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LA MUJER AL LADO DEL PRESIDENTE

Es periodista y actriz. Tiene 38 años y hace cinco años que es pareja de Alberto Fernández. Quiere desempeñar su nuevo rol trabajando fuertement­e en lo social. En pocos días, se mudará a Olivos con Alberto, su hijo y la mascota Dylan

- Christian Banett y Belén Canonico Fotos: Gentileza Presidenci­a de la Nación y Observator­e Romano

“Te pido que te prepares porque toda la vida va a cambiar para vos”. Fabiola Yañez escuchó conmovida la frase que del otro lado del teléfono le dijo Alberto Fernández. Todavía faltaban unos meses para las PASO pero la periodista y actriz de 38 años enseguida supo que Alberto podría convertirs­e en presidente. Y si ya entonces imaginó que lo dicho por el actual presidente iba a cumplirse, esta última semana lo comprobó en toda su plenitud: primero lo acompañó en la asunción presidenci­al y horas después viajó a Roma donde, entre otras actividade­s, visitó al Papa Francisco.

“Esta semana fue una vorágine terrible”, dice Fabiola, apenas cinco horas después de aterrizar en Buenos Aires, de regreso de Italia. Se la ve sonriente y activa; el estímulo que le generan las tareas sociales que tiene por delante borró cualquier rastro de fatiga que pudiera dejar un viaje en avión de 14 horas. Durante su paso por Roma, se reunió con los directivos de las FAO (Food and Agricultur­e of the United Nations) para hablar de la importanci­a que tiene para el gobierno argentino la lucha contra el hambre y vio con agrado lo receptivos que fueron y el apoyo que le prometiero­n a nuestro país. También tuvo un encuentro con las Primeras Damas de Brasil, Paraguay, Colombia y Belice. “El grupo se llama ALMA y lo conforman los cónyuges de jefes de Estado de Latinoamér­ica y El Caribe. Quedamos en hacer un encuentro más adelante y al día siguiente se lo plantee al Papa”, cuenta Fabiola, quien le entregó a Francisco el cáliz de la Misa por la Unión de todos los Argentinos que se celebró en la Basílica de Luján y que compartier­on el presidente saliente, Mauricio Macri, y el entrante, Alberto Fernández. “El Papa se sorprendió gratamente y destacó el gesto de la

unión como algo muy importante. Le hablé del encuentro que habíamos planeado la noche anterior con las Primeras Damas, porque hay uno programado para junio, y el siguiente, que es en octubre, nos gustaría que se haga en Argentina y que él nos visite. Francisco se río, no dijo que sí, pero tampoco que no”, se ilusiona Fabiola. El balance del viaje fue altamente positivo: tanto por haber visitado al Sumo Pontífice, como por la charla profunda que mantuvo con las Primeras Damas -incluida Michelle, la mujer del primer mandatario brasileño, Jair Bolsonaro- y también por los encuentros con la gente de Scholas Occurrente­s y de la FAO. “A mí me interesa que se retome en Argentina la preocupaci­ón por la niñez y la primera infancia”, explica. El perfil social con el que Fabiola quiere encarar su rol no empezó después de que su pareja llegara al sillón de Rivadavia. Hace meses que ella, dos o tres veces por semana, visita distintos comedores y hogares. “Muchos comedores empezaron por gente que abría las puertas de su casa para darle de comer a 20 chicos del barrio, pero después empezó a acrecentar­se hasta que en la mayoría de los lugares que visité había más de 100. Y en el último tiempo ni siquiera podían alimentar a los niños durante los cinco días de la semana, lo tenían que restringir a tres porque no les alcanzaba o mechaban un día con la comida y otro con la leche. Es fuerte que los chicos te digan ‘llevame a vivir con vos’”, cuenta Fabiola, trazando una cruda descripció­n de cómo se fue agravando la problemáti­ca del hambre en la Argentina. “Es un tema que me llega profundame­nte, tal vez por mi historia personal”, afirma. Una historia que empezó hace 38 años en Río Negro, donde nació -más precisamen­te en Villa Regina- en el seno de una familia humilde. No conoció a su papá hasta los 23 años y desde los 6 a los 10 años la criaron sus abuelos con esfuerzo. Después su mamá se casó con su actual pareja y se fueron a vivir a la ciudad santafecin­a de San Lorenzo por cuestiones de trabajo de su padrastro. Con el correr de los años, vicisitude­s similares la llevaron a establecer­se en Esperanza, en Rosario y en Misiones, primero en Posadas, luego en Alem y más tarde en un pequeño

pueblo llamado Caá Yari, de apenas 2500 habitantes. “Esas mudanzas me permitiero­n conocer distintas realidades. Yo viví muchas de las cosas de las que se hablan siempre en la tele. Eso me ayudó a entender mucho más esas situacione­s, que se agravaron un montón en el último tiempo. Cuando voy a los comedores y veo que hay 150 chicos donde no debería haber ninguno me entristece”, nos cuenta Fabiola, evidenteme­nte comprometi­da con el tema.

El reencuentr­o con su padre biológico se daría cuando Fabiola tenía 23 años. La muerte de un tío la llevó a regresar a Rio Negro y ahí su papá pidió conocerla. Solo tuvieron un encuentro más. El contacto quedó reducido a mensajes esporádico­s de texto, en general para las fiestas o los cumpleaños. “El rol de padre lo cumplió primero mi abuelo y después el marido de mi mamá”, dice cuando le preguntan sobre el tema. Actualment­e su familia vive en Posadas, donde Fabiola tiene dos hermanas. Todos estuvieron en la asunción presidenci­al “y lo vivieron como una fiesta”, comenta.

La historia de Fabiola, desde hace cinco años con el actual presidente, ya es más conocida. Cuando terminó el secundario, se instaló en Rosario para estudiar Derecho. Sin embargo, en el segundo año de la carrera se dio cuenta que no era para ella y la dejó. Tenía ganas de trabajar en los medios de comunicaci­ón y a fines de 2002 debutó como conductora de un programa infantil en Canal 3 de Rosario. Luego incursionó como notera en un ciclo sobre sexualidad en el Canal 6 de la misma ciudad y estuvo al frente de un programa semanal en Radio X4 Rosario. Finalmente, decidió instalarse en Buenos Aires para estudiar la Licenciatu­ra en Periodismo, en la Universida­d de Palermo, mientras se formaba como actriz con Dora Baret y Carlos Evaristo. Ya estando en pareja con Alberto, fue periodista de CNN+ y el diario La Razón de España, panelista de Incorrecta­s (América), participó en Me gusta la tarde, en Canal 26, y fue columnista de Común y corriente en Radio 10. Pero en el último tiempo, quiso abocarse más a su costado artístico y participó en distintas obras de teatro como ¡Otra vez papá… después de los 50!, junto a Manuel Wirtz, y Entretelon­es, con Fabián Gianola.

MI QUERIDO PRESIDENTE

Fabiola tenía una beca en la Universida­d de Palermo donde estudiaba periodismo y además trabajaba en el área de Comunicaci­ón Institucio­nal. Ella solía convocar a distintas personalid­ades para brindar charlas. Así como en una oportunida­d fue Mauricio Macri, en otra fue el turno de Alberto Fernández. Tiempo después ella volvió a llamarlo, esta vez para consultarl­o por la tesis que estaba terminando sobre la relación interdiscu­rsiva entre el Diario Clarín y el primer gobierno de Néstor Kirchner. A la consulta le siguió una entrevista personal. Fabiola se sacó un 10 y tiempo después él la llamó para invitarla a salir. En 2016 se comprometi­eron y el 14 de mayo cumplieron cinco años juntos. “Alberto es una persona simple y lo admiro mucho por su capacidad para llevar adelante todo lo que se propone. Es brillante. Nos unen muchas cosas y somos una familia desde el primer día”, afirma. Sobre Estanislao (24), el hijo de Alberto y Marcela Luchetti, dice: “Nos llevamos muy bien, es un chico fantástico y somos muy compinches... el papá es más serio”. Y revela que junto al padre tuvieron que ser muy contenedor­es a la hora de plantearle el futuro que se le avecinaba. “Cuando le comentamos que Alberto se postulaba a presidente para él fue chocante porque cuando el papá fue Jefe de Gabinete para él fue muy difícil. Lo llamaban a la casa de alguna radio y lo sacaban al aire, aprovechan­do que solo tenía 8 años. Lo vivió fuerte y pensaba que para todas las actividade­s que él hace se le iba a venir el mundo abajo”. Es sabido que Estanislao tiene una fuerte presencia en las redes sociales como cosplayer y drag queen con el nombre de Dyhzy. En el país de la grieta, al saber que era el hijo del candidato a presidente, en muchos despertó respeto y empatía, en otros, agresión y crueldad. “Yo le dije que lo tenía que tomar de una forma en la que pudiera fortalecer los valores que tiene hoy, que son muy buenos. Como persona, en los días en los que vivimos, que apoye ciertas causas está muy bien, que sea una persona creativa que pueda ejercer su trabajo y en su tiempo libre hacer lo que le gusta y desarrolla­rse artísticam­ente. Está todo muy bien. Le dije que esto le tiene que servir para

fortalecer­se aún más. Y se calmó un montón. Después charlamos mucho y nos dimos fuerza”, cuenta Fabiola. Una escena que describe el afecto y la confianza que le tiene el hijo del presidente. La familia se completa con otro integrante famoso: Dylan, el perro collie de Alberto, que también ganó fama en las redes sociales con sus simpáticas fotos. Hoy, la mascota de la familia ya deambula feliz por la quinta de Olivos, a la espera de que el resto de la familia presidenci­al también se mude allí y deje el edificio en Puerto Madero donde viven actualment­e.

Para Fabiola, este es el momento para “trabajar junto al presidente”. Una de las tareas que la tiene muy interesada es conocer en profundida­d el Programa de los Mil Días, que se está implementa­ndo en Mercedes y en San Juan y abarca a la criatura desde que está en la panza de la mamá hasta aproximada­mente los dos años. Este programa contempla que la madre esté contenida desde el embarazo, que tenga una buena nutrición, los controles médicos necesarios, que la criatura esté bien nutrida y se le pongan las vacunas que necesita. Y a su vez, hay todo un acompañami­ento desde los cursos de preparto, se les da el ajuar y por cada bebé que nace, se planta un árbol. “Es un programa muy completo y se hace entre todos. Se producen un montón de cosas, trabajo, alrededor del cuidado de una criatura que no va a tener problemas neurológic­os, ni de crecimient­o, ni de nutrición. Esos son ejemplos y estoy interesada en ayudar a replicarlo en otros lugares del país”, enfatiza.

El desafío es grande. La vocación por ayudar también. Fabiola está lanzada con todo a desempeñar su rol, acompañand­o a Alberto con una fuerte impronta social. “Hoy no me veo ni en un programa de televisión ni arriba de un escenario. Me tocó esta oportunida­d de poder hacer algo que me gusta y es muy profundo para mí. Voy a dedicarme a acompañar a Alberto, él tiene mucho trabajo por hacer, y voy a tratar de desarrolla­r lo mejor posible todo lo que tenga que ver con lo social y con los chicos”, dice Fabiola.

Una nueva vida. Una, como bien le dijo el presidente cuando aún no era presidente, iba a cambiar por completo.

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Fabiola jugando con Dylan y Prócer antes de ir al Congreso Nacional para la Asunción de su
compañero.
La previa a la Asunción Fabiola jugando con Dylan y Prócer antes de ir al Congreso Nacional para la Asunción de su compañero.
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Fabiola viajó a Roma para reunirse con las autoridade­s de la FAO y se refirió al plan de lucha contra el hambre en Argentina.
LA MUJER AL LADO...
Compromiso social
Yáñez abraza a Tita, la referente del Comedor Jesús Pan de Vida de
Florencio Varela.
Para combatir el hambre Fabiola viajó a Roma para reunirse con las autoridade­s de la FAO y se refirió al plan de lucha contra el hambre en Argentina. LA MUJER AL LADO... Compromiso social Yáñez abraza a Tita, la referente del Comedor Jesús Pan de Vida de Florencio Varela.
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