El renovado Mercado de San Nicolás
En el marco de Buenos Aires Gastronómica, un grupo de emprendedores apostó a la completa renovación de este espacio centenario, que estaba semivacío. Ahora, a la hora del almuerzo, no cabe un alfiler.
El Mercado San Nicolás, en la zona norte del centro porteño, funciona desde 1905 sobre la Avenida Córdoba, entre Rodríguez Peña y Callao. Comenzó con 135 locales pero, con el paso del tiempo y las generaciones, sólo once permanecieron. Uno es Luis, de la carnicería “El Gitano” y otro es Francisco, dueño de la frutería y verdulería “Franco”, que se convirtieron en dos referentes. A esta altura, muchos vecinos ni conocían el mercado, pero todo eso cambió. Hoy, a la hora del almuerzo, explota. Su patio con mesas individuales o colectivas, con sillas verdes, no tiene un espacio libre. La rotisería que está a la entrada no para de trabajar hasta las 22.
El motivo de semejante cambio fue una obra que se extendió durante 14 meses, entre febrero de 2018 y abril de este año y que renovó por completo el predio: con un presupuesto de $ 18 millones se realizaron tareas de demolición de la estructura edilicia previa, refacción de los techos y la estructura metálica, instalación de nuevos baños, pisos y revestimientos y nueva instalación de gas, agua y electricidad. “Si bien podría
haberse terminado antes, se priorizó mantener el funcionamiento de los locales”, explicaron desde BA Gastronómica.
El nuevo eje es una variada oferta gastronómica, para aprovechar la demanda que genera la cercanía con universidades y empresas. La oferta incluye pizza, parrilla, cafetería, hamburguesas, sushi, helados y sándwiches. Pero además, están los puestos de antes como la carnicería, la granja, la verdulería, entre otros.
“Yo llegué en 1985 y en 1990 me hice cargo de lo que es hoy El Imperio del Fiambre”, cuenta Mariela Coego. “Llevamos toda la vida en el mercado; éramos 120 locales y sólo 11 para el momento de la reconstrucción. Ahora aumentaron las ventas, los clientes y hasta nos visitan turistas.”
“Los mejores horarios de venta del mercado son de 12.00 a 14:30, con mucho movimiento de estudiantes, oficinistas, trabajadores de la zona y amas de casa. Y, luego, de 20:30 a 22:30 horas”, explica Matías Cabrera, dueño de Hell’s Pizza.
Martín Bouquet, de Joe’s Burger, cuenta que trabajaban mucho en eventos de Gobierno y, ante la renovación del mercado, lo llamaron para ver si le interesaba abrir allí un local. “Con mucho gusto acepté; en febrero me dieron un permiso de cinco años por el local y en abril estábamos sacando las primeras hamburguesas”.
En el entrepiso del mercado funciona un espacio de coworking gratuito con mesas, sillas, una gran pantalla de TV, conexión Wi-Fi y enchufes para carga de celulares y notebooks.
Todos los puestos pagan una expensa en relación con la cantidad de espacio que ocupan para “mantener el mercado en condiciones”, según Bouquet. Cuentan con gente de limpieza y un sereno nocturno. El alquiler es un canon anual divido en cuotas.