Cuidar el smartphone.
El e-commerce, la nube y la inteligencia artificial hacen que los ataques a dispositivos móviles sean cada vez más sofisticados. Cómo resguardarlos de las riesgos informáticos.
Si algo aprendieron los usuarios de dispositivos móviles durante el año 2017, es que ningún sistema operativo garantiza el estar a salvo de virus, malware o de ataques como el del ransomware WannaCry que sufrió Telefónica a mediados de ese año. Las consecuencias no distinguen entre empresas y usuarios individuales, son iguales para todos y muy variadas: van desde el daño irreparable del equipo hasta el secuestro de datos personales y la extorsión de los ciberdelincuentes para devolver la información robada.
Según el reporte anual de la empresa de seguridad Eset, el 90% de los equipos móviles tienen el sistema operativo Android. Y los más vulnerables a ataques informáticos son aquellos que poseen versiones anteriores a Android 6.0... Es decir, casi la mitad de los usuarios del mundo.
En la versión 8.0 de ese sistema operativo móvil se incorporan mejoras en materia de seguridad, como bloqueo de pantalla y solicitudes de permiso de administrador para hacer ciertas acciones. No obstante, siempre hay que tomar recaudos. Durante 2017,
Eset detectó 735 vulnerabilidades en Android, un 40,5% más que en 2016. Esta cifra lo convierte en uno de los sistemas operativos con más vulnerabilidades descubiertas.
Otro de los factores que potencian las amenazas es que los hackers buscan directamente los servidores que los proveedores utilizan para almacenar la información de sus clientes en la nube. Desde la empresa de seguridad informática Trend Micro, recuerdan lo que le sucedió a la empresa Uber en el año 2016: uno de sus servidores fue vulnerado y los ciberdelincuentes accedieron a los datos de 57 millones de clientes.
Así como los grandes proveedores de software incorporaron herramientas de inteligencia artificial en sus programas para hacerlos más eficientes, Trend Micro destaca que los cibercriminales también aprovechan estas tecnologías emergentes “para engañar mejor a los programas clásicos de ciberseguridad”.
Un ataque ya tradicional dirigido a los dispositivos móviles es el malware, del que surgen unas 300 variantes mensuales en el mundo, y cada vez más complejas. La buena noticia de 2017 es que Google y los desarrolladores de software de seguridad lograron disminuir un 47% el número de ataques respecto del año 2016. Así y todo, siguen detectándose muchos virus
–del tipo “troyanos”– disfrazados de apps que están en las tiendas oficiales de los fabricantes.
Éste elaboró un decálogo para evitar disgustos con los móviles:
Instalar una solución de seguridad integral. Debe detectar proactivamente malware, filtrar mensajes no solicitados, revisar la correcta configuración del dispositivo y ofrecer la posibilidad de borrar remotamente toda la información almacenada en caso de robo o extravío del mismo. 2. Instalar sólo aplicaciones provenientes de tiendas oficiales. Utilizar software legítimo procedente de fuentes y repositorios oficiales de los proveedores. Esto minimiza la posibilidad de ser víctima de códigos maliciosos.
3. Actualizar el sistema operativo y las aplicaciones. Al igual que con las computadoras de escritorio, hay que actualizar tanto el sistema operativo como los programas del smartphone. Esto es necesario para obtener mejoras de seguridad y nuevas funcionalidades.
4. Establecer contraseña de bloqueo.
Se recomienda utilizar contraseñas que tengan más de cuatro caracteres.
5. Desactivar opciones no utilizadas como Bluetooth o GPS. De este modo, se evita la propagación de códigos maliciosos y el gasto innecesario de batería.
6. Evitar las redes Wi-Fi públicas. Si su uso es imprescindible, no acceder a servicios que requieran de información sensible como transacciones bancarias o compras. Preferentemente, utilizar redes 3 G.
7. Hacer copias. Realizar periódicamente copias de seguridad de la información almacenada en el dispositivo. Además, no escribir información sensible, como contraseñas, en forma de recordatorios o mensajes de texto.
8. Configurar correctamente las redes sociales. No compartir información de forma pública y limitar la cantidad de amigos.
9. No abrir enlaces sospechosos. Ya sean de correos, mensajes o sitios web. Tampoco escanear cualquier código QR.
10. Ser cuidadoso con el dispositivo. No dejar el smartphone sin vigilar. Es recomendable usar la funcionalidad manos libres en los lugares concurridos.