Tornos e impresoras 3D
Guido Pía, cofundador de Pía Hermanos
Sumaron impresoras 3D a la fabricación de equipos de control numérico.
Vimos la oportunidad que nos permite evolucionar. Ya tenemos tres diseños de impresoras, además de varios CNC. En los últimos cuatro años, no paramos de crecer, desde que cortábamos figuras en fibrofácil, hasta la provisión de impresoras 3D al municipio de General Alvear para las escuelas secundarias. Esto dio pie a terminar de cerrar la idea de convertirnos en un pequeño laboratorio de innovación y desarrollo de equipos.
¿Cómo se financiaron?
La fuente de ingreso para nuestra primera máquina fue la jubilación de nuestro padre. Somos tres hermanos: Carina está al frente de atención al público y administración, Mauricio es el encargado de diseño y fabricación, y yo estoy con el armado y la terminación. Nunca recibimos financiación externa. Al dedicarnos a trabajar, no nos dio resultado andar detrás del sistema de créditos o subsidios, llenar papeles y fórmulas, y dar tantas explicaciones. Mendoza tiene todos los matices. Nosotros estamos acá en el sur, en General Alvear, donde hacer que lleguen las cosas es más difícil.
¿Cuál es el voluman del negocio?
Como la fabricación de equipos se realiza a pedido, depende de la demanda. Nuestro objetivo es vender un control numérico por mes, que arranca desde los 150.000 pesos, o unas diez impresoras 3D de tipo profesional, que cuestan entre 30.000 y 45.000 pesos cada una, e incluyen servicio técnico y mantenimiento, garantía de un año por falla de componentes y de por vida por falla estructural.