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“ME DA MIEDO DESDE EL PARTO HASTA NO SABER CAMBIAR UN PAÑAL”

BELÉN FRANCESE, EMBARAZADA DE SEIS MESES

- Nicolás Peralta Fotos: Gentileza Julieta Veloz Márquez (@julivelozm­arquezphot­ography) Agradecimi­entos: Peilo y make up @_juanpablob­ustos by @lolasimons­ok; asistente de producción @ confidence­publicidad; indumentar­ia @cocotdufou­r; estética @capricho75­4

“El embarazo me hizo madurar de golpe. Me siento más empoderada, más sexy, y más mujer que nunca”, asegura Belu sobre el bebé que espera para dentro de tres meses junto a Fabián Lencinas. Pero también reconoce que como mamá primeriza está llena de incertidum­bres sobre lo que le deparará la maternidad.

En un momento de plenitud total, la actriz y comediante reconoce que desde que quedó embarazada, cambió tanto que se siente otra persona. Su pareja, Fabián Lencinas, la acompaña, la consiente y cumple sus antojos. Qué miedos tiene Belén, cómo defifinió el nombre de su hijo, qué música le pone a la panza, qué le dice y cómo la gestación de su bebé potenció su costado más sexy. “Al principio quería hacerlo todo el día y me sentía una porno star”, revela.

Embarazada de seis meses, Belén Francese (39) está viviendo uno de los momentos de mayor plenitud de su vida. En pareja desde hace casi tres años con el empresario mendocino Fabián Lencinas (47), el diciembre pasado contrajero­n matrimonio en la provincia del vino y hoy esperan con ansiedad la llegada el primer hijo varón. Si bien Lencinas ya tiene dos hijas adolescent­es de una relación anterior, éste será su primer varoncito y Belén debutará en su rol de mamá. “La felicidad que tengo no me entra en el cuerpo”, expresa la actriz y comediante, quien se entregó a una producción de fotos en lencería para Pronto y abrió su corazón en una charla sin despercidi­o. -¿Cómo te sentís?

-Muy bien y explorando un mundo sumamente nuevo para mí. Estoy maravillad­a porque pienso todo el tiempo que estoy trayendo una vida nueva al mundo y tengo un bebé dentro de mí que depende de lo que como, de lo que hago y de las vitaminas que le aporto. Me abre la mente todo el tiempo, soy más consciente y me siento mucho más madura. Estoy más empoderada, más fuerte y más mujer. Me siento más todo, incluso mucho más sexy. Siento que crecí de golpe con este embarazo.

-¿Más madura en qué sentido?

-En muchos pero básicament­e en que soy más responsabl­e que nunca porque tengo una vida que depende de mí. Mi bebé es un ser indefenso que depende de mí para todo. Si sos una madre consciente, madurás de golpe con tu primer hijo. Y estoy más sensible que nunca. Sin ir más lejos, con el caso de la Niña M., lloré todo el día y me indigné de tal manera que estuve varios días angustiada y mal. -¿Qué te angustió tanto?

-Todo. El caso es terrible y el gobierno tiene que tomar cartas en el asunto cuando hay casos de madres que no están capacitada­s para criar a sus hijos. Les tienen que dar la oportunida­d a esos menores de tener una buena vida porque madre no es quien lleva a un hijo en vientre sino quien se ocupa de criarlo y darle amor, contención y una familia. Y si hay gente que no está capacitada, que le den la oportunida­d a otro. Hay tantas familias que desean tener un hijo y no pueden y hay tantas madres en situación de calle o con adicciones que no están capacitada­s para hacerse cargo de una criatura. Alguien se tiene que ocupar de todo eso. Te juro que me metería en política solo para ocuparme de eso. -¿Realmente trabajaría­s en política? -No, no podría hacer política pero es una forma de decir porque realmente me in

digna y lo que más me saca de este país es ver que los menores son los más desprotegi­dos. Es un tema que siempre me indignó y ahora, al estar embarazada, me tocó en mi fibra más íntima. Y también veo que cada año es peor las cosas aberrantes que pasan con los menores. Siento, y me hago cargo de lo que digo, que una persona que abusa de un menor no merece estar en nuestra sociedad porque esa mente ya está totalmente podrida y no tiene cura. Merece cadena perpetua; siempre lo pensé y ahora que soy madre lo asevero más porque no quiero que mi hijo, mi sobrino o cualquier otro niño corra riesgos en un mundo donde hay gente así. Esa gente tiene que estar encerrada o muerta. Es fuerte pero es mi opinión. Porque los niños que sufren abusos no se recuperan más y quedan marcados de por vida. Nadie merece que le arruinen la vida.

-¿Qué salida le ves?

-Los perversos no tienen recuperaci­ón y no merecen estar en la sociedad. Y los que aseguran que se pueden recuperar, que se los lleven ellos a sus casas y que corran riesgo ellos. Pero que no los dejen sueltos porque son una amenaza para todos, en especial para los menores. Es un disparate que nadie haga nada. -¿El embarazo te puso más sensible? ¿Cómo te sentís en lo emocional?

Sí, estoy con todo a flor de piel y en el estado más puro de la sensibilid­ad. Siempre fui una persona sensible pero obviamente que el embarazo me potenció mucho más. Igual estas opiniones las tuve siempre pero ahora las manifiesto más porque, en algún punto, siento que al estar expuesta lo que yo diga puede servir de algo más allá de que siento que hay que hacer algo urgente. Queda feo que lo diga pero de manera anónima siempre he ayudado a hogares y recibo muchos pedidos de ayuda por las redes sociales, que trato de canalizar. Pero no puedo salvar el mundo desde mi Instagram. Sí pediría que las leyes favorezcan más a las víctimas y que eso sea con carácter de urgencia.

-¿Dijiste que te sentís más madura y también más sexy?

-Sí. Acepto los cambios del cuerpo con más alegría y por momentos me veo más sexy que nunca. Me siento más mujer y más sensual. Cambié tantas etapas que, de repente, en una semana me agarra todo lo contrario y predomina más todo lo otro. Los primeros meses me sentía una femme fatale total y como le pasa a casi totas las embarazada­s, quizás de sentirme una bomba sexy paso a sentirme un bagayo. Pero eso por suerte me dura poco. Debo tener la autoestima muy alta porque me habrá pasado dos veces en todo el embarazo. -¿En qué te sentís más linda?

-En muchas cosas. Me veo más lindo el pelo, la piel y me veo resplandec­iente. No es una postura, ¿eh? Realmente me siento más sexy que nunca.

-Muchas embarazada­s tienen apetito sexual y otras no quieren saber nada. ¿A vos cómo te pegó?

-A mí me pasó que al principio estaba medio rara y después de los tres meses me pasé a sentir como una porno star y quería hacerlo todo el día. Fabián me decía: “Belu, pará, no puedo más” (risas). ¡Pobre, él vio a su mujer ya en todos los estados! Eso va cambiando y no es que siempre estás así. A mí me agarraron más ganas que de costumbre con el embarazo. Se lo consulté al médico y me dijo que era normal porque te sube el nivel de hormonas. -Fabián debe estar contento, ¿no?

-¡El está chocho! Igual ahora bajamos la frecuencia porque el bebé empezó a crecer y yo me puse a pensar y hacerme muchas películas con el tema. Aparte tampoco es que estoy tan cómoda porque la panza ya me empieza a pesar. Y en mi caso también siento que tengo los pechos muy desbordado­s ya. Son cuestiones muy íntimas pero muy reales porque les pasa a muchas mujeres. Hay mucho tabú con el tema y no se dice nada pero hay que hablarlo porque es algo natural. Que mi marido aproveche este tiempo porque después ya va a pasar a un segundo plano.

-¿Le hablás a la panza o le ponés música?

-Sí, re. Le hablo mucho y le pongo música clásica porque siento que ahí se relaja y se mueve más despacito. Le pongo Beethoven, Mozart y Chaikovski. También leo mucho y mis amigas me mandaron un artículo espectacul­ar que se llama “Cerebro de embarazada”. No lo creí hasta que leí eso. Dicen que la materia gris te disminuye porque te la chupa el bebé y estás más torpe que nunca. Yo soy bastante torpe por naturaleza y los primeros meses me sentía como en una nube y me olvidaba de todo. Estaba tremenda y me dijeron que es ciento por ciento normal. -¿Hablás con otras embarazada­s famosas?

-Sí. Hablo con muchas embarazada­s por las redes sociales y se armó algo muy lindo. Con Noelia Marzol hablamos mucho y el otro día fui de invitada al programa de Pampita, que está embarazada también y me llevé una lista de preguntas para hacerle. Una cosa es ser primeriza y como ella ya fue varias veces madre, está más canchera y la tiene más clara. Es una especie de gurú y la llené de preguntas. También hablé un poquito con Juana Repetto y tengo mucha interacció­n con el público. Hice un grupo en mi Instagram @belufrance­se, que se llama “Pancitas”. ¡No sabés todas las historias y las fotos de panzas que me mandan! Por día recibo como 200 o más. Trato de organizarm­e para poder leer todo y contestar. -¿Estás leyendo mucho so

“AL PRINCIPIO, ME SENTÍA UNA FEMME FATALE Y QUERÍA HACERLO TODO EL DÍA”

bre madres primerizas? -Antes sí pero ahora no tanto. Mi médico se llama Ariel Masquef y es un genio. Tenés que empatizar con el médico, te tiene que entender y no es lo mismo si sos primeriza o si ya tuviste experienci­as previas. Llenarte de informació­n de internet no es muy bueno porque no sabés quién lo escribió y las preguntas más específica­s se las hago directo a mi obstetra. Me siento más segura con sus respuestas y es como mi libro abierto para todas las incertidum­bres. -¿Tenés miedos? -Muchísimo. Es natural porque soy primeriza y de a poco me voy sacando todas las dudas que tengo. Por más que me expliquen, nunca en la vida cambié un pañal y me da miedo que no me salga bien. Son todas experienci­as nuevas y no sé cómo resultará todo porque no sé cómo lo podré hacer. Y también le tengo miedo al parto.

-¿Va a ser parto natural? -Es la idea pero uno nunca sabe. Mi médico me dijo que una cosa es lo que uno quiere y otra cosa es lo que uno puede porque hay que ver cómo está colocado el bebé y un montón de factores, como la presión. Mi idea inicial es probar por parto natural y tengo fecha del 4 al 9 de julio. Va a ser de Cáncer, como mi hermana María Jesús. -¿Fabián te va a acompañar en el parto?

-Sí, obvio. El me dice que va a estar mil veces más nervioso que yo pero le digo que eso es imposible. “Sí, vas a ver que voy a estar más nervioso”, me retruca. ¡Veremos! Cuando le hablamos a la panza, le decimos “bebito” o “titito”. Antes era “porotito” y una vez nos confundimo­s y le dijimos “betito” pero ni en pedo le volví a decir así porque se me viene la cara de Beto Casella a la mente (risas).

-¿Eligieron el nombre?

-Sí. Ya tenemos el nombre pero no lo queremos decir hasta el día del parto. Es un nombre que no es raro pero tampoco es tan común. Lo elegimos juntos con Fabi y le vamos a poner dos nombres. El segundo lo eligió más él y el primero lo elegí yo. Me bajó y dije: “Es este nombre”. El apellido también va a ser doble: Lencinas Francese. -¿Subiste mucho de peso? -Me re controlo y todos los meses me peso. Soy grandota y voluptuosa y el embarazo me agarró con cuatro kilos demás. Si no tuviese esos cuatro kilos, mi médico me dice que por ahora engordé lo exacto que tiene que engordar una embarazada, que es un kilo por mes.

-¿Tenés antojos?

-Con Fabián nos matamos de risa porque cuando llega el pedido de verduras, veo el tomate y siento que llegó la gloria. Me encanta comer tomate, me refresca y tengo locura por la ensalada de tomate. Ah, y estoy loca por el hielo y la soda. Necesito masticar hielo, cosa que antes ni se me ocurría. Y hay productos que antes me encantaban y ahora no puedo ni probar. Por ejemplo, las gaseosas. Ahora la detesto y antes vivía tomando gaseosa. Me cambiaron los gustos y eso es muy loco.

-¿Tuviste náuseas y vómitos?

-Al principio sí, fue fatal. Más que nada las náuseas. El primer trimestre me sentí tremenda y cuando todavía no sabía que estaba embarazada, empecé a flashear que tenía COVID de nuevo. Me sentía extraña y tenía síntomas raros hasta que me hice el test y me dio positivo. Ahí me calmé. -¿Cuáles fueron los primeros síntomas del embarazo? -Mucho mareo, cansancio y náuseas. ¡Todo me daba asco! Ahí sospeché y como me sentía extraña y encima no me había venido, me fui a comprar un test de embarazo. Soy bastante regular con mi período y como no me había bajado, me hice la prueba. El día que me enteré, estaba en medio de un asado en la casa de mi suegra. Fui a comprarme el test a la farmacia y estaba tan perseguida, que le dije al farmacéuti­co: “Es para una amiga”. ¡Qué le importaba al tipo! Se rió y me fui.

“A LA PANZA LE PONGO MÚSICA CLÁSICA: BEETHOVEN, MOZART Y CHAIKOVSKI”

-¿Volviste y te lo hiciste? -Sí: volví a lo de mi suegra y me quedé tres horas encerrada en el baño. Todo el mundo preguntaba qué me pasaba. “Qué se yo, le habrá caído algo mal”, comentaban y venían a golpearme la puerta pero yo estaba ahí, en mi mundo de shock y sin saber qué hacer. Me costó dos o tres semanas caer. Y quería recontra confirmarl­o para decirlo. Me hice el estudio de sangre y otro cuantitati­vo. Recién en el cuarto estudio mi médico me dijo: “¿Qué parte no entendés de que estás embarazada?”. ¡Recién ahí me terminó de caer la ficha!

-¿A esos estudios ibas con tu marido?

-Sí, siempre él estuvo y está al lado mío. Pero él, desde el día uno supo que estábamos esperando un hijo. “¿Qué te falta para terminar de entenderlo?”, me preguntaba. Yo tenía miedo porque una vez me había pasado algo similar, me había ilusionado y después resultó que no estaba embarazada. Entonces, por miedo a la desilusión uno se crea un mecanismo de defensa y se arma una coraza. Eso era lo que me pasaba y quería recontra asegurarme. -¿Querían un varoncito? -Sí. Igual también fue re loco porque yo siempre sentí que era un varón. Lo intuía y te digo más: el día que quedé embarazada, supe que había quedado embarazada. No me preguntes por qué, fue algo especial y en ese momento me toqué la panza y pensé: “Quedé embarazada”. ¡Fue un flash! A Fabián se lo conté después y cuando sacamos las cuentas de la fecha, coincidió con ese día que yo había sentido algo especial. Fue pura intuición de madre. -¿Cuándo se enteraron que era un nene?

-A los tres meses. Yo quería que fuera sano y el sexo me daba igual pero cuando supe que era un varoncito, sentí mucha alegría. Cada estudio que nos íbamos haciendo era una incertidum­bre muy grande y sentía mucho miedo porque lo que uno más desea es que esté bien y que crezca bien. Es todo un crecimient­o muy grande y eso te hace madurar mucho porque ya ahí empezás a entender que la vida de ese bebé en camino depende ciento por ciento de vos.

-Fabián debe estar contento con el nene, después de tener dos hijas mujeres.

-¡El está chocho! Para él es todo nuevo porque los adolescent­es crecen, están en su mundo y ya no te dan bola. Está re contento de volver a vivir la paternidad desde otro lugar, más maduro y sabiendo que espera un varoncito. Es todo nuevo para los dos y es magnífico lo que estamos viviendo. Sus hijas tienen 13 y 16 años y están locas de amor con su hermanito.

-¿Cómo tomaron ellas la noticia?

-Re bien y todo el tiempo estamos conectadas por videollama­da porque quieren ver la panza y las ecografías. Se llaman Sol y Jesús, viven en Mendoza con su mamá y están re pendientes de todo. Con la diferencia de edad que tienen, sienten que es una locura hermosa y las nenas son muy de jugar a la mamá con sus hermanitos menores. Ellas son re familieras y nos las ingeniamos para vernos seguido. Nunca pasamos tantos días sin vernos en persona. Estamos conectados ciento por ciento; somos una familia.

-¿A Lencinas cómo lo imaginás como papá?

-Es un 10 porque ya lo estuve estudiando, obviamente. Sino no lo hubiese elegido y te imaginarás que oportunida­des no me faltaron, ¿eh? Más allá de que es el gran amor de mi vida, siempre aposté a que sea un buen padre y como él tiene dos hijas y veo cómo es con las chicas, me encanta imaginarlo así con nuestro bebito. Es fundamenta­l que sea un buen padre y esa es una de las cosas que más me enamoraron de él. Es súper dedicado, le habla muchísimo a la panza y por la mañana cuando se despierta, le habla al bebé antes que a mí. ¡Eso me encanta! Siento que cuando el bebé nazca lo va a recontra reconocer porque mi médico me contó que los bebés reconocen las voces y Fabi le habla tanto a la panza que seguro lo reconoce cuando nazca.

-¿Sentís las pataditas?

-Sí y ahora más que nunca. Creo que va a ser tan inquieto como el padre y la madre porque anoche no paraba de patearme. Estoy pasando noches medio de insomnio porque me pongo para un lado y me patea, me doy vuelta y me vuelve a patear. Se ve que a veces está medio incómodo porque me patea más que nunca. Es chiquito pero se hace notar.

-¿Es cierto que te despertás todas las madrugas para mirarte en el espejo?

-Lo que pasa es que tengo una especie de reloj biológico que todas las mañanas a las 6.30 desde que estoy embarazada me despierto y tengo que ir al baño a hacer pis. Me fijo al reloj porque el horario es clavado y yo no lo puedo creer. Paso por un espejo grande que tengo en living y se me hizo como un ritual mirarme la panza. Después lo despierto a Fabián, me levanto el camisón y le muestro la panza. Yo me mato de la risa porque él, pobre, tiene que ver una cosa enorme en bolas y me dice algo y sigue durmiendo. A mí me cuesta volverme a dormir pero sigo un rato más en la cama. Primero se pegaba unos sustos que ni te cuento y ahora ya me quedó esa costumbre. ¡Tiene el cielo ganado conmigo!

-En las redes sociales compartist­e que se te explotó la ropa.

-Ay, sí y yo me mato de risa. Lo que valoro de mi marido es su sentido del humor y nos reímos mucho de las cosas que nos pasan juntos. Estábamos de luna de miel en un resort en Punta Cana, yo estaba desayunand­o, me levanté y lo vi a Fabi descompues­to de la risa. Resulta que mi cuerpo empezó a tomar vida propia y tenía la cola al aire porque me Lo peor es que todo el mundo me miraba y yo, que me sentía una femme fatale, pensaba: “Debo estar más potra que nunca con estos pechos gigantes”. Después Fabi me dijo que tenía todo el vestido roto y casi me muero. La gente pensaría: “Pobre mina, ya no le va más la ropa” (risas). Lo compartí en mis redes porque es la otra parte del embarazo y nadie habla de eso.

-Lo bueno es que te reís de vos misma.

-El humor es lo que me salva siempre. Además, no solo se me rompió el vestido del resort sino muchas prendas más. Desde ese día me cambiaron mucho los talles y me convertí en una topadora de romper vestidos y pantalones. Ni hablar de los pantalones que ya no uso más, já. Solo compro ropa para embarazada­s, se me infló todo y cuando digo todo es todo: cola, lolas, boca y caderas. ¡Todo literal! -En tus redes también hiciste pública una historia personal y revelaste que sufriste violencia de género un tiempo atrás.

-Sí. Y haberlo podido contar me dio una gratificac­ión enorme porque muchas mujeres me empezaron a escribir para contarme sus historias y eso fue liberador. Tuve que asesorarme con un abogado de familia para que me ayudara a responder porque la carga que comencé a sentir fue muy grande. Recibí muchos casos y no tengo las herramient­as para poder responder como correspond­e, entonces le pedí ayuda a un abogado de familia porque el fin de todo esto es poder ayudar. Mi psicólogo también me ayudó mucho y le derivé casos para ayudar de manera gratuita a las mujeres que me escribiero­n por redes sociales para contarme sus historias. “Si a Belén le pasó y a mí también, por ahí puedo salir de esto”, debe haber sido el pensamient­o de muchas y eso es genial. Poder ayudar a las víctimas de violencia no tiene precio.

-¿Qué sentiste cuando lo contaste?

-Alivio. Fue muy sanador para mí y me pude sacar una

mochila del pasado que estorbaba. Fue liberador y sanador tanto para mí como para las personas que pude ayudar. Con que una sola persona lo leyera y que tomara el coraje para denunciar una situación similar, ya estaba hecha. La repercusió­n fue enorme y gracias a Dios tuve profesiona­les que me ayudaron a trabajar el tema. Fueron un montón los casos que recibimos.

-¿Por qué nunca le pusiste nombre a quien te había violentado?

-Porque no me parecía necesario y como tuve pocas relaciones en mi vida, la gente seguro sacó sus conclusion­es y sabe de quién hablo. Es evidente y más allá de eso, mi idea no era denunciar a nadie sino una situación que viví en una relación pasada. No quería remover ni ir para atrás con algo que ya viví. Soy muy feliz con mi presente y el futuro que me espera. Eso también es muy personal de cada uno y no tuve la necesidad de hacerlo. Ojo: eso no quita que en algún momento tenga la necesidad de ponerle nombre y apellido. Y sería súper respetable si lo hiciera pero hoy no quiero. No quería poner el foco en otro lado y lo importante para mí era el mensaje en sí mismo, no quién había sido esa persona. -¿Tu bebé tiene padrinos elegidos?

-Sí. Pensé en Moria Casán y en Marley pero al mismo tiempo también me gustaría que fueran mi hermana y mi cuñado. Sé que pueden ser cuatro personas así que estoy averiguand­o en qué parroquia me aceptan los cuatro. Y si no es así, algunos serán padrinos del corazón. A Marley todavía no se lo dije pero a Moria sí y me dijo por mensajito que le encantaría. -¿Tan amiga sos de Marley?

-Ay, sí, lo amo. A Marley lo adoro porque es como se lo ve, es un ser de luz y re bueno. Es una de las personas que más quiero del medio. El fue siempre muy generoso conmigo, muy atento y le tengo un gran afecto. Igual que a Moria y a Nazarena Vélez. No quiero nombrar a unos sí y a otros no así no se ofenden pero soy de quedarme re buena onda con la gente con la que trabajé. -¿Quiénes fueron los primeros famosos en saber que estabas embarazada? -Angel de Brito y Marley y los dos guardaron el secreto. Angel tiene muchas fuentes y no sé cómo hace pero se entera de todo primero. Y con Marley fuimos a comer pastas y se dio cuenta. Yo no le mentí a ninguno de los dos pero les pedí que guardaran el secreto. Con Noelia Marzol es con la que más hablo del embarazo. Trabajamos juntas y una día ella me dijo: “Vos sabés algo que yo también sé y que las dos estamos transitand­o”. Desde ahí compartimo­s con mucho humor lo que nos pasa con las panzas, vemos las similitude­s y diferencia­s y hasta hicimos un vivo contando todo esto. -¿Es cierto que querés volver a casarte?

-Sí, ¡quiero! Nos casamos bajo las circunstan­cias de la pandemia y siento que fue como un aperitivo. Después, más adelante, vamos a hacer el plato principal. Una vez que nazca el bebé, a los seis meses o al año, haremos una gran fiesta. La ceremonia religiosa y la fiesta será con muchos amigos y gente que deseamos que esté ese día. Sabíamos que por la pandemia iba a ser imposible y en Mendoza en diciembre hicimos una boda muy linda pero chiquita. Me imagino a futuro una fiesta grande para celebrar nuestra historia de amor.

“NUNCA EN LA VIDA CAMBIE UN PAÑAL Y ME DA MIEDO QUE NO ME SALGA BIEN”

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Tanto Belén como Fabián querían ser padres de un nene y se les cumplió el deseo. Cuentan que ya tienen el nombre definido pero lo comunicará­n el día que nazca. “No es un nombre común pero tampoco está tan escuchado”, dice
ella, con misterio
Varoncito en camino Tanto Belén como Fabián querían ser padres de un nene y se les cumplió el deseo. Cuentan que ya tienen el nombre definido pero lo comunicará­n el día que nazca. “No es un nombre común pero tampoco está tan escuchado”, dice ella, con misterio
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Francese cuenta que está llena de preguntas y sabe dónde buscar respuestas. “Llenarte de informació­n de internet no es muy bueno porque no sabés quién lo escribió y las preguntas más específica­s se las hago directo a mi obstetra”,
explica.
Miedos de primeriza Francese cuenta que está llena de preguntas y sabe dónde buscar respuestas. “Llenarte de informació­n de internet no es muy bueno porque no sabés quién lo escribió y las preguntas más específica­s se las hago directo a mi obstetra”, explica.
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La fecha de parto será entre el 4 y el 9 de julio y Belén aspira a ir por parto natural. “Fabi me dice que va a estar mil veces más nervioso que yo en la sala de parto pero le digo que eso es imposible porque ya estoy que no doy más de los nervios”, sostiene la actriz.
Un manojo de ansiedades La fecha de parto será entre el 4 y el 9 de julio y Belén aspira a ir por parto natural. “Fabi me dice que va a estar mil veces más nervioso que yo en la sala de parto pero le digo que eso es imposible porque ya estoy que no doy más de los nervios”, sostiene la actriz.

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