Mercer y los trabajos en 2034
“El mundo del trabajo está cambiando y plantea a las organizaciones diversos desafíos, como el reentrenamiento de habilidades, ya que las personas viven y trabajan más años y pueden volverse obsoletas”, planteó Cecilia Giordano, CEO de Mercer Argentina, durante la apertura del Mercer Journey #31 “Ready 4D Future”, realizado en la Usina del Arte. “Otro tema importante es que las fronteras se desdibujan y crecen las migraciones, por lo cual el concepto de diversidad ya no es sólo de género, sino de razas y de etnias”, agregó. El primer panel del día,
“Las decisiones de hoy para el futuro del trabajo”, contó con la presencia de Fefe Raimundo, Chief People Officer de Wolox; Soledad Acuña, Ministra de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires; Gustavo Fernández, Director de Talento y Cultura de BBVA, e Ivana Thornton, Directora de Career de Mercer. En este espacio Raimundo afirmó que los desafíos de Wolox como empresa nativa digital “están en cómo atraer talentos y, sobre todo, en lograr que los talentos experimentados se animen a irse de una empresa tradicional a una nativa digital”. Asimismo, están constantemente trabajando para integrar a los empleados de las distintas generaciones “sin importar el año en que nacieron”.
Acuña afirmó que para enfrentar los desafíos del trabajo del futuro, el Estado precisa trabajar de forma conjunta con otros sectores para formar y reentrenar a las personas para que nadie se quede fuera del mercado laboral. “Desde la Ciudad necesitamos dialogar con las empresas y sociedad civil para comprender qué perfiles y qué habilidades se van a necesitar en el 2034. No alcanza con pensar que se necesitarán programadores, sino que tenemos que entender el perfil profesional que se buscará para acompañar el desarrollo de las empresas”.
Fernández compartió la experiencia de BBVA que vivió un proceso de transformación en el cual la empresa financiera pasó de estar organizada en silos funcionales separados hacia una estructura ágil conformada por equipos flexibles, autónomos y con foco en el cliente. “Nos dimos cuenta de que el mundo estaba cambiando y teníamos que cambiar la forma de trabajo. Empezamos en España con el sector de banca digital y dado los buenos resultados hicimos un cambio estructural ya no según las tareas, sino por las funciones”.
“Las experiencias de BBVA y Wolox nos muestran cómo la forma de introducir una estructura ágil no es la misma en todas las organizaciones, sino que tiene que estar alineado con la realidad, la diversidad de la fuerza laboral y la estrategia de cada negocio”, concluyó Thornton.
A continuación, Thornton y Clara Estevarena, Directora de Wealth de Mercer, hablaron sobre cómo los cambios en la fuerza laboral y en la organización del trabajo están afectando la forma en que las compañías recompensan a los empleados y estructuran su propuesta de valor. “Las organizaciones ambiciosas serán ambidiestras; coexistiendo la organización tradicional con la ágil, más adaptable, innovadora y autónoma. Dentro de los próximos 5 a 10 años, las compañías líderes planean emplear del 70% al 80% de su fuerza de trabajo en organizaciones tradicionales, y del 20% al 30% en divisiones ágiles”, comentó. Thornton explicó que en las empresas surgen nuevas formas de trabajo como las células y la contratación por proyectos, lo que rompe con las estructuras tradicionales y con la forma en que se plantea la compensación. Al menos 70% de las empresas ven la necesidad de cambio en sus procesos de talento. “Ya no vamos a pensar en la fuerza de trabajo como empleados en relación de dependencia, sino en un ecosistema de talento global integrado por el talento interno; la contratación temporal de talento”.
En una economía que promete una inflación en 2019 con un piso del 55% (y techo aun incierto), conseguir que una entidad financiera pague un descuento de 28% anual sobre un cheuqe es un subsidio más que atractivo. Es la tasa que está ofreciendo el Banco Ciudad a las empresas micro y pequeñas, en descuentos sobre cheques emitidos por empresas de primera línea.
“La demanda de crédito es constante, sobre todo por parte de las pequeñas y medianas empresas”, dice Claudio Saffirio, máximo responsable de empresas del banco. “Hay mucha demanda de corto plazo por parte de las empresas, para financiar su capital de trabajo. Esto está focalizado en líneas que pueden ser amortizables en un plazo de no más de 12 meses. También hay una demanda constante para descontar cheques”.
“Para el segmento de micro y pequeñas empresas, tenemos una tasa de descuento de cheques al 28% anual. Para esa línea tenemos un cupo y tratamos de llegar a la mayor cantidad de empresas posible. Para el segmento que corresponde a la clasificación de empresas medianas según la Secretaría Pyme, tenemos otro cupo donde el descuento se hace a una tasa del 29% anual”, agrega.
Por fuera de estos cupos de líneas subsidiadas, en la “cartera general”, el Ciudad ofrece financiar cheques, entre 90 y 180 días, a una tasa anual del 43%. Y no sólo con empresas que trabajan con el banco, sino con aquellas que, aprovechando esta tasa, quieran vincularse con la entidad.
“Es un sistema muy flexible: cuando una empresa tiene un cheque de primera línea, hacemos una vinculación inmediata, para que esa empresa pueda descontar ese cheque”, agrega Saffirio. “Le pedimos una documentación mínima para hacer una preaprobación, en particular para empresas más chicas. En este tipo de empresas, con la apertura de una cuenta corriente el cliente ya se puede ir con la calificación con crédito entre 1,5 y 2,5 millones de pesos. Para empresas medianas pedimos los últimos dos balances aprobados, la parte estatutaria, algún plan de negocios que la empresa esté llevando adelante, y con eso ya le armamos la precalificación”.
Según Saffirio, la idea es hacer una tramitación rápida. “Entendemos que la empresa que se aceca al banco está necesitando recomponer su capital de trabajo. Algunas empresa inclusive piden ser calificadas de inmediato porque tienen que pagar sus sueldos, ese tipo de cuestiones. De modo que tratamos de tener este tipo de líneas y también de estar a la altura de las circunstancias, de darles la mayor velocidad posible, para que la empresa se vaya de alguna manera satisfecha con su “bienvenida” al banco”.
Además, el banco ofrece la línea Ciudad Productiva, lanzada este año en marzo y nuevamente en julio, una línea de entre 10 y 15 millones de pesos al 35% anual (si la empresa está radicada en la Ciudad de Buenos Aires), y del 43% si la empresa está cerca de donde el banco tiene zona de influencia: el Gran
Buenos Aires, Pilar, La Plata, Mendoza, Mar del Plata, Córdoba, Río Cuarto, Tucumán y próximos a abrir en Salta. Las líneas son hasta 24 meses si son para capital de trabajo, y puede llegar hasta 48 meses si es para un proyecto de inversión o para incorporar bienes de capital.
“Tenemos mucha demanda. Primero, por las tasas, que son realmente atractivas. Y porque el Banco está dando respuesta, tratando de acompañar a las empresas en sus necesidades puntuales”.
Saffirio admite que la mora subió un poco este año, pero asegura que está dentro de parámetros bajos. “La mora que el banco tiene hoy es baja, si bien subió un poco, por algunos concursos. Respecto al sistema, nuestra mora ronda el 3,5% aproximadamente. Era menor al 2%, ha subido, pero sigue siendo un indicador bastante bajo. Y visualizamos incremento de la actividad exportadora, muchas pymes que han desarrollado mercado y están exportando muy bien. O exportando servicios”.