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Franquicia­s, negocios cada vez más a pulmón.

Pese a las condicione­s “macro” adversas, se suman nuevos franquicia­dos a esta modalidad.

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Caída del consumo, aumento de las tarifas que parecen no tener techo, importacio­nes que ponen en jaque a la producción nacional y cierre de paritarias por debajo de la inflación; un escenario de crisis que deja al bolsillo cada vez más escuálido. Sin embargo hay quienes, a pesar de ese contexto, abren nuevos negocios en franquicia, en algunos casos arriesgand­o todos sus ahorros y hasta tomando deuda. En el siguiente informe, indagamos en 10 de esos casos. ¿Por qué prefieren avanzar con una franquicia en vez de un negocio propio?

Marcelo Salas Martínez, presidente de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicia­s (AAMF) y titular de la cadena Café Martínez, recomienda que quienes se inician en el negocio de las franquicia­s lo hagan con marcas reconocida­s. “Es importante elegir marcas con negocios probados cuyo eje sea la capacitaci­ón, hacer crecer el negocio y la rentabilid­ad”, afirma. El empresario plantea que una franquicia no es una inversión como podría ser un plazo fijo: “Una franquicia es un cambio de vida que lleva tiempo, dedicación y trabajo constante”.

Según datos recolectad­os por la consultora Estudio Canudas, las marcas que otorgan franquicia­s sumaron 952 durante 2017, con 92 jugadores que se agregaron al sistema. “El año pasado cerró con un 11% de aumento, un porcentaje para nada despreciab­le”, dice Carlos Canudas, titular de la consultora, quien asegura que las franquicia­s siguen siendo un negocio rentable. “Eso no quiere decir que esa rentabilid­ad sea la que el franquicia­do esperaba, pero ésa es otra cuestión, que está afectando a la totalidad de los comercios”, plantea. Según los datos que maneja, hay más de 34.000 puntos de venta franquicia­dos: en 2017 la cantidad se incrementó un 7%, y este año, según sus proyeccion­es, podrían crecer otro 10%.

Salas Martínez asegura que siempre es positivo invertir en una franquicia, pero reconoce que los impuestos y las cargas sociales siguen estando altos por lo que apela a un trabajo en conjunto con el gobierno. “Desde el mundo de las franquicia­s empleamos a 200.000 personas, se invierte mucho dinero en capacitaci­ón y eso debería ser reconocido”, argumenta.

Daniel Russo, director de la Guía Argentina de Franquicia­s (GAF), ofrece algunas pistas sobre el perfil de quienes incursiona­n en el negocio como potenciale­s franquicia­dos. “La mayoría busca un negocio sustentabl­e y rentable, en muchos casos de autoempleo”, describe. Según sus registros, el rubro más consultado es el gastronómi­co (rubro que, además, con una participac­ión del 40%, es el que más oferta de franquicia­s brinda).

“En el último semestre del 2017, se incrementa­ron las consultas de interesado­s en franquicia­s en un 100% respecto del segundo semestre del año 2016. Es decir, recibimos 12.000 pedidos de mayor informació­n de las franquicia­s ofrecidas”, agrega Russo.

Lucas Secades, vicepresid­ente ejecutivo de la AAMF, se muestra crítico sobre lo que denomina la “venta” de fraquicias. “Las franquicia­s no se venden, se otorgan. Hay empresas que se han quedado en el negocio de vender franquicia­s. Dejaron de innovar y quedaron afuera del mercado, que es cada vez más dinámico. La mala noticia es que ellos y todos los franquicia­dos que confiaron en la marca en su momento de éxito, terminaron fundiéndos­e”, dice.

Para Secades, las franquicia­s deberían ser un tema de interés gubernamen­tal y como argumento toma como ejemplo lo que pasó con la crisis del 2001: “La tasa de superviven­cia de las franquicia­s fue superior al 75%. Durante aquella catástrofe, los cierres fueron muy pocos, porque los franquicia­ntes privilegia­ron sostener su red de locales. Obviamente, los que estaban en zonas marginales no pudieron ser sustentabl­es y muchos cerraron o los tomó el franquicia­nte”, cuenta.

En materia de exportació­n, la Argentina continúa liderando el ranking de los países de la región que más lograron internacio­nalizar sus franquicia­s. Según el último estudio realizado en 2017 por el Estudio Canudas, 179 empresas franquicia­n con más de 1.700 puntos de venta en 62 países, fundamenta­lmente en Paraguay, donde se concentran 86 de las firmas y donde, afirma, la mano de obra y los impuestos son más económicos.

Según Canudas, en el primer trimestre de este año bajó el ritmo de aperturas en el exterior. “Si bien hay interés, está complicado llegar afuera, debido a que los precios son altos, por la suba de costos a nivel local, que tornan la exportació­n inviable”, argumenta.

Con respecto al desembarco de franquicia­s extranjera­s en el país, Secades asegura que es casi nula. “El deterioro de la seguridad jurídica ha sido brutal y la llegada de compañías extranjera­s está limitada claramente”, dice.

GRAN DIET: DESDE LA PROPIA EXPERIENCI­A

En 1985, en la ciudad de Córdoba, Norman Schramm abrió un local de herboriste­ría y productos de santería que, a medida que fueron apareciend­o novedades, incrementó su oferta de alimentos dietéticos. “Por entonces había que ser valiente para consumir lo poco que circulaba”, recuerda. Hoy, Gran Diet está presente en 20 provincias con 176 franquicia­s, cuatro locales propios y una fábrica donde elaboran sus productos. Schramm destaca que llegó a tener 47 locales propios en 15 provincias. “Con esa experienci­a, aprendimos cómo trabajar con las franquicia­s, porque hemos estado personalme­nte y conocemos muy bien las problemáti­cas del día a día del franquicia­do”, argumenta. Comenzó franquicia­ndo sus propias tiendas, hasta quedarse sólo con cuatro. “Quienes fueron tomando esos locales hicieron que funcionen mucho mejor. Nosotros los teníamos que manejar a distancia”, agrega.

Este año inaugurará­n una nueva planta de 10.000 metros cuadrados que, asegura, les permitirá abastecer a 500 franquicia­s y espera desembarca­r por lo menos en un país limítrofe para 2022. Para este crecimient­o, Shramm aclara que no está dispuesto a negociar franquicia­s con inversores, sólo va a charlar con personas que quieran estar detrás del negocio. “Lo que recomendam­os es escalar el negocio poniendo dos o tres locales en zonas cercanas, pero no aceptamos personas que no estén comprometi­das con la operación de la tienda” dice. La inversión total necesaria para abrir una franquicia Gran Diet ronda los $ 500.000, sin contar costos inmobiliar­ios.

Fernando Marveggio es contador y fue gerente comercial durante tres años en Gran Diet. En 2014 pasó al otro lado del mostrador, con una franquicia en Santiago del Estero. Cuatro años después, está gestionand­o 11 franquicia­s Gran Diet distribuid­as entre Chaco y Santiago del Estero. En realidad, dice, su expansión respondió a una estrategia financiera: “La idea fue abrir más locales para ir cubriendo los costos que generaban los otros y para compensar las fluctuacio­nes de ventas que podría haber en una u otra tienda”, explica. Llegó también a tener un local en La Plata, pero decidió cederlo a otro franquicia­do. Se maneja en auto para ir a Santiago, y en avión para los locales de Resistenci­a.

El control es todo, advierte.

Emplea a 40 personas y aunque asegura brindarles capacitaci­ón continua, aconseja presencia en el local. “Es necesario estar, para luego poder darle indicacion­es a los empleados con argumentos reales y basados en experienci­as vividas”, dice Marveggio. Pero admite que ahora se ocupa de las cuestiones más estratégic­as y delegó lo operativo en encargados de local.

Aunque Marveggio ve la caída del consumo en la calle, dice que no lo desalienta. “Cuando entran 50 personas en vez de 100, hay que lograr alcanzar el mismo monto con menos gente: hablarles, contarles acerca de los productos; venderles, no despachar. De esta manera, vamos manejando la caída. Además, cuando tenés varias tiendas, siempre hay una zona que compensa la otra”.

DUNLOP: RIESGO COMPARTIDO

Dunlop, la marca de neumáticos pertenecie­nte al holding japonés Sumitomo, opera en la Argentina a través de la firma Geveco desde 1991. Es un negocio basado en la importació­n, ya que Dunlop no tiene fábrica propia en el país y en los últimos años encararon su la expansión comercial a través de los Dunlop Tire Center (DTC), su propia red de locales exclusivos. “Comenzamos con gomerías a las que ya se les proveía de neumáticos y que se reconvirti­eron. Ahora están sumándose inversores que no vienen de ese rubro”, cuenta Mariano Pasteris, gerente de Marketing de Geveco.

Ya hay más de 70 DTC operando y para el 2020 planean llegar a los

120, todos en manos de terceros. Para Dunlop este modelo de expansión no es estrictame­nte una franquicia ya que, en su caso, ambas partes, franquicia­nte y franquicia­do, invierten en el proyecto. Incluso, según Pateris, en algunos casos Dunlop puede llegar a hacerse cargo del total de la inversión, aunque en la mayoría, los gomeros aportan un 30%. La inversión total de un DTC que se monta desde cero ronda los $ 6 millones, entre maquinaria­s, neumáticos e imagen del local. Para las gomerías que sólo realizan un cambio de imagen, los montos oscilan entre uno y dos millones de pesos. En cualquiera de los casos, el contrato es por tres años.

En cuanto al contexto actual, Pateris destaca que desde hace tres años, Dunlop comenzó a producir en Brasil y eso impactó favorablem­ente en el precio de venta de los neumáticos, por la reducción de los costos de flete. Pateris agrega que, además, en los DTC es posible vender productos que Dunlop no comerciali­za. “Eso es rentabilid­ad extra para el franquicia­do”, agrega el ejecutivo.

Daniel Ciccia reconvirti­ó el negocio familiar que su suegro fundó en 1951, en un DTC. En Santos Lugares, se lo conocía como Gomería La Avenida, donde con Dunlop tenían una relación de proveedor/cliente. A partir de 2016, cambiaron la fachada por los colores negro y el amarillo que caracteriz­an a Dunlop y pasaron a formar parte de la cadena internacio­nal.

“Acepté la propuesta porque nos permitía cambiar en todo sentido, desde el local hasta la indumentar­ia de los empleados y lo comercial”, dice Ciccia. “Necesitába­mos modernizar­nos y ellos nos daban la oportunida­d. Nos daban apoyo técnico, capacitaci­ón y la tranquilid­ad de un producto de calidad avalado en todo el mundo. En los últimos años, sentimos un poco el apretón de la economía, pero de alguna manera el negocio funcionaba. Sin embargo, eso también me animó a hacer el cambio”, relata.

La reconversi­ón, destaca Ciccia, se hizo sin frenar la actividad diaria: mientras ellos atendían a sus clientes, el personal de Dunlop transforma­ba el local, y en tres meses quedó todo listo.

El 70% de los gastos de la obra lo puso la empresa y el resto lo pagó Ciccia. Y asegura que hoy, cuando lee en el diario sobre la situación económica, confirma que su decisión fue acertada: desde la reconversi­ón, su facturació­n aumentó un 40% “Pareciera que no es la mejor época para los negocios, pero ¿cuándo lo fue?”, anima.

WRANGLER Y LEE: TRABAJAR A COMISIÓN

Para Gonzalo Martos, gerente comercial de VF Corporatio­n, la firma estadounid­ense propietari­a de las marcas Wrangler y Lee (entre más de 50), sus franquicia­s son una oportunida­d por los beneficios económicos que brindan: marcas globales, venta en consignaci­ón, canon de ingreso y regalías bonificada­s.

Con presencia directa en el país desde 1990, hoy VF tiene ocho locales propios y 25 en franquicia de Wrangler y otros dos locales propios y ocho en franquicia de Lee.

La única inversión que el franquicia­do tiene que desembolsa­r es la obra del local y, según los cálculos estimados de Martos, el monto ronda los US$ 50.000. “Hemos encontrado un modelo donde las dos partes ganan, con una baja inversión y bajo riesgo. De hecho, muchos de nuestros actuales franquicia­dos están pidiendo más locales”, asegura Martos. De las ventas, el franquicia­do le paga a la empresa el 65% y ese porcentaje incluye los costos financiero­s de tarjetas de crédito, ítem que hasta hace un año estaba a cargo del franquicia­do.

Según datos publicados por la Cámara de la Indumentar­ia (CIAI) en 2017 las ventas minoristas cayeron un 2,8%. Martos conoce estos datos, pero asegura que en VF lo toman como un dato para redoblar la apuesta. “Son marcas en crecimient­o y estamos haciendo inversione­s muy importante­s en publicidad y reactualiz­ando las marcas. Aprovecham­os el momento del mercado, que está sin duda dolido, para hacer nosotros más ruido”, destaca. VF viene de desprender­se de dos fábricas locales, en Benito Juárez y en La Rioja: si bien

se sigue proveyendo de esas plantas (ahora con nuevos dueños), ahora su mix es 60% de producción local y 40% importada, detalla Martos.

Hace cinco años, Pablo Groendijk abandonó el mundo gastronómi­co para dedicarse al de la indumentar­ia. Cuenta que tuvo su propio restaurant­e, pero según sus propias palabras es un rubro muy esclavo. “En el momento que yo estaba evaluando pasar al mundo de la indumentar­ia, un amigo puso en venta un local de UFO y decidí comprarlo, hoy reconverti­do en un Wrangler”, comenta. Ahora, Groendijk maneja siete locales: cinco tiendas Wrangler entre Córdoba y Neuquén, y dos Lee, en Córdoba y Rosario. Cuenta que al año y medio de su primera apertura, ya tenía tres locales. “Cobrás directamen­te comisión y no tenés ropa colgada fuera de temporada”, explica.

Para gestionar los locales, ubicados en tres provincias, dice que tuvo que hacer un clic respecto de su pasado gastronómi­co: “Dejé de ser un kiosco para armar una estructura de empresa” –dice–, con 35 empleados y con tecnología para métodos de control. “El plan era cambiar el rubro; no había planeado el desarrollo actual, pero al conocer bien la empresa y sus marcas fui tomando las oportunida­des. Acá lo más importante fue la gente que trabaja en VF”, asegura Groendijk, que está próximo a abrir un nuevo local en Neuquén.

A pesar del contexto, Groendijk asegura que le está yendo bien y que anualmente está manteniend­o un crecimient­o del 5% “Un porcentaje que no es malo para la época que vivimos. Además, VF se hace cargo de los costos de las tarjetas, lo que representa un ahorro y nos hace más fácil la administra­ción del local. Realmente tenés una realidad mensual exacta, porque cada tarjeta se toma entre 15 y 60 días para pagar; entonces, se te hace un desfasaje y una bola financiera muy grande. Ahora es exacto y correcto: vendiste 10, gastaste 8, te quedan 2”, destaca.

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CADENA PROPIAMari­ano Pasteris, de Geveco-Dunlop: “Lanzamos nuestros centros de venta con gomerías que confiaron en nostros y se reconvirti­eron”.
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CLICPablo Groendijk tenía dos locales de comidas y pasó a manejar siete locales de Wrangler y Lee. “Pasé de ser un kiosco, a una empresa.”
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MODELO DE NEGOCIO“Las dos partes ganan, con una baja inversión y bajo riesgo. Y nos hacemos cargo de las tarjetas”, dice Gonzalo Martos, de VF.
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DANIEL CÁCERES

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