PARA MI “ GUSTAVO ERA SOLO MI TIO, NUNCA LO VI COMO UNA ESTRELLA”
JULIAN, EL SOBRINO ACTOR DE CERATI
De chico soñaba con dedicarse al mundo del arte, pero a diferencia de su tío, el inmenso Gustavo Cerati, Julián Cerati (21) optó por la actuación. Si bien compone y toca instrumentos, supo que su camino iba por otro lado y comenzó a forjar una sólida carrera frente a las cámaras: su primer trabajo importante fue en la tira de El Trece Simona; luego se destacó en el elenco principal de la serie juvenil de Disney O11ce; y actualmente protagoniza la segunda temporada de Noobees, que en Argentina se emite por Nickelodeon, a las 17. Instalado en Colombia, donde rodó la novela, Julián le brindó una entrevista telefónica a Pronto para repasar su recorrido, hablar de su presente y recordar a su tío. “Te vas a reír un poco por la mezcla de dialectos que tengo: por momentos se me va al argentino, de repente te hablo en colombiano y quizás hasta me salga un mexicano medio raro”, advierte, simpático.
-¿Cuándo te instalaste en Colombia? -La primera vez que vine a Bogotá fue hace dos años, para filmar la película Heidi, y me quedé durante un mes y medio. Esa peli es una coproducción con Italia, aun no salió y la grabamos en la montaña. La persona que escribió Heidi también escribió Noobees y me comentó que iba a haber un casting para la serie. “Hay un personaje que puede ir con vos”, me dijo. Ya conocía a los productores, me presenté y quedé seleccionado. El año pasado ya me instalé en Colombia para grabar y me quedé a vivir aquí.
-¿Por qué te quedaste?
-Porque grabé toda la segunda temporada de Noobees y cuando terminé, me quedé una semana viendo qué iba a hacer y me salió otra serie: Chichipatos, para Netflix. Es una comedia de tinte negro. Soy el hijo del protagonista y mi personaje es un músico depresivo, con muchos problemas familiares, pero con un trasfondo grande de amor que une las tragedias de cada uno. -¿Te adaptaste a vivir en Bogotá?
-Sí. En todo este tiempo que llevo viviendo en Colombia, sólo regresé a la Argentina para visitar a mi familia en las fiestas de fin de año y nada más. Colombia tiene la calidez de la gente y el clima tropical que es muy bonito. Eso me da mucha energía para seguir acá y a los argentinos nos tratan muy bien aquí. Soy un acuariano viajero y me gusta conocer nuevas culturas. Como escribo mucho, me gusta impregnarme de nuevas historias que voy conociendo en la calle. Además, acá las productoras son muy fuertes, con muchas conexiones.
-¿Con quién vivís?
-Solo. Eso no es una novedad para mí por
que ya en Buenos Aires vivía solo. Como soy de City Bell, cerca de La Plata, cuando comencé a grabar la serie O11ce, para Disney, me tuve que mudar solo a Capital porque era mucho el viaje diario hasta el set de filmación. La soledad se potencia un poco al estar en otro país, pero gracias a internet y la globalización, la distancia no es tan grande. Acá he hecho amistades también y yo voy por todo con la actuación, así que mi sueño me mantiene firme y en pie.
-¿Tener un apellido tan fuerte te abre puertas?
-Creo que no. Si estuviese en la música quizás podría tener otras facilidades. Pero en la actuación, no. Mi mamá Stella, que es hermana de Gustavo, es una persona tranquila que vive en City Bell con dos perros y tres gatos. Está fuera de este mercado y todo esto lo estoy conquistando solo. En las generaciones anteriores hay cierto respeto por mi tío y tal vez uno entra con cierto agrado. Pero después el casting es el mismo para todos. Me han rechazado como a todo el mundo y esta carrera es un sube y baja constante.
-¿Te preguntan por Gustavo?
-Sí, claro. Aquí en Colombia Gustavo es muy respetado y querido y mucha gente me habla de él. Su música sigue sonando y eso me llena de orgullo. Cuando a mi tío le dio el ACV, yo tenía 10 años y era muy chico. Mi relación con él era cercana porque además de mi tío, era mi padrino y lo quería mucho. Pero no lo veía como el mega músico, sino como mi tío, ese que me pasaba la ensalada cuando nos juntábamos a comer. Como yo era chico, estaba más en el mambo de los juegos con mis amigos y siento que hoy en día podría dejar mi molde estampado en un sillón de tanto hablar con él.
-¿Eras consciente de que era un músico híper importante?
-Por lo que recuerdo, no. Sabía que tenía muchos fans de su música pero para mí era natural porque era mi tío. Hoy en día lo apreciaría desde otro punto de vista y sería muy rico charlar con él. Igual, siento que él nos acompaña desde otro lado. Mi papá, Luis, también falleció hace 4 años y siento que los dos están presentes y acompañan a toda la familia.
-¿Qué le pasó a tu papá?
-Tuvo cáncer de pulmón y agradezco a la vida haberlo tenido de papá, porque aprendí mucho de él. Era arquitecto y una persona de muy buenos amigos. Era muy fiel con sus vínculos y me ayudó mucho a conservar las amistades. Estaba muy comprometido con la política y era buen oyente de música. Mi mamá tiene una cuota espiritual y emocional muy grande, mi
papá era más bien racional y yo soy la mezcla de ellos dos. Tengo una hermana más grande, Valentina (27), que vive en Buenos Aires y es periodista ya recibida.
-¿Cuándo decidiste que querías ser actor? -A los 14 años comencé a tomar clases de teatro con un amigo porque éramos la dupla que hacía reír a todos y lo veíamos como una prolongación de lo lúdico y el juego. De eso se trata el teatro: de conectar con lo más genuino del alma. A los 14 nos metimos en clases de teatro en City Bell, comencé a hacer publicidades y siempre fui muy cinéfilo. Mi sueño era hacer cine y mi primer trabajo fue en Simona. Luego llegaron O11ce, la peli de Heidi, Noobees y Chichipatos.
-¿Qué rol ocupás en Noobees?
-En la segunda temporada, que es muy distinta a la primera y tiene muchísima producción, la propuesta es un arma de doble filo porque se juega con dos mundos paralelos y hay muchísima ciencia ficción. Hay muchos efectos especiales, con el código de Nickelodeon a la perfección. El mundo virtual gamer se llama Laberinto y los avatares virtuales toman camino a la realidad. Soy Rocco, el antagonista y voy de la virtualidad al mundo real a enamorar a la protagonista. ¡Es muy flashero!
-¿Cómo te proyectás a futuro?
-Estoy abierto al mundo en cuanto a las propuestas de actuación y obviamente que me encantaría seguir conociendo países con esta profesión. Hoy en día estoy en Colombia, escuchando propuestas y abierto a lo que se venga. -¿Estás de novio?
-Sí, y es un componente fuerte que me tiene encandilado con Colombia. Mi novia es colombiana, es actriz y no nos exponemos. Lo llevamos muy tranquilo. Se llama Majo Vargas, tenemos una relación muy bonita y disfrutamos de lo cotidiano sin exponernos. Tenemos gran conexión, es una bella persona y nos conocimos trabajando en Noobees. Nuestros personajes no se cruzan en la historia, pero sí tuvimos un gran impacto cuando nos conocimos. Vino a la Argentina en diciembre pasado porque me acompañó a pasar Navidad en la casa de mi abuela, Lilian Clark.
-¿Cómo es tu relación con tu abuela?
-Soy amante de mis dos abuelas y estoy perdidamente enamorado de ellas, tanto de Lilian como de Elba, mi abuela paterna. Lilian está muy bien, súper lúcida, creativa, es una mujer de mucho diccionario y mentalmente es un avión. Nos inspiró mucho en el arte y en la forma de ver el mundo. Es una persona con una gran fortaleza. Las pasó todas, porque fallecieron su hijo y sus hermanos y en el camino logró hacerse una armadura muy grande. Es muy lindo conversar con ella por su literatura y su recitado. Majo conectó mucho con Lilian y me encantó verlas juntas a ellas también.