“MI PERSONAJE ME ENSENO QUE ACEPTAR LOS ERRORES ES SANADOR”
FRANCISCO ANDRADE, SEVERINO EN ATAV
Forma parte de Argentina Tierra de amor y venganza, la exitosa novela de las noches de eltrece que protagonizan Gonzalo Heredia, la China Suárez y Benjamín Vicuña y en la que él, Francisco Andrade (35), le da vida al inclasificable Severino Finocchieto. “El personaje está desde que empezó la novela y va yendo y viniendo todo el tiempo en la historia. Es un hombre que tuvo mucho miedo y por eso no podría decirte que es malo; lo de bueno o malo es bastante relativo. Es un tipo infiel, sale con el personaje de Candela Vetrano, la engaña, la embaraza y tienen un hijo pero él no lo acepta. En teoría el hijo estaba muerto, después parece que no y en el medio pasan muchas cosas. Lo bueno es que Severino acepta que se equivocó”, reflexiona Francisco. -¿Sentís la repercusión de la novela en la calle?
-Sí. No estoy en todos los capítulos pero como Severino entra y sale todo el tiempo en la historia, estoy ahí siempre presente, flotando en el relato. Aparece cada tanto con alguna historieta y al día siguiente en la calle alguien que vio la tira me felicita. Por lo difícil que está la situación, estoy muy agradecido de tener trabajo. En Pol-ka antes ya había hecho Para vestir santos y Las estrellas. -¿Estás en teatro también?
-Sí. Todos los martes a las 20:30 en La Comedia (Rodríguez Peña 1062) hago Mucho ruido y pocas nueces, de Shakespeare, con otros 23 artistas que estamos en escena más los músicos en vivo. Es una comedia que se convierte en una fiesta y creo que está muy lo
grado lo que Shakespeare quiso reflejar en su obra. Estamos nominados a los premios ACE como mejor comedia y mejor dirección por Jorge Azurmendi. -¿Sos antagonista ahí también?
-Sí. Me toca hacer de un tipo violento, que estaba enamorado pero lo engañan y por eso se venga. Y el Severino de ATAV me permite componer a un tipo de ser humano que acepta que la pifió, que reconoce su equivocación y que intenta pedir perdón.
-¿Vos sos de pedir perdón o te cuesta? -Aceptar los errores que uno comete es sanador, es libertad, hace bien. Y cuando uno empieza a ejercitarlo no es tan difícil. Esas cosas tienen que servir para poder crecer. Está bueno poder ver los errores propios y tratar de subsanarlos. Estoy en un momento en el que me siento alegre y lo vivo como un estado más de adentro hacia afuera. Estoy agradecido a tener el laburo que amo y eso redunda en una sensación de bienestar. Ahora me voy de viaje a Brasil. -¿Vacaciones?
-No, me voy a presentar una película que filmé allá y que se llama La mujer de mi marido. Una comedia romántica muy divertida y soy el coprotagonista. Además de mí, está Ailín Prandi de Argentina también. Se estrena en Brasil y aunque he ido antes por publicidades allá, esta es mi primera experiencia como actor en Brasil.
-¿Seguís trabajando de modelo? -Cuando salen algunas cosas puntuales, sí. Estoy en la agencia Civiles y si bien no me disgusta la moda, prefiero toda la vida hacer teatro. Es parte del laburo y por más que uno tenga una avidez artística, el modelaje también es un trabajo y si surgen cosas de moda y lo necesito, las hago. No es mi interés mayor.
-¿Viajaste mucho por trabajo?
-Sí: como modelo trabajé en Barcelona, Grecia, París, Milán. Hice distintos trabajos en moda, desde desfiles hasta campañas. Fue una experiencia reveladora y gracias a que lo viví, me di cuenta de que quería seguir actuando.
-¿Por qué?
-Porque fue una etapa de mucha soledad. Me sentía muy solo y me preguntaba a mí mismo qué estaba haciendo ahí. Tenía 19 años, viajaba por el mundo y me encontraba como una boya suelta y perdida. A favor tiene mucho también: conocés lugares, personas, comidas, idiomas y aprendés muchísimo. El portugués, por ejemplo, lo aprendí por vivir con amigos brasileros en Milán y París. -¿Sufriste situaciones de acoso?
-Mirá, propuestas o comentarios siempre hubo pero no pasó de algún que otro comentario desubicado. Te mentiría si te dijera que lo sufrí porque no fue el caso. Es un tema delicado que mucha gente lo sufre y sería una falta de respeto de mi parte ahondar sobre algo que desconozco.
-Sos bahiense. ¿Quién quedó en Bahía Blanca?
-Mis padres, Fernando y Liliana, que son agrimensor y kinesióloga. ¡Nada que ver con lo mío! Y una de mis hermanas, Julieta, que es administradora de empresas. Mi otra hermana, Guillermina, vive en Buenos Aires y es fotógrafa. -¿Tu familia qué dice de tu carrera? -La viven igual que yo: muchas veces con incertidumbre y otras con alegría. Estoy agradecido y alegre porque siento internamente que estoy haciendo mi camino. Me vine a Capital a los 18 sin contactos y con una mano atrás y la otra adelante, con ganas de forjar una carrera artística. A veces pienso que el destino es bueno conmigo y me está proponiendo el camino largo.
-¿Pero eso es bueno o malo?
-Bueno, no lo sé: es lo que me pasa y lo que vivo. Hace 15 años que estoy dando vueltas y hoy me siento mucho más instalado que en otros momentos. Sé el potencial que tengo para dar y siento que todavía no tuve mi gran oportunidad. Tuve un montón de chances pero ninguna hasta ahora fue la oportunidad. Mi camino es el camino largo.
-¿Te autoboicoteás?
-Lo he hecho mucho pero ya no. Claro que fue inconscientemente, por inseguridades personales y por no conocer del todo el mercado. Quizás tomé decisiones equivocadas por miedo y otras veces no valoré mis logros. Hoy soy más compasivo conmigo, valoro mi recorrido, sé la capacidad que tengo y reconozco el esfuerzo grande que hice y que sigo haciendo. No tengo un padrinazgo y sin embargo me sigue saliendo trabajo. Estoy esperando que me llegue la gran oportunidad que estoy esperando. -¿Qué papel soñás hacer?
-No tengo uno puntual, me siento preparado para encarar el que sea. Si me das a elegir, prefiero siempre ser el antagonista. Me divierte representar posibles vidas, componer el personaje de cero y crecer a su lado en una tira. Me encantan los malos porque encierran todo lo que un ser humano tiene.
-¿Tuviste otros trabajos paralelos?
-A la par de la actuación, siempre trabajé de modelo y aparte toco con una banda todos los domingos desde hace tres años en El Club Bar, que queda en Honduras 5028. No renuncio a mis sueños y sigo adelante a pesar de que haya mucha competencia y el mercado sea chico. Siempre resisto en los momentos que no tuve laburo de actor y me puse a trabajar de otra cosa.
-¿Cómo qué?
-Hace poco me fundí, entonces me metí en gastronomía y laburé de gerente de un bar. Estaba sin trabajo y durante 9 meses estuve en el bar. Finalmente renuncié porque me di cuenta de que me estaba desenfocando y que no estaba haciendo lo que quería para mi vida. Cuando me surgió actuar en ATV, dejé el bar. A la par, curso Psicología en la UBA. -¿En qué año estás?
-Hice el CBC y ahora estoy cursando materias de segundo año. La hago tranquilo, sin apuro. El otro día, un compañero de la facu me preguntó cómo había hecho para llegar a ATV y le respondí: “Estoy hace 15 años en esto”. Es esfuerzo, dedicación, no es soplar y hacer botellas.
-¿Estás de novio?
-No. Estoy soltero y bien así. En realidad, estoy saliendo con alguien pero sin rótulo. Cuando avance más la historia, la contaré.
“LA MODA NO ME DISGUSTA
PERO PREFIERO ACTUAR”
Talento y facha
En TV hizo Para vestir santos y Las estrellas. Ahora viaja a Brasil para presentar una película
que coprotagoniza.