Cómo participar en la empresa
Familiar, propietaria, directora o ejecutiva: las funciones a ocupar dentro de la empresa familiar son múltiples. El único requisito es el conocimiento que el rol requiera.
Es común preguntarse cómo se puede participar en una empresa familiar. Esta pregunta nos lleva a hablar de las cuatro dimensiones posibles de participación de un familiar en la empresa.
La dimensión familia está compuesta por todos los familiares de los dueños de la empresa; la dimensión propiedad está compuesta por los familiares que son dueños o socios; la dimensión dirección está compuesta por los familiares que son parte del directorio; y la dimensión ejecución está compuesta por los familiares que trabajan en la gestión diaria.
En los primeros años de vida de una empresa familiar, la fundadora acumula una serie de dimensiones que no se distinguen con claridad. Es el miembro de la familia que está permanentemente presente en la empresa, muchas veces la única dueña, es la única directora y gerente.
Con el paso del tiempo, los demás familiares se van incorporando con distintos niveles de participación: por ser simplemente parte de la familia, tener o no un porcentaje de la propiedad, participar o no en la dirección, y finalmente trabajar o no a diario en la ejecución.
Es muy importante entender la segmentación de ámbitos para lograr una sana convivencia entre las personas, familiares o no, según su participación en cada dimensión.
A efectos de ayudar a entender esta segmentación podríamos hacer una brevísima descripción de lo que implica pertenecer a cada ámbito por su contenido en particular: – El ámbito familiar busca la unidad, el aprender a ser dueño y formar en responsabilidad social;
– El ámbito de la propiedad decide sobre la tenencia, la elección del directorio, la política de dividendos;
– La dirección tiene a cargo sus definiciones estratégicas de largo plazo y la elección del CEO, entre varias cosas;
– La gestión ejecutiva tiene la responsabilidad de sacar adelante el día a día.
Los ámbitos se diferencian por las características que tiene cada situación y función. La persona que se desempeña como líder de una familia despliega una serie de acciones en su liderazgo distintas a las que despliega un buen propietario, o un buen director, o un buen gerente.
El que un familiar posea las características propias de cada ámbito hace que sea un buen dueño, un buen socio, un buen director y un buen gerente.
Y, además, cada uno de los ámbitos pide un tipo de liderazgo diferente. El liderazgo familiar es de tipo emocional, mientras que el de la propiedad, la dirección y la ejecución son los propios de un buen socio, un buen chairman, o un buen CEO.
En mi experiencia, colaborando con las empresas familiares, he visto que lo verdaderamente importante es que quienes participan en cada dimensión entiendan su contenido y posean las capacidades necesarias, para actuar con solvencia a la hora de resolver los problemas que en ese lugar se presenten.
En cada ámbito, lo importante es que quien esté donde lo haga cuente con el conocimiento que ese rol requiere.
He visto la participación de las mujeres con absoluta autoridad como fundadoras, socias, directoras y gerentes, además de miembros de la familia empresaria.
Pensar que no debiera ser así es caer en las trampas de las empresas familiares.