Pronto

A VECES NO ME DOY “ CUENTA PERO GRACIAS A MI TRABAJO TERMINO SIENDO TESTIGO DE LA HISTORIA”

- Ivana Hauschildt Fotos: Nadia Jugo

Nació en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, donde vivió hasta los 18 años cuando decidió mudarse a Capital Federal para dedicarse a lo que le gustaba: la locución. Con esfuerzo y dedicación logró recibirse en el ISER y de a poco empezó a dar sus primeros pasos en los medios. Hoy, tres décadas después, Mariel Di Lenarda (50) brilla en Mitre informa primero, junto a Miguel Verdun, Marcelo Elorza, Miguel Matto y Francisco Grimaldi por la AM 790. “Ahora todo es un poco más fácil para los jóvenes del interior, pero a mí me costó mucho. Era todo un tema ir a Buenos Aires porque había que alquilar algo, pagar los materiales y el transporte para la facultad, y encima volver los fines de semana a la casa familiar”, cuenta a Pronto Mariel, ganadora como Mejor Movilera en la última entrega de los Martín Fierro de Radio .

-¿Tus padres te pudieron ayudar? -Vengo de una familia de clase media: mamá docente y papá gráfico. Y tuve la suerte de que nunca me faltara nada, de que me pudieran ayudar, pero en esa época no todos podían. Viví muchos años en una pensión al lado de una escuela de monjas con muchas otras chicas del interior. Era “la rara” porque todas venían a estudiar medicina, veterinari­a, abogacía, ¡Y yo locución!

-Pero te fue muy bien.

-Sí, hice toda la carrera y cuando me recibí me volví a mi ciudad porque con mi hermano, que también le gusta la radio y es operador, pusimos la primera FM que tuvo Arrecifes que se llamaba FM Lite. Yo me había hecho amiga de Daisy May Queen, Gabi Radice y Karin Cohen, entonces llevaba sus voces grabadas y fue una revolución para la ciudad. -¿Cuándo regresaste a Buenos Aires y por qué?

-A los 26 años. Pude alquilarme mi primer departamen­to, pero muchas veces no me alcanzaba para pagar el alquiler y mi vieja me mandaba cajas con comida. Igual yo estaba chocha porque estando en Arrecifes me di cuenta que necesitaba algo más, que quería crecer y me dije: “Ya es momento de volver a Buenos Aires e instalarme”. Quería medirme hasta dónde podía llegar, qué podía hacer, llegar a jugar en primera digamos. Y así empecé.

-¿Cuáles fueron tus primeros trabajos? -Primero hice una suplencia muy chiquita en la FM de Continenta­l -que después terminó siendo los 40 principale­s-, y de ahí pasé por varias radios hasta que llegué a Mitre en 1998, 1999. Créase o no, entré en el equipo de Deportes porque necesitaba­n una mujer y yo justo había hecho un curso de periodismo deportivo. El relator estrella en ese momento era Alejandro Fantino y fue una experienci­a muy linda.

-¿Y cómo pasaste de hacer deportes a cubrir la agenda política?

-Un día el gerente de noticias me llamó junto a un compañero porque necesitaba­n gente para hacer la cobertura de una de las votaciones de Ricardo Alfonsín en Chascomús. Viajé y lo enganché cuando salía del cuarto oscuro, en ese momento en el estudio estaba Magdalena Ruiz Guiñazú. Alfonsín no hacía entrevista­s por teléfono porque no escuchaba bien pero le insistí tanto pero tanto que terminó accediendo. Hacía un montón que no hablaba públicamen­te y esa nota fue todo un éxito. Ahí despegué, y después cuando se fue Mercedes Ninci por licencia por maternidad de su primera hija, me ofrecieron pasar definitiva­mente al área de noticias.

-Y de ahí en adelante te convertist­e en

Hacía periodismo deportivo con Fantino, pero una nota con Alfonsín en Chascomús la catapultó al mundo de la política, del que se hizo especialis­ta. Acreditada en la Casa Rosada y el Congreso de la Nación, brilla en el equipo de Mitre informa primero

una experta en la política argentina. -No sé si para tanto (se ríe), pero sí es cierto que hace casi 20 años que me dedico a esto. Primero estuve un tiempo en Tribunales y desde 2000 o 2001 que ya estoy acreditada en la Casa Rosada y en el Congreso.

-¿Te gusta lo que hacés?

-¡Me encanta! A veces no me doy cuenta pero gracias a mi trabajo termino siendo testigo de la historia. Tengo un montón de anécdotas que nunca escribí porque soy vaga pero vi y escuché de todo. Me considero una privilegia­da, más allá de la ideología que pueda tener, porque me cruzo con los presidente­s casi a diario, con los ministros y con personalid­ades importante­s de otros países. También tengo charlas sin grabador con ellos y muchas veces hasta comparto desayunos. ¡Una vez comí con el Rey de España! Una locura. -¿Tuviste a alguien que te haya ayudado dentro del periodismo?

-Hubo muchos que confiaron en mí y en mi trabajo. Por ejemplo el productor que me dio la oportunida­d de hacer mi primer programa de cable, mis compañeros que fueron muy amorosos conmigo, el gerente de Mitre, ¡y un montón más! Y alguien que no sólo me ayudó sino que también fue una referente para mí fue sin dudas Magdalena Ruiz Guiñazú. Ella fue muy generosa, al igual que Néstor Ibarra. A pesar de que cuando trabajé con ellos era nueva, me apoyaron mucho y me dieron autoridad dentro de la radio.

-Sos famosa por tu trabajo en la radio, pero también hiciste mucha tele.

-Sí. Mi primer laburo en tele de cable fue con Mariano Peluffo y Ariel Rodríguez Palacios en un programa que se llamaba Corazón y Pasos Cortos. Después hice un montón más, pero a ese lo llevo en mis recuerdos más lindos porque me encantó hacerlo.

-Y el año pasado formaste parte de Nosotros a la mañana, donde de vez en cuando seguís yendo.

-Sí, y me encantó hacerlo. Soy muy amiga de Sandra Borghi y ella siempre hizo fuerza para que cuando alguien tuviera que faltar me llamaran en su lugar. Insistió tanto que en un momento Doman, que era el conductor, dio el OK. Les gustó tanto que me propusiero­n quedarme, así que mi debut en la tele de aire se los debo a ellos. -¿Por qué te fuiste?

-Porque hubo en cambio en el formato. Los productore­s quisieron hablar más de policiales y llamaron a Gastón Marote, entonces no quedaba tanto lugar para mí. Además había pedido un aumento de dinero que finalmente no se dio y acordamos mi retirada. Igualmente quedó la mejor con ellos por eso voy cuando necesitan que los cubra o hago algún móvil como el de la semana pasada cuando asumió Alberto Fernández. Ahora soy una especie de satélite y está bueno.

-¿Qué te parece el Pollo Alvarez como conductor del programa?

-¡Es un divino! Me gusta mucho y me parece que lleva muy bien el ciclo. Hace unas semanas justo fui a hacer un reemplazo y tuvimos que hablar sobre un tema muy duro, y él lo hizo excelente. Es un amor y es muy generoso también.

-¿TV o radio? -Me encanta la TV, pero no termina de ser mi ámbito. En cambio en la radio, no voy a ser humilde, me considero una muy buena conductora. Ojo, no quiero sonar como soberbia, pero siempre tuve la autoestima muy baja y pensaba que no iba a poder con todo lo que me gustaba. La vida me fue mostrando que sí podía, y que de hecho puedo hacerlo muy bien. Mis amigos siempre me dicen que me la crea en el buen sentido, así que... ¡lo estoy poniendo en práctica!

-¿Y te sentís cómoda hablando de los temas que no tienen que ver con lo político, como de espectácul­o por ejemplo?

-¡Sí, me encanta! Me muero por opinar de espectácul­os. Amo la farándula y creo que lo heredé de mi mamá que siempre compraba la Pronto. Consumo farándula y soy re cholula. Imaginate que conozco tanto a los políticos, al Presidente incluido, que no me causa emoción verlos, pero cuando voy al piso de Nosotros a la mañana y veo a Nicole Neumann me muero de entusiasmo. En Kuarzo están también Pampita o Sol Pérez y me vuelvo loca si me las cruzo. ¡Son unas diosas! -¿Entonces te ves el día de mañana sentada en un panel como Intrusos o como Los Angeles de la mañana?

-No, no creo, porque si bien me encanta siento que no tengo autoridad para estar opinando de la vida de los demás. Una cosa es decir algo constructi­vo y otra es estar criticando qué se puso esta o aquella o por qué se pelearon. No me veo en ese lugar pero me encanta mirarlo desde afuera. A veces pienso ¡cómo me equivoqué! Debería haber hecho farándula o viajes (se ríe). -No creo que te hayas equivocado. ¡Ganaste un Martín Fierro!

-Sí, y estoy contentísi­ma. Lo llevo a todos lados porque se lo quiero mostrar a todo el mundo. Mario Massaccesi me burla porque dice que siempre lo tengo en la cartera. Y tiene razón pero es porque fue algo muy especial para mí, todo un acontecimi­ento.

-Era tu cuarta nominación y hasta ahora nunca lo habías conseguido.

-¡Sí, ni me digas! Las dos primeras veces no esperaban que me lo dieran por una cuestión lógica, pero igual estaba tan emocionada que me súper produje: conseguí vestido, joyas, maquillaje y peluquero. A la tercera ya estaba un poco decepciona­da porque me había acompañado mi hermano a la gala y quería que viera cómo me lo ganaba. A la cuarta ya fui resignada, me puse lo que tenía y ¡nadie me quiso acompañar! Así que fui con Sandra (Borghi) y cuando menos lo esperaba ¡lo gané! Además fue el primer Martín Fierro de Arrecifes, así que imaginate cómo estaban todos, hasta me hicieron un recibimien­to cuando fui para allá y me dieron El arco de la ciudad, que es un gran reconocimi­ento. Fue muy lindo.

-Se te ve contenta.

-Sí, estoy feliz. Uno no trabaja para los premios pero está bueno cuando le reconocen el trabajo y el esfuerzo. Cuando escuché mi nombre, me emocioné muchísimo, lloré mucho. Es una sensación que no te puedo explicar. Muy lindo. -Hablemos de tu vida sentimenta­l ahora. ¿Con quién vivís?

-Sola. Pero sola, sola. Ni siquiera tengo mascotas porque durante 17 años tuve a mi perro Rolando que fue un gran compañero y desde que falleció decidí no tener más. -¿Estás en pareja?

-Durante once años tuve una relación muy importante pero me separé hace un año y medio. El se llama Freddy y fue lo más cercano a una familia que tuve porque no soy madre y él sí tenía dos hijos, Victoria y Manuel, con quienes tuve y tengo una excelente relación.

-¿El no tener hijos propios fue una decisión?

-No es que dije ‘no voy a ser madre’ pero no se dio o no apareció el hombre indicado en el momento indicado, porque cuando llegó Freddy por cuestiones médicas no pudimos. Y no me quise someter a ningún tratamient­o porque no sentí la necesidad. De igual manera creo que oficié un poco de madre de los chicos de mi ex porque cuando empezamos a salir la mamá de ellos vivía en Estados Unidos y creamos un vínculo muy cercano. Obvio nunca podría reemplazar­la ni ocupar su rol, pero nos queremos mucho y fue la experienci­a más cerca a la maternidad que tuve. -¿Y con tu ex quedó todo bien?

-Por suerte sí, seguimos hablando. Es un gran tipo, pero a mí me gusta vivir sola. Puede sonar un poco raro pero disfruto mucho de la soledad y el silencio. Estoy en una etapa en donde me quiero priorizar, y hacerle caso a lo que siento y quiero. Al fallecer mis padres y toda mi línea antecesora empecé a cuestionar­me ciertas cosas y mi deseo ahora es ir liviana por la vida. Por eso también estoy volviendo cada vez más a mi ciudad, porque es donde me puedo relajar y descansar la cabeza. Voy incluso mucho más que antes y lo disfruto realmente.

-¿Estás dispuesta a encontrar otro amor? -No sé si me bancaría convivir, pero sí estoy abierta a volver a enamorarme. No le cierro la puerta a nada y espero que me sorprenda lo más cercano al amor.

“HOY DISFRUTO MUCHO DE LA

SOLEDAD Y EL SILENCIO”

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A pura emoción
En la última entrega del Martín Fierro de Radio, Mariel obtuvo
su primera estatuilla. En su Arrecifes natal le hicieron un gran recibimien­to y le otorgaron El
arco de la ciudad.
“MI MARTIN FIERRO FUE EL PRIMERO DE ARRECIFES” A pura emoción En la última entrega del Martín Fierro de Radio, Mariel obtuvo su primera estatuilla. En su Arrecifes natal le hicieron un gran recibimien­to y le otorgaron El arco de la ciudad.
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“Me quiero priorizar y hacerle caso a lo que siento y quiero”, dice Mariel, que estuvo en pareja 11 años.
Mejor sola “Me quiero priorizar y hacerle caso a lo que siento y quiero”, dice Mariel, que estuvo en pareja 11 años.

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