Startups, con un paraguas más amplio
Exportan conocimiento e inversores externos. Aun así, acusan impacto de la crisis.
Para una startup local que busca fondos con el propósito de crecer, la crisis de la Argentina es mala noticia, pero a la vez la exportación de sus servicios les ofrece una cobertura con la que pocas empresas chicas y medianas cuentan hoy. Así lo asegura Leandro Sabignoso, socio cofundador de Auravant, una empresa de base tecnológica dirigida al sector agropecuario (AgTech) que lleva recaudados US$ 750.000 en dos rondas de inversión lideradas por Wayra, NXTP Labs, Glocal y Nesters, además de estar incubados en el centro de innovación madrileño de la Agencia Espacial Europea. Recientemente abrió una nueva ronda para seguir acelerando su crecimiento.
“Hay una crisis de confianza en el país, que cubre con un manto de incertidumbre a todas las empresas argentinas”, dice Sabignoso. “El inversor local desensilla hasta que aclare, y los extranjeros piensan varias veces antes de hacer cualquier movimiento. En nuestro caso, nos encuentra justo en el inicio del proceso de internacionalización, con clientes en ocho países y oportunidades en muchos más, por lo que, dentro del escenario negativo, nos afecta un poco menos”, analiza.
Pymes se propuso relevar entre los principales segmentos de las startups tecnológicas de nuestro país cómo impacta la recesión en sus negocios, en qué medida se refleja en la evolución de sus ventas, cómo sobrellevan la inflación de costos y si los beneficia o no la devaluación.
Como corolario de todo ello, los emprendedores tecnológicos explican de qué manera gestionan la crisis, con el propósito de dar sustentabilidad a sus proyectos. ¿Hay un factor común entre los que vienen sorteando la crisis y siguen creciendo? Uno es el respaldo que les proporciona haber levantado inversiones de capital emprendedor.
DEMORAS
Desde su creación, en octubre de 2016, Auravant ofrece una plataforma de Software como Servicios para monitorear cultivos y llevar adelante proyectos de agricultura de precisión, bajo un modelo freemium: los usuarios pueden probar una versión de la herramienta en forma gratuita, u optar por paquetes con precios accesibles para sacar provecho de funciones avan
zadas como reportes, ambientaciones y estimaciones de rinde. Según datos de la compañía, tienen 9.000 usuarios con 4 millones de hectáreas de 31 países de América Latina y África.
“Además, generamos alianzas que nos complementan, como el INTA y la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos, que nos permiten acercar ofertas a nuestros clientes”, dice Sabignoso, y observa que las devaluaciones abruptas cada vez generan más problemas que soluciones. “En el cortísimo plazo, hay una baja de los costos en moneda dura que, a los pocos meses, vuelve al lugar donde estaba”, debido a la inflación de costos. “Es un flagelo que afecta negativamente todos los aspectos: menos ventas, más rotación y menor horizonte temporal de planificación de los distintos eslabones de la cadena”, continúa.
La recesión en su negocio, dice, se traduce en potenciales clientes que demoran la inversión para dar el salto digital. “Pero los clientes que ya comenzaron a percibir los beneficios de la digi
El emprendimiento de Córdoba sumó US$ 250.000 de Incutex, 500 startups y concursos públicos.
talización buscan acelerar el proceso para ganar competitividad y estar mejor preparados frente a un cambio en el contexto”. En el caso de ellos, agrega, lanzaron un paquete premium que les permitió una facturación extra de US$ 350.000.
“Nuestro crecimiento se basa, en gran parte, en la viralidad de la plataforma. Nuestros usuarios la recomiendan entre ellos y tienden a adoptarla en las empresas de producción con las que trabajan, además de pasarse a los paquetes pagos, con funcionalidades de mayor valor”, indica.
INESTABILIDAD
Para Andrés Augspach, que cofundó en julio de 2018 una plataforma para digitalizar toda la cadena de abastecimiento del agro a la que bautizó Circular, la crisis impacta en el mediano plazo. “Hoy no afecta nuestras ventas, de $ 7 millones en el año, porque son planes ya acordados con los clientes. El impacto se da en el retraso de la toma de decisiones de nuevos clientes”, dice.
¿No los beneficia la devaluación? “Es cierto que hay un beneficio marginal de la devaluación. Pero el cambio de variables y la inestabilidad que conlleva el proceso son peores que el posible beneficio puntual”, señala. “Es mucho más importante crecer y tener un mercado que ahorrarse en determinado mes un porcentaje de los costos. La ecuación debe ser distinta para empresas maduras, que tienen otro balance entre su estructura actual y su plan de crecimiento. Pero nuestra apuesta es crecer y, si un descuento en costos nos retrasa, no nos conviene”, completa.
Con Cargill como principal usuario de la plataforma y US$ 100.000 de inversión aportados por el fondo The Yield Lab, Circular se encuentra en plena búsqueda de capital. “La crisis puede afectar en la avidez o el perfil potencial de inversión”, dice Augspach. Por otro lado, afirma que tampoco es menor la inversión de esfuerzo en gestionar lo ya conseguido de la forma más eficiente posible. “No podemos convertir los dólares invertidos a pesos y perder un tercio ni tampoco pagar impuesto a las Ganancias cuando no las haya”, sintetiza.
OPORTUNIDAD
Una clave parece ser que las oportunidades excedan a los problemas de coyuntura. Así al menos lo advierte Diego Bertezzolo, que cofundó en junio de 2017 Avancargo, una plataforma que une a dadores de carga de los segmentos de agro, contenedores y equipamiento con transportistas de mediana y larga distancia.
“En crisis económicas como la actual, los volúmenes operados bajan para todos. Pero también representan un momento de oportunidad para propuestas como la nuestra, ya que tanto los dadores de carga como los transportistas están buscando alternativas que mejoren la eficiencia de sus operaciones”, dice Bertezzolo. “En ese sentido, Avancargo garantiza una comunidad de trabajo sana, a partir del due dilligence de las empresas al momento de registro y del score entre usuarios”, señala.
Bertezzolo plantea que el problema de la logística terrestre no radica en las tarifas sino en los costos. “La oportunidad pasa por mejorar los ratios de utilización del capital de los pequeños y medianos transportistas, mejorando la ecuación para todos. Hoy somos una ventana de acceso a dadores, y eso genera que, aun en momentos de poco volumen, operen con nosotros más de 6.500 empresas”, asegura.
Con un modelo de negocio basado en el cobro al transportista de una comisión del 5% de la tarifa del viaje, la plataforma reúne a más de 6.000 empresas de transporte y más de 500 dadores de carga, entre los que menciona a Cresud, Cargill, Adecoagro, Bunge, Indigo, Unilever, Walmart, Pepsico y Dulcor, con una facturación de $ 50 millones anuales. En paralelo, suma inversiones por US$ 1 millón de
Apperto fue capitalizada por NXTP Labs e inversores “ángeles” en US$ 660.000.
VC, Grupo Murchison, Organización Román y Supervielle CVC. Y, en su caso también, desmiente que la devaluación los beneficie. “Dificulta el análisis de costos y el cálculo de tarifas a todos los involucrados en el sistema. Es una realidad con la que convivimos, pero no es beneficiosa. Además, nos obliga a revisar costos muchas veces dolarizados o cuasidolarizados, como en el caso de los servidores, los servicios de IT del exterior o ciertos recursos, frente a una caída de los ingresos reales en dólares”, aclara. Y completa: “A pesar de esto, creemos que existe aún muchísimo por crecer”.
RETICENCIA
Lograr que un cliente adopte una nueva tecnología es arduo y más en tiempo de crisis, porque los potenciales clientes se muestran más reticentes a realizar inversiones, en simultáneo con la caída de sus márgenes. Así lo analiza Nicolás
Reyes, socio cofundador de Digirodeo. Se trata de otra plataforma “agtech”, creada en abril de 2017, para la digitalización de rodeos y la trazabilidad animal.
“Empezamos desarrollando una jeringa inteligente, que registra los trabajos sanitarios realizados a los animales en el campo. Interactúa con una app móvil gratuita, que agrega metadatos y permite realizar actas de tratamiento. Posteriormente, sube los datos a nuestra plataforma en la nube, donde pueden ser integrados con el sistema de gestión del productor, logrando así la digitalización total del proceso sanitario, con su consecuente trazabilidad”, afirma.
Con un 90% de los costos propios en dólares, la clave de la sustentabilidad de la empresa pasa por las inversiones de capital que llevan levantadas, en concreto unos US$ 225.000 de inversores privados y el fondo The Yield Lab. “Los fondos tienen como principal destino increGlobant
mentar la plataforma de software e integrar más equipos de Internet of Things que interactúen con ella”, señala. Y completa, convencido: “Los ganaderos necesitan encarar su producción apoyándose en nuevas herramientas tecnológicas que respalden su trabajo”.
“Si bien facturamos US$ 70.000 este año, decidimos ajustar nuestro modelo de negocios hacia un esquema de servicios, denominado TAAS
(por Traceability as a Service), con un costo de entrada a un precio considerablemente menor y que asocia nuestros ingresos sobre la base de cada aplicación que el usuario realiza”, continúa el emprendedor.
VOLUMEN
Sirena es una app cuya propuesta consiste en facilitar la comunicación comercial de las empresas con sus clientes por intermedio de WhatsApp. “Los negocios que la utilizan pagan suscripciones a partir de US$ 99 por mes. Son empresas que tienen un gran volumen de contacto con clientes finales, y reconocen a WhatsApp como uno de sus principales canales de comunicación para venta y posventa”, explica Miguel Morkin, cofundador de la compañía, con sedes en Buenos Aires, San Pablo y Ciudad de México. Un año después de su lanzamiento, en 2017, la startup recibió inversiones institucionales de MercadoLibre, Dalus Capital y NXTP Labs por casi US$ 3 millones.
Sin embargo, desde su perspectiva, la clave de la sustentabilidad pasa por “tener una base de clientes diversificada, tanto en industrias como en geografías”. Afirma: “Poner todos los huevos en una misma canasta, en mercados tan volátiles, nunca es buena idea”. Dice que la crisis impactó en la toma de decisiones de sus clientes en nuestro país, pero, agrega, la mayor parte de su base de clientes se encuentra en el resto de América Latina e incluso suma algunos en Asia, Europa y Estados Unidos. “Esto minimiza el impacto en nuestra empresa”, asegura.
Morkin también niega que la devaluación entrañe algún tipo de beneficio. “Esto no es así en la industria del software, con una altísima competitividad por el talento y barreras entre países casi inexistentes. El impacto de la devaluación en los salarios es muy veloz. De hecho, debemos hacer ajustes en nuestra estructura de costos de la Argentina por lo menos cada seis meses. Y el estrés que genera en los clientes hace que sea negativo”, observa.
Como conclusión, menciona un volumen de ventas recurrentes en torno a los US$ 3 millones por año, con un crecimiento interanual de 300%, gracias a la tracción en el mercado internacional. En ese contexto, estima que la Argentina representa apenas un 10% de las ventas de la compañía.