánchez la actuación, ¿no?
-Sí. Siempre actuó en teatro e iba a verlo al San Martín o al Cervantes. Yo quería ser actriz o gimnasta y a los 11 empecé a estudiar acrobacia, algo que retomo cada tanto porque me encanta. Eso sí: mis papás querían que tuviera una buena base de estudio así que hice la secundaria en el Pellegrini y recién cuando terminé me permitieron dedicarme a la actuación.
-¿Vivís sola?
-Sí. Cuando tenía 19 años, mis papás se fueron a vivir a Córdoba, a Traslasierra, con mi hermano más chico y yo me quedé en la casa de una de mis hermanas mayores durante dos años. Después me fui con un amigo, luego sola y dos años más con quien en
tonces era mi novio. Finalmente volví a vivir sola. Al principio mis papás me ayudaban económicamente, pero desde muy chica soy independiente en ese sentido. Siempre trabajé como actriz y gané mi propio dinero.
-En la película de El Potro Rodrigo interpretaste a Patricia Pacheco. ¿Hablaste con ella para hacer ese papel?
-Patricia me abrió las puertas de su casa, tomamos mates y me contó un montón de anécdotas. Me dio muchos detalles sobre su vida con Rodrigo y también de cómo era ella antes de conocerlo, para que yo tuviera una idea de su personalidad, su crianza, sus padres, su casa, sus valores como mujer. Fue muy generosa y muy dulce conmigo, al igual que Ramiro, quien de vez en cuando venía al rodaje y me trataba muy bien.
-¿Es verdad que no sólo te parecés a Patricia físicamente, sino que también tu hermano se parece a Ramiro, el hijo?
-Sí, ¡es muy loco! Yo no me veía parecida a Patricia, hasta que me hicieron un peinado como el de ella, con flequillo, y ahí sentí que tenía similitudes. Y siempre me vi parecida a Ramiro. Cuando lo conocí personalmente y le presenté a mi hermano, los dos pensaron igual que yo ¡que eran dos gotas de agua!
-En alguna oportunidad te mostraste amiga del actor Rodrigo Romero. ¿Qué posición tomaste a partir de las denuncias de su ex pareja por violencia de género?
-De ese tema prefiero no hablar, disculpame.
“ME GUSTO TENER UNA CITA CON UNA CHICA”
Encontrarse con ella misma Malena vive sola y cortó con un novio el año pasado. “Cuando estaba en pareja empecé a preguntarme sobre los vínculos, la monogamia, la heterosexualidad, los patrones corporales, todo”.