Zás! Encima, vino la 4.0
La descripción de la industria 4.0 suele ser una enumeración de herramientas tecnológicas que pueden ser aplicadas en todo tipo de actividad económica, además de la producción industrial en sí. En realidad, más que las herramientas, la idea 4.0 es un cambio de mentalidad: las startups de comienzos de siglo no sólo se volvieron adultas sino que están tomando el control de los resortes de la economía, con sus herramientas y también sus códigos.
Un capítulo central del debate que genera esta nueva forma de hacer negocios es la destrucción de empleo a manos de robots y en nuestra Nota de Tapa abordamos algunas de las respuestas que van surgiendo. Son respuestas posibles, de ninguna manera certezas. Pero en todas se evidencia un profundo cambio de época, tanto en la forma de relacionarse con los clientes como puertas adentro de las compañías.
En la Argentina, aun en plena crisis económica, la industria 4.0 asoma en la interacción cotidiana de las redes sociales, del consumo de entretenimiento, y también en la creciente “customización” de bienes y servicios. Hay un lugar común que dice que el empresario pyme está todo el día corriendo detrás del descubierto del banco. Seguro a muchos les pasa. Pero ninguno llegó a ese lugar por falta de visión para su negocio. Nunca está de más mirar, preguntar, pedir una cotización. Con toda seguridad, alguno de sus competidores lo está haciendo.
Muchos empresarios tradicionales, con canas, es posible que se sientan cohibidos frente a herramientas y soluciones que llegan de la mano de jóvenes que mezclan el castellano con términos en inglés y una jerga “tecno marketinera”. Aun así vale la pena, como un acto en defensa propia. Nos vemos en octubre.