LA REVOLUCIÓN DE LAS CANAS
apareciera; ese era mi nivel de obsesión. La pasaba bastante mal, incómoda. La vez que me di cuenta que la única manera de no tener raíces era no teñirme, no me teñí nunca más. Y a mi marido le dije ‘te aviso que me dejo las canas’, ni le pregunté. “A mí me molestaba que descubrieran la mentira de que yo me teñía. Nunca pensé volver atrás, porque si ya viste que tengo ganas ya está, ya se supo. Sí es cierto que los primeros meses sentís que la gente solo te mira el pelo. Pero comentarios feos no recibí ninguno”, comentó en contrapartida a la experiencia de Natalia. La cuenta de Instagram “Cowachas”, que actualmente tiene casi 37 mil seguidores, es otra de las referentes del tema en Argentina. Gimena, su creadora, habló con Pronto y contó su vivencia: “Yo decidí dejarme las canas bastante tiempo después del comienzo de la cuarentena. Es más que nada cuando te cae a *os la ficha. /iem#re me te í #orque me gustaba como una práctica de cuidado personal. Lo hice por mucho tiempo a gusto hasta que dije ‘la verdad, quiero verme encanecer’. Es un click que hacés”. Sobre esta tendencia, que a su vez es una especie de despertar para muchas mujeres, opinó: “Yo digo que está todo bien con teñirse, lo hice durante mucho tiempo y está bárbaro que así sea. Lo que digo es que eso es tan válido como dejarse las canas. Que haya espacio para esas mujeres, que no se las critique por el solo hecho de dejar de teñirse”.
Sin embargo, remarcó la importancia de no irse al otro extremo: “Después está la contrapartida de eso. Parece que ahora todas las mujeres nos tenemos que dejar las canas porque si no no sos tan feminista. Y la verdad es que no vamos a cambiar un mandato por otro. ¿Debemos dejarnos las canas? No, no debemos nada. Cada una hace con su pelo lo que se le canta porque es parte de su cuerpo”. “No me gusta embanderarme detrás de las canas porque no sé si siempre voy a querer verme así. No descarto bajo ningún punto de vista volver a teñirme si me da la gana hacerlo”, aseguró Gimena. Otros de los mitos (o mandatos) asociados a las canas es que son sinónimo de vejez y desprolijidad. “En cierto grupo etario está bastante instalado que verse bien, prolija, una mujer entera, con experiencia en la vida y solidez tiene que teñirse. De lo contrario te estás abandonando, sos dejada. A tal nivel llega el prejuicio que por ahí no sos tan buena profesional si te dejás las canas, quiere decir que sos algo desprolija en tu trabajo, como que se traslada a todo. Cosa que no pasa con los hombres”, sostuvo la creadora de “Cowachas”.
En ese sentido, concluyó: “Me gusta verme crecer, me gusta verme envejecer. Pero está instalado que eso no está bueno, que hay que permanecer, sobre todo las mujeres. Hay que ver cómo nos conservamos, cómo nos mantenemos. Y después de equis cantidad de tiempo, cuando ya somos grandes de verdad, con su #ermiso finalmente #odemos en*e ecer. No es justo para nadie”.
Carla Conte
“Hacía mucho le venía dando vueltas porque odiaba las raíces, odiaba la obligación de tener que teñirme cada tres semanas. Me parecía como
una cárcel y no entendía en qué momento lo había elegido. Fue algo que sucedió. Medio que estaba presa de la imagen por estar trabajando tan expuesta (en televisión), entonces no
sabía cómo hacer la transición”
Gimena de “Cowachas”
“Yo digo que está todo bien con teñirse, lo hice durante mucho tiempo y está bárbaro que así sea. Lo que digo es que eso es tan válido como dejarse las canas. Que haya espacio para esas mujeres, que no se las critique por el
solo hecho de dejar de teñirse”.