Startups: pymes sin ADN pyme

Si algo no quieren los fundadores de una startup es que su proyecto pase a ser una pequeña o mediana empresa. Es una cuestión de ADN. Por definición, la startup busca, a través de Internet y las nuevas tecnologías, llegar en un corto lapso de tiempo a la misma escala de público y ventas que le puede haber insumido a una multinacional tradicional a lo largo de décadas.

Como dice en la Entrevista Joao Adao, CEO regional de Facebook, todas estas empresas tuvieron un inicio “de garaje” y sus dueños, incluidas las vacas sagradas del negocio, son personas muy jóvenes. Pero aun con una imagen descontracturada, armaron su plan de negocios con el objetivo de jugar en la misma categoría que IBM, Wal Mart o el Citibank. A nivel local, en la Argentina de 2019, Marcos Galperín es fundador y accionista de una empresa cuyo valor de bolsa superó el de YPF.

Pero para que prosperen estas empresas, deben contar con un entorno favorable. En su propia jerga, ellos prefieren hablar de ecosistema. Y la ley de Economía del Conocimiento, que fue votada por 182 diputados y por unanimidad en el Senado, acaba de ser reglamentada.

Aun con costos irrisorios en comparación, por ejemplo, con una pyme industrial, las startups también están sujetas a los vaivenes de la inflación, la devaluación y la presión impositiva local. De eso se trata una parte de la producción de tapa de esta edición de Pymes, donde también se muestra quiénes son varios de los nuevos emprendimientos que buscan un lugar bajo el sol. Y te contamos, por dentro, cómo son las entrevistas entre estos emprendedores y sus potenciales inversores.

Nos vemos en diciembre.