Tecnología al día para pymes 100
Las soluciones tecnológicas SaaS representan una oportunidad para hacer más accesible aplicaciones de última generación en todo tipo de empresas, y olvidarse del atajo del software pirata.
Desde hace poco tiempo, las pymes pueden abastecerse de soluciones de tecnología desde la “Nube”, lo que se conoce como Software as a Service (SaaS). Éste ha resultado ser un camino de “no retorno” e implica suscribirse, por un abono mensual, por lo general muy accesible para las pymes, a aplicaciones de negocio que están en línea las 24 horas, los 365 días del año. Esta evolución de los servicios está relacionada con la búsqueda de productividad, proceso inevitable e imprescindible que enfrentan las pymes a la hora de competir en un mercado globalizado.
Las soluciones tecnológicas SaaS evitan la obligación de contratar hardware, software de base, software de aplicaciones o personal especializado. A su vez, les ahorra el engorroso proceso de puesta en marcha y operación del conjunto de insumos. Y, sobre todo, logran evitar tener que realizar la renovación tecnológica periódica, que obliga a atravesar este mismo proceso una y otra vez.
Este último punto no es menor, ya que en muchos casos no es dimensionado correctamente por las pymes al momento de hacer la inversión original. Luego de un plazo de entre tres y cuatro años, enfrentan el hecho de que sus insumos tecnológicos quedan sin soporte por parte del proveedor, por obsolescencia. La solución, en muchos casos, termina siendo la ilegalidad de mantener software “pirata”, con el riesgo que ello conlleva.
En este sentido, vemos que un sinfín de aplicaciones están siendo migradas a la Nube o, aun más, se están desarrollando nuevas aplicaciones para correr directamente en la Nube: desde el ya antiguo correo electrónico (que ha evolucionado a la llamada Suite de Colaboración), hasta aplicaciones específicas por segmento de industria, como aplicaciones de Control de Dispositivos de Fábrica. Todas estas aplicaciones deben estar preparadas para los conceptos de movilidad (millones de usuarios se comunican a la
Nube), de IoT (los dispositivos electrónicos se interconectan a las apliciones de gestión) y el manejo de los grandes volúmenes de información (Big Data).
Estos servicios exigen contar con redes de mucha capacidad y disponibilidad. Capacidad para garantizar que todo el tráfico que circula tenga el ancho de banda y la conectividad suficiente para que la experiencia de uso sea la adecuada. Y deben estar siempre disponibles: una vez adoptada esta tecnología y manera de trabajar, es muy difícil que se quiera volver atrás.
En el marco de todo lo expuesto, hay dos conceptos que resultan fundamentales: a) La disponibilidad debe ser asegurada el 100% del tiempo, porque la conectividad a Internet pasó a ser un servicio esencial en la operación de cualquier pyme. b) La conectividad debe permitir velocidades de transmisión de los paquetes de información cercanas a los 100 Mpbs.
Esto significa que el prestador de telecomunicaciones debe llegar a través de vínculos de fibra óptica al domicilio del cliente. El acceso por “par trenzado” telefónico o por cable coaxil ya pertenece a la historia de las telecomunicaciones.
En este camino de no retorno, los prestadores de servicios tecnológicos (evolución de quienes eran prestadores de servicios de telecomunicaciones) deben disponer, para las empresas, cada vez más aplicaciones de negocios en la Nube, con precios cada vez más competitivos (por ejemplo, en forma de abono mensual) que, a su vez, generarán también beneficios impositivos. Y todo redunda en una mejora de la productividad.
Mphb debe ser la velocidad de transmisión de los paquetes de información. Para ello, el prestador debería contar con fibra óptica.
La clave. El prestador de servicios tecnológicos (evolución de quienes eran prestadores de telecomunicaciones) deben disponer cada vez más aplicaciones de negocio, cobrándolas en forma de un abono mensual. Graduado en Administración de Empresas (UBA), Damián Maldini es gerente general de Iplan.