Rumbo a Medio Oriente “Hay que considerar al negocio exportador como marginal. Puede aportar una renta en dólares. Si la divisa no está contenida, genera una diferencia.”
SEGÚN LA AAICI, EL POTENCIAL DE ESA REGIÓN PARA LOS EXPORTADORES DE COSMÉTICA PODRÍA REPRESENTAR UN MERCADO DE US$ 43.000 MILLONES EN 2022.
Es enorme el abanico de oportunidades que presenta el mercado de Medio Oriente para los exportadores de cosmética de nuestro país, de acuerdo con Alejandro Wagner, director general de Comercio Internacional de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI). Lo estima, en efecto, nada menos que en US$ 43.000 millones para 2022, según sus cálculos. “En la feria Beauty World Middle East logramos reuniones entre compradores por encima del promedio de otras ferias del sector, y las ofertas fueron muy diversificadas. Un fenómeno particular fue la demanda de marca blanca que nuestras pymes supieron cubrir muy bien”, se entusiasma.
“La principal barrera es el desconocimiento del mercado. Es indispensable lograr un cambio en la mentalidad de los exportadores para que entiendan estos contextos como desafíos y no como impedimentos”, admite a continuación.
A esta dificultad se suma, como no podría ser de otra manera, la lejanía geográfica. “Para reducir los tiempos de entrega de la mercadería, evitar quiebres de stock y tener su producto en el país a fin de enviar muestras y agilizar las negociaciones, el año pasado comenzamos a operar un hub logístico en Dubai. Combina herramientas de la agencia con financiamiento del BICE y ofrece a las empresas argentinas tarifas preferenciales, descuentos o meses de almacenamiento sin cargo, junto con presencia de producto gratuita en un showroom”, señala el funcionario.
Desde Biocosmética Exel, de hecho, observan la posibilidad con expectativa, a raíz de la respuesta positiva de muchos importadores, en la última edición de la feria Beauty World Middle East, realizada en abril pasado en Dubai. La empresa exporta desde 2003 sus productos para el cuidado facial, corporal y capilar, junto con materias primas para la industria cosmética y farmacéutica.
Más específicamente, de los casi US$ 3 millones que planea despachar al exterior durante 2019, un 56% de las ventas totales y un 5% más que el año pasado, prevé destinar un 38% a América Latina, un 25% a Estados Unidos, un 22% a Europa, un 10% a Australia y el 5% restante a India y otros mercados entre los que se encuentran los de Medio Oriente. El objetivo de la firma es, precisamente, “ampliar el portafolios en mercados de Europa y América Latina, y el volumen de venta de productos puntuales en la India y Medio Oriente”, según explica Mariana Bianchín, su gerente de exportaciones.
“En un mundo cada vez más azotado por el impacto humano, vincular nuestro producto, mediante el origen de sus ingredientes, con ese territorio natural único y libre de contaminación que es la Patagonia, es nuestro aliado a la hora de enfrentar al mercado externo”, subraya. Y añade: “Sumado a la aplicación de tecnología de vanguardia y una calidad de producto sostenida en el tiempo y avalada por certificaciones internacionales”.
No obstante, considera que los desafíos en materia de logística son arduos, cuando se tratan de abordar mercados lejanos. “En Europa, lo solucionamos abriendo una oficina de distribución en España. En otras áreas, se nos dificulta ya que no siempre es viable desde el punto de vista económico abrir una oficina o un centro de distribución. Por eso, consideramos muy favorable contar con la nueva herramienta de hubs logísticos que nos permiten acercarnos geográficamente a futuros clientes”, concluye.
zados, hidrolizados de proteínas y exfoliantes.
“Vemos en el comercio internacional una gran oportunidad. Tenemos una amplia línea de productos vegetales, ya que la industria está virando hacia una cosmética verde y natural. Estamos invirtiendo en certificaciones para nuestros productos libres de parabenos, de derivados de petróleo y animales, non-GMO (organismos genéticamente modificados). Competimos con proveedores internacionales y nuestra calidad no es un obstáculo”, subraya Valeria Grosso, gerente operativo de la firma.
Para lograr precios competitivos, según la ejecutiva, las estrategias principales consisten en negociar grandes volúmenes, acompañando a sus clientes en la planificación para consolidar compras trimestrales. “Pero también tenemos clientes que necesitan pequeñas cantidades, por tratarse de especialidades cosméticas, a los cuales también ofrecemos precios competitivos y facilidades de financiación para fidelizarlos”, continúa.
South Beauty, finalmente, es una empresa de servicios de comercio internacional que funciona desde el 2012. En la actualidad, tiene a cargo el gerenciamiento de la internacionalización de cinco pymes argentinas del rubro del cuidado personal y la cosmética en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
“Exportamos protectores solares Rayito de Sol, productos de cuidado facial Tortulan y dermocosmética Lidherma”, detalla Fernando Luna, su director. “También trabajamos con la apertura de mercados de una línea de productos naturales basados en aceites esenciales de Universo Garden Angels. Y asesoramos a la primera empresa que desarrolló una línea de tratamientos 100% orgánica con la marca Aname Vio. Entre todas las líneas manejamos una exportación de US$ 2 millones, con un crecimiento del 10% respecto del año pasado”.
De acuerdo con su perspectiva, las fluctuaciones de la economía local y los costosos registros sanitarios en los mercados de exportación representan dos barreras importantes. “Para superarlas, hay que considerar el negocio exportador como algo marginal que, al final, puede contribuir con una renta en dólares, en un país donde la divisa, cuando no está contenida, genera una diferencia”, reflexiona.
Para completar, analiza: “Desde hace unos años, la inflación de costos, en una industria en la que algunos de sus insumos están dolarizados, nos lleva a un escenario de pérdida de competitividad, si bien la devaluación mejora el escenario”. No obstante, advierte: “Faltan políticas de Estado en materia de comercio exterior, incluyendo el tipo de cambio y los acuerdos regionales que beneficien a los productores argentinos”.