Inteligencia artificial y trabajo
La tecnología es percibida como responsable de la extinción de ciertas profesiones y oficios. Pero, a la vez, permite crear otros nuevos. ¿Cómo influirá la IA en el ámbito del trabajo? Por alicia giorgetti
Hace más de un siglo que la expresión “¡La una han dado y sereno!” no se escucha en las ciudades, porque el sereno nocturno que encendía los faroles de las calles fue reemplazado por sistemas informáticos que encienden automáticamente las luminarias cuando oscurece. Algo similar ocurrió con los guardas de los trenes, los operadores telefónicos, los lecheros, los paragüeros, los aguateros, los colchoneros, los deshollinadores, los ascensoristas, y muchos oficios más que fueron sustituidos por máquinas y sistemas tecnológicos.
Ésta es una parte de la evolución. La otra está representada por los oficios y profesiones que requieren esas máquinas y tecnologías para poder operar. Obviamente, hay nuevos conocimientos y habilidades que los trabajadores deben adquirir, porque la reconversión es ineludible. Por ejemplo, la tarea de community manager no existía hace 10 años. Lo mismo sucede con los muchos empleos que surgieron en las áreas de energías renovables y servicios de reciclado.
Según un informe reciente del Banco Mundial y Techint, la adopción de tecnologías digitales puede impulsar a los trabajadores menos calificados y aumentar la producción. Y, como resultante, generar más empleo.
EL HURACÁN IA
Si la tecnología en general habilitó cambios en la forma de trabajar y en los oficios y profesiones, la inteligencia artificial (IA) es un tsunami porque puede transformar de raíz a cualquier industria, tanto las manufactureras como las llamadas “de cuello blanco”.
Según Kiyoshi Tsuru, country manager de The Software Alliance (BSA), no habrá sustitución laboral por parte la IA: “Esta tecnología ayudará a delegar tareas mecánicas y, a la vez, obligará a universidades y empresas a crear nuevas carreras y abrir nuevos puestos. Las profesiones de las que hablaremos en los próximos 10 años aún no fueron creadas”.
De acuerdo con la consultora Gartner, para 2020 la IA habrá eliminado 1,8 millones
de puestos de trabajo, pero creará otros 2,3 millones. Y esta creación neta de empleo irá creciendo de tal forma que, en 2025, la IA será responsable de 2 millones de nuevos empleos. El mismo informe estima que una de cada cinco personas hará un trabajo relacionado con la IA en 2022, además de aportar a la productividad y a las ganancias.
Según Svetlana Sicular, vicepresidente de investigación de Gartner, “muchas innovaciones significativas del pasado se asociaron con un período de pérdida temporal de empleo, seguido de recuperación. Y la IA, probablemente, también hará esa ruta. Desafortunadamente, las advertencias calamitosas de pérdida de empleos confunden la IA con la automatización, y eso eclipsa su beneficio”.
A mediados de 2017, se publicó el informe “Robot-lución”, del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), perteneciente al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A partir de cruzar sus datos con los índices oficiales de empleo y desempleo, el uruguayo Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) analizó las probabilidades de automatización según el tipo de puesto laboral. En las conclusiones, se destaca que, en la Argentina, todos los sectores de actividad tienen 50% o más puestos de trabajo con posibilidades de ser reemplazados por un dispositivo con IA. Los jóvenes de hasta 30 años son los más afectados: casi el 73% de las tareas que realizan podrían ser sustituidas en los siguientes 20 años. Y con respecto al nivel educativo: el 70% de los trabajos hechos por personas con nivel primario o secundario, y el 40% de los efectuados por universitarios podrían ser suplantados.
A esta altura, hay que comprender que la IA puede mejorar la productividad y la tarea laboral, si se logra que las personas se adapten y adquieran conocimientos y habilidades. Es decir, el desafío es utilizarla a favor para obtener beneficios de un cambio tecnológico que es ineludible.
Y esto lo demuestra la creación de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo en el seno de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La entidad admitió que hay tensiones por este tema pero también alentó a ir hacia la complementariedad: no hay que resistirse a la IA, hay que complementarse. Como ejemplo de este concepto menciona a los cajeros automáticos que, según la OIT, causaron la creación de más sucursales bancarias y de nuevos servicios y productos debidos a la innovación.
CAMPO INFINITO
Actualmente, la IA está habilitada por el acceso de herramientas tecnológicas en la nube y por la enorme cantidad de datos provenientes de redes sociales y otras fuentes. Esta conjunción permite que las máquinas se vuelvan “inteligentes” a partir del entrenamiento de algoritmos, una labor que es muy utilizada para fines científicos o de investigación.
De hecho, ya en 1997, el campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov fue derrotado por la mítica supercomputadora Deep Blue de IBM. Y mucho más cerca en el tiempo, Watson –de la misma empresa– le ganó una competencia de Jeopardy a los campeones; y Alfa Go –de Google– venció a Lee Se-Dol, campeón de Go.
A finales de 2017, la NASA informó el descubrimiento de dos nuevos planetas –en el marco de la misión Kepler– a partir del uso de un software de IA.
Se trata del octavo planeta alrededor de la estrella Kepler 90 y del sexto alrededor de la estrella Kepler 80. Esto fue posible porque un astrónomo de la NASA y un ingeniero de software de Google entrenaron a una computadora para que aprendiera a identificar exoplanetas a partir de 15.000 señales de pequeños cambios de luminosidad de estrellas registradas por la misión.
En octubre de 2017 se presentó Shelley, un software de IA que escribe cuentos de terror de forma colaborativa con seres humanos. Fue creado por un equipo de investigadores del grupo Cooperación Escalable del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Está basado en el deep learning (aprendizaje profundo) y el objetivo es demostrar la capacidad de la IA para inducir emociones –en este caso, terror–. Shelley fue entrenado con
No es posible resistirse a la certeza de que el mundo del trabajo cambiará en los próximos años debido a la tecnología. Sólo hay que aprovechar ese cambio.
una rutina diaria de lectura, análisis y procesamiento de gran cantidad de literatura de terror. Así pudo percibir patrones narrativos y escribir historias de entre cuatro y cinco párrafos. Luego comenzó la etapa colaborativa para perfeccionar su “inteligencia”: Shelley escribe un tweet que termina con #yourturn, que puede ser completado por cualquier usuario de Twitter.
Hay muchos ejemplos similares que muestran que la IA se perfecciona a gran velocidad. No obstante, por ahora, es específica para una función, se entrena el sistema para un fin concreto. Por ejemplo, Deep Blue sólo puede triunfar en ajedrez, no es apta para jugar go.
LOS SECTORES
Pero, ¿puede llegar la IA a la vida cotidiana de las pymes? El think tank estadounidense The Institute for the Future (IFTF) estima que el 85% de los trabajos que existirán en 2030 aún no han sido creados. Y según el estudio The Future of Employment, realizado por la Universidad de Oxford, el 47% de los empleos estadounidenses actuales podría ser efectuado por un robot en los próximos 20 años. El informe estima que las áreas de Finanzas, Salud y Leyes serán las más afectadas.
En Finanzas ya hay fondos de inversión basados en IA, como Sentient, y muchísimos servicios de gestión financiera manejados por robots asesores o robo-advisor, que automatizan las inversiones a través de un algoritmo basado en el tiempo, el precio, la cantidad y otras variables. Así se logran hacer operaciones financieras a una velocidad imposible de igualar por un asesor humano. Para ellos, una posibilidad de reconversión es profesionalizarse en ciencia de datos.
Servicios como home banking lograron reducir la cantidad de personas que asisten a las sucursales bancarias. Los empleados pueden cumplir tareas de contacto electrónico con los clientes para ofrecer asesoramiento sobre productos y servicios, y evaluación de créditos.
En el segmento de la salud, la IA ingresó en el diagnóstico por su capacidad de análisis de imágenes. El sistema Watson de IBM puede hacer esa tarea en muchísimo menor tiempo que un radiólogo y ayudar a salvar vidas. Y quienes trabajan en ese campo pueden migrar hacia la investigación o la formación.
También, los equipos médicos móviles y la telemedicina revolucionó ese ámbito laboral pero seguirá existiendo la necesidad de habilidades médicas personales.
El mundo judicial es muy apto para la automatización que ofrece la IA, ya que basa gran parte de su tarea en la recopilación, análisis, revisión y creación de documentos. Ross es un robot canadiense que puede revisar detalladamente miles de documentos jurídicos simultáneamente. Quienes hacen estas tareas suelen ser detallistas y tener una mentalidad lógica. Por lo tanto, podrían ser buenos programadores. Y para esto hay muchos cursos on line y muchas empresas esperándolos.
No obstante, todas las actividades vinculadas con habilidades socioemocionales (empatía, manejo de equipos y relacionamiento entre seres humanos) serían las menos impactadas. Entre ellas están el turismo o el cuidado de personas (niños o adultos mayores).
“Debemos asegurarnos de que las próximas generaciones de profesionales tengan la capacidad y la experiencia para coexistir con esta nueva tecnología. La gestión de IA se convertirá en un nuevo puesto de trabajo pero, también, al automatizar tareas cotidianas se crearán líneas de negocio y actividades, que hoy no podemos conceptualizar. En Tata Consultancy Services (TCS) firmamos alianzas con universidades para desarrollar las necesidades futuras de talento y tenemos programas internos de aprendizaje para mejorar las habilidades digitales de los empleados”, dice Rajeev Gupta, director de operaciones Nearshore para América Latina, de la empresa de origen indio.
LOS DESAFÍOS
Si la IA puede aportar a la productividad y mejorar el trabajo diario de las personas (que admitan una adaptación) también puede generar dificultades relacionadas con el acceso y la seguridad de los datos. “Curiosamente, la IA en esta materia presenta dos caras: por un lado, puede detectar automáticamente brechas de seguridad, aprendiendo a medida que funciona y ayudando a evitar y mitigar amenazas. Por el otro, puede ser usada por ciber delincuentes”.
También hay aspectos éticos y legales derivados de una mala decisión tomada por una máquina provista de IA. Por ejemplo, un automóvil autónomo decide atropellar a un peatón en vez de chocar y perjudicar a su ocupante. ¿Quién sería el responsable? Y aún más: la protección de los derechos laborales de trabajadores de empresas del mundo de la llamada “uberización” ya que se tiende al trabajo más que al empleo.
Por otro lado, implementar IA requiere superar ciertos desafíos. “Su adopción debe ir acompañada de una visión estratégica que reúna diversas áreas, integre sistemas e identifique oportunidades. La confianza en la IA también es vital. Y esto no sucede inmediatamente, requiere un entendimiento minucioso sobre dónde la IA puede tener el impacto más positivo y generar un cambio cultural para que sea vista como aliada del negocio y no como algo suplementario”, dice Gupta.
El ejecutivo agrega que la IA no debe ser pensada de forma aislada ya que es una de las cinco fuerzas digitales junto con movilidad,
Big Data, redes sociales y la nube. “A medida que estas tecnologías maduran, las empresas deberán hallar cómo integrarlas”, dice.
Durante los próximos años casi todas las aplicaciones y servicios incorporarán algún nivel de IA. Esto propone una nueva convivencia entre sistemas y personas, que cambiará la estructura del trabajo. A veces, esta evolución sucede a lo largo de décadas y no es tan notable a nivel masivo. Pero hoy la transición hacia la IA no parece mostrar una evolución suave. Como dijo Santiago Bilinkis, emprendedor y ex embajador de Singularity University en la Argentina: “Tenemos el desafío de inventar los empleos del futuro, de descubrir para qué servimos en el mundo que se viene”.
Hay diversos oficios y profesiones que habilita la inteligencia artificial, para los que se requiere personal capacitado. Y ya hay dónde capacitarse.