Ocho casos de pymes innovadoras.
Big Data, Agtech, realidad virtual, impresión 3D, nanotecnología y robótica, además de energía solar y eólica: ocho casos con prometedores emprendimientos en nuestro país.
Ala tradicional dificultad para acceder a financiamiento que tienen las iniciativas creadas por emprendedores jóvenes (“Sub40), no sólo de capital emprendedor sino incluso crediticio y de aportes de programas gubernamentales, se suman la elevada carga tributaria y, ahora, la estanflación y las corridas cambiarias.
En consecuencia, persiguen modelos de negocio lo suficientemente versátiles para sobrevivir e incluso tratar de fortalecerse en la adversidad. En efecto, los que se destacan no pretenden competir ferozmente por porciones de mercados conocidos, en los que los productos sólo pueden tornarse en commodities o de nicho. Pero buscan destacarse por otras características, como innovación.
Buscan crear saltos de valor tanto para sus empresas como para sus clientes y empleados, con el propósito de generar nuevas demandas y de volver irrelevantes a los competidores, originando oportunidades de crecimiento rentables.
De ese modo lo ejemplifican los casos –relevados en exclusiva por Pymes– de ocho emprendedores radicados en la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba, Santa Fe,
Mendoza, Entre Ríos, Tucumán, Jujuy y Chubut, cuyos desarrollos tecnológicos prometen contribuir a cambiar los negocios.
NANOAYUDA PARA MOTORES
Junto con sus socios Pablo Aprea, Alberto Aponte y Álvaro Olivera, Sebastián López Simonassi creó Retrofit Power en agosto del año pasado, en la localidad de Luján de Cuyo, provincia de Mendoza. La startup ofrece tanto inyectores para motores diésel o nafteros como un líquido procesado con nanotecnología, al que bautizaron MagnaPlus, que promete reducir hasta un 90% las emisiones contaminantes y ahorrar hasta un 25% del combustible utilizado por los sistemas de propulsión.
“Nuestro modelo de negocio consiste en el alquiler del inyector y no en su comercialización, lo cual evita que el cliente deba desembolsar una suma de dinero importante, y le permite simplemente pagar un bajo canon mensual. A dicho cliente, le proveemos el líquido con el que funciona el inyector. Los costos los cubre con el ahorro de combustible, y su rendimiento incluso permite una ganancia para la empresa que lo instala”, indica López Simonassi.
Mediante el alquiler de los inyectores y la producción y comercialización del MagnaPlus, entonces, los emprendedores cuyanos prevén facturar US$ 380.000 este año, además de generar diez puestos de trabajo indirectos. “El producto es innovador y, hoy, no tiene una competencia que trabaje con la misma tecnología y de la forma en que lo hacemos, lo cual es un beneficio para nosotros”, continúa.
“Nuestro negocio consiste en el alquiler del inyector y no en su comercialización; eso evita que el cliente deba desembolsar una suma de dinero importante”.
Como le ocurre a muchas innovaciones, López Simonassi dice que lo más arduo es convencer a los clientes. “Lo hacemos mediante demostraciones de testeos en sus vehículos y maquinarias”, confirma. “A raíz de la inversión que debimos realizar, empezamos explorando los mercados de la región de Cuyo y a escala nacional. Pero el próximo paso que planeamos es extendernos a los países limítrofes, además de Perú y Colombia, con los cuales ya tenemos los primeros contactos”, agrega.
DIVERSIFICACIÓN SOLAR
Alberto Morra Electricidad es una empresa familiar originaria de la localidad santafesina de San Jorge, que desde 1985 realiza instalaciones en empresas lácteas, arroceras y cerealeras de su provincia, junto con la venta de materiales eléctricos tanto industriales como para el hogar.
“Gracias a eso, tuvimos el suficiente respaldo para ingresar al mundo de la energía renovable, con la venta de instalaciones fotovoltaicas para ahorro de energía, de sistemas solares autónomos de iluminación y de termotanques para agua caliente sanitaria”, explica Sebastián Morra, segunda generación al frente de la empresa, en sociedad con el fundador Alberto y con Martín Morra, junto a Alicia Valinotti.
Con nueve empleados y ventas previstas por $ 5,6 millones en el caso de los termotanques solares y $ 3 millones en paneles, la firma concentra su oferta, por ahora, en la zona central de Santa Fe. “Pero ya estamos cerrando varios proyectos en el norte provincial, hacia donde pensamos ampliar nuestro mercado”, puntualiza.También confirma que se encuentran desarrollando equipos para calefaccionar viviendas mediante energía solar.
Con ese propósito, además, planean sumar un nuevo local comercial dedicado exclusivamente a las energías renovables, cuyos voluminosos productos no pueden exhibir en el reducido espacio físico que comparten con el resto de la oferta de materiales eléctricos. “Todos nuestros sistemas fotovoltaicos son llave en mano e incluso realizamos los trámites necesarios para su habilitación, a fin de brindar un mejor servicio al cliente”, asegura Morra.
De hecho, advierte que ése, precisamente, resultó un obstáculo inicial para el negocio, ya que “no estaban claros los programas y protocolos para la generación de electricidad mediante paneles solares, tanto en la Empresa Provincial de la Energía como en la Secretaría de Energía”. Por el contrario, sostiene que el nuevo programa Prosumidores de la provincia es “una herramienta fundamental tanto en lo técnico como en lo comercial”.
3D A PESAR DEL DÓLAR
Hijo de un diseñador industrial que empezó a utilizar la herramienta de impresión 3D más de dos décadas atrás, para Tomás Chernoff fue, entonces, una decisión natural dedicarse a su emprendimiento Che3D, ubicado en el barrio porteño de Colegiales. En sus cuatro años de trayectoria ya vendió más de 500 impresoras, además de los insumos, junto con servicios de diseño de piezas y de eventos, con los que facturó $ 4 millones en 2017.
Cuenta que no todas fueron rosas. “Empecé solo a los 20 años. Al año le regalé un 50% a un ingeniero con quien venía trabajando. Pero dos años después tuve que comprarle su parte por un importe muy grande.
Era eso o disolver la sociedad. Luego, a fines de 2016, éramos 13 personas en total. Una locura, todo desprolijo. Ahora aprendí a trabajar. Somos siete personas, dos de ellas son pasantes, y cada recurso fijo maneja un equipo de freelancers o proveedores de
las distintas unidades de negocio”, detalla.
“Este año es de reestructuración en materia de procesos, orden, profesionalización, reformas edilicias, mejora de la capacidad instalada y alianzas. A pesar de que la patada del dólar nos pegó duro en la nuca, venimos bien con lo planeado. Justo habíamos cerrado una venta de 10.000 bandejitas para una marca de productos alimenticios y la devaluación estalló en la mitad de la operación. Pero, por suerte, tenemos un flujo constante de trabajo”, sostiene quien financió el proyecto con la reinversión de las ganancias, aunque trabaja para levantar fondeo privado.
“Hay mucho mercado en medicina, construcción, productos de consumo masivo, metalmecánica y marketing. Los clientes necesitan innovación y está todo por hacer en este rubro. En el mercado global, no significamos mucho en la actualidad, pero no será así en pocos años. En el mercado local, si bien hay algunas empresas con una estructura similar a la nuestra, ninguna apunta al segmento con el que estamos trabajando”, se ilusiona Chernoff.
PARA PYMES 4.0
Con sede en Río Cuarto, provincia de Córdoba, ArboT fabrica robots industriales y ofrece servicios de Internet of Things para clientes pequeños y medianos. Desde su creación, en septiembre de 2016, compite con productos importados con base en precios hasta 50% menores, además de aprovechar las ventajas que le ofrece su cercanía con los usuarios a la hora de brindar servicios de posventa, provisión de repuestos y capacitación.
“Por un lado, fabricamos y comercializamos robots cartesianos para tareas de paletizado. Nuestro equipo se instala al final de una línea de producción y se encarga de armar estibas de distintos productos. Por ejemplo, en industrias harineras, de suero de queso y otros alimentos. En este caso, fabricamos el equipo completo y desarrollamos el software de control”, explica Gonzalo Castillo, socio de la empresa, junto con Lara Cabral.
“En nuestra otra unidad de negocios desarrollamos un sistema de sensores y actuadores conectados a Internet, también para establecimientos industriales. Los dispositivos miden consumo de energía, caudal de agua, temperatura de producto, stock e iluminación, lo reportan en tiempo real y suben la información a una nube, donde se procesa y acondiciona para visualizarla mediante una app disponible en Android e iOS. Tenemos instalado el sistema en una fábrica de gaseosas”, agrega Castillo. La firma emplea a cinco personas.
Con la expectativa de entregar una docena de robots al año en todo el país, más los servicios de IoT que cobra por equipo instalado en carácter de alquiler (con instalación sin cargo), Castillo estima cerrar el año con una facturación de $ 5 millones.“En el corto plazo, tenemos previsto terminar nuestra fábrica y generar un nuevo canal de ventas, tanto para los robots como para los productos de
IoT, mediante revend edores o representantes en todo el país”, asegura.
VIRTUALIDAD DE MODA
Ya en febrero de 1998, Javier Lucio y Laura Vega habían creado la productora de animación y videojuegos Virtual Dreams. Sin embargo, hoy la transformaron en una comercializadora de sistemas inmersivos interactivos para eventos, congresos y presentaciones de productos. Y en un futuro próximo, prevén convertirla en una desarrolladora de sistemas de visión para ciegos. Desde su estudio en Castelar, zona oeste del Conurbano, planean ventas por $ 3 millones para este año, empleando hasta 12 personas en forma freelance en sus distintos proyectos.
“Nuestro mercado es amplio, ya que tenemos muchos productos para distintas necesidades. Hace 14 años que trabajamos con realidad virtual. Pero muchas empresas nos dijeron, durante una década, que no podían utilizarla en una exposición. Luego, Samsung sacó sus cascos de VR y ahora todos los quieren. A veces, no es bueno adelantarse en el tiempo, porque se invierte en desarrollar la tecnología, pero se tarda más en convencer a las empresas para innovar”, analiza Lucio.
En efecto, los proyectos en estado de prototipo funcional que prepara la empresa van desde un sistema de “Visión Eco Reflectiva Sobre Objetos”, que les permite a los ciegos reconocer volúmenes y posiciones mediante señales auditivas, hasta otro de
“Touch Air”, que genera un holograma con el que se puede interactuar. También incluyen soluciones de presentaciones 3D, pisos interactivos, detección del movimiento y realidad virtual, para simulaciones en arquitectura y videojuegos.
“Este año nos proponemos terminar la miniaturización del sistema de ‘Visión Eco Reflectiva Sobre Objetos’, para hacer un producto que ayude a la gente ciega. A largo plazo, aspiramos a lograr nexos más importantes
con las universidades, para capacitar a sus alumnos en el desarrollo de video juegos y animación 3D”, completa el emprendedor.
BIG DATA PARA RADIOS
RadioTul es una plataforma que les ofrece a las estaciones de radio la posibilidad de recopilar y catalogar la información de sus audiencias digitales, con el propósito de tomar decisiones que les permitan obtener más oyentes o fidelizar a los que ya tienen. Fundada en marzo del año pasado, sus creadores, Alejandro Robles y David Rearte, brindan servicios desde San Salvador de Jujuy y San Miguel de Tucumán, por los que prevén facturar US$ 82.000 en el transcurso de 2018, sobre la base de un modelo de suscripción mensual.
“El desarrollo se basa en el concepto de Big Data y en las necesidades generales del rubro de radiodifusión al momento de crear mejores contenidos. De manera complementaria, ofrecemos streaming y apps con diseños pensados para el oyente. Sólo en la Argentina hay más de
7.000 radios registradas, lo que equivale a un mercado de $ 14 millones. En América Latina, el mercado es de 30.000 radios”, vislumbra Robles.
Los planes de corto plazo de los emprendedores consisten, de este modo, en consolidar un equipo de venta y en darse a conocer a lo largo de la Argentina, para paliar las dificultades de acceso a los clientes de las ciudades más grandes, como Buenos Aires o Córdoba. Para el mediano plazo, en tanto, piensan en ampliar la cartera de clientes a escala continental.
“No sólo queremos exportar el servicio, sino también abrir otros paralelos complementarios, como la venta de publicidad, además de crear una inteligencia artificial que colabore en el desarrollo de contenido correcto para la audiencia digital de cada radio”, aventura el emprendedor. Además, se enorgullece de haber creado –eso sí, aclara, no en 24 horas como era la promesa de la nueva norma, sino en tres meses– la primera sociedad por acciones simplificada (SAS) tecnológica de Jujuy.
RENTABILIDAD AGTECH
DeMargen es un software web que permite elaborar informes sobre márgenes agrícolas en dólares o en pesos, por cultivo, hectárea y lote. Su propósito es que los productores agropecuarios puedan tomar decisiones sobre la base de dicha información, en lugar de pautas no necesariamente claras que dependan exclusivamente del termómetro del mercado.
Se trata de un spinoff de la firma de servicios de gestión y comercialización GC Agro, creada en noviembre de 2011 por Matías Méndez, Silvia Vollmuth y Maximiliano Rudy, y que cuenta con sedes en Basavilbaso y Villa San Marcial, ambas localidades de la provincia de Entre Ríos. De hecho, es financiada con parte de los $ 7 millones anuales que factura GC Agro, hasta que comience a generar ingresos por $ 1,2 millones para el primer ejercicio, según lo previsto por los emprendedores.
“Ya tenemos usuarios en Córdoba,
“Fabricamos y comercializamos robots cartesianos para tareas de paletizado. Y también un sistema de sensores para establecimientos industriales”.
“Ventosus es un proyecto de triple impacto, un aerogenerador que reutiliza la energía de frenado para calentar agua en zonas rurales”. Federico Sosa.
Santa Fe y Entre Ríos. El objetivo es vender el software a productores agrícolas de todo el país, por medio de instructores que encuentren en el sistema una herramienta para mejorar su prestación de servicios. Además, la idea es que en cada región del país haya desarrolladores que vendan el servicio a productores y motiven a que se sumen instructores”, señala Méndez.
“En el corto plazo, de hecho, estamos enfocados en difundir el software mediante talleres de planificación agrícola, que apuntan a mejorar la toma de decisiones en la actividad”, continúa. En ese sentido, el emprendedor es optimista: “Pensamos que la Argentina no ofrece dificultades para emprender, sino oportunidades. Si bien hay burocracias que molestan, como por ejemplo los enredos impositivos o el acceso al financiamiento que puede hacernos ir más despacio, lo vemos lógico por la actividad que desarrollamos. Tal vez la principal limitación sea la cultura para emprender y correr riesgos”, completa.
AEROGENERADOR
Aún se encuentra en etapa de desarrollo, gracias a una inversión de $ 800.000 financiada con fondos propios, de privados y programas estatales. Sin embargo, la promesa de valor del proyecto VentoSus es bastante ambiciosa. En efecto, se trata de un aerogenerador creado por los hermanos Federico y Juan Sosa –también fundadores de la firma de servicios de automatización y electricidad industrialAltec, en Puerto Madryn, Chubut, en 2009–, junto con su socio Facundo Grondona.
“VentoSus es un proyecto de triple impacto: social, medioambiental y de innovación”, detalla Federico Sosa. Explica que consta de un aerogeneradorde tecnología vertical y doble rotor, de 5 kilovatios, con un sistema de control de velocidad que reutiliza la energía de frenado para calentar agua. “Esa energía es almacenada en un termotanque y luego se la hace circular por radiadores para generar calefacción”, detalla.
“El sistema está pensado para mejorar la calidad de vida de pobladores y escuelas rurales, así también como para diseños urbanísticos sustentables. Pero también para empresas con trabajos de campo alejados de la red eléctrica nacional, principalmente de petróleo y gas”, agrega.
“Planificamos generar 20 puestos de trabajo, ocupados mayormente por personas en situación de pobreza. También estamos desarrollando una red de proveedores sustentables y una plantación de árboles, para bajar al mínimo la huella de carbono”, continúa.
El aerogenerador, además, procesa los datos de sus sensores y envía mensajes de mantenimiento.También es capaz de avisar a Defensa Civil cuando el poblador o la escuela en cuestión se encuentran bajo amenaza climática, en función de los valores de su central meteorológica. “Todo esto viene acompañado de un sistema de comunicación satelital y una app para controlar los consumos y la energía vendida a la red”, agrega el emprendedor, mientras espera completar las pruebas del prototipo, para comenzar con la fase de producción.