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“FUI MADRE JOVEN Y AHORA ESTOY DISFRUTAND­O LO QUE NUNCA ANTES HABIA VIVIDO”

- Nicolás Peralta Fotos: Album personal Momi Giardina

“Soy una remadora de la vida; no paro de laburar y ahora estoy recogiendo los frutos de lo que sembré como una hormiguita durante tantos años de mi vida”, afirma Momi Giardina (41), quien atraviesa el mejor momento de su carrera profesiona­l. La bailarina, youtuber y actriz viene de romperla con su espectácul­o unipersona­l, Cualquier cosa te llamamos -con el que este año tiene previsto presentars­e en el Metropolit­an de la calle Corrientes- y forma parte de Nadie dice nada, junto a Nico Occhiato, Flor Jazmín Peña, Santi Talledo y Nacho Elizalde por Luzu TV. “El 2023 fue un gran año para mí y ahora estoy arrancando el 2024 con todo. Le tengo mucha fe a este año y lo empiezo soltando muchas cosas que me hicieron mal, sobre todo en el sentido amoroso. Después de mi separación sufrí demasiado y cuando uno puede soltar el recuerdo, se puede sentir más liberado. A nivel profesiona­l fue espectacul­ar y no tengo más que agradecimi­ento”, arranca Momi.

-¿El que pasó fue un año bisagra en tu vida?

-¡Re! Mi unipersona­l me llenó de satisfacci­ones y nunca imaginé que iba a tener la repercusió­n que tuvo. Va a ser el tercer año de mi show y en el medio metimos una gira por España, en donde agoté las localidade­s en las cinco ciudades que visité: Mallorca, Valencia, Madrid, Barcelona y Málaga. Se agotaron las funciones y también me gané un Estrella de Mar por mi espectácul­o. Me trajo muchas alegrías a nivel laboral y me permitió mostrar la faceta de actriz que quizás la gente desconocía.

-Y a eso se sumó Nadie dice nada.

-Sí y fue una bomba. Es una locura absoluta llenar estadios, hacer el Luna Park, los ocho Gran Rex. Es un fenómeno de internet que saltó al teatro y se convirtió en un fenómeno. Viajamos a España con el programa, a Miami por los Martín Fierro y todo fue un montón. Con los chicos nos hicimos muy amigos, convivimos mucho y ya somos familia. Nos la pasamos juntos trabajando y tenemos muchos viajes, entonces eso hace que generes una confianza y una intimidad en el grupo que es genial.

-¿Te acercó a la gente joven?

-Sí, re. Soy más grande que los chicos y les dije a ellos que Nadie dice nada me está permitiend­o vivir una etapa de mi vida que nunca antes había vivido. Fui madre joven, siempre fui muy familiera y no era de salir, entonces hoy estoy haciendo todo eso. Tengo una hija grande e independie­nte que trabaja y le va bien y

Con su trabajo en Nadie dice nada, por Luzu TV, y su espectácul­o unipersona­l Cualquier cosa te llamamos, Momi la está rompiendo. Al formar parte de un equipo joven junto a Nico Occhiato y su banda, Momi se permite disfrutar de situacione­s que nunca hubiese imaginado. “Soy más grande que los chicos, fui mamá joven, siempre fui muy familiera y no era de salir, entonces hoy estoy haciendo todo eso. Tengo una hija grande e independie­nte que trabaja y le va bien y yo estoy soltera, viviendo muchas cosas re lindas. Entonces, me subo a la moto y disfruto”, se sincera.

yo estoy soltera, viviendo muchas cosas re lindas. Entonces, me subo a la moto y disfruto.

-¿De cosas que antes no podías?

-Que no podía y que no las elegía tampoco. Estaba casada, en familia, con otra vida. El trabajo muchas veces acompaña tu situación sentimenta­l y hoy por hoy sería muy difícil tener una pareja estable y bien con el laburo que tengo.

-¿Te gustaría?

-No, no. Después de cómo me rompieron el corazón, no hay manera de que tenga el deseo de estar en pareja con nadie. No, cero. Estuve 15 años, con convivenci­a y todo y sufrí mucho la separación. No me gustan los duelos y no estaba preparada para afrontarlo. Pero ya está, di vuelta la página y no quiero hablar del pasado.

-¿Hablás del padre de tu hija?

-No, no. Diego Castro, el padre de mi hija Juli, es como mi hermano y nos llevamos increíble. Es mi familia e incluso ahora estamos programand­o unas vacaciones todos juntos. Nos adoramos. Cuando me separé de Diego, Juli tenía dos años, era re chiquitita pero nosotros siempre tuvimos una excelente relación. Desde el día que cortamos, nosotros dijimos: “Como pareja no funcionamo­s pero somos dos buenas personas y queremos lo mejor para nuestra hija, entonces vamos a hacer equipo”. Eso somos hasta el día de hoy. Nadie puede creer lo bien que nos llevamos. Fue la separación

"VERLA A MI HIJA BRILLAR EN EL BAILANDO ME DIO MUCHA FELICIDAD"

más sana y madura que me tocó vivir. Agradezco que haya sido él.

-¿Y después de él?

-Estuve tres años de novia con Martín Bossi y después estuve 15 años con este último, con convivenci­a y toda la mar en coche. Hoy, por suerte, estoy bien. Trabajé mucho para poder estar mejor y poder superar la última separación.

-¿A qué edad fuiste mamá?

-A los 21, re joven. Hoy Juli tiene 20 años y es todo lo que está bien. La amo. En su momento, cuando me enteré de que estaba embarazada, fue fuerte porque estaba arrancando en mi profesión y recuerdo que estaba por empezar una obra con Nito Artaza y cuyo coreógrafo era Flavio Mendoza. Sentía que si quedaba embarazada, no iba a poder laburar nunca más en la vida. Fue difícil pero jamás se me cruzó por la cabeza ninguna otra decisión que no fuera ser madre.

-¿Pudiste hacer esa obra con Nito y Flavio?

-No, no. Cuando me enteré de que estaba embarazada de Juli, me bajé automática­mente. No la hice, renuncié y solo llegué a hacer la marquesina. No iba a poder bailar ni hacer coreografí­as y me retiré. A los tres meses de haber parido, quedé para trabajar con Midachi y me iba de gira con ellos. Juli se venía conmigo y con el papá y yo le daba la teta en el camarín. Siempre tuve el apoyo incondicio­nal tanto de Diego como de mi mamá y el resto de mi familia. Eso me ayudó un montón. Después empecé a trabajar con Enrique Pinti, con Antonio Gasalla, hice teatro con Guillermo Francella y Adrián Suar. Y laburé 15 años con Marcelo Tinelli.

-Un montón.

-Sí, un montón y estuvo buenísimo. Hasta que un día me di cuenta de que mi vocación iba a seguir por el lado de la actriz porque ya estaba grande y no iba a poder seguir siendo bailarina toda la vida, dije ok y me lancé con todo. “Me cagaré de hambre un tiempo hasta que la pegue como actriz”, pensé. Y me metí de lleno con lo que siempre estudié y deseé. Me metí en las redes a hacer humor y personajes y la pandemia fue mi despegue porque la gente me empezó a consumir más. Y mi obra de teatro también me hizo despegar y que el público me pueda ver arriba del escenario y decir: “Ah, ok, no es solo la piba que bailaba atrás de Marcelo”.

-¿Y hoy en qué etapa estás?

-En mi mejor momento profesiona­l. No dejo de asombrarme de todo lo que me pasa todas las semanas. Este año me llamaron también para ir a la presentaci­ón

de Adam Sandler y Jennifer Aniston en Los Angeles, tuve un viaje de estudios a Nueva York con mi hija y cosas que jamás imaginé. Soñé con todo esto no pensé que iba a llegar todo junto. Y cuando te toca vivirlo de grande, te da el espacio para poder agradecerl­o porque ya tenés un camino recorrido y sabés todo lo que te costó.

-Y a eso se sumó la gran vidriera que fue para tu hija Juli Castro estar en el Bailando.

-Sin dudas y eso me dio una gran felicidad. Verla crecer a ella profesiona­lmente me llena de orgullo y es hermoso saber que ella tiene una vocación y que está preparada para hacer lo que quiera. Nada más lindo para un padre que ver realizarse a sus hijos y haciendo lo que sueñan y desean.

-¿Siempre quiso ser artista Juli o no le quedó otra opción por acompañart­e a vos desde tan chiquita?

-Juli a los cuatro años le escribió una carta a Papá Noel, le pidió un violín y cuando se lo trajo, me comento: “Mami, me olvidé de pedirle un profesor. ¿Ahora cómo aprendo?”. ¡Eso me dijo a los cuatro años! Ya desde muy chica le apasiona todo esto y se hizo viral en las plataforma­s desde re chica. Desde los 10 años, Juli tenía miles de seguidores en YouTube. Obviamente que yo le controlaba todo con el papá y estuvimos muy presentes para aconsejarl­a. Siempre le remarcamos que en esta profesión no hay que creerse ni mejor ni peor que nadie. Hay que escuchar las palabras de la familia y los amigos porque de afuera la gente opina sin conocerte y así como te pueden alzar y hacer sentir increíble, también te puede decir cosas horribles y hacer sentir la peor. Entonces, no hay que creerse ni una ni otra y estar con los pies sobre la tierra para escuchar a quienes te quieren y te conocen de verdad. -Enfrentast­e rumores de romance con Tinelli. ¿Qué pasó entre ustedes realmente?

-¡Nada! De cierto, nada. La realidad es que soy amiga de las hijas de Marcelo, empecé a verme con ellas, a salir y demás y eso hizo que nos asociaran porque los dos estábamos solteros. Cualquier persona que se le ponga al lado a Marcelo pasa a ser automática­mente su novia pero no, lejos de esa situación. Lo quiero, somos amigos y tengo la mejor onda con él pero nunca tuvimos nada. Es más, cuando se hablaba del supuesto romance, con Marcelo nos matábamos de risa porque nada más lejano. Y en Luzu TV yo decía cualquier barbaridad y jodía con el tema.

"UNA VEZ, SALI DE LA TORTA DE MARCELA TINAYRE EN SU CUMPLEAÑOS"

-Tenés mucho humor. ¿Qué te enoja?

-La mentira y la poca lealtad. Sí, creo que lo que más me enfurece es la mentira.

-¿Cómo sigue tu año?

-Ahora vamos a estar durante todo enero en Pinamar con Nadie dice nada y en febrero volvemos a Buenos Aires. La idea este año es seguir con el programa y llevar mi espectácul­o al Metropolit­an, que es un teatro más grande que el del año pasado. Además, tengo unas propuestas dando vueltas para una serie pero nada cerrado aun. Se viene un gran año y eso me pone feliz. En nuestra profesión lo único seguro es la inestabili­dad y saber que me está yendo bien me tiene muy expectante. Como que no lo puedo creer. Lo agradezco mucho.

-¿La pasaste mal en algún momento por esta cosa inestable de tu laburo? -Sí. Cuando tenía ganas de vivir de lo mío, no sabía hacer otra cosa y no pegaba una, sí, obvio que la pasé fatal. Lloraba, me angustiaba y el papá de mi hija me decía: “Por favor, Momi, salí adelante porque cuando te vaya bien nadie te va a devolver este tiempo que estás llorando y angustiada”. ¿Si tuve otros laburos? Siempre trabajé de esto y cuando no me iba bien, hacía shows en fiestas, sociales, animaba fiestas infantiles y hasta salía de tortas.

-¿De tortas?

-Sí. En realidad, una sola vez fue eso: salí de la torta de Marcela Tinayre en un cumple de ella en Punta del Este. Cantaba Donald, había bailarines y yo salía de la torta con un par de bailarinas más. Después se armó cachengue, todo muy familiar. Pero bueno, ¡mi anécdota es que salí de la torta de Marcela Tinayre! La Chiqui esa noche no estaba pero sí Juana.

-¿Tenés amigos en el medio?

-Sí. Santi Talledo es como mi hermano y poder trabajar con él es maravillos­o. Es el director de Cualquier cosa te llamamos y a la obra la escribimos juntos. Es una persona extremadam­ente talentosa y no hay nada más lindo que poder trabajar con un amigo que se convirtió en mi familia. Tenemos muchos proyectos para este año juntos. Además de Santi, también considero amigos a Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña, con quienes estoy mucho tiempo. La relación es reciente pero muy fuerte. Me conocen todos en el medio y me llevo bien con todo el mundo.

-¿Qué recuerdo tenés de La Floppy Peloc, la mejor amiga de Lizy Tagliani?

-A la gorda la amo y la extraño mucho. Éramos muy amigas y ella era tan graciosa. La Floppy es recontra especial y recuerdo que cuando estrené la obra, lo primero que pensé en el camarín fue a la gorda aplaudiénd­ome en el teatro. Su risa era muy caracterís­tica y pienso que ella no podría creer que me esté yendo así porque siempre se reía y me decía que yo era la fracasada del grupo. Entonces, tengo los mejores recuerdos y siempre que me junto con Lizy, revivimos el espíritu que tenía La Floppy.

-La última, ¿quién es Momi Giardina?

-Soy una persona muy alegre, me cuesta mucho el conflicto y le escapo rotundamen­te al escándalo. Soy muy sensible y me cuesta poner límites. Uno de mis mayores defectos es ese: ser tan permeable y permisiva, entonces estoy trabajando mucho el amor propio para poner límites. Siempre sentí la responsabi­lidad y el disfrute de hacer reír. Me hace muy bien y es lo que me sana.

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 ?? ?? Momi tuvo a su única hija, Juli Castro, a los 21 años y siempre fue una mamá presente. "Con el papá, Diego, nos separamos cuando era chiquita y armamos equipo para que a ella no le faltara nada", se emociona.
Momi tuvo a su única hija, Juli Castro, a los 21 años y siempre fue una mamá presente. "Con el papá, Diego, nos separamos cuando era chiquita y armamos equipo para que a ella no le faltara nada", se emociona.
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 ?? ?? Este es el show Con su unipersona­l, Cualquier cosa te llamamos, Momi llenó en cinco ciudades de España, además de romperla en Buenos Aires. "Este año estaré en el Metropolit­an, que es una sala más grande", anticipa.
Este es el show Con su unipersona­l, Cualquier cosa te llamamos, Momi llenó en cinco ciudades de España, además de romperla en Buenos Aires. "Este año estaré en el Metropolit­an, que es una sala más grande", anticipa.
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 ?? ?? Como hermanos Giardina es íntima amiga del actor Santiago Talledo, con quien escribió la obra Cualquier cosa te llamamos. "Santi es más que un amigo, es mi familia", afirma ella.
Como hermanos Giardina es íntima amiga del actor Santiago Talledo, con quien escribió la obra Cualquier cosa te llamamos. "Santi es más que un amigo, es mi familia", afirma ella.
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Con el equipo de Nadie dice nada viajaron a Miami por el Martín Fierro Latino. En la foto, con Nico Occhiato, Flor Jazmín Peña, Santi Talledo y Nacho Elizalde.
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Amigas Momi hizo buenas migas con Flor Jazmín Peña, su compañera en Luzu TV. "Compartimo­s muchos tiempo; Flor es lo más", asegura.

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