Tecnifos, respuestas ágiles
PRODUCE LUBRICANTES INDUSTRIALES. COMPITE EN EL EXTERIOR CONTRA MULTINACIONALES Y APELA A LA “VELOCIDAD DE REACCIÓN”
Durante 2020 se cumplirán cincuenta años desde aquella vez en 1970 en que Enzo Remón, Vladimiro Cezañiuck, Jorge González y Horacio Di Nunzio decidieron reunir esfuerzos para crear una empresa especializada en tratamiento y preparado de superficies para pintura, “lo que en el mercado automotriz se conoce comúnmente como cataforesis”, grafica Sergio Di Nunzio, director de Tecnifos, la compañía en cuestión, e hijo de Horacio, fallecido hace cuatro años. También comenzaron a representar productos químicos especializados de marcas del exterior. “Con el correr del tiempo, el negocio derivó en el desarrollo de lubricantes para industria”, agrega.
La naciente compañía pudo apuntalarse en un gigante: Techint, empresa de cuya cadena de valor forma parte desde el inicio mismo del negocio. Incluso, esta relación resultó clave para poder abrir la propuesta de Tecnifos al mundo. “Muchos de los materiales que entregábamos para las empresas del Grupo Techint recibían homologación allí, lo que nos catapultó para poder proveer a las empresas que ellos iban adquiriendo en el mundo, lo que nos otorgó a su vez un perfil exportador que no teníamos al principio”, cuenta Di Nunzio.
La incorporación de nuevas tecnologías permitió a Tecnifos desarrollar productos que ganaron más relevancia en el escenario internacional. “Una de nuestras propuestas insignia es un fluido hidráulico sintético que se basa en material orgánico que tiene características autoextinguibles: ante la presencia de una cierta fuente de calor se enciende pero si se retira esa fuente se apaga solo”, explica Di Nunzio, quien asegura además que se trata de un producto biodegradable. “Es un desarrollo nuestro, realizado íntegramente en el país, que hoy se exporta a México, Estados Unidos, Brasil, Chile y parte del Sudeste Asiático, entre otros destinos”, enumera. Di Nunzio ingresó a la empresa en plena hiperinflación alfonsinista, a fines de los ’80. “Mi debut laboral fue reclamar facturas y notas de débito”, evoca. Y el gran cambio que notó en estos años fue cuando la empresa pasó de la mano de los fundadores a la segunda generación. “Nuestra empresa puede considerarse como una pyme arquetípica de la Argentina, explica Di Nunzio. “Los fundadores se consolidaron así como pilotos de tormenta, capaces de salvar el proyecto de sus vidas casi de cualquier peligro, pero al mismo tiempo se les complicaba pensar en términos estratégicos”, agrega.
En ese sentido, asegura, la segunda generación “hizo esfuerzos enormes para respetar lo heredado y de comprender su accionar, de entender por qué hacían lo que hacían y por qué dudaban cuando dudaban, pero al mismo tiempo nos esforzamos por profesionalizar los mandos medios, para que el día de mañana la empresa no dependa de los socios o los dueños”, concluye.
Hoy Tecninfos emplea 56 personas, con una facturación anual de US$12 millones, de los cuales 30% son exportaciones. Está además estableciendo una distribuidora en México.
Inserta en un mercado que compite con grandes multinacionales, Tecnifos apostó a diferenciarse a partir de “su agilidad, de la cercanía con los clientes –lo que nos da una mayor velocidad de reacción- y de nuestra capacidad de casi personalizar los productos a sus necesidades”, define Di Nunzio.