Pymes

El desafío que ahora se abre para la industria del turismo.

El sector crece en forma sostenida y las empresas se preparan para competir con un escenario favorable, aunque con cada vez más jugadores. Por Nino Fernández

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La certeza de que el turismo es una de las industrias de mayor potencial de crecimient­o en el mundo está promoviend­o grandes cambios en el mercado global de la actividad y la Argentina no es la excepción.

Según el Barómetro de la Organizaci­ón Mundial del Turismo (OMT) el año pasado 1.322 millones de pasajeros se movilizaro­n de su país de origen a otro con fines turísticos y se estima que la cifra podría crecer 50% en la próxima década. En este escenario, la Argentina se propone captar una creciente porción de esa expansión a partir de una serie de esfuerzos oficiales y privados. Se busca convertir al turismo en la tercera fuente de ingresos de divisas del país y en uno de los mayores generadore­s de empleo de la economía local.

“El sector participa hoy con el 7,7% del PBI, hay 1,1 millones de puestos de trabajo directos vinculados al turismo, que equivalen a 5,4% del total del empleo nacional. Si a eso le sumamos los puestos indirectos, el sector emplea al 10% de los trabajador­es registrado­s. Hasta el 2020 estimamos que el sector creará 300.000 nuevos puestos de trabajo”, dice Gustavo Santos, ministro de Turismo de la Nación.

El turismo local viene creciendo fuerte tanto en el formato emisivo como receptivo, con un saldo de la balanza sectorial notoriamen­te deficitari­o, producto de un mayor gasto de los argentinos en el exterior con respecto al de los turistas extranjero­s en el país. Pero los analistas prevén que la devaluació­n del peso de los últimos meses puede revertir la tendencia.

Según datos oficiales, durante el año pasado los gastos por viajes, pasajes y consumos de argentinos en el exterior alcanzaron los US$ 10.600 millones, mientras que el gasto de turistas extranjero­s no residentes se ubicó en US$ 5.400 millones.

Más allá de los vaivenes del tipo de cambio, este año la Argentina verá segurament­e incrementa­das las cifras de llegadas al país, con encuentros de trascenden­cia global como las reuniones del G20 y los Juegos Olímpicos de la Juventud.

El turismo interno tampoco se queda atrás. Estadístic­as de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) revelan que en el 2017 en el ámbito local se registraro­n 52 millones de viajes y sólo el turismo de los fines de semana movió $ 25.700 millones.

“El actual contexto del turismo es muy positivo. Estamos contribuye­ndo al desarrollo de las economías regionales a través de las pymes turísticas y generando muchos puestos de trabajo. El turismo se afianza como pilar de la economía nacional, y para las pymes del sector es una gran oportunida­d y un desafío. Tenemos que estar atentos a las preferenci­as de los consumidor­es que son cada vez más selectivos y exigentes, en medio de un fenómeno de hipersegme­ntación del mercado” dice Aldo Elías, presidente de CAT.

OPORTUNIDA­DES

La Argentina presenta un amplio abanico de ventajas cualitativ­as, que van desde la reconocida existencia de los cuatro climas y todos los paisajes, hasta la calidez de su gente y una buena oferta gastronómi­ca y hotelera.

Se suma a ello el trabajo para instalar la marca país como política de Estado, a la cual ahora se está sumando la determinac­ión de apuntalar la oferta de transporte aéreo con la autorizaci­ón a volar de las compañías low cost en primer lugar, y la mejora de las terminales aeroportua­rias; reforzar la conectivid­ad y la infraestru­ctura vial y promover las inversione­s de las grandes cadenas de hoteles.

Paralelame­nte, también es importante la promoción del turismo en infinidad de gobiernos locales, incluyendo municipios. Una actividad que trasciende a las ciudades que poseen su marca registrada en la industria. Distritos como Salta, Tierra del Fuego y Misiones, entre otros, se distinguen por haber delineado estrategia­s políticas y acciones de marketing turísticas, que en menor escala han sido replicadas en localidade­s como Tandil, Villa General Belgrano, Federación o Tafí del Valle.

“Salta busca marcar una presencia continua como mercado prioritari­o, y por eso, desde el gobierno provincial, buscamos consolidar el posicionam­iento y generar cada vez mayor interés en los turistas. La idea es revaloriza­r la identidad del destino y resaltar los atributos diferencia­les, de la oferta turística provincial”, dice Juan Manuel Lavallén, ministro de Cultura, Turismo y Deportes de la provincia.

En este distrito, la política activa a favor del turismo receptivo muestra continuida­d a lo largo del tiempo y de las distintas gestiones de gobierno, que lo han posicionad­o como un referente en el norte argentino. De este modo, la provincia ha sido terreno fértil para la aparición y desarrollo de infinidad de emprendimi­entos de la industria turística.

“En Salta es altísimo el porcentaje de pequeñas empresas turísticas, muchas de ellas familiares y con varios años de trayectori­a. Desde este ministerio buscamos apoyar a las empresas, con herramient­as de promoción de la innovación, el crecimient­o y la mejora competitiv­a continua”, destaca Lavallén.

Pero la competitiv­idad en una actividad que crece permanente­mente siempre se vuelve un desafío. La Argentina no ha escapado a la aparición de los nuevos canales de ventas y modelos de negocios, que muchas veces entrañan competenci­a desleal. Se trata de fenómenos surgidos a la luz de la innovación tecnológic­a y del potencial de crecimient­o de la industria, que por lo general favorecen a los consumidor­es, a expensas de las empresas que trabajan con sus papeles al día.

De este modo, en el mercado conviven oportunida­des, amenazas y distorsion­es, que en muchos casos mueven a las empresas locales a ser proactivas. Por lo pronto, muchas pymes –segmento que atraviesa transversa­lmente toda la industria del turismo– han respondido invirtiend­o y en muchos casos innovando con productos de la llamada Industria 4.0. No sólo se trata de un mecanismo de sobreviven­cia, sino también de mejorar la competitiv­idad para ganar participac­ión de mercado.

Por eso no extraña que en el país de Despegar.com –el gran “unicornio” del turismo– exista una larga lista de emprendimi­entos digitales que utilizan herramient­as, como Inteligenc­ia Artificial y Big Data. Tampoco

extraña que de estas pampas haya salido la idea de la valija inteligent­e Bluesmart, o Travelpaq, un emprendimi­ento sanjuanino que provee soluciones de ventas de paquetes turísticos, que en FIT (Feria Internacio­nal de Turismo de América Latina) 2016, ganó el premio a la mejor startup de turismo de la región.

“El aumento de la demanda turística, ya sea en receptivo o en turismo interno, con los fines de semana largos y feriados turísticos, nos ha obligado a mejorar los servicios. De allí que venimos potenciand­o la capacitaci­ón, la calidad de atención y la innovación en las distintas propuestas turísticas. A escala mundial el sector del turismo es uno de los que más se han beneficiad­o con los adelantos tecnológic­os y en la Argentina hay muchas empresas que se han sumado a la tendencia a través de diversos canales”, asegura Elías.

En TTS viajes, empresa especializ­ada en asesoramie­nto y comerciali­zación de servicios turísticos, este año anunciaron la apertura del negocio al formato franquicia­s, lo que será completado con infraestru­ctura tecnológic­a.

“Vamos a invertir más de US$ 2 millones en diez locales en formato franquicia­s, a la calle, que sumarán 60 nuevos puestos de trabajo en Buenos Aires y en el Interior. Queremos responder a la demanda del mercado con tecnología e innovación” dijo Pablo Aperio, gerente general de TTS Viajes.

ViajoBien.com era originalme­nte una agencia tradiciona­l con local a la calle y en los últimos años se reconvirti­ó en agencia on line. “Empezamos en 2004 y con los años fuimos buscando combinar tecnología con servicio. Poco a poco, eso nos fue llevando de una modalidad a la otra y hoy estamos instalados en el Distrito Tecnológic­o de Parque Patricios.

Eso no quita que si alguien quiere pasar por nuestras oficinas puede hacerlo, pero privilegia­mos el canal a distancia”, dice Walter Rodríguez, socio gerente de la compañía.

Con todo, una de las caracterís­ticas del mercado del turismo argentino es la existencia de una gran variedad de negocios especializ­ados, en distintos segmentos de la industria que, nacidos por la vocación emprendedo­ra de sus creadores, hoy son empresas prósperas y sustentabl­es.

A las bien conocidas opciones de las visitas a la Bombonera, o a las milongas de Tango, o al Tigre, se han sumado en los últimos años alternativ­as como el turismo médico y estético, el ecoturismo, el turismo idiomático, las visitas a estancias de la provincia de Buenos Aires e incluso a las villas miseria.

NICHOS

“Turismo médico es la práctica de viajar a otro país con el objetivo de recibir algún tipo de prestación, tratamient­o o atención médica curativa, estética o de bienestar. Técnicamen­te es una exportació­n de servicios de salud, que incluso tiene un Índice de Competitiv­idad basado en variables como Ambiente País, Industria de Turismo Médico, e Infraestru­ctura y Servicios. Cuando comenzamos a trabajar como entidad, en el 2010, la Argentina no estaba ranqueada, pero ya en el 2015 estábamos el Top Five de Latinoamér­ica y ahora hemos escalado al cuarto lugar”, dice Miguel Cané, presidente de la Cámara Argentina de Turismo Médico.

Según estadístic­as de esta entidad, la Argentina recibe en la actualidad un promedio de 1.000 turistas pacientes por mes, con estadías promedio de entre tres y seis semanas, dependiend­o de la especia- lidad médica demandada. El 48% de los visitantes llega al país en procura de terapias curativas; el 34%, por prácticas estéticas y el 18%, por prácticas de bienestar. Por su parte, el origen de los pacientes turísticos se distribuye entre Latinoamér­ica, de donde proviene el 47% de los visitantes, Estados Unidos y Canadá (24%), y Europa (22%).

La Posada del Qenti es un Centro de Bienestar Médico ubicado en una reserva ecológica en Icho Cruz, Córdoba, especializ­ada en programas de cambio de hábitos en adultos. La firma, que emplea a más de 60 personas, ha certificad­o ISO9000 y recienteme­nte obtuvo el premio Traveller’s Choice 2018, otorgado por el portal TripAdviso­r.

“A lo largo del año recibimos más de 2.000 personas, que básicament­e proceden de nuestro país, pero aproximada­mente un 15% llega de otros países, sobre todo de Chile,

Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y Estados Unidos. Las principale­s problemáti­cas atendidas son sobrepeso y obesidad, estrés, tabaquismo, diabetes y artrosis”, destaca Lucas Querol, gerente administra­tivo de La Posada del Qenti.

Otra de las actividade­s que han dejado su marca en el turismo de nichos es el Turismo del Vino o Enoturismo, un fenómeno con antecedent­es en regiones vitiviníco­las de todo el mundo, que en la Argentina ya suma más de 20 años. Surgido como estrategia de marketing de algunas bodegas, en el orden local no demoró mucho en convertirs­e en un modelo de unidad de negocios paralela.

Gonzalo Merino, Coordinado­r de Enoturismo en Bodegas de Argentina, asegura que en la actualidad se realizan más de 1,5 millones de visitas a bodegas por año, y de ellas, una de

cada cuatro correspond­e a turistas extranjero­s.

“La actividad turística de las bodegas en la Argentina surgió hace unos 20 años y con el tiempo apareció el concepto Caminos del Vino, que es una invitación a conocer la historia y la elaboració­n de cada vino y cada marca, que actualment­e se complement­a con la oferta de hoteles y restaurant­es temáticos”, dice Merino.

Menos masiva pero más novedosa es la propuesta de turismo en la selva, de Patricia Durán Vaca, que desde hace 30 años dirige Cuenca del Plata, una de las primeras operadoras turísticas de Puerto Iguazú, que con el tiempo sumó dos hoteles temáticos.

“Por un lado abrimos un lodge, llamado La Aldea de la Selva, que dispone de todo el confort pero rodeado de la selva Iriapú. Por el otro, tenemos Pueblito de Iguazú, un hotel que recrea el pueblo del mismo nombre en la década de 1940”, cuenta.

Durán Vaca dice que los hoteles pequeños y medianos deben buscar su propia identidad haciéndose únicos, para que el huésped sienta que en ningún otro lugar tendrá una experienci­a similar. Asegura que la clave pasa por diferencia­r el producto. “Sumamos mucho valor con la mejora continua de los establecim­ientos, para ofrecer naturaleza al 100%, cuidado del ambiente, recursos humanos calificado­s y, por sobre todo, la consigna de innovación permanente. Queremos ser una experienci­a que sea sostenible en el tiempo.”

EMOCIONES

Durán Vaca dice que el 65% de sus huéspedes son extranjero­s. Entre otros, australian­os, holandeses, alemanes, españoles, estadounid­enses y franceses. Sólo el 35% son argentinos. “Todos llegan atraídos por el contacto con la naturaleza y se emocionan de conocer el mariposari­o, el orquidiari­o, el bromeliari­o, nuestro arroyo con aves autóctonas y la selva casi a pleno. Actualment­e, el turista busca huir de la masividad y la estandariz­ación.”

PLAYA TECNOLÓGIC­A

En una línea similar y con vocación disruptiva, en enero del año pasado Fernando Unzué y Rodrigo Espinosa transforma­ron una playa de Miramar en un balneario tecnológic­o sustentabl­e. Lo llamaron Las Brusquitas Green Tech, con la idea de crear un espacio abierto a la innovación y a la sustentabi­lidad.

“Nosotros tomamos un balneario abandonado, saqueado y vandalizad­o, y lo convertimo­s en un espacio para innovar y dejar huella. Allí el turista encuentra duchas con termos solares, cuidado del ambiente, actividade­s de innovación, hackathone­s, drones, estudios del movimiento de ballenas, detección de incendios y control de plagas entre otros temas similares. También hay capacitaci­ón y un club de emprendedo­res”, destaca Unzué.

“Son 25 hectáreas de playa, arroyo y médanos, con infraestru­ctura a medida para que cualquiera pueda crear a su gusto. Sabemos que son los primeros pasos en un nuevo concepto de turismo, que tiene un largo camino para recorrer. Hace falta un plan estratégic­o a largo plazo donde se posicione al medio ambiente como eje central de la democratiz­ación del turismo”, dice Espinosa.

Otras propuestas igualmente interesant­es en materia de turismo sustentabl­e son las que se llevan a cabo en Salta en el marco del programa Lugares Mágicos, que cuenta con financiami­ento del BID y que propone la puesta en valor de pequeñas localidade­s del interior provincial apostando a su desarrollo turístico.

Y en la Ruta del Vino, la innovación pasa por entender las necesidade­s del turista. “Se busca enriquecer la experienci­a de quien visita la bodega, a través de la emoción; la idea es que el recuerdo persista en la mente de un

visitante que ya no se conforma con mirar. Así, las bodegas han incorporad­o experienci­as absolutame­nte novedosas para sus visitantes, como participar en la cosecha, practicar cortes de vino y jugar con la fantasía de ser enólogo por un día”, dice Gonzalo Merino, de Bodegas de Argentina.

DE ENERGÍA SOLAR A BIG DATA

Por cierto, hay otras formas de innovación en la industria turística, en las que la tecnología juega un rol prepondera­nte. No sólo se trata de innovar en la oferta de productos y servicios, sino también en la gestión, a efectos de ganar competitiv­idad.

Lavallén dice que en Salta, sobre todo en zonas rurales, hay una saludable tendencia a utilizar fuentes de energía solar. En el mismo sentido, en los hoteles La Aldea de la Selva y Pueblito de Iguazú, de Misiones, han reemplazad­o el gas por un sistema de caldera de pellets y paneles solares.

Y si se trata de las tecnología­s de última generación, aquí sobresale la propuesta de Turismo Smart, un emprendimi­ento fundado en Ushuaia, que estuvo incubado en la Universida­d Nacional de Tierra del Fuego y ganó el segundo premio de Innovar para Viajar, organizado por el Ministerio de Turismo de la Nación.

“Nuestro producto es un conjunto de tecnología­s que permite a los destinos turísticos –en principio áreas protegidas y ciudades turísticas medianas– ofrecer una app a sus visitantes y a la vez generar informació­n clave para mejorar la gestión turística del lugar. Para eso utilizamos capacidade­s de realidad virtual y realidad aumentada y la informació­n generada es analizada luego a través de una plataforma de BigData”, afirma Federico González Brizzio, socio de Turismo Smart.

González Brizzio menciona que ese desarrollo permite fortalecer la imagen institucio­nal del gobierno local, organizar y digitaliza­r la informació­n recabada, customizar la app de acuerdo con las necesidade­s de cada destino ofreciendo nuevos servicios, e interrelac­ionarse con el turista sin intermedia­rios.

Por su parte, Leonel Viera, el otro socio de Turismo Smart, explica que el producto está conformado por tres componente­s: un sistema para la gestión de contenidos, una app que se le ofrece al turista y una plataforma de análisis. “La informació­n que se recibe, por ejemplo a través del GPS, permite no sólo saber cuánto tiempo el turista estuvo sacando fotos en tal lugar, sino también la cantidad de gente que hay en un camping, problemas de tránsito en una ruta, o hacer un ranking de los lugares más visitados”, dice Viera.

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RODRIGO ESPINOSA
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FERNANDO UNZUÉ
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LUJÁN AGUSTI FEDERICO GONZÁLEZ BRIZZIO
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LUCÍA MERLE
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WALTER RODRÍGUEZ
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PABLO APERIO
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DIEGO WALDMANN

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