Herramientas para las RSE
Muchas pymes contienen en su propia “carga genética” elementos de Responsabilidad Social Empresaria. Un programa del Banco Ciudad y el Cenarsecs las ayudan a canalizarlos en acciones concretas.
El cambio de época que representa la creciente tendencia de las empresas hacia políticas de “triple impacto” (sociedad, medio ambiente y la propia empresa) está generando en no pocas pymes interrogantes sobre cómo llevar adelante acciones que excedan los límites de su propio negocio. Una de las instituciones que ofrecen capacitación en ese sentido es el Programa de Desarrollo Ejecutivo en Responsabilidad Social Empresaria y Sustentabilidad para empresarios Pymes. Se trata de un programa, 100% gratuito, del Instituto Pyme del Banco Ciudad: ya completó su cuarta edición y se lleva a cabo en el Centro de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social (Cenarsecs) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
“Muchas pymes tienen un comportamiento socialmente responsable, aunque no lo asocien formalmente con RSE: cumplen un rol fundamental en la creación de empleo y en el desarrollo económico, provocan un gran impacto en las comunidades en donde operan, reinvierten sus ganancias en el país, no dejan huella ecológica y están fuertemente interrelacionadas con otras empresas en importantes
cadenas de valor”, enumera Julián D’Angelo, coordinador ejecutivo del Cenarsecs.
Entre las empresas jóvenes, afirma el experto, la permeabilidad para adoptar prácticas de RSE aumenta, mientras que las compañías familiares suelen sufrir una barrera: las nuevas camadas quieren incorporarlas, pero son desoídas por la gerencia familiar, en manos de las generaciones más antiguas.
“La importancia de promover estas prácticas en las pymes llevó, por ejemplo, a la principal iniciativa global en materia de RSE, el Pacto Mundial de Naciones Unidas, a simplificar el modelo de reporte para contener a empresas de entre 10 y 250 trabajadores dentro del proyecto, por la importancia que éstas reúnen para las economías locales”, afirma D’Angelo.
El abanico de alternativas de RSE que manejan las pymes en un plano “inconsciente” abarca no sólo cuestiones ambientales, sino también mejoras en prácticas laborales, en igualdad de género, en transparencia del consumidor y de conciliación familia-empleo.
“El mayor impedimento para que una pyme argentina desarrolle acciones de RSE es el desconocimiento y de ahí el enorme valor y el poder transformador social de iniciativas como la de Cenarsecs”, dice María Cristina Recasens Mladineo, de la desarrolladora tecnológica Gran Pegaso, una de las entidades capacitadas en el Cenarsecs.
El programa del Instituto Pyme del Banco Ciudad, de cuya experiencia surgen algunos de los casos que integran este informe, busca por un lado difundir los beneficios de estas iniciativas para que una mayor cantidad de empresarios puedan aprovecharlos, pero también apunta a ayudar a formalizar estrategias de RSE, a convertir lo “inconsciente” en “consciente”.
“Por eso, no sólo nos detenemos en el bagaje teórico y conceptual, sino también en la aplicación práctica de las ideas: se aporta un modelo a la medida de cada emprendimiento”, explica D’Angelo. “Se otorgan a cada participante las herramientas necesarias para que las pongan en juego en función de su caso concreto. De esa manera, se busca que, al terminar el programa, tenga un plan de RSE y sustentabilidad acorde a su negocio, bien formulado y listo para su implementación”, concluye.
Entre las empresas jóvenes, la permeabilidad para adoptar prácticas de RSE aumenta. En las compañías familiares, suele haber una barrera entre generaciones.